domingo, 5 de junio de 2016

Eufemismos y conspiraciones



Los posts anteriores tratan de revelar la médula de la estrategia en política económica del gobierno de la alianza Cambiemos. La veníamos anticipando hace un par de años. Desde el 10 de diciembre sólo hemos pasado de la anticipación a la descripción.

El plan de destrucción y pauperización de los tejidos intermedios de la sociedad está en escalada rampante: como un lobo salvaje en un jardín de infantes vienen a vengarse y destruir lo construido. Los urge una certeza impostergable: tarde o temprano llegará el infalible cazador, ese que siempre terminó poniéndoles bozal y cadenas, el peronismo. No será distinto esta vez. Aprovechan este interludio para sentirle el gusto a la sangre de las nuevas generaciones y cortar la inanición de más de una década.

Si se requiere conocer los detalles del salvajismo basta con leer diarios no oficialistas y ver los canales "no independientes", pero también sobra con ver cómo les explota en la boca el inconsciente a funcionarios oficialistas y operadores amigos: desde aquel "el modelo es India" hasta este "le decían a la gente que se puede vivir de esta forma eternamente".

En este blog no creemos necesario, a más de 6 meses de la derrota electoral del FPV, sumarnos al corso triste de denuncias, quejas, lloriqueos y mateadas en las plazas en que se ha convertido la oposición. Es obvio que estas expresiones adolescen del combustible principal de la acción política: voluntad y vocación de cambio.

Lo que queda del FPV tiene demasiadas reminiscencias con la mujer golpeada que no termina de abandonar al sádico, detrás de la vana ilusión de que modifique su actitud.

Y el principal anclaje a la inacción sigue siendo (y es natural y esperable que lo sea) la poderosa vinculación en el orden de lo emocional que CFK ha desarrollado con sus partidarios, la naturaleza filial del vínculo que grandes sectores del FPV crearon y mantienen con ella. Para muchos Cristina se ha convertido en la única hada madrina que los liberará de esta pesadilla neoliberal.

Como en un cuento infantil, poblado de buenos y malos, de fieles y traidores, Cris y los suyos vendrán a liberarnos para siempre. No pueden ver que una mayoría de criaturas del bosque prefieren que el Hada deje de hacer sus "milagros" por un buen rato.

Desde este blog hemos estado escuchando atentamente en las últimas semanas a referentes políticos y económicos del kirchnerismo más puro, más cercano a la ex presidente. Entendemos que así como 6 meses son suficientes para confirmar las líneas directrices de la mafia que nos gobierna, también lo son para leer e interpretar las razones de la caída popular.

El panorama es desolador: así como el macrismo no puede conjurar ese estigma de gobierno de clase, el kirchnerismo parece no haber entendido en absoluto las razones de su desastre. Sus usinas se han convertido en verdaderos ases en el manejo y direccionamiento de la autocrítica para terminar pegándole al gobierno (que es un rival facilísimo).

Para decirlo de una manera clara: si mañana la mañana le prestáramos la manija y libertad de acción a los cuadros kirchneristas que gobernaron, nos llevarían inevitablemente a las mismas condiciones de restricción externa de 2011/12.

Nos queda, íntimamente, una última, deseable teoría conspirativa; que, en un acuerdo secreto, tanto el gobierno de aquel momento como las fuerzas del candidato oficial Scioli se hayan puesto de acuerdo en términos que resonaran en la siguiente frecuencia: "Las conjuras a la restricción externa son dos: una virtuosa, mucho antes de que ocurra y una viciosa, cuando ya ocurrió. Es tarde para la primera, ya nos ocurrió: que la medicación amarga de la devaluación, la solución viciosa, la administre la derecha. Dejémoslos ganar y hacerle frente al muerto; volveremos con otro tipo de cambio y otros desafíos".

Si, en efecto e íntimamente, tanto sciolismo como kirchnerismo preferían una derrota honrosa, estuvimos, 51 a 49 a punto de cagarla. Lo que nos conduce a sospechar que no hubo tal secreta mesa de arena.

Y que los diagnósticos de referentes económicos y políticos del kirchnerismo no son una cortina de humo. En tal caso estamos al horno. Firmamos con las dos manos que no tienen, no tendrían en el poder, la más puta idea de cómo seguir.

Desde un análisis de largo aliento los corolarios son horribles: si nuestros Golden Boys de la heterodoxia, durante 40 años de hegemonía neoliberal y desde las catacumbas del neo keynesianismo, no han logrado encontrar la receta para mandar la restricción externa al fin de los tiempos, lo que viene es una larga sucesión de expansiones populares reiterativamente clausuradas por intervenciones reaccionarias que, argumentando "emprolijar" el desmadre populista, aprovecharán para robustecer sus cuentas en Panamá.

Este esquema tipo dientes de sierra importa un riesgo enorme y carísimo: el mayor perdedor del juego no es la derecha sino los buenos de la película: el populismo. Porque confirmaría lo que después de 4 décadas va camino de convertirse, en boca de cualquier pelotudo, en profecía autocumplida: "cada 10 años este país explota".

Y no hay nada peor que un pelotudo creyendo haber demostrado una tesis con su frase de cabecera: "no te dije?".

En efecto, si el populismo no diagnostica, receta y administra una solución adecuada en el camino al desarrollo, marchará irremediablemente en el camino contrario: ser "el arma estúpida de la izquierda inoperante".

Desde este blog creemos que la vacuna macrista no "prenderá": que nuestra sociedad ha creado suficientes  anticuerpos para identificar al virus de su autodestrucción y lo rechazará en breve.

Pero con igual énfasis creemos que, salvo cisnes negros, Cristina Kirchner no volverá al poder. Sin embargo creemos que su acción política es crucial para evitar una trayectoria que podría resultarnos tan nociva y perjudicial como el macrismo: hablamos de la oligarquía diversificada nuevamente enquistada en el poder; hablamos del muñeco Massa.

Nuestro futuro está en manos de CFK, pero de ninguna manera en el sentido kirchnerista que podría adoptar la frase sino, exactamente en el contrario: la oposición realmente existente ascenderá cuando ella descienda. 

Nuestras verdaderas posibilidades aumentarían si CFK siguiera una hoja de ruta basada en 
  1. resignar pretensiones personales o para los de su círculo cercano, 
  2. bajar al barro de la política partidaria, 
  3. operar colabora y cooperativamente con dirigentes con capital popular reconocido en la reconstrucción de una oposición de base amplia, obrera, peronista y acumulativa, 
  4. hacerlo generosamente, sin reserva de beneficios (que los tiene y le llegarán en catarata)

Los hechos están ahí para quien quiera verlos: un viaje, una intervención suya y algunas reuniones con compañeros en Buenos Aires en abril reconvirtieron el voto en favor del acuerdo con los fondos buitres en el voto en favor de la doble indemnización. Votaron las mismas manos. Y el lapso entre ambas votaciones, huelga decir que ideológicamente contrarias, fue de exactamente 48 días. 

Ese es el poder real del kirchnerismo. Extrapolarlo a un retorno al Poder Ejecutivo es, más bien, material para una novela de Isaac Asimov.


Y si desea confirmar cuán perdido está hoy el kirchnerismo, contraste la hoja de ruta arriba con ese delirio de atril que se llamó Frente Ciudadano.