domingo, 25 de diciembre de 2016

Tornillos sueltos



Qué es ese ruido? Qué es lo que está fallando?

Parece la correa de distribución. Pero no. Lo que está fallando es ese proyecto de izquierda progresista moderada filo-liberal, formateado a la sombra de El Fin de la Historia fukuyámico, en el que democracia y capitalismo se casan y viven felices para siempre, con pequeños ajustes en la tornillería, cambio de foquitos quemados y cambio de filtros cada 10mil kilómetros.

Esos ruidos y chirridos que se escuchan en las grandes democracias occidentales señalan que hay un daño mayor y que difícilmente podamos mantener la velocidad y el rumbo como si nada hubiese ocurrido.

Y, como suele ocurrir, cuando vamos a chequear los desperfectos confundimos síntomas por enfermedades. El problema para la izquierda progresista moderada parece ser Trump. El problema parece ser el UKIP británico. O el problema es la franchuta Le Pen. O el triunfo de la ultraderecha en Austria.

Son todos síntomas, pero ahí no está la enfermedad. El problema no está en las poleas ni en las correas de transmisión, que en esencia transmiten los daños y meten ruido.

El problema está en que las izquierdas progresistas moderadas que se autoproclamaban motores del proyecto, han sido intervenidas, cooptadas, infiltradas por un aceite trucho que les vendió el poder financiero en Wall Street. Ese aceite con alto nivel de acidez picó las piezas, las oxidó y las estropeó. El daño parece irreversible.

Así, las izquierdas progres moderadas propulsoras de ese modelo de convivencia pacífica terminaron imponiendo una agenda tan pero tan parecida a la de sus antagonistas que las diferencias sólo son perceptibles bajo el microscopio.

España no puede no gustarnos como ejemplo atroz. Veamos.

La diferencia ideológica entre el derechoso Partido Popular y el izquierdoso Partido Socialista Obrero Español es tan nimia que casi con naturalidad surgieron en sus extremos exteriores, expresiones que tratan de recrear una izquierda real (Podemos) y una derecha real (Ciudadanos). Notablemente, para consolidar el diagnóstico, la probabilidad de que un caso de corrupción financiera de los más graves y obscenos de la historia peninsular reciente, pueda corresponder a actores del PP (supondríamos a la derecha más amiga del poder financiero corruptor) o a actores del PSOE depende de la caída de una moneda.

Por caso el escándalo de las tarjetas negras de Bankia ensucia a Rodrigo Rato, miembro del PP y amigo de nuestro DeLaRua, mientras que casos como el Filesa o el AVE se asocian al PSOE. Y no alcanzan los dedos de las manos para enumerar casos de corrupción en autonomías y ayuntamientos en los que, a poco de tirar de la cuerda, uno termina encontrando miembros regionales de ambos partidos, hundidos en la mierda.

No es un accidente: el establishment mundial tuvo capacidad para infiltrar y dominar a los partidos del poder a escala global. También en Argentina. 

El menemismo no sería concebible sin la híper del 89, pero no sería posible sin personajes como Manzano, como Grosso, como Bauzá. Piezas de un motor partidario que fueron lubricadas con aceite de negocios fáciles y diezmos interminables.

Es en circunstancias como estas en las que se percibe y se diferencia con claridad a los verdaderos mecánicos de los chantapufis. Los mecánicos se toman su tiempo, analizan y tratan de llegar directo a la causa raíz del problema. Los chantapufis sólo te cambian lo que está roto y te mandan a casa, esperando que vuelvas dentro de un ciclo electoral para ofrecerte un repuesto igual al anterior, pero más caro, porque "este es alemán".

Trump es el síntoma. La causa raíz del problema es el titiritero Wall Street controlando desde las sombras los hilos de Hillary.

La contaminación financiera ácida que afecta al lubricante es silenciosa y opera solapadamente. Pocos actores a nivel internacional la han identificado y su prédica es, por supuesto, limitada. No alcanzarán 20 asambleas en Puerta del Sol, ni cien acampes en Occupy Wall Street, ni mil primaveras árabes: la diseminación de la falla es sutil y los medios de comunicación que deberían alertarnos son controlados por el vendedor del aceite. Cuando alguien rompe el molde, siempre hay una embajada de Ecuador para encarcerlarlo.

En nuestro camino a una inédita re-nacionalización, esta vez paradójicamente globalizada y con conflicto en ciernes entre China y EEUU, quedan todavía muchas cosas por romper.

Y por casa?

La descripción previa tiene tantos puntos de contacto con el escenario político local como grados de libre albedrío. Por ejemplo confirmemos que el gobierno de Macri es síntoma y no enfermedad: está allí por razones que lo trascienden y que no puede manejar, aún cuando algunos de sus protagonistas centrales no pueda disimular un cierto grado de soberbia y hasta escriban libros sobre la épica que significó ganarle al peronismo en elecciones limpias.

Aún más: los analistas medio pelo dicen que, inversamente a lo esperado, al gobierno le va mejor en política que en economía (una zoncera para coleccionar, pero usemosla también para poner ladrillos). Se debe a razones que son hijas del triunfo electoral.

Obtienen leyes que jamás hubieran imaginado negociar. Si suponen que se debe a sus capacidades artesanales en el Congreso se equivocan. La oposición realmente existente quedó congelada en un manequin challenge en el que ningún actor, ni siquiera CFK (mal que les pese a los troskirchneristas), tiene capacidad de juego sin que cada movimiento propio signifique entregar fichas al adversario: un loose-loose que ya lleva un año y que sólo podría disiparse con la potencia de las urnas (el potencial utilizado adrede: también podría ocurrir que las urnas del 2017 no digan nada sustancial al corpus peronista, y la letanía permanezca y viabilice un segundo mandato del peor gobierno de nuestra joven democracia, Dios nos guarde).

Que Macri es el síntoma, repetimos, habilita la analogía con nuestra primera descripción. Pero termina allí.

El kirchnerismo no fue esa izquierda progre moderada a la que se le caen los papeles del discurso y cuando los levanta, sólo leé notas al pie llenas de neoliberalismo. El kirchnerismo fue una izquierda populista inmoderada, ambiciosa y justa, pero provinciana y miope. A la que le sobró coraje para dar batallas innecesarias y le faltó excel para garantizarse supervivencia. 

Jugó un juego que entendió a medias. Y, en rigor, le fue bastante bien. Hasta perder por primera vez en la historia democrática con la derecha rancia en las urnas. También pueden vanagloriarse de eso si quieren.

Valiente y mezquina al mismo tiempo. Tanto, que su mezquindad la encerró en su propia isla y que su valentía la hizo quemar las naves, para luego nunca más poder salir a la mar.

La clave reside, insistimos, en dejar de preocuparse por los síntomas. Y atacar la enfermedad. Que no afecta ni al macrismo, ni a sus votantes, ni a sus aliados circunstanciales: afecta al peronismo. Mirarnos al espejo, explorar, entender y reconocer la derrota, y convertirla en victoria y en el plano secreto que nos lleve de vuelta al poder.


Está todo ahí, dicho y escrito. Sólo se requiere dejar de fungir colectivos, proyectos que son personales, reconocernos genuinamente en los pobres y los olvidados que decimos representar y bajar la cabeza y volver a tender lazos de franqueza y humildad con la sociedad. Que, como la vieja, siempre nos está esperando.

domingo, 30 de octubre de 2016

Fuego



Gobernó durante 23 años.

Y en la ciudad desde donde gobernó, no hay una sola plaza con su nombre.

No hay una calle ni una avenida con su nombre.

No hay una biblioteca ni un museo con su nombre.

Será que sufrimos un Alzheimer social? 
En tal caso, a qué se debería el privilegio de que tan bonita y arbolada avenida de Villa Devoto tenga el nombre de Salvador María del Carril, el hombre que azuzó y empujó al fusilamiento de un héroe de nuestra lucha independentista, uno que no la vivió con angustia? 
Nuestra ciudad olvida, pero como sospechábamos, de manera selectiva.

El nombre de aquel, pero esencialmente sus ideas y su concepción de nación, más que olvidadas, fueron meticulosamente arrasadas de nuestra historia.

146 después de su exilio, 122 años después de su muerte, se erigió un único, solitario monumento en su nombre. Arteramente ubicado en una plaza que lleva por nombre la fecha en que fue destituido.

Debieron pasar todos esos años para que un presidente de origen peronista y programa liberal pudiera emplazar allí un monumento. 15 años más tarde llegó una estación de subterráneo.

Hoy mismo podemos leer lo que leerá cualquiera de nuestros pibes al que le sea asignado un trabajo práctico sobre Juan Manuel de Rosas: "Rosas asumió su nuevo gobierno con la suma del poder público que utilizó para hostigar a sus disidentes fueran éstos federales o unitarios". Wikipedia, 2016. 
Así, tal como está transcripto. Sin comas, sin dudas, sin contrastes. Con toda la furia de nuestros burgueses más patéticos.

Sirva advertirlo: lo que condenó a Rosas al exilio de nuestra memoria y por lo tanto de nuestro presente, fue la interminable autocracia de 63 años con la que lo sucedió nuestra oligarquía de la bosta.

Durante esos años se cocinó ese monólogo pestilente e irracional con el que nuestros maestros, los maestros de nuestros maestros y los maestros de los maestros de nuestros maestros nos "forman".

Hace pocos días se cumplió el sexto aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner. La misma oligarquía, devenida ahora en tecnocracia de ineficaces, ha iniciado el despliegue que tan bien enseñó Bartolomé Mitre: nuestra historia se hace en las villas y en los montes, pero sólo se escribe en las mansiones.


La Historia, siempre tan artera, vuelve a ponernos frente a una responsabilidad moral: está en nuestras mentes, en nuestras manos y en nuestro corazón que Néstor sea desterrado a un olvido de 150 años o que sea recordado como el hombre imperfecto e intenso, el hombre de fuego que realmente fue.


domingo, 25 de septiembre de 2016

10 de marzo de 2010




La noche del domingo 28 de junio de 2009 fue amarga para el kirchnerismo.

Fue la noche de la derrota electoral de Néstor Kirchner frente a DeNarváez.

Algunos recordarán aquella madrugada en el Hotel Intercontinental.

Su primera reacción política tardó un día

perdedor de una elección, hizo lo que hace un peronista:

renunció al cargo del presidente del Partido Justicialista.

Menos de una semana más tarde, el sábado 4 de julio

Néstor bajó al llano y se mandó a una asamblea de CartaAbierta en ParqueLezama

la mayoría de los kirchneristas recuerdan aquella reunión

tono calmo, asunción de la derrota, esbozo de autocrítica.

Ahora un paréntesis y reencontrémonos la primera semana de febrero de 2010.

El 7 de febrero NK fue intervenido quirúrgicamente en la arteria carótida en Sanatorio Los Arcos

El 9 de febrero, dos días después de la operación se filtró una noticia desde la Terapia Intensiva del Sanatorio:

¿Bajar los decibeles? ¿Reducir el estrés? ¿Retirar el cuerpo de la contienda política? 

NO. La noticia era que NK volvía a la conducción del PJ

Un mes después, el 10 de marzo a las 22 horas, finalizada la reunión del Consejo Nacional del PJ en Resistencia, Chaco,

a un mes de su intervención quirúrgica

y exactamente 252 días después de aquella triste noche en el Intercontinental

Nestor hizo lo que un peronista con responsabilidad por un proyecto colectivo nacional y popular hace,

y se volvió a hacer cargo, con el acuerdo de todos los dirigentes presentes, de la conducción del partido.

3 días más tarde, las instrucciones para Accavallo, el intendente kirchnerista de Villa María,
eran que DeLaSota tenía que estar "adentro".

Y así con todos los que pudo.

El 14 de marzo, Néstor se hizo presente, junto a muchos otros en el Acto de Ferro, que muchos recuerdan como el punto de inflexión de la derrota de 2009 que nos llevó a la enorme, impresionante, victoria de 2011, ya sin su presencia física.

Muchos dijeron que la victoria kirchnerista de 2011 se debió a la muerte de Néstor; salames que no se dan cuenta que esa victoria no se hizo con su muerte sino que se hizo con su vida, con lo que tejió mientras estaba vivo.

Enfrentar la derrota, meter las manos en el barro y juntar todas las cabezas dispuestas a un país justo, libre y soberano. Las cabezas de los dirigentes y las del pueblo.

Ese domingo un amigo y periodista que fue "raleado" de los medios oficiales por encumbrados dirigentes de LaCámpora, @martinpique, publicó esta nota que describe maravillosamente la efervescencia que vivíamos en aquellos días felices

Por favor tómese unos minutitos para leerla:

Van más de 300 días desde la derrota electoral del 22 de noviembre de 2015.

Compañeros kirchneristas, no necesitan seguir las recomendaciones de Contradicto, ni las de Alejandro Dolina, ni las del pintor peronista Daniel Santoro, ni las del antropólogo Alejandro Grimson.

Alcanza con seguir los pasos del mismísimo Néstor Kirchner.

Todo lo demás, el empoderamiento, el antipejotismo, los pruritos progresistas y la nariz fruncida por el olor a transpiración y a choripán, son una sanata patética y peligrosa porque deja a esos que decimos defender en las fauces del neoliberalismo tilingo que nos gobierna.

El tiempo corre y los pobres, los invisibilizados, no pueden esperar.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Espérame en el cielo



El macrismo defaultea el presente. Esa es su marca de agua. Antes que gobernar, prefiere comentar que está gobernando. Porque gobernar implica una erosión a la que no está acostumbrado.

El anclaje del macrismo está en el pasado. Y en el futuro, simultáneamente. Viven allá. Y allá. El pasado es ese paraíso en el que el kircherismo era un infierno en el gobierno. El futuro será ese paraíso en el que el macrismo finalmente gobernará de una vez por todas esa Australia agroindustrial y de servicios en la que cualquier adolescente recién salido de la secundaria tendrá un lugar garantizado como empleado de un McDonalds o un call center, de manera que aprendan desde bien temprano en sus vidas que un self made man gaucho es, antes que nada, sobreviviente del capitalismo sin cepos.

Notablemente, cuando este gobierno ve sacudirse alguno de los pilares de su identidad, digamos por ejemplo 3 comentarios negativos en las redes sociales, dos tuits muy erosivos, a diferencia del resto de los mortales que sólo pueden fugar hacia adelante, tiene la opción de fugar hacia atrás. Eso explica por qué cuando el tarifazo pone a máximo el fuego conque hierve el malhumor social, la respuesta es el timbreo, ese pasado glorioso, que murió hace ya más de 300 noches.

Esta estrategia tiene una única gran dificultad: los anclajes de pasado y futuro están destinados a separarse, paulatina, irreversiblemente. El futuro nunca llega. Pero el pasado está cada vez más lejos. Y el PRO se convierte en el personaje de un dibujo animado que se estira, graciosamente, con música de fondo y risas. 

Y, Hooke lo permita, se estira. Y se tensa. Se tensa feo. Se ve en los humores crispados de su CEOcracia. Cuando el elástico está en su límite, las sonrisitas ganadoras de desdibujan, y el que le guiña el ojo a las chicas es Massa.

Las operaciones judiciales contra Cristina Kirchner son un intento de replicar una escenografía, cartón y madera, ahí atrás. Pero es escenografía y es cada vez más dificil ocultar terminaciones que no se hermanan, colores que no se complementan. Bonadío resultó ser tan mal escenógrafo como es mal juez. 

Entonces sólo cabe preguntarnos qué es el presente, qué lo materializa.

La respuesta es una y una sola, la misma de siempre. El presente, denso, tibio y maloliente, es de nuevo el peronismo. Puchero maldito del país barbecue. La Hidra de Lerna de la política argentina de los últimos 70 años, fija bulones y tirafondos al presente, recreando su propia identidad.

No es extraño, entonces, que los resultados contantes y sonantes de la cumbre davosiana sean paupérrimos en términos de anuncios de inversión pero exuberantes en términos de recado dejado por los amos de la globalización al cadete local: "Sólo pondremos el primer dólar cuando te construyas en el presente. Y sólo te consideraremos en el presente cuando controles al peronismo".

Una tarea nauseabunda la que le piden. Porque los mandantes no entienden que Macri y los suyos aborrecen al peronismo. Si les pidieran muerte y destrucción, incluso, sería más fácil.

Pero le piden que negocie, que pida y que conceda. A él. A quien los considera, sin contrastes, responsables de la decadencia argentina. El macrismo, que no es otra cosa que la oligarquía vacuna, no puede someter al peronismo por una simple razón: lo odia con un odio que anula cualquier estrategia.


Eso era lo sensual de Menem, oh Menem, lo que no pueden reeditar con el muchachito de ojos celestes posta: el menemismo controlaba al peronismo porque el menemismo era una hydra, otra más, del peronismo. Menem armaba el excel del peronismo en un rincón, y a ellos sólo les quedaba sacarse fotos con tapados, o mostrar el interior de casas que no eran suyas en José Ignacio, o coordinar y emprolijar el saqueo.

Cerremos esta nota, primera en meses en este blog, diciendo que si el macrismo defaulteó el presente, pues el peronismo, y en particular el kirchnerismo, defaultearon el pasado. Y el futuro.

Pero eso lo comentaremos más adelante. 

domingo, 5 de junio de 2016

Eufemismos y conspiraciones



Los posts anteriores tratan de revelar la médula de la estrategia en política económica del gobierno de la alianza Cambiemos. La veníamos anticipando hace un par de años. Desde el 10 de diciembre sólo hemos pasado de la anticipación a la descripción.

El plan de destrucción y pauperización de los tejidos intermedios de la sociedad está en escalada rampante: como un lobo salvaje en un jardín de infantes vienen a vengarse y destruir lo construido. Los urge una certeza impostergable: tarde o temprano llegará el infalible cazador, ese que siempre terminó poniéndoles bozal y cadenas, el peronismo. No será distinto esta vez. Aprovechan este interludio para sentirle el gusto a la sangre de las nuevas generaciones y cortar la inanición de más de una década.

Si se requiere conocer los detalles del salvajismo basta con leer diarios no oficialistas y ver los canales "no independientes", pero también sobra con ver cómo les explota en la boca el inconsciente a funcionarios oficialistas y operadores amigos: desde aquel "el modelo es India" hasta este "le decían a la gente que se puede vivir de esta forma eternamente".

En este blog no creemos necesario, a más de 6 meses de la derrota electoral del FPV, sumarnos al corso triste de denuncias, quejas, lloriqueos y mateadas en las plazas en que se ha convertido la oposición. Es obvio que estas expresiones adolescen del combustible principal de la acción política: voluntad y vocación de cambio.

Lo que queda del FPV tiene demasiadas reminiscencias con la mujer golpeada que no termina de abandonar al sádico, detrás de la vana ilusión de que modifique su actitud.

Y el principal anclaje a la inacción sigue siendo (y es natural y esperable que lo sea) la poderosa vinculación en el orden de lo emocional que CFK ha desarrollado con sus partidarios, la naturaleza filial del vínculo que grandes sectores del FPV crearon y mantienen con ella. Para muchos Cristina se ha convertido en la única hada madrina que los liberará de esta pesadilla neoliberal.

Como en un cuento infantil, poblado de buenos y malos, de fieles y traidores, Cris y los suyos vendrán a liberarnos para siempre. No pueden ver que una mayoría de criaturas del bosque prefieren que el Hada deje de hacer sus "milagros" por un buen rato.

Desde este blog hemos estado escuchando atentamente en las últimas semanas a referentes políticos y económicos del kirchnerismo más puro, más cercano a la ex presidente. Entendemos que así como 6 meses son suficientes para confirmar las líneas directrices de la mafia que nos gobierna, también lo son para leer e interpretar las razones de la caída popular.

El panorama es desolador: así como el macrismo no puede conjurar ese estigma de gobierno de clase, el kirchnerismo parece no haber entendido en absoluto las razones de su desastre. Sus usinas se han convertido en verdaderos ases en el manejo y direccionamiento de la autocrítica para terminar pegándole al gobierno (que es un rival facilísimo).

Para decirlo de una manera clara: si mañana la mañana le prestáramos la manija y libertad de acción a los cuadros kirchneristas que gobernaron, nos llevarían inevitablemente a las mismas condiciones de restricción externa de 2011/12.

Nos queda, íntimamente, una última, deseable teoría conspirativa; que, en un acuerdo secreto, tanto el gobierno de aquel momento como las fuerzas del candidato oficial Scioli se hayan puesto de acuerdo en términos que resonaran en la siguiente frecuencia: "Las conjuras a la restricción externa son dos: una virtuosa, mucho antes de que ocurra y una viciosa, cuando ya ocurrió. Es tarde para la primera, ya nos ocurrió: que la medicación amarga de la devaluación, la solución viciosa, la administre la derecha. Dejémoslos ganar y hacerle frente al muerto; volveremos con otro tipo de cambio y otros desafíos".

Si, en efecto e íntimamente, tanto sciolismo como kirchnerismo preferían una derrota honrosa, estuvimos, 51 a 49 a punto de cagarla. Lo que nos conduce a sospechar que no hubo tal secreta mesa de arena.

Y que los diagnósticos de referentes económicos y políticos del kirchnerismo no son una cortina de humo. En tal caso estamos al horno. Firmamos con las dos manos que no tienen, no tendrían en el poder, la más puta idea de cómo seguir.

Desde un análisis de largo aliento los corolarios son horribles: si nuestros Golden Boys de la heterodoxia, durante 40 años de hegemonía neoliberal y desde las catacumbas del neo keynesianismo, no han logrado encontrar la receta para mandar la restricción externa al fin de los tiempos, lo que viene es una larga sucesión de expansiones populares reiterativamente clausuradas por intervenciones reaccionarias que, argumentando "emprolijar" el desmadre populista, aprovecharán para robustecer sus cuentas en Panamá.

Este esquema tipo dientes de sierra importa un riesgo enorme y carísimo: el mayor perdedor del juego no es la derecha sino los buenos de la película: el populismo. Porque confirmaría lo que después de 4 décadas va camino de convertirse, en boca de cualquier pelotudo, en profecía autocumplida: "cada 10 años este país explota".

Y no hay nada peor que un pelotudo creyendo haber demostrado una tesis con su frase de cabecera: "no te dije?".

En efecto, si el populismo no diagnostica, receta y administra una solución adecuada en el camino al desarrollo, marchará irremediablemente en el camino contrario: ser "el arma estúpida de la izquierda inoperante".

Desde este blog creemos que la vacuna macrista no "prenderá": que nuestra sociedad ha creado suficientes  anticuerpos para identificar al virus de su autodestrucción y lo rechazará en breve.

Pero con igual énfasis creemos que, salvo cisnes negros, Cristina Kirchner no volverá al poder. Sin embargo creemos que su acción política es crucial para evitar una trayectoria que podría resultarnos tan nociva y perjudicial como el macrismo: hablamos de la oligarquía diversificada nuevamente enquistada en el poder; hablamos del muñeco Massa.

Nuestro futuro está en manos de CFK, pero de ninguna manera en el sentido kirchnerista que podría adoptar la frase sino, exactamente en el contrario: la oposición realmente existente ascenderá cuando ella descienda. 

Nuestras verdaderas posibilidades aumentarían si CFK siguiera una hoja de ruta basada en 
  1. resignar pretensiones personales o para los de su círculo cercano, 
  2. bajar al barro de la política partidaria, 
  3. operar colabora y cooperativamente con dirigentes con capital popular reconocido en la reconstrucción de una oposición de base amplia, obrera, peronista y acumulativa, 
  4. hacerlo generosamente, sin reserva de beneficios (que los tiene y le llegarán en catarata)

Los hechos están ahí para quien quiera verlos: un viaje, una intervención suya y algunas reuniones con compañeros en Buenos Aires en abril reconvirtieron el voto en favor del acuerdo con los fondos buitres en el voto en favor de la doble indemnización. Votaron las mismas manos. Y el lapso entre ambas votaciones, huelga decir que ideológicamente contrarias, fue de exactamente 48 días. 

Ese es el poder real del kirchnerismo. Extrapolarlo a un retorno al Poder Ejecutivo es, más bien, material para una novela de Isaac Asimov.


Y si desea confirmar cuán perdido está hoy el kirchnerismo, contraste la hoja de ruta arriba con ese delirio de atril que se llamó Frente Ciudadano.

lunes, 9 de mayo de 2016

Cooptaciones y Eufemismos



Decíamos en la entrada pasada que la ciencia económica más que una disciplina es un campo de batalla donde se dirimen las disputas por el sentido común que adquieren las investigaciones y, principalmente, sus corolarios y consecuencias.

En esa entrada hablábamos del proceso de enjuage y suavizado al que se sometieron los principios keynesianos. Por supuesto no es el único caso: en el curso del último lustro fuimos testigos de la aparición de la teoría de Piketty, que vino a desintegrar la tesis de Kusnetz que decía que en el largo plazo las sociedades tienen naturalmente a una distribución progresiva del ingreso. Con buena data y sesudo análisis Piketty demostró lo que todos sabíamos: la tendencia es hacia la concentración. A quienes nos interesa el tema nos llegó a apasionar el intento por "destruir" la tesis de Piketty; algunos lo hicieron frontalmente: Piketty puso mal una coma acá y un tilde allá. Otros fueron por la cooptación: es capitalismo es cíclico y las mediciones del francés no alcanzan.

En fin, como sea, hay entre estos procesos uno que nos interesa especialmente. En 1958, pleno apogeo de las teorías keynesianas y los estados de bienestar en los países centrales, un señor llamado William Phillips publicó un artículo que volvió a sacudir al mainstream económico.

Estudió 96 años de correlación en Gran Bretaña entre desempleo e inflación. Su hipótesis, que surge de un análisis extendido del modelo IS-LM, fue obvio: en las condiciones típicas del funcionamiento de un mercado de competencia, lejos de "efectos de borde" diferenciales, desempleo e inflación están relacionados de una manera intrínseca e inversa. Cuando aumenta la inflación, baja el desempleo. Y viceversa.

Su trabajo, condensado en la denominada curva de Phillips, pasó a ser parte de la infraestructura del pensamiento económico. Por supuesto su enunciación y efectos son totalmente adversos a las estrategias de los poderosos cuando, buscando disciplinar sociedades y naciones, presentan planes económicos que disfrazan como demandas por bajar la inflación, al que caracterizan como "el impuesto de los pobres".

De manera que la Curva de Phillips era un grano en el culo del poder desde el momento mismo de su presentación en sociedad. Y su destino estaba cantado: o demonizarla o recusarla. Ocurrió lo segundo. La crisis del petróleo de 1973 desencadena unas condiciones específicas: la economía global entra en recesión pero el crecimiento exponencial del precio del petróleo desata un derrame inflacionario sobre la totalidad de los bienes porque todos, de una manera u otra, tienen un contenido energético.

De manera que por un período de tiempo se da un efecto inédito en la economía mundial que hoy se conoce como "estanflación": inflación rampante y desocupación creciente. Alcanzó sólo con este set de condiciones espurias, gatilladas por un evento inaudito: la cartelización subrepticia de la oferta energética en el mundo.

Esta circunstancia permitió a los economistas del mainstream "librarse", por fin, de la Curva de Phillips. Desautorizaron su validez arteramente, una vez más. Es como decir que un auto de la Fórmula Uno no sirve porque no tiene cenicero. Una teoría  socio-económica no puede ser evaluada a la luz de condiciones excepcionales, si dichas condiciones no están previstas en las premisas del modelo en cuestión, toda vez que los agentes tienden a actuar distinto. 

Los profesores de economía ortodoxos que se ven en la "difícil, sucia" tarea de mencionar a la Curva de Phillips en sus cursos de Macroeconomía, lo hacen como refiriéndose a un capítulo cerrado (y preferentemente muerto) e invalidado.

Esto tiene, naturalmente, impacto directo sobre la Argentina de hoy y sobre nuestra realidad económica. El gobierno de Cambiemos ha puesto a la inflación en el centro de su agenda. Por supuesto no es inocente: disfrazada de una pretensión virtuosa de cuidar el bolsillo de la ciudadanía, la lucha contra la inflación esconde su verdadera naturaleza, detener el proceso de distribución progresiva del ingreso.

La economía argentina no ha sufrido recientemente ninguna perturbación que inhabilite la validez de la Curva de Phillips, que nos dice que hay una única verdad.

La INFLACIÓN se regula con una palanca que en el otro extremo dice DESOCUPACIÓN.
La virtuosa expresión "El gobierno quiere bajar la inflación" tiene en economía una lectura reversible y viciada, una cinta de cassette que se pasa al revés para escuchar al demonio de la realidad: "El gobierno quiere subir la desocupación".


Los despidos con que el macrismo despegó su gestión, sobre una importante masa de trabajadores estatales que fueron etiquetados perversamente como "ñoquis camporistas", fue el comienzo de su nuevo relato y una insoslayable señal al poder económico: si bien gravísima, su consecuencia más importante no serán los 50, 60mil despedidos y despedir gente ya no es una incorrección ni económica ni política. Empezó, desembozadamente. Todas las grandes empresas en Argentina están reduciendo planteles o su contracara, reduciendo salario real.

La disyuntiva será inevitable: es un hecho que la inflación bajará efectivamente en el ahora famoso #SegundoSemestre. Y también más allá. Sólo el patrulla perdida de Aranguren puede adversar con este hecho. En consonancia la desocupación subirá. IRREMEDIABLEMENTE.

Está en el ideario de este gobierno la repetición de un ciclo que ellos consideraron virtuoso y, a la luz de su pardigma, uno de los mejores ciclos del capitalismo vernáculo: el del menemismo 91-95. No lo confesarán. Pero ese es su sueño húmedo.

Enfrenta, eso sí, algunos problemitas. Por ejemplo no tiene el precedente de un ciclo de hiperinflación provocada, ese efectivo disciplinador social.

La repetición de ese ciclo es improbable porque después del menemismo 91-95 (y por lo tanto más fresco), en nuestra memoria social y política, están el 19 y 20 de diciembre de 2001. 

Precisamente de esta confrontación de modelos hablaremos en los próximos episodios.









domingo, 8 de mayo de 2016

Secuestros y Cooptaciones



Que la economía ha sido cooptada por los poderosos es algo que ya hemos reiterado en este blog. Siendo la ciencia que estudia cómo se cortan y distribuyen las porciones de la torta, era obvio que el mango del cuchillo tenía dueños garantizados.

Por supuesto que esta cooptación no podía ser perfecta: existen personas curiosas que no se conforman con que les cuenten un cuento pletórico de sentido común y deciden preguntar, preguntar y preguntar. Al final del camino los preguntones económicos se agrupan dentro de un colectivo sin límites claros denominado "economía heterodoxa" mientras que los que juegan en el equipo de los patrones reciben la etiqueta de "ortodoxos".

Ser economista ortodoxo no sólo tiene la ventaja de jugar en el equipo de las estrellas; además todos los medios de comunicación están a tu favor y cuentan con detalles tus jugadas exitosas, al tiempo que esconden tus fracasos.

Sin embargo la historia del pensamiento económico esconde anécdotas jugosísimas que ponen en evidencia con qué arte se ejecuta la manipulación de las investigaciones y los hechos que ponen en discusión al poder o bien se omitan, o bien se tergiversen.

Uno de esos momentos de la historia es el que describiremos a continuación.

John Maynard Keynes era un noble británico bien forrado, que frecuentaba las élites de la corte y el parlamento inglés, se codeaba con las minas más lindas y multiplicaba su fortuna en la timba de la Bolsa Londinense. Difícilmente se podría decir que JMK fuera un modelo de proto-marxista. Por el contrario era un tipo criado y fiel al capitalismo.

Pero también vivían en él algunas características de personalidad muy marcadas: era un tipo extremadamente ético, intelectualmente muy brillante y condenadamente curioso.

Digamos que antes de Keynes no existía la economía de países. No estamos diciendo que en rigor no existiera, sino que no era una algo que se tratara como una disciplina de ciencia social. Los países tenía cuentas, un presupuesto, ingresos y egresos que típicamente eran monitoreados y administrados por un Ministro de Hacienda. Hacienda se refiere a ese quehacer: controlar las partidas del presupuesto.

El mundo ya había tenido a Smith, a Ricardo, a Stuart Mill, a Marshall y sus marginalistas, sabía lo que era la economía. Pero cuando JMK publica en 1936 su libro "Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero" claramente los modelos económicos precedentes entraron en zozobra. Keynes lo sabía, y simplemente ninguneó que le estaba dando un golpe mortal al capitalismo victoriano conocido hasta el momento. Pero confiaba que su teoría podía colaborar en sacar al planeta de la crisis más profunda de la que se tenía registro. Sólo amparado por su honestidad intelectual le presentó sus ideas a quien más las necesitaba: el presidente norteamericano FD Roosevelt.

Como era de esperarse, el Poder necesitaba una urgente estrategia de control de daños científicos que pudieran emerger de la "Teoría General". Así, en septiembre de 1936 se convocó en Oxford a un Congreso de Econometría cuyo eje central era, naturalmente, discutir a Keynes.

En ese congreso hizo su aparición una terna (Harrods, Hicks y Meade) que presentaron una interpretación matemática de postulados centrales de la Teoría General. Había una cierta desesperación, siempre ocurre con las nuevas teorías, por leer a Keynes con los lentes de la teoría anterior. Y es esperable que la TG pusiera muy nerviosos a los economistas de la época: en sus 318 páginas no hay un sólo grafico, dibujito que ilustre la contundencia académica de la teoría; es un ladrillo de análisis, deducciones y corolarios en prosa.

De la terna anterior Hicks tomó el mando y escribió en abril del 37 un trabajo: "El Sr Keynes y los "Clásicos": una interpretación sugerida".

Este fue el proceso por el cual se intentó domesticar al indomable Keynes: Hicks crea lo que se llama el modelo IS-LM, acrónimo por inversión/ahorro/liquidez y dinero.

Paradójicamente, en las aulas de economía de todo el mundo, cuando se enseña la teoría keynesiana por default los profesores recurren a explicar el modelo IS-LM. Sinceramente hay implícito un engaño: ese modelo es la interpretación ortodoxa de la teoría keynesiana. A fuerza de repetirlo durante 80 años, muchos piensan que están enseñando a Keynes.

No deja de ser un dato que a nuestro modo de ver captura el estrés al que estaban sometidos los economistas que necesitaban entender a Keynes, que el gráfico del modelo IS-LM tiene insoslayables puntos de similitud con el gráfico más fuerte del que disponía la economía clásica: el del punto de encuentro de la oferta y demanda de un mercado que establece el precio y la cantidad de equilibrio de un bien determinado. Hasta en eso se notaba la necesidad de domar a Keynes.

En pocos años la economía ortodoxa logró un triunfo parcial: han posicionado a la teoría keynesiana como un caso especial, una excepción, asimilable a la frase "Economía de la Recesión". La historia y los hechos nos cuentan todos los días, especialmente en países con estructuras económicas como la nuestra, que es exactamente al revés: las condiciones que deben darse para el cumplimiento de las leyes básicas de la ortodoxia económica son un subconjunto de la economía keynesiana.

Este post buscando aclarar que ni a Keynes dejaron de tergiversarlo. En breve una próxima entrega donde miraremos otra tergiversación, pero esta vez mucho más cara a nuestra realidad, a nuestros derechos y a nuestro bolsillo. Ejecutada, como siempre, por los dueños de la pelota.


Hasta entonces.



sábado, 23 de abril de 2016

Ese es tu walkman?



Tenés un i-phone, el bebé de Steve Jobs? Bueno, quizás no, no te alcanzó la guita... en su lugar tenés un smartphone de otra marca, no tanto prestigio, no tan aspiracional, pero prácticamente las mismas funciones...

Y qué sabés, qué sabemos, sobre un i-phone? Que es un delicado y sofisticado producto de la tecnología construido por una firma privada norteamericana como Apple, un hijo dilecto y bien promocionado del sistema capitalista global, en el que la iniciativa privada, el espíritu salvaje de Schumpeter, el dipolo perfecto del capitalista y el emprendedor se unen para formar un equipo de superhombres que con grandes ideas, con audacia para enfrentar riesgos, con voluntad para crear productos y abrir mercados y, finalmente, junto a Pinky y Cerebro, conquistar el mundo.

Wonderful world, decía Louis Armstrong. Pero metámonos en la cocina y analicemos esta receta super exitosa con un poco más de detalle. Qué es lo que convierte al i-phone (y hoy a la mayoría de los smartphones) en esa sofisticada maravilla cuya falta convierte en miserable la vida de mucha gente? Veamos.

Centralmente es una microcomputadora, puede realizar la mayoría de las funciones que hoy realiza cualquier notebook, salvo aquellas que se conviertan en un impedimento por cuestiones geométricas (por ejemplo leer un DVD). Y es una microcomputadora esencialmente porque lleva un microprocesador.

La investigación y el desarrollo de los microprocesadores actuales fue fondeado por una agencia estatal norteamericana llamada DARPA (la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa), que depende del Pentágono. A lo largo de los próximos párrafos veremos cuán insoslayable y concreta es su participación en proyectos "direccionados", para obtener resultados concretos.
También fueron provistos por DARPA los fondos para desarrollar discos rígidos de tamaño micro, imprescindibles para celulares cuyo espesor se mide en milímetros.

Pero ningún aparatito funcionaría razonablemente sin esas baterías de ion-litio que dejaron atrás todas las incomodidades de las viejas (e histéricas) baterías níquel cadmio: los sustratos LiFePO utilizados hoy en el 99% de las baterías recargables fueron desarrollados por la Universidad de Texas bajo el mandato (y el au$picio) del Ministerio de Energía de Estados Unidos.

Hay detalles menos conocidos, por ejemplo que la memoria cache de los smartphones (la DRAM Cache) es un desarrollo que dio nacimiento a la empresa Intel, pero que originalmente fue bancado por la DARPA.

Antes, mandar un sms era una proeza. Hoy mandamos videos, fotos y mensajes de audio que llegan a destino al instante. Semejantes paquetes de información son enviados utilizando algoritmos de compresión de datos cuya lógica fue desarrollada para y fondeada por la Oficina de Investigaciónes del Ejército Norteamericano.

No nos olvidemos de la pantalla LCD, cada vez con mejores colores, cada vez con mayor definición: la misión y los esfuerzos de investigación y desarrollo fueron sostenidos por la NSF, la Fundación Nacional de Ciencias, la Agencia que fondea los proyectos no farmacéuticos del estado norteamericano.

Esta enumeración podría seguir... los programas de reconocimiento de voz, la pantalla táctil, el GPS, el protocolo HTTP, la mismísima Internet fueron proyectos ordenados y pagados por algún instituto, alguna agencia del Estado, es decir financiamiento público, es decir los contribuyentes.

Entonces estamos diciendo que Steve Jobs y su equipo son un cero a la izquierda y que no sirven para nada? No. Hicieron varias cosas esenciales para convertir al iphone en el éxito comercial que es: el diseño y la integración por un lado (y no podemos expresar esta última idea sin dejar de pensar en el genio ese que te dice que la industria electrónica en Tierra del Fuego "es sólo integración", Nike también es integración McDonalds es integración) y por otro lado una estrategia de marketing aceitada y perfeccionada hasta el éxtasis, que logra que un tipo pase toda una noche de frío invierno neoyorquino haciendo la cola porque la mañana siguiente se lanza la venta del nuevo modelo de i-zorongo, que cuesta el doble que sus competidores y no se sabe cuán bien funcionará. Crear un club de seguidores y hacerles creer que son líderes es, en sus términos, la mayor genialiad de Jobs y los suyos.

Lo que resulta insoslayable es que las tecnologías básicas que subyacen  a una plataforma compleja son típicamente pagadas por el conjunto de los contribuyentes (entre los que también está, directa o indirectamente, usté) pero sus beneficios directos son apropiados por una firma, una persona. De hecho si Apple tuviese que cargar en el precio del iphone todas las horas de I+D dedicadas de cada ítem que compone sus productos, el iphone no tendría precio.

Este ejemplo desplegado aquí en pocos párrafos es la punta de un iceberg que una economista nacida italiana, criada en EEUU y doctorada en Gran Bretaña ha estado mirando con una óptica no convencional. Mariana Mazzucato, tal su nombre empezó por mandar al cesto de basura los típicos prejuicios tan fuertemente instalados (ella nos anticipa que no sólo en la mente de muchos argentinos sino que el síndrome afectan otras latitudes con la misma virulencia), que tienden a calificar de inoperante, vaga, lenta e inerte a la burocracia estatal y, con la misma liviandad convierten en eficiente, poderosa, flexible y audaz a la iniciativa privada.

En un libro denominado "El Estado Emprendedor", todavía no editado en Argentina, Mariana demuele con datos, con ejemplos, con números y con razonabilidad el mito de los indviduos emprendedores schumpeterianos capaces de genialidades para conseguir unas monedas. Y pone en verdadera perspectiva el avance obstinado, meticuloso y firme de los Estados en los caminos de la innovación.

Y no es que lo hace en la China del Estado omnipresente. Lo hace en la tierra de las libertades, la iniciativa individual y el individuo, Estados Unidos.

Como hace un par de años nos visitó el francés Piketty, esta semana estuvo en nuestro país Mazzucato quien, en su disciplina, hace implotar el relato neoliberal que el macrismo tratará de reinstalar en Argentina de predominio de la iniciativa individual por encima de la potencia de una sociedad puesta a hacer cosas.

Seguiremos charlando sobre sus teorías, no porque nos interesen particularmente, sino porque tienen muchísima tela para cortar respecto de 12 años de una búsqueda infructuosa de un camino a un desarrollo sostenible y equitativo, ahora truncado por esta irrupción transitoria del Gobierno de los Tilingos.


domingo, 10 de abril de 2016

Colibrí



elijamos por un momento la sinceridad
no es que tu alas me gustaran
tus alas me alteraron
tus alas me paralizaron

todo a mi alrededor,
mi mundo cambió,
cuando llegaron tus alas
los segundos perfectos que se quedaron
el aire batido, las ondulaciones que me regalaron.

cuando tu pico libó de mi cuello
tu beso furtivo
sólo hubo una cosa más linda que tu boca, colibrí...

tus alas embrujadas, inasibles.

viernes, 8 de abril de 2016

Impresionismo Peronista III



En la entrada anterior concluíamos que nuestro presente y futuro político no se están cocinando en los pasillos y despachos de Casa de Gobierno. Quizás convienen algunas ampliaciones.

Empecemos por decir que nos gobierna una elite de hijos de estancieros cuyo objetivo principal es reinstalar el modelo de explotación que aprendieron meticulosamente de sus padres y luego, suponemos, perfeccionaron. Un solo tuit genial de nuestro amigo @mendieta alcanza para poner en evidencia su inviabilidad:

“El talón de Aquiles está claro: en el gobierno son clasistas. Y hete aquí que de una ínfima minoría. Punto.

El proceso iniciado tiene un solo problemita: o le faltan los fusiles apuntando al pueblo; o el estrés post traumático de haber sido víctima, testigo o parte de un saqueo a un supermercado, un asalto al Congreso; o ambos. No pervivirá. Y no vale la pena detenerse un minuto más en analizar ninguna de sus medidas, la “Banda de los Tilingos” cumple a la perfección lo que predijimos durante meses.

Pero su grado de salvajismo sí es un dato ineludible. Si la virulencia de las medidas fogoneadas por su sector más duro se radicaliza, al interior de la oposición la cancha se inclina a favor de CFK.
Cuanto más salvajes sean, mayor será la propensión social a amnistiar los pecados políticos del kirchnerismo. El silencio cristinista de 120 días es estrictamente funcional a esa estrategia: no decir es no equivocarse, es buscar ser recordada en el antes, no en el barro del ahora.

Es una buena táctica que omitió un detalle: tus adversarios principales pueden convertirse en aliados circunstantes de la tilinguería gobernante.

En algunos espíritus del kirchnerismo emocional esto genera niveles de furia de altísima pureza. Pero están leyendo la política con las emociones. El kirchnerismo los ha educado en esa épica.

Al peronismo territorial le toca el papel del malo. Cuando en rigor está jugando un papel racional: su contradicción principal es la perseverancia kirchnerista en la derrota y su misión no es exterminarla, pero sí disciplinarla.

En eso están: ninguno individualmente se acerca siquiera al caudal que CFK “disponibiliza”. Pero intuyen que corporativamente pueden competirle. Y recurren a todo su arsenal para edulcorar su poder (54 a 16, están siendo efectivos).

Saben que sólo es CON ella. Pero también saben que nunca es BAJO ella. Y está claro que no accederá a bajar por su propia voluntad.

Los acuerdos de coyuntura con el macrismo se inscriben en esta lógica: dotarlo de gobernabilidad para que las chances de CFK se licúen. Pero este peronismo se sabe omnipotente: lo que hoy firma con una mano, mañana lo borra con el codo. Y los Senadores que ayer derogaron una ley popular, mañana mismo podrían aplaudir de pie un default contra Paul Singer. Y los que hoy son traidores invotables un día serán hérores. Vueltas de la política.

Se saben capaces de revertir esa y cualquier otra maniobra que menoscabe soberanía e independencia. Pero primero lo primero: están, como dijimos en las entradas previas, buscando cuidadosa y consistentemente al líder que nos llevará a la victoria.

Necesitan, necesitamos, que este proceso se resuelva lo más rápido posible, dentro de los tiempos de la política. Ya que por ahora la dinámica política está coronando a un solo ganador, Sergio Massa, y un challenger, Urtubey. Estatuas de sal.

Nos gustaría aprovechar aquí para desmitificar de una sola vez ese fantasmita progre: que alguno de ellos va a copar al peronismo y que este se va a "derechizar". Lamentamos desactivar esa tesis que no es más que analgésico para disminuir la angustia progre. Después de 12 años de kirchnerismo no hay ninguna otra posibilidad para el peronismo realmente existente, sobre el que ni Massa ni Urtubey tienen chances (salvo que la obstinación kirchnerista se extienda al infinito), que reeditar esos años maravillosos. Eso sí, reduciendo algunos grados de arbitrariedad e vanguardismo.

La lección fue útil y sirvió y el gracias al kirchnerismo (si él quisiera) podría ser infinito. Pero es mandatorio, irreversible, si pretendemos ser opción real de poder, saltar la pantalla.

Ese pacto, el de un nuevo Frente para la Victoria, que incluye a peronismo y kirchnerismo, que converge y que incluye en lugar de refractar, que suma , se verticaliza y se convierte en el aceitado instrumento de acceso al poder, con el que siempre tiemblan "los gordos arriba del carro", podría fundarse alrededor de Daniel Osvaldo Scioli.



domingo, 3 de abril de 2016

Impresionismo Peronista II


Anormalidades

El proceso descripto en la entrada anterior, si bien coloreado y matizado por el típico folklore del que lo dota el peronismo, caracteriza el cuerpo, el bastidor central que compone el alma del proceso victoria --> derrota --> reorganización. Si el color de la carrocería exterior es rojo o azul, es un dato secundario que no debe distraer a nuestros agudos lectores.

El colectivo peronista trata de aferrarse a esa fórmula conocida. Pero cuando un referente de fuste pretende modificar los códigos tácitos de la reorganización, la maniobra es detectada y se disparan luces amarillas. Más temprano que tarde el resto de la dirigencia visualiza que la búsqueda de la excepción podría poner en riesgo el tránsito a la victoria.

Los peronistas abominan la derrota. Y la sola posibilidad de su repetición genera convulsiones. Los efectos de esas convulsiones son diversos, variopintos: algunos aparecen disfrazados de traición, de error no forzado, de baja autoinfligida. Conviene no escandalizar, son dirigentes con muchos años de trayectoria y batallas a sus espaldas, suelen moverse en el terreno del óptimo político, para sí y para el sector al que representan. Ese óptimo incluye en su cuenta su poder de fuego real, su capacidad de alianzas, su resiliencia y, muchas veces, el “exit door” (es decir, cómo se revierte una mala decisión).

Ilustremos con un ejemplo de la historia política reciente: según nuestra propia mensura, Menem dejó de ser peronista una tarde de 1990, pero siguió desplegando su dispositivo político al interior del partido. Años después, para la campaña presidencial de 1999 estaba claro que el enfrentamiento de facciones de poder económico que representaban Menem y Duhalde superaba con creces la antítesis política natural que se suponía regir la disputa electoral, Peronismo (Duhalde) versus Radicalismo (DeLaRúa).

Su efecto visibe fue que Menem no fue cooperativo  con Duhalde, lo que coadyuvó a la derrota de este.

Veamos: sin soslayar los trágicos sucesos posteriores en el país, en menos de 3 años tuvimos (nuevamente, cual Terminator) a Menem desentendiéndose de todo proceso de re-organización como el que hemos estilizado en estas entradas, y de buenas a primeras el riojano fue candidato a presidente en 2003.

Baste la paradoja: el tipo que, al 12 de mayo de 2003, en rigor no había perdido ninguna elección en su vida, al día siguiente se bajaba del ballotage contra Néstor Kirchner. Dicho de otra manera: el animal político que había seducido enormes mayorías durante 10 años, en una mañana era un cadáver político irreversible. 

Aquí no buscamos resaltar su derrota. Sino que su dispositivo, sus equipos, sus seguidores, habían dejado de ser peronistas. El peronismo realmente existente había leído que Menem era un zombie electoral, lo había abandonado (nos gusta recordar en este punto que su Ministro de Economía in pectore era Carlos Melconian) y se había partido en tres. Con fuerte representación territorial sobre el dipolo Duhalde-Kirchner y apoyo del peronismo verde de Xilium sobre Rodríguez Saa.

Lo confirmamos: cuando alguien intentó romper los códigos, el peronismo se partió en tres. Y en cuestión de semanas el eje de la pugna política en el país era si Kirchner estaba listo para desembarazarse del chaleco de plomo Duhaldista. Vaya si lo estaba.

Eco

Los sucesos de 2003 hacen eco en el presente. Repito, mirando al kirchnerista distraído: esos sucesos de 2003 son un poderoso deja vu.

Es un dato riguroso que, a la fecha, CFK no perdió ninguna elección. Y no podemos negar que debe ser la dirigente peronista con la mayor cantidad de voluntades dentro del dispositivo FPV.

Pero a esta altura no es menos cierto que Cristina Fernández de Kirchner está ninguneando la práctica peronista. Y lo ha expuesto de manera incontrastable: la desestimación que hizo respecto de conducir al PJ, sobre el que pende la daga de la intervención judicial, es un hecho político insoslayable. 

Ha refrendado esa actitud a través de ese alter ego denominado La Cámpora, durante el Congreso del 24 de febrero pasado: “venimos con el mandato de no aceptar ningún cargo” dijo DePedro en la puerta de Obras Sanitarias.

Las almas puras kirchneristas consideran el gesto como altruista, generoso, una suerte de “ven como CFK no tiene pretensiones”. Los que leemos la política hecha por políticos y no por heroínas sabemos que se trata de exactamente lo inverso: CFK busca mantener el liderazgo sin opción a plebiscitarlo. Ni en elecciones. Ni en el ágora de un congreso partidario.

La leona está malherida. Pero es leona. Y, como tal, finge integridad.

Y ahí donde parece que juega blando y amigable, lo que está haciendo es disciplinar al peronismo. Puede no ser la clave en la que se lea la gestualidad cristinista desde el todavía sensible (muy) arco del kirchnerismo emocional. Pero los referentes a los que interpela tienen batallas y cicatrices que les permiten su propia interpretación.

"Traidores! Traidores!"

Este escenario, al que estos dirigentes seguramente añadirán el cúmulo de experiencias al calor del kirchnerismo posterior a la muerte de Néstor (quien sin duda moderaba la radialidad y la hermeticidad del dispositivo K), las operaciones de la juventud camporista, el trato con los ministros y sus recursos, etc., podría llevarnos a una inferencia si no equivocada, al menos parcialmente incorrecta: “el peronismo actúa de esta manera por venganza”.

Hacemos expreso nuestro disenso con esa visión y volvemos con pie firme sobre nuestros pasos: el problema no es el pasado. El problema es el futuro. 

El peronismo descree de la potencialidad electoral del kirchnerismo y en particular de CFK; cree que ha dejado de ser una preferencia mayoritaria, ganadora, para la población. Y el futuro está a la vuelta de la esquina.

La tensión, la verdadera tensión que anida en la centralidad de la coyuntura política argentina está muy (pero muy) lejos de las últimas berretadas de un Gobierno Tilingo. 

Se está resolviendo en la controversia expuesta, al interior del FPV: Cristina dice que tiene 33 de mano. Y el peronismo no le creé.

De esta manera, la propuesta de una realidad binaria “leales” versus “traidores” puede ser apta para la chicana en tuiter o una intervención fugaz en medios. Traición puede tener una acepción negativa en Corea del Norte. Aquí se juegan otras cartas.

A nuestro modo de ver, Bossio o Pichetto son tan traidores como quien no se somete a escrutinio y pretende que el partido siga, sin haber mostrado las cartas.

Creé que son malas noticias? Son muy buenas. Nuestro futuro y nuestra viabilidad están mucho más en manos de una mujer inteligente como CFK que de la banda de inescrupulosos que nos gobierna.







sábado, 2 de abril de 2016

Impresionismo Peronista I


El 19 de marzo se cumplieron 100 días del macrismo en el gobierno. El día 31 de marzo, a 112 días de comenzada su administración, el macrismo logró que se apruebe en la Cámara Alta, de innegable cuño opositor, un proyecto de ley que contraría frontalmente los lineamientos políticos de más de 12 años de gestión kirchnerista. El triunfo de Cambiemos en cancha visitante fue 54 a 16, lo que podría definirse como un naufragio político del FPV.

Primero lo primero: el Acuerdo Buitre es una pieza jurídica y política desastrosa y obscena, con escenas de sexo explícito. La posición de este blog es que debió devolverse al Ejecutivo tal como fue enviada a la espera de un Acuerdo serio, como el país que pontifica Macri.

Pero inmediatamente lo segundo: la lectura interpretativa de ciertos sectores del FPV asumidos como vanguardia del pensamiento y la estrategia política, reducible a la frase “Traidores! Traidores! Traidores!” guarda el nivel de patetismo del mismísimo Acuerdo.

Sin embargo, antes de ir al plato principal pretendemos mencionar las manos y hombros de los trabajadores de ideas que nos ayudaron a modelar este texto. Tuvimos la suerte de cruzarnos con Adrogué y Grimson (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295656-2016-03-29.html ) , con Jorge Alemán (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295672-2016-03-29.html), con Gerardo Fernández (http://gerardofernandez.net/la-defraudacion/ ) y con Abel Fernández (https://abelfer.wordpress.com/2016/03/31/derrota/ ). Los recomendamos y les agradecemos.

El Peronismo, ese Organismo Vivo

Antes de intentar una comprensión de la coyuntura más inmediata, es imprescindible una captura de algunas peculiaridades del peronismo. Entendemos que será útil para compañeros kirchneristas-no-peronistas hechos al molde de ideologías más dogmáticas (gato marxista con guantes no caza ratones populistas). Nos referimos a esas que en t=0 suelen decir “mi límite es X” y en tà∞ se los encuentra saliendo del telo con… X!

Para quien viene del mecanicismo típico de esos progresismos es difícil entender el fenómeno peronista, porque en su carreras políticas no tuvieron que cursar Biología: el peronismo es un organismo mucho más de lo que es un mecanismo.

Mecanismo es lo que típicamente nos ofrece la ortodoxia económica: tiene un pobre destornillador y creen que les solucionará todos sus problemas. Si aumentó la inflación, ajuste. Si aumentó la desocupación, ajuste. Si hay calentamiento global, ajuste. Si el brote de dengue ya es imparable, ajuste.

El organismo por el contrario, desarrolla adaptaciones cuyos objetivos tienen una escala de prioridades bastante razonable:
  • sobrevivir, 
  • levantar el parquet para comer asados, 
  • reproducirse 
  • tomar el poder para que sus compañeros vivan ese goce permanente.

En esta serie de transformaciones el peronismo oscila entre dos modos “fuertes”: por un lado está el que más le conocemos, ejercer el poder. Y el otro ocurre con alguna frecuencia:  ocupar el llano y oponerse (en un par de sub-modos: resistir y viralizarse cuando el régimen quiere exterminarlo, complotar cuando el oficialismo es naïf). Como estos ciclos se miden en lustros o incluso décadas, es probable que muchos de los que leen estas líneas ni siquiera tengan edad suficiente (o conciencia política) pero ambos modos existen alternativamente en el peronismo.

Arriesgamos una hipótesis: quizás haya algo de la formación militar del Perón joven que predestinó esta dualidad. Veamos.

Cuando el peronismo está en el poder, es vertical, aguzado, la hoja de un afilado cuchillo que cuando entra al cuerpo de la República a separar músculo trabajador de grasa rentista, es capaz de trabajos impecables, quirúrgicos.

Cuando esos politólogos jóvenes, rubios y recién graduados en universidades goriloides se ponen serios frente a cámara para declarar con gestos de suficiencia que el peronismo es militarista, verticalista y autoritario, la pelotudez que están diciendo los deja tranquilos sólo a ellos y les hace creer que pueden explicarle el peronismo a un turista canadiense o a un catedrático de Oxford; en el mejor de los casos están contando (mal) la mitad de la historia.

Derrotado y una vez en el llano, lamiendo las heridas de la derrota, agazapado en los claroscuros del bosque, el peronismo abandona ese ahora innecesario y contraproducente ordenamiento VERTICAL emblocado para convertirse en un HORIZONTAL homogéneo, caótico y desordenado que se apresta a iniciar un nuevo capítulo de su recurrente liturgia: la reorganización.

Proponemos aquí un asterisco: ningún ejército en la historia de la guerra, al retirarse vencido del campo de batalla, lo hace en una columna única, articulada y organizada. No sólo porque los efectos de la batalla desordenan y desmadran a la tropa, sino porque al elegir esa alternativa lo único que se logra es que el bando victorioso siga teniendo un blanco adonde disparar. El desbande y la corrida desordenada hacia el bosque es la forma de asegurar la mayor cantidad de sobrevivientes. En esa corrida algunos compañeros son capturados, hechos prisioneros y nadie puede hacerse cargo de su suerte. Esto es la guerra, señores.

Es esta dinámica pendular entre lo sólido e hiriente del estilete y lo dúctil y maleable del almohadón la que ha permitido que el peronismo parezca desvanecerse, se reconstituya tal como un nuevo terminator y siga siendo, 70 años después, la única alternativa real de acceso al poder para los sectores populares de nuestro país. Vaya nuestro caluroso abrazo y un tazón de Nesquik tibio a los politólogos iluminados de la Universidad de San Andrés.

RE organicémonos, dijo uno

Es de Perogrullo decir que en estos momentos el peronismo atraviesa el amargo asunto de la reorganización en la derrota. Existe una lógica que subyace a ese proceso: el peronismo tiene aversión del llano y es un partido de poder. Desde allí su premisa principal es volver a convertirse en esa herramienta afilada que además de potencialidad lo dota de eficacia.
Eso se traduce en una ecuación sencilla de una sola variable: el peronismo busca al líder que lo ordenará y lo verticalizará a la victoria. Encontrar a ese líder se convierte en el eje de su debate interno. Algunas premisas de esta búsqueda, hijas de una tradición partidaria de larga data, son las siguientes:
  • El único peronista infalible, el único que no perdió ninguna elección, fue Perón; 
  • Perón está muerto; 
  • No olvidemos al otro infalible peronista: se llama Francisco. Pero su infalibilidad no se la da su carácter peronista, sino su carácter de Papa, vía el Concilio Vaticano de 1870. Ahora nada menos que laderecha argentina quiere ponerla en tela de juicio. O tempora, o mores.

El líder peronista de la reorganización es elegido por un cierto consenso democrático (aunque democrático en el peronismo no siempre signifique electoral). La mayoría de las veces es tan obvio que no las necesita. Pero cuando existen dudas, especialmente después de una derrota, se apela a elecciones, que en el peronismo siempre son arduas, complejas y delicadas. Por qué? Porque como el peronismo es una máquina aceitada de poder, los peronistas saben que actores saben que SU elegido será, con altísimas probabilidades, EL elegido.

Estos postulados son, por supuesto, conjeturas. Pero pueden percibirse contrastarse con la realidad: ni a Massa ni a Urtubey les interesa cooptar al radicalismo (para tal fin al macrismo le bastó con un auto con el tanque lleno y un par de maletines en viaje a Gualeguaychú). El verdadero interés, el premio mayor, está en adueñarse del peronismo. Lo quieren Massa, Urtubey y Macri con igual intensidad. Reconocen, tácitamente, que el dueño del peronismo es el dueño de la política.

El líder puede ser cualquier peronista, incluso uno que haya perdido las elecciones recientemente. Esa premisa que anida en mentes holgazanas: “cuando perdés, en el peronismo vas a la cola” es falsa. Hay lugar para todos en la horizontalidad del bosque. Incluso para los perdedores. Eso sí, el que se postule debe atravesar el rito impostergable del debate, la crítica y, si lo acompaña la fortuna, la posterior unción. Una vez entronado será feliz. Y serán felices los peronistas, porque suena música de victoria.


Algo no debe escapar al ojo de nuestros agudos lectores: en la circunstancia que estamos describiendo, el peronismo está buscando al líder que lo llevará al poder, al que en Argentina se accede por el voto universal y secreto. Los peronistas no eligen el que más les gusta a ellos. Eligen el que más le gusta al conjunto. En este sentido son tributarios del Keynes que timbeaba en la Bolsa de Londres: “no se elige la ficha que más le gusta a uno, se elige la ficha que se estima, más le gustará al CONJUNTO”. Podría ser una acción, podría ser la reina de belleza… en este caso es el presidente del país.

...

No se pierda las próximas entregas de esta serie. Por supuesto que no decepcionaremos a nuestros lectores: habrá piñas, tiros y tetas. Por este mismo canal. 

sábado, 26 de marzo de 2016

Una línea de conducta



Pág. 202
Edelmiro Correa Falcón calculaba que allí hubo aproximadamente 120 fusilamientos. El comisario Isidro Guadarrama nos dice que en total habrán sido entre 140 y 150, pero toma la cifra de Correa Falcón como muy seria. Este último nos manifestó que fue el capitán Campos quien con su sangre fría logró que a ningún soldado se le aflojaran las piernas y el comisario Guadarrama tuvo palabras de sincera objetividad al recordar cómo el subteniente Frugoni Miranda demostró su presencia de ánimo manejando el revólver para despachar chilenos. “Les daba en la cabeza —nos dice— con una tranquilidad realmente pasmosa”.

Vayamos a las declaraciones del soldado de caballería Octavio Ramón Vallejos, del escuadrón de Viñas Ibarra, tomadas por el Centro Permanente de Historia de González Chávez, con respecto a la noche del 7 de diciembre de 1921, en la estancia “La Anita” de los Menéndez Behety:

“Esa noche se fusilaron varios de los obreros calificados de dirigentes. A mí me tocó tirar en éste y otros pelotones de fusilamiento. Por lo general a los obreros los poníamos en fila codo a codo frente a una zanja, algunos caían dentro, otros quedaban arriba en el borde o colgando mitad dentro y mitad fuera. Nunca los enterrábamos.”

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Si los huelguistas se permitían ser valientes no menos valentía iban a demostrar los de uniforme. No era aquí cuestión de aflojar. La muerte de Pablo Schulz y del alemán Otto son una demostración de cómo el ser humano puede enfrentar el destino con serenidad y estoicismo. Nos relató Walter Knoll que en el momento en que se lo llevaban Otto le gritó con un dejo de nostalgia: “Grüsse an die alte Heimat!” (“recuerdos para la vieja Patria”), como quien se da cuenta de que ya no podrá volver a ver su paisaje, el paisaje que lo vio niño. Contamos también con el relato del propio soldado asistente del capitán Viñas Ibarra, cuya declaración fue tomada por el Centro Permanente de Historia de González Chávez: se trata de don Juan Faure (L.E. 1.325.301), uno de los afiliados más antiguos del Sindicato de Trabajadores Rurales y Estibadores de Adolfo González Chávez, que hizo el servicio militar en el 10 de Caballería. Dice así:

“Estuve en el encuentro de la estancia “La Anita” donde realicé el primer fusilamiento de dirigentes que tuve que efectuar con otros cinco soldados. Los detenidos, que estaban concentrados después de la rendición, sentados en el suelo eran clasificados por los estancieros de la zona, permitiéndoseles retirarse en libertad a los que éstos reconocían como peones de buena conducta de sus establecimientos y fusilándose a los que poseían antecedentes o eran inculpados de cabecillas o de hechos delictivos. El fusilamiento que me tocó efectuar se ejecutó en “La Anita” en un grupo de siete prisioneros. Dos de ellos de origen alemán, pidieron permiso al subteniente para abrazarse antes de morir pues dijeron ser viejos compañeros de aventuras y que con la muerte no pagarían todo lo que habían hecho juntos. El disparo que le efectué a este alemán lo hirió en el costado del pecho, por lo que abriéndose la camisa y señalándose el corazón dijo: “pegúeme otro tiro pronto así me matan enseguida”. Pero el subteniente —Frugoni Miranda: Faure lo menciona en otro aspecto de su declaración— le dijo: “hacelo sufrir un rato para que pague lo que hizo”. Al dispararle por segunda vez, cayó muerto. Detrás de la fila de los soldados que efectuaron la ejecución había otros apuntándolos con carabinas con orden de hacer fuego sobre el que se negara a tirar sobre los condenados. Los cadáveres se les dio órdenes de sepultarlos en una fosa pero por no cavarla los soldados desobedecieron la orden y los quemaron empapándolos con querosene, motivo por el cual fueron arrestados por sus superiores. Con respecto a los cadáveres de los fusilados, los soldados antes de quemarlos o enterrarlos, les registraban los bolsillos apropiándose así de cierta cantidad de dinero en moneda chilena.”

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Extraño. A todos aquellos argentinos acostumbrados a tener fe en sus instituciones les debe costar creer que las tropas hayan cometido todo esto. Robar a los cadáveres de obreros fusilados por huelguistas. Sacarle los pesitos ganados arreando ovejas, todo el día montados a caballo con callos en el culo, aguantándose el frío y la nieve, sin mujer, sin cariños, sin hijos, sin libros, sin escuelas. Siempre con esa sonrisa sometida, torpe, huidiza, del peón chileno. Gente de piel con el color de los que no se lavan nunca. Gente sin nombre, de la mirada vidriosa, aguantadores, como si la carne de capón se les hubiera reencarnado en esos rostros sin vida, en esos cuerpos sin belleza, en esas ropas puestas solamente para tapar la vergüenza, pero no para defenderse del frío. Chilenos. O ni siquiera eso. Chilotes, nada más que chilotes.

Y a ésos, en el momento en que estaban boqueando después del fusilamiento, como cuzcos refregándose contra el suelo, ahí nomás les metían la mano en el bolsillo. Un acto impúdico, obsceno.

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Pero volvamos a Jaramillo y a “Facón Grande”. Otro testimonio fundamental que da por tierra con lo sostenido por Varela en su parte militar es el del señor Pedro A. Cittanti, antiguo vecino de Puerto Deseado, que a la edad de 18 años le tocó ser testigo de todo lo desarrollado en Tehuelches, Jaramillo y Deseado. Concurrimos a la casa del señor Cittanti en compañía del secretario de Cultura de la Municipalidad de Puerto Deseado, señor Ricardo Roberts. Su testimonio es el siguiente:

“En diciembre de 1921, tenía yo 18 años y era empleado de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, denominada “La Anónima”. Ellos eran agentes de la Ford. Cuando llegó Varela con el 10 de Caballería se nos ordenó en la empresa que preparáramos varios coches para cargarlos al ferrocarril. Estuvimos trabajando en ello hasta medianoche. A la madrugada salimos con el tren rumbo a Jaramillo llevando los coches y la tropa. En Jaramillo se mandaron los coches abajo. Ahí Varela recibió todas las informaciones sobre los huelguistas de la señorita Minucci —luego señora de Gamarra— que se comportó como una verdadera heroína. (…) Ya allí quedó todo tranquilo porque después se hizo el arreglo entre Varela y “Facón Grande” en el que tuvo participación Mesa, gerente de “La Anónima” en Pico Truncado, que salió como especie de garantía del convenio. Prácticamente Mesa fue quien influyó para que Font y su gente se entregaran. Font llegó a Jaramillo y no lo fusilaron de inmediato. Estuvo allí moviéndose en la estación, hay fotografías de él en esos momentos en que se ven las casas de Jaramillo tal cual están ahora. Allí lo dejaron, en la estación. Hasta que se dijo: “¡Vamos! ¡Vamos!”. Nosotros nos pusimos en marcha y vimos cómo subieron a 18 huelguistas que los llevaban en vehículos detrás de nosotros. Salimos de Jaramillo y en determinado momento, después de algunos minutos, ellos se desviaron. Nosotros paramos y al rato sentimos descargas de fusilería. Allí estaba “Facón Grande” y ese muchacho Romero cuyo padre era peluquero en Deseado. Después de la descarga vimos a dos correr subiendo la lomada, pero a los metros les hicieron una segunda descarga y quedaron allí. El entierro de esa gente no se hizo, quedaron allí, en el campo de Cimadevilla. A unos tres kilómetros de la estación de Jaramillo. Ahora hay alambrados pero antes no los había. Yo confirmé el lugar un año después cuando fui a visitar a Turcato en su estancia con mi padre y un hermano mío. Nos quedamos a almorzar en el hotel de Jaramillo y un mozo del mismo nos indicó perfectamente el lugar. Nos llegamos hasta allí y encontramos la marca de un pozo donde habían sido enterrados, ya tapados. Era una fosa bien amplia de unos diez metros de diámetro. Eso fue un año después, en el verano. En esa fosa hay 18 caídos. Fue muy desagradable para nosotros, desde el momento en que oímos las descargas y vimos correr a esos dos y luego caer; tratamos de separarnos y no hablar y cuando llegamos a Deseado nos abrimos de la tropa. Lo que afirma el teniente coronel Varela en su parte de guerra que “Facón Grande” fue muerto en el combate de Tehuelches es un disparate.”

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Los que preceden son extractos del libro de Osvaldo Bayer “LaPatagonia Rebelde”. Un libro meticuloso y profundo en el que su autor desgrana el salvajismo y la violencia de la represión contra los huelguistas rurales patagónicos. Los párrafos elegidos son trazos unidos por el factor común Estancia La Anita.

Estancia La Anita. El punto cuspidal de esa violencia estatal son los fusilamientos realizados en Estancia La Anita. Por dos razones: están entre los primeros en orden cronológico y son los más numerosos. El motivo radicaba en enviarle un mensaje a los huelguistas: que no esperaran misericordia. No sólo era el mensaje de los milicos. En esencia era el mensaje de los Patrones.

Los Patrones. Estancia La Anita pertenecía a Menéndez Behety. En rigor Braun Menéndez Behety, que habían establecido en Estancia La Anita la capital de un imperio sin fronteras y sin ley, asentado a caballo de Chile y Argentina, en el extremo sur de la Patagonia. La Patagonia de los Braun Menéndez.

Allí la ley y las reglas eran las palabras de Mauricio Elías Braun Hamburger (el hombre que premiaba a los paisanos con una libra esterlina por cabeza de yamán o tehuelche que le trajeran a su estancia) y los estados argentino y chileno sólo hacía su aparición cuando él los necesitaba, usualmente en forma de ejército o gendarmería, para imponer su voluntad con las armas.

La herramienta operativa de este imperio era la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, que con semejante nombre pronto se popularizó como la “Anónima”, nombre que llega hasta nuestros días edulcorados, y blanqueado como Supermercados La Anónima. Quizás le suene.

Hay una línea genealógica directa entre Elías Braun, fundador del imperio, Mauricio Braun Hamburger, protagonista de los sangrientos sucesos patagónicos, Oscar Braun y Miguel Braun secretario de comercio del gobierno macrista.

Hay una línea genealógica directa entre Elías Braun, fundador del imperio, Mauricio Braun Hamburger, protagonista de los sangrientos sucesos patagónicos, Clara Braun y Marcos Peña Braun, jefe de gabinete del gobierno macrista.

Pero esencialmente hay una línea argumental directa e insoslayable entre los sucesos de la Patagonia Trágica, la dictadura cívico-militar del 76 en la que otro Braun, Martín Braun Lasala ocupó una cartera como subsecretario de precios y abastecimiento (zapatero a tus zapatos, pág 280 de "Cuentas Pendientes", el libro de Bohoslavsky y Verbitsky) y el gobierno macrista.

Es la línea del uso del Estado por parte de los verdaderos Poderosos tradicionales como herramienta de disciplinamiento social, de control hegemónico y de beneficio económico excluyente a costa de la mayoría humilde y trabajadora. O sea usté y yo.

El macrismo recién comienza a desplegar las alas. Pero puede entreverse su marca de clase. A nosotros nos toca mejorar aquella defensa atomizada y desarticulada de los anarquistas patagónicos. Tenemos algo que ellos no tenían. Tenemos al peronismo.