domingo, 30 de octubre de 2016

Fuego



Gobernó durante 23 años.

Y en la ciudad desde donde gobernó, no hay una sola plaza con su nombre.

No hay una calle ni una avenida con su nombre.

No hay una biblioteca ni un museo con su nombre.

Será que sufrimos un Alzheimer social? 
En tal caso, a qué se debería el privilegio de que tan bonita y arbolada avenida de Villa Devoto tenga el nombre de Salvador María del Carril, el hombre que azuzó y empujó al fusilamiento de un héroe de nuestra lucha independentista, uno que no la vivió con angustia? 
Nuestra ciudad olvida, pero como sospechábamos, de manera selectiva.

El nombre de aquel, pero esencialmente sus ideas y su concepción de nación, más que olvidadas, fueron meticulosamente arrasadas de nuestra historia.

146 después de su exilio, 122 años después de su muerte, se erigió un único, solitario monumento en su nombre. Arteramente ubicado en una plaza que lleva por nombre la fecha en que fue destituido.

Debieron pasar todos esos años para que un presidente de origen peronista y programa liberal pudiera emplazar allí un monumento. 15 años más tarde llegó una estación de subterráneo.

Hoy mismo podemos leer lo que leerá cualquiera de nuestros pibes al que le sea asignado un trabajo práctico sobre Juan Manuel de Rosas: "Rosas asumió su nuevo gobierno con la suma del poder público que utilizó para hostigar a sus disidentes fueran éstos federales o unitarios". Wikipedia, 2016. 
Así, tal como está transcripto. Sin comas, sin dudas, sin contrastes. Con toda la furia de nuestros burgueses más patéticos.

Sirva advertirlo: lo que condenó a Rosas al exilio de nuestra memoria y por lo tanto de nuestro presente, fue la interminable autocracia de 63 años con la que lo sucedió nuestra oligarquía de la bosta.

Durante esos años se cocinó ese monólogo pestilente e irracional con el que nuestros maestros, los maestros de nuestros maestros y los maestros de los maestros de nuestros maestros nos "forman".

Hace pocos días se cumplió el sexto aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner. La misma oligarquía, devenida ahora en tecnocracia de ineficaces, ha iniciado el despliegue que tan bien enseñó Bartolomé Mitre: nuestra historia se hace en las villas y en los montes, pero sólo se escribe en las mansiones.


La Historia, siempre tan artera, vuelve a ponernos frente a una responsabilidad moral: está en nuestras mentes, en nuestras manos y en nuestro corazón que Néstor sea desterrado a un olvido de 150 años o que sea recordado como el hombre imperfecto e intenso, el hombre de fuego que realmente fue.


1 comentario:

Anónimo dijo...

https://igdigital.com/2014/05/alerta-emision-mas-argentinos-reclaman-el-billete-de-500-pesos/