viernes, 29 de mayo de 2015

Las puertitas del Sr. Scioli


Buenas noches, simpáticos amiguitos y amiguitas, las operaciones de lobby y alineamiento sobre el precandidato Daniel Scioli ya empezaron.

Al establishment no le pareció significativo que todavía no haya ganado las PASO del FPV ni mucho menos que no haya enfrentado al (los?) candidato opositor en las Generales.

Apenas empezaron a semblantearse difusas imágenes del escenario futuro más probable, los muchachos de siempre corrieron a morderle los talones a Scioli (ya es Daniel, o todavía falta?) para disciplinarlo. El grito de guerra fue “Cómo que Kicillof es insoslayable?

DOS la va a tener difícil, pero no sólo durante la campaña sino (si confiamos en las encuestas que se publican y lo que venimos prediciendo en este blog) a lo largo de sus primeros meses (años?) al mando del Ejecutivo.

Esta preocupación íntima que el establishment no puede disimular lleva a pensar que el latiguillo “Macri Scioli Massa son todos lo mismo porque son nuestros” que se sugiere desde ciertas usinas mediáticas puede haber perdido vigencia. Y verosimilitud.

Si el razonamiento fuera corto y voluntarista, uno podría abandonarse a la idea de decir: depende todo de Scioli, de su fuero íntimo, de lo que quiere y desea, para sí mismo, para sus compatriotas, para el país. Lo empezaríamos a comprobar con el discurso de asunción en la Asamblea Legislativa durante el cumpleaños número 32 de nuestra democracia adolescente.

Es bien más complejo que eso. En la hipótesis de convertirse en Presidente por el FPV, nuestro hombre se interna en el seno de dos poderosas corrientes contrapuestas, las de siempre, en Argentina mucho más a la vista que en otras geografías: el poder económico versus el poder popular.

Si decide por el primero y encarrila una serie de medidas tendientes a enfriar la dinámica de inclusión vía redistribución progresiva, gana el favor de los que vienen pensando que les es propio. Muy bien:  tenés el favor de ellos, que suele convertirse en el abrazo del oso. Como sugería García que le decía Magnetto, a un presidente se lo cuida al principio (para funcionalizar negocios), se le pega un poco durante (para disciplinarlo) y se lo maltrata al final (no para cambiarlo sino para mandarle señales inequívocas al próximo).

Además de ese activo lábil, tenés con vos a todo el cacerolismo marchador nismanista más puro pero también a una amplia masa de compatriotas a los que les es muy difícil entender y convivir con el clima de crispación (en el que el kirchnerismo se desenvuelve sin complejos).

Cuánto es eso? No es poco. Si la mejor imagen positiva a la que puede aspirar hoy CFK se sitúa en el orden del 50% (hola Lula), entonces estamos hablando del otro 50% que no la banca. La magnitud y densidad de la clase media baja que se autoasume media media es significativa y se incluye en el "viste-lo-que-hizo-la-yegua" que vocalizan en nombre de los patrones. Pocas cosas tan robustas como la autoestima de un argento. En particular si es hijo de napolitanos.

Decimos que el clima de “crispación” baja. En esta hipótesis nos animamos a creer que Scioli apuesta a que esto ocurra. Ojo, no estamos diciendo que elige esta variante. Estamos diciendo que creemos que Scioli creé que el clima crispado es un factor sobre el cual vale la pena trabajar. Lo que explica su propensión al tendido de puentes: visitar la muestra de Clarín, inaugurar alguna exposición ruralista, sacarse una foto con Macri, jugar un picadito con Massa, etc.

Creemos que su deseo es bajar esa tensión latente, porque creé que eso dificultaría su tarea ejecutiva. Podríamos denominarlo Síndrome de Bajo Umbral de Tolerancia a la Confrontación. Que abre un enorme signo de interrogación frente a cómo resuelve el conflicto. Negociar está siempre bien. Pero no es negociar si su única variante es ceder.

Proporcional a la magnitud y velocidad de este reajuste, en la vereda opuesta se erige la minoría intensa kirchnerista. Es la que, ahora sí, potenciará la crispación si el camino elegido por Scioli es el de jugar a menos frente a los factores de poder económico. En un punto, no es relevante si el que rompe la botella en la gresca es el Cuervo Larroque; el peligro que representa es menor.

“Pero si Ella, como Fierro,
por ahi se larga opinando,
el pobre se va acercando
con las orejas alertas,
y el rico bicha la puerta
y se aleja reculando”*

Esta claro que la opción de deslizamiento “a la derecha” significa también sentar los cimientos para un adversario de características únicas. Se llama Cristina Fernández de Kirchner y algunos eventos de las últimas semanas demuestran que no sería un adversario fácil (conviene ir a preguntarle a Magnetto qué opina al respecto). Sin soslayar que su capital político parece recién lustrado.

Hay expresiones facilistas aquí y allá. Las dicen los mismos que llenan el silencio de los ascensores hablando del clima: “en el peronismo el que tiene la lapicera manda”. Seguro: por eso el Tío Cámpora lo puso a Perón de concejal en Lobos. Nada más ilusorio. El peronista, ese que tiene el bastón de mariscal en la mochila, no sigue al que tiene el poder nominal sino al del poder real. Adivinaste. La particularidad del peronismo es que es un movimiento que tiene gran éxito en lograr que ambos sean uno y único.

La otra expresión que llena conversaciones de café es que el 11 de diciembre, con la partida de Cristina a Calafate, se termina el kirchnerismo. Otro espejismo. Sugerimos el "baño de realidad" consistente en pensar que si el sciolismo es finalmente lobo con piel de cordero, el kirchnerismo estará más cerca del peronismo resistencia 55 que del modelo neocon99. Se percibe un pasmoso baño de negación respecoto del fenómeno kirchnerista y algunos periodistas, en charlas privadas, parecen consumir lo mismo que venden.

Si así fuera, el 2016 argentino incluiría una suerte de Resistencia Peronista que en lugar de Puerta de Hierro inauguraría su Puerta de Hielo en Calafate y un largo besamanos en la Patagonia Sur convertiría al sillón de la rosada en una corona de espinas.

La cita de su discurso del 25 de mayo pasado es contundente: “espero que sigan pidiendo y luchando como lo han hecho durante la gestión de Néstor y la mía, porque si no, si no lo hacen yo les voy a decir a los trabajadores que cambien de dirigentes para que sigan teniendo los mismos derechos, los mismos beneficios que hemos tenido en estos años.” Es decir, se retira de la gestión para ir a la… política.

Varias gargantas deben haber tragado saliva en ese momento de la tarde.

En especial las de los vendedores de humo que convierten a la política en una miniserie por capítulos.
Del laberinto de Scioli se sale, como siempre, por arriba. Con un objetivo implacable.

Que el pueblo se olvide de Cristina.

Eso sólo se conseguiría de una manera: con más y mejor populismo
(y si quieren contraejemplo, basta con mirar un poco al norte, a la altura de Brasilia).

Es hora de pensar seriamente el futuro. Está en nuestras manos, dijo ella.


*adapt. El Payador Perseguido, Atahualpa Yupanqui.

lunes, 25 de mayo de 2015

Cuaderno de Notas II


A riesgo de asimilarnos a Chauncey Gardiner, el inefable “jardinero” de la novela de Jerzy Kosinski, es pertinente elegir la metáfora botánica. Lo hemos hecho antes, pero según Mirtha el público se renueva.

Crear condiciones de desarrollo aceptables y sustentables para un país semi-industrializado como el nuestro es una tarea muy parecida a la de un buen jardinero.

Nuestra producción, nuestras especies, son inicialmente brotes vulnerables e indefensos. Necesitamos defenderlos y esta es una tarea activa, deliberada y en lo posible, planificada. Aquí aparecen las primeras disidencias con las teorías ortodoxas, que desde otras geografías y otras historias omiten toda dependencia de su presente con su pasado y nos proponen como solución mágica que hagamos lo mismo que ellos hacen ahora, soslayando (inocentemente?) lo que ellos hicieron antes. Ilógico.

Nuestros brotes, nuestros primeros y frágiles plantines requieren algunas condiciones que nadie discutiría en un vivero: por ejemplo disminuir la agresividad exógena que representan las inclemencias meteorológicas; pero también minimizar la agresividad endógena que representan especies existentes en el entorno, ya desarrolladas, que compiten por los mismos recursos que nuestras especies objetivo: es improbable que una especie incipiente subsista si tiene, desde su partida, que competir con arbustos y malezas expertos en obtener recursos.

Así, podría decirse que la creación de un invernadero, un vivero cubierto, que permita la entrada de grandes dosis de luz pero no el sol directo que podría quemar plantines jóvenes, que sea una barrera resistente a los eventuales vientos y tormentas que podrían ocurrir al exterior de sus membranas, que genere condiciones de ventilación, humedad y temperatura óptimas para el círculo virtuoso de la fotosíntesis.

Este invernadero es, en nuestra sencilla metáfora, la infraestructura provista por las reglas y políticas MACROeconómicas del modelo. El trabajo del Ministro de Economía, que en rigor podría denominarse Ministro de Políticas Macroeconómicas, es atender y promover condiciones para que ese microclima que se creó al interior del vivero, se sostenga en el tiempo. Y, no menor, ir leyendo los sucesos en el exterior para actuar preventivamente (correctivamente si la lectura no fue acertada, o si el fenómeno tiene la urgencia de la catástrofe) en el interior: si la lluvia y la humedad en el exterior se prolongan inesperadamente, convendrá airear, “secar” el interior durante ese lapso. O al revés.

Kicillof y su equipo, por personalizarlo, serán encargado del mantenimiento de ese vivero. Diseñar el sistema de riego, la ventilación, la estructura portante, las características de la membrana protectiva, etcétera.

Si se presta atención, no hemos hablado sobre tareas específicas sobre los productos (plantas, plantines, germinaciones) de nuestro vivero. Si sólo atendiéramos a la creación y construcción del invernadero propiamente dicho, dejando que en su interior la producción ocurriera de manera autónoma y descontrolada, lo más probable es que nuestra sorpresa y decepción fuera instantánea en cualquier visita posterior: especies inútiles y probablemente viciadas, dueñas de las mejores áreas y recursos, ausencia de especies nuevas que no pudieron subsistir, yuyos, maleza improductiva y un largo etcétera. Lo sabemos: también es posible crear un terreno baldío al interior de un avanzado y desarrollado invernadero. Será porque no nos hemos preocupado por las tareas productivas que, siendo “menores”, son esenciales y específicas.

Los jardineros y botanistas recorriendo el interior del vivero son tan (o más) importantes que el encargado de mantenimiento de la infraestructura. Elegir las especies sobre las que se brindarán los máximos cuidados y se convertirán en las protagonistas de nuestra producción futura (nuestras “orquídeas”), darles espacio y condiciones mínimas a las que surgen naturalmente y se venden con facilidad (nuestras “vacas lecheras”), dedicarles tiempo y pensamiento a las que no sabemos cómo se comportarán (nuestras “incógnitas”) y actuar decididamente eliminando especies amenazantes que generen competencia ociosa por recursos.

En la entrada anterior lo anticipábamos: no hemos emprendido después de 12 años esta tarea medular con dedicación y ahínco. Se llama MICROeconomía. Otros le dicen política industrial (horizontal o vertical, no es momento de rigurosidades). Debería ser llevada adelante de manera coordinada, pero con mascarón de proa en el Ministerio de Industria.

Es imprescindible empezar esta tarea cuanto antes: nuestro pasado alcohólico no nos permitiría pasar por una nueva frustración. Los enormes esfuerzos que la sociedad en su conjunto ha realizado para crear y sostener con éxito el invernadero presente no nos habilitan a sentarnos a descansar. Lo más importante está por venir. Y no estamos preparados para una futura decepción. No le vamos a regalar ese escenario a los enemigos de siempre.

Vale subrayarlo: no es un trabajo neutral. Nada que atemorice al kirchnerismo, que ya tiene el cuero duro y resistente de disciplinar a los que hace décadas hacían lo que les venía en gana. Significará disciplinar actores que hasta el momento no han sido interpelados. Es una cancha donde el kirchnerismo se desenvuelve con presteza.

No es menor. Está en juego el país de nuestros hijos y nietos. 

Es hora de arremangarse y llenarse las manos de tierra. Y es ahora.




viernes, 22 de mayo de 2015

Cuaderno de Notas I


Es pertinente todavía, después de tantos años, rehacernos la pregunta “por qué prendió con tanto éxito, tan hegemónicamente, en nuestra sociedad de los años 80 el discurso alsogaray-neustadista que ponía en el altar de lo sacro a la desregulación total y la privatización de empresas públicas y convertía al gasto público y a trenes y teléfonos del estado en el pecado original que nos conducía al infierno”?

No vale la pena hacernos, rehacernos, esa pregunta maldita, aquí y ahora? O es que suena muy anacrónico?

La primera respuesta facilista y simplificativa que podríamos anticipar de nuestros intelectuales clásicos podría ser que aquellos eran años en los que una suerte de ola neoliberal individualista inundaba cada esfera de nuestras vidas, empezando por la política, y que era una utopía impensable debatir y oponerse a los Chicago Boys, que bajaban al subcontinente con recetas inéditas y sencillas, aptas para ser aplicadas de una noche a una mañana.

Permítannos desestimarla, al menos parcialmente. Es cierto que la potencia discursiva de aquel relato era elevada. Pero aquel mundo no era mucho más neoliberal que este.

Actualmente, como ejemplo, uno de los principales enemigos de las recetas tímidamente progresistas y desarrollistas del nuevo gobierno griego es la mismísima España, que atraviesa una crisis del mismo orden de magnitud. Y, más específicamente, los eurodiputados del PSOE son de los más aguerridos enemigos de soluciones alternativas a la solución única que busca el nuevo gobierno griego: sólo admiten la "austeridad". El austericidio dice Paul Krugman. Subrayamos, para quien no lo recuerde, que PSOE significa SOCIALISMO: si esto no es hegemonía neoliberal mundial, quienes hacemos este blog no entendimos nada.

Si bien es cierto que la campaña mediática de los ochenta era robusta y eficaz y que quien inventó el término “la maquinita de imprimir" no fue ni Melconian ni mucho menos Lousteau, sino el propio Alvaro Alsogaray, está claro que él éxito de las políticas neoliberales, en particular desde los 90, se debe fundamentalmente a la existencia de un terreno fértil para su prosperidad en una sociedad fatigada por la recursiva y desgastante repetición de los típicos ciclos de stop&go en su pasado reciente.

No hay ciudadano, no hay emprendedor, no hay instituciones, por duro que se las entrene, dispuestos a transitar un camino en el que una vez cada dos años su poder adquisitivo es cepillado sistemáticamente y el peon que estaba a punto de coronar, deba retroceder 3 casilleros.

El éxito del neoliberalismo en nuestras tierras fue, antes que todo, avalado por el fallido de aquel desarrollismo nacional.

Y por qué estamos hablando de cosas que nos pasaron hace 40 años? 
Pues porque tienen una actualidad inesperadamente enorme.

Digamos que basado en la magnitud de una devaluación enorme (equivalente a llevar nuestros actuales 8.90 pesos por dólar a 32) que pauperizó a nuestra población a límites inimaginables y la subsecuente prolongación en el tiempo de los términos favorables de intercambio (el boom de las commodities llegó hasta casi 2012), además de un trabajoso tejido de condiciones por parte del kirchnerismo, el conjunto de estos tres factores hiciero que el primer ciclo “go” de este nuevo desarrollismo durara inusuales 12 años.

Pero la devaluación de enero de 2014 fue el primer semáforo rojo en esa desenfrenada pero fructífera carrera, que felizmente nos había devuelto a estándares socioeconómicos razonables. Lo que Néstor denominó salir del infierno.

La lectura de la realidad actual parece obvia: ya no están presentes las condiciones que ampararon el más largo y favorable ciclo económico de la historia argentina; no están dadas las condiciones para usar la devaluación como palanca competitiva, ni el precio de los commodities que exportamos está apalancado por una burbuja irresponsable, ni Brasil promete en el mediano plazo una economía dinámica, ni China crecerá a tasas ídem y, para completar el cuadro, atravesaremos las incertidumbres de un cambio de autoridad política en breve.

Pero es necesario dictaminar en este punto que el éxito de un modelo de inclusión y desarrollo como el que proponemos, en un país con las características del nuestro, requiere de una política industrial ACTIVA que el kirchnerismo, hasta el momento, no ejerció.
Su promoción, su crecimiento y su coronación son imprescindibles para convertirnos en el país que queremos.

Estamos diciendo que lo hecho no significa nada?
En absoluto. Lo hecho hasta aquí nos sacó del abismo de la disolución nacional y, no menor, demostró que el debate teórico en la economía desarrollismo vs neoliberalismo no sólo no fue saldado, sino que además hay clara evidencia de que hay un camino posible para “vivir con lo nuestro”. Que nuestro desarrollismo es un camino posible y deseable.

Pero permitannos esta toma de posición:
todavía no sabemos cuál es el precio y cuáles las consecuencias que ha pagado el "modelo" por 12 años de ausencia de una política industrial activa, representada por una gestión industrial inaceptable. Pudo haber servido políticamente para tejer una Pax Romana con algunos factores de poder clave al interior de la UIA, pero en su propio éxito político probablemente radique su fracaso económico, que paradójicamente en el tiempo podría convertirse también en político.

Por eso nos preguntamos, no sin temor, cuántos “stops” está dispuesta  a atravesar esta sociedad en los próximos años antes de que el olvido generacional de las penurias vividas en el 2001 y el canto permanente de los gurúes-sirena neoliberales vuelva a dar vuelta, irremediablemente, la fatigada taba de nuestra historia.

La presidente ha dicho que Kicillof es su mejor asesor. Sabiendo de dónde y con qué antecedentes viene, nos resulta inexplicable que no haya podido convencerla todavía del imprescindible golpe de timón que debe darse para dejar direccionado el barco en el sentido de más y mejor industrialización al próximo presidente que, todo parece indicar, estará ideológicamente circunscripto al neo-desarrollismo del FPV.

sábado, 16 de mayo de 2015

Te lloramos con gas pimienta



Es casi una ley natural que los grandes negocios sean manejados, gestionados desde un liderazgo único, centralizado.

Son poco frecuentes los ejemplos de fuentes de producción y obtención de recursos que alimentan simultáneamente a varias cabezas entre las que no hay consistencia en decisiones y estrategias.
Esto no significa que el vertido de esos recursos caiga en las mismas, únicas, manos: no estamos hablando de a quienes se derivan los recursos sino de quién los administra.

Con el fútbol (y con otras disciplinas deportivas en otras geografías) pasa lo mismo: un negocio brillante y de muy bajo costo converge hacia una conducción centralizada y única.

La función principal de Julio Grondona, su ausencia nos lo deja más claro que nunca, no era la de generar nuevos y más grandes negocios, para los que además tenía olfato y audacia, sino que su centralidad consistía en evidenciarles a los diversos actores, en particular a los presidentes de los clubes, que la clave para la sostenibilidad del negocio era apoyar un plafón mínimo de intereses comunes.

Grondona era, antes que nada, la mesa de arena de las discusiones y compromisos por el reparto. Pero también era garantía de cumplimiento de esos compromisos. Y disciplina para quien los desatendía.
Su ausencia puede verificarse en escenas que nos viene regalando el fútbol argentino en los últimos meses. Con él la foto del presidente de River mirando el clásico sentado en el piso de un vestuario nunca hubiera ocurrido. Y conste que no estamos asingnándole responsabilidades del particular a la dirigencia aurizazul ni tampoco lo contrario. Pero esa escena difícilmente hubiese ocurrido, al menos sin que al día siguiente ambos presidentes fueran  a comparecer, cola entre las patas, ante el señor del anillo famoso.

Por el momento el cuidado de la Pax Romana se ha transferido a la Conmebol, a falta de mejor referencia. Y esta traerá alguna forma de justicia, pero no la traerá en su forma superior, que es la política.

Entretanto se tejen escenarios para elegir al sucesor de Don Julio. Y aunque se lo prefigure un trabajo sencillo y un sitial de poder, es una delicada artesanía de costura diaria de intereses. Nadie que proyecte sus máximas preocupaciones en el rating del primetime podrá dar el piné.

Y una decisión significativa que pende de los futuros protagonistas es decidir qué tanto mal le hace la violencia al negocio. Siendo lo más objetivos posible, debemos reconocer que violencia y negocio han convivido hasta el momento sin que, en apariencia, haya ocurrido una erosión significativa de intereses.

Y aún si la decisión a futuro fuera la de deslegitimar la violencia y alejarla del deporte, sería una decisión relevante pero no definitiva. La violencia sólo puede ser erradicada de los espectáculos deportivos con una decisión meridiana desde el vértice de la política (teléfono, Cantero). Cuestión que el kirchnerismo que tantos logros tuvo, no acometió.


He ahí agenda para el candidato del FPV, ya que en esta materia el candidato de la derecha está hundido en la mierda.


miércoles, 13 de mayo de 2015

No country for old men

El 24 de marzo tuiteé esto



e inmediatamente a continuación esto


Las desprolijidades que viene haciendo Cristina, por ejemplo subirse al estrado de un acto y decir "baño de humildad" (enorme frase de temporada otoño-invierno pret-a-porter) pueden ser esas a las que el populismo choripanero y transpirado que viene gobernando a duras penas este país desde hace nada más que 12 años, pero en el fondo ratifican la lectura política de quien suscribe.

Mientras tanto, en los últimos 6 días hemos tenido que SUFRIR los efectos secundarios de la pasta base que consumen los operadores mediáticos (a los que la clase urbana ABC1 llama periodistas), por ejemplo 

LaNación



 Clarín


El Cronista



En los próximos días se acomoda la interna del FPV de cara a las PASO nacionales, y todo siguiendo la música de la directora de orquesta, que no escucha los sutiles y diplomáticos consejos de Contradicto sino que hace lo que hay que hacer: pone orden.

Pero esto no termina allí, los efectos de la droga que Magnetto y Mitre distribuyen entre sus círculos llegan a extremos como este

  
que lo único que demuestra es que no tienen la más incolora idea de lo que la realidad le marca todos los días frente a los ojos y no pueden ajustarse a un análisis por fuera del microclima de trasnoche alcohólica en alguna mesa de Palermo Hollywood.

Lo repetimos para quien no lo haya entendido: CFK conduce al FPV con un nivel de aceptación y robustez pocas veces visto en la política argentina reciente para un final de mandato y ese liderazgo garantiza una transición hacia la presidencia de Scioli* absolutamente ordenada y prolija. 

Le queda al futuro presidente elegir entre disciplinarse al norte nacional y popular cristalizado en los últimos 12 años o patear el tablero y quitarse el sayo kirchnerista, sabiendo que si elige lo primero su adversario será el poder concentrado que snifa lo mismo que vende, y si elige lo segundo tendrá enfrente a la líder política más sagaz y robusta del último siglo.

*Florencio desde estas páginas nuestro más contenedor y amigable abrazo por tu heroico papel como ánodo de sacrificio político del presente. La marcha de SanLorenzo kirchnerista te tendrá en sus versos como nuestro honroso Sargento Cabral.

Alegría compañeros, Cristina Conduce.

viernes, 1 de mayo de 2015

Un partido ahí, a la derecha


Materia para politólogos hechos y derechos, que los tenemos y buenos.

Desde acá, sólo por el olfato.

Creo que asistimos a un proceso inédito e inesperado en el escenario político argentino. Nuestra derecha, que durante 160 años gobernó desde algún tipo de violencia, al principio desde la coacción patronal del voto cantado y el documento en poder del capanga, luego con la violencia de los tanques en la plaza y los militares en la Rosada y finalmente con la violencia sanguinaria de torturas, secuestros y desapariciones, empieza a encauzarse y someterse al discreto encantamiento de las urnas.

Será que los globos amarillos, la música pegadiza, el bailecito de Mauricio son el preanuncio, la fiesta inaugural, de ese partido único de derecha que tardó 160 años y decenas de miles de hermanos argentinos muertos, desde Dorrego, pasando por los muertos de la Revolución del 90, la Patagonia Trágica, los fusilamientos en los basurales de José León Suárez, la Revolución Libertadora y la Revolución Argentina, hasta Julio López?

Pues en tal caso sería una de las mejores noticias desde el Juicio a las Juntas ponele, mejor que haber pagado la deuda externa, mejor que haber salido sanos y más o menos salvos del 2001, mejor que Yaciretá y Atucha.

Una derecha que le cree a la democracia, que se prepara para competir pacíficamente, que en lugar de mandar soldados a apretar el percutor manda juventudes NBS rubias y regordetas a apretar el persuasor, que arma focusgroups con la guita de los factores de poder, ponchadas de mangos para imprimir afiches prolijitos lindos amarillos Arial tamaño 128 que digan el nombre del candidato dos apellidos de ocasión, ese que va a salir en la tele con la cara del mejor yerno del universo, hablando con las abuelas que toman sol en la plaza y extrañan al Almirante, todos cansados de esta izquierda corrupta, populista y despilfarradora.

Que la derecha entre al redil, que se avenga a las reglas del juego democrático y que participe en paz es como decir que la hayamos domesticado. Haberla domado no es poca cosa.

Habremos creado un régimen competitivo e inmediatamente se harán presentes los efectos secundarios beneficiosos para la sociedad: tendremos un adversario contra quien disputar. Un adversario con argumentos, propuestas y mucha guita para someterlas a debate, para marcar agenda. De este lado tendremos que estar en forma para ganar democráticamente la discusión. Inteligencia, creatividad, audacia, es decir, estar a la altura del desafío. Entrenar. Eliminar grasa y crear músculo. Músculo pensante donde lidera el que tiene las mejores ideas y el que sólo sabe pegarle al bombo, le pega al bombo. La división del trabajo en política.

Habrá que aprender a perder. Y cuando eso ocurra, doblar los esfuerzos para ganar.

Habrá que elegir entre la tesis Brienza, tratando de entender y convencer al electorado, o la tesis seisieteochista con Cynthia García como la zorra que desdeña los votos-uvas porteños porque están verdes. No necesito decir de qué lado estoy.

En corolario, una derecha democrática nos hace bien a todos. A todos. También a los que estamos del lado contrario.

Solo hay que tomar algunos recaudos. Nosotros seremos el partido de la izquierda, del cambio, del progreso. Aún cuando a nuestro interior haya derecha. Está lleno de esos partidos en todos lados y todos los momentos: hay que estar atentos porque el poder fáctico los coopta. Con prebendas, con promesas, con cargos o, lisa y llanamente, con guita.

Ya nos pasó. El Coti Nosiglia y el Chupete Manzano eran lo más revolucionario, lo más sagaz y progre por estas pampas. Uno peronista y uno radical, lo que demuestra que el proceso es políticamente atérmico. Hoy, más que empresarios, más que dueños de medios, más que ricos, ambos son enormes, silenciosos (y temibles) operadores políticos. Ambos se convirtieron en instrumentos perfectos del vaciamiento de la política que vivimos en los años 90.

Y ahora le pasa a Europa: el instituido PSOE español, que supo ser una suerte de partido progre post-franquista, hoy no ve obstáculos para aliarse con la más rancia derecha que representa el instituido PP, en contra del instituyente que representan los chicos de Podemos.

Lo mismo que el socialismo francés de Hollande o el italiano del PD. Cooptados por la oleada neoliberal que los domesticó hasta convertirlos en frase monocorde que repite como un mantra: ajuste o caos, ajuste o caos, ajuste o caos…

No nos puede pasar esa cooptación. Y eso no significa, ni mucho menos, dar rienda suelta a esa suerte de policía política que en algún momento intentó desplegarse desde algunos lugares del kirchnerismo. La vacuna anti-cooptación se construye con debate, con discusión, por caliente que sea, sin chapear y sin tirarle a nadie los cargos por la cabeza.

El kirchnerismo mejora sustancialmente cuando Brienza se pelea con 6-7-8, que cuando todos asienten con la cabeza. El kirchnerismo tiene eso. Y en el partido opositor el dedito del patrón de estancia elige al sucesor. Sutiles diferencias que nos marcan el precio y el valor de la democracia.

Y que demuestran que Cristina entiende que es posible sucederse por un candidato que está a la derecha. Esta sociedad estaba tirando cascotes en diciembre de 2001 y hoy reclama el aumento del mínimo no imponible de ganancias. La pantalla cambió y  la sociedad se corre a la derecha. CFK creé que es factible acompañarla. Hacerlo sin dejar de tensar la cuerda de la redistribución progresiva del ingreso.

También habría que preguntarse cuánto le debe este nuevo escenario electoral a quienes militaron fervientemente las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

Mientras tanto, que sea Macri el sujeto fundante de este nuevo escenario es la paradoja que le reservamos como época a los libros de Historia bajo un texto como el siguiente: “El Partido de Derecha en Argentina fue fundado por un señor que no podía hilar tres frases seguidas, al menos sin que la cuarta fuera ‘necesito vacaciones’”.

Señales de un nuevo tiempo. Como la llegada de la primavera, empecemos a bajar de peso.

Y que gane el mejor.