Abajo parte de la traducción.
Hace casi dos años hablé en aquella conferencia sobre el trabajo que hicimos, de exponer la tortura y la matanza de más de 100 mil ciudadanos iraquíes. Pero hoy quiero contarles una historia norteamericana. Quiero contar la histroia de un joven soldado norteamericano en Irak.
Ese soldado nació en Crecent, Oklahoma, de madre galesa y padre que servía en la Marina de los Estados Unidos. Los padres se conocieron y se enamoraron cuando él estaba destinado en una base militar estadounidense en Gales.
De joven ya mostró talentos excepcionales y durante tres años consecutivos ganó el primer premio de la Feria de Ciencias de su escuela. Creía en la verdad y, como todos, odiaba la hipocresía. Creía en la libertad y en el derecho de buscar la propia felicidad. Creía en los valores sobre los cuales se construyó Estados Unidos. Crecía en Madison, en Jefferson y en Paine.
Como muchos adolescentes no sabía qué hacer con su vida, pero sabía que quería defender su país y quería aprender sobre el mundo. Se alistó en el ejército y, com su padre, recibió entrenamiento como analista de inteligencia. Al final de 2009, a los 21 años, fue enviado a Irak.
Allí por lo que cuentan, vio un ejército de los Estados Unidos que no siempre respetaba la ley y que, de hecho, practicaba asesinatos y apoyaba la corrupción política. Por lo que dicen, allá en Bagdad, en 2010, habría entregado a WikiLeaks, a mí, y a todos los ciudadanos del mundo, detalles que expusieron la tortura a los irakíes, asesinatos de periodistas y registros detallados de matanzas de más de 120 mil civiles en Irak y en Afganistán. También habría entregado según dicen, 251 mil telegramas diplomáticos de los Estados Unidos que más tarde ayudarían a detonar la Primavera Árabe.
El nombre de ese joven soldado de Estados Unidos es Bradley Manning Supuestamente traicionado por un informante, fue apresado entonces en Bagdad, preso en Kuwait y preso en el estado de Virginia, donde permanece hace nueve meses en celda aislada y sometido a violencia grave.
El relator especial de la ONU para las torturas, Juann Mendez, investigó y acusó formalmente a Estados Unidos por su responsabilidad. La vocera de Hillary Clinton renunció. Bradely Manning, premiado en la feria de ciencias de su escuela, soldado y patriota, fue degradado, agredido, torturado psicológicamente por el gobierno de su propio país. Fue acusado de un crimen para el cual la ley prevé la pena de muerte.
Pasó por todo eso, todo lo que el gobierno hizo contra Bradely Manning tuvo foco, siempre, en conseguir su testimonio en el proceso contra WikiLeaks y contra mí. Bradely Manning permanece preso, sin juicio, hace 856 días. El plazo máximo sin juicio por la ley militar norteamericana es de 120 días.
El gobierno intenta construir un régimen nacional de clandestinidades y secretos, opacidad, distorciones e invisibilidades. Un régimen en el que cualquier funcionario del gobierno que pase información sensible a la prensa, pueda ser condenado a muerte, prisión perpetua o por espionaje. Y, con el funcionario, también los periodistas que reciban la información.
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