El 19 de marzo se cumplieron 100 días del macrismo en el
gobierno. El día 31 de marzo, a 112 días de comenzada su administración, el
macrismo logró que se apruebe en la Cámara Alta, de innegable cuño opositor, un
proyecto de ley que contraría frontalmente los lineamientos políticos de más de
12 años de gestión kirchnerista. El triunfo de Cambiemos en cancha visitante
fue 54 a 16, lo que podría definirse como un naufragio político del FPV.
Primero lo primero: el Acuerdo Buitre es una pieza jurídica
y política desastrosa y obscena, con escenas de sexo explícito. La posición de
este blog es que debió devolverse al Ejecutivo tal como fue enviada a la espera
de un Acuerdo serio, como el país que pontifica Macri.
Pero inmediatamente lo segundo: la lectura interpretativa de
ciertos sectores del FPV asumidos como vanguardia del pensamiento y la
estrategia política, reducible a la frase “Traidores! Traidores! Traidores!” guarda
el nivel de patetismo del mismísimo Acuerdo.
Sin embargo, antes de ir al plato principal pretendemos mencionar
las manos y hombros de los trabajadores de ideas que nos ayudaron a modelar
este texto. Tuvimos la suerte de cruzarnos con Adrogué y Grimson (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295656-2016-03-29.html
) , con Jorge Alemán (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-295672-2016-03-29.html),
con Gerardo Fernández (http://gerardofernandez.net/la-defraudacion/
) y con Abel Fernández (https://abelfer.wordpress.com/2016/03/31/derrota/
). Los recomendamos y les agradecemos.
El Peronismo, ese
Organismo Vivo
Antes de intentar una comprensión de la coyuntura más
inmediata, es imprescindible una captura de algunas peculiaridades del
peronismo. Entendemos que será útil para compañeros kirchneristas-no-peronistas
hechos al molde de ideologías más dogmáticas (gato marxista con guantes no caza
ratones populistas). Nos referimos a esas que en t=0 suelen decir “mi límite es
X” y en tà∞
se los encuentra saliendo del telo con… X!
Para quien viene del mecanicismo típico de esos progresismos
es difícil entender el fenómeno peronista, porque en su carreras políticas no
tuvieron que cursar Biología: el peronismo es un organismo mucho más de lo que es un mecanismo.
Mecanismo es lo que típicamente nos ofrece la ortodoxia
económica: tiene un pobre destornillador y creen que les solucionará todos sus
problemas. Si aumentó la inflación, ajuste. Si aumentó la desocupación, ajuste.
Si hay calentamiento global, ajuste. Si el brote de dengue ya es imparable,
ajuste.
El organismo por el contrario, desarrolla adaptaciones cuyos
objetivos tienen una escala de prioridades bastante razonable:
- sobrevivir,
- levantar el parquet para comer asados,
- reproducirse
- y tomar el poder para que sus compañeros vivan ese goce permanente.
En esta serie de transformaciones el peronismo oscila entre
dos modos “fuertes”: por un lado está el que más le conocemos, ejercer el poder.
Y el otro ocurre con alguna frecuencia: ocupar
el llano y oponerse (en un par de sub-modos: resistir y viralizarse cuando el
régimen quiere exterminarlo, complotar cuando el oficialismo es naïf). Como
estos ciclos se miden en lustros o incluso décadas, es probable que muchos de
los que leen estas líneas ni siquiera tengan edad suficiente (o conciencia política)
pero ambos modos existen alternativamente en el peronismo.
Arriesgamos una hipótesis: quizás haya algo de la formación
militar del Perón joven que predestinó esta dualidad. Veamos.
Cuando el peronismo está en el poder, es vertical, aguzado,
la hoja de un afilado cuchillo que cuando entra al cuerpo de la República a
separar músculo trabajador de grasa rentista, es capaz de trabajos impecables,
quirúrgicos.
Cuando esos politólogos jóvenes, rubios y recién graduados
en universidades goriloides se ponen serios frente a cámara para declarar con
gestos de suficiencia que el peronismo es militarista, verticalista y
autoritario, la pelotudez que están diciendo los deja tranquilos sólo a ellos y
les hace creer que pueden explicarle el peronismo a un turista canadiense o a
un catedrático de Oxford; en el mejor de los casos están contando (mal) la
mitad de la historia.
Derrotado y una vez en el llano, lamiendo las heridas de la
derrota, agazapado en los claroscuros del bosque, el peronismo abandona ese
ahora innecesario y contraproducente ordenamiento VERTICAL emblocado para
convertirse en un HORIZONTAL homogéneo, caótico y desordenado que se apresta a
iniciar un nuevo capítulo de su recurrente liturgia: la reorganización.
Proponemos aquí un asterisco: ningún ejército en la historia
de la guerra, al retirarse vencido del campo de batalla, lo hace en una columna
única, articulada y organizada. No sólo porque los efectos de la batalla
desordenan y desmadran a la tropa, sino porque al elegir esa alternativa lo
único que se logra es que el bando victorioso siga teniendo un blanco adonde
disparar. El desbande y la corrida desordenada hacia el bosque es la forma de
asegurar la mayor cantidad de sobrevivientes. En esa corrida algunos compañeros
son capturados, hechos prisioneros y nadie puede hacerse cargo de su suerte.
Esto es la guerra, señores.
Es esta dinámica pendular entre lo sólido e hiriente del
estilete y lo dúctil y maleable del almohadón la que ha permitido que el
peronismo parezca desvanecerse, se reconstituya tal como un nuevo terminator y
siga siendo, 70 años después, la única alternativa real de acceso al poder para
los sectores populares de nuestro país. Vaya nuestro caluroso abrazo y un tazón
de Nesquik tibio a los politólogos iluminados de la Universidad de San Andrés.
RE organicémonos, dijo
uno
Es de Perogrullo decir que en estos momentos el peronismo atraviesa
el amargo asunto de la reorganización en la derrota. Existe una lógica que
subyace a ese proceso: el peronismo tiene aversión del llano y es un partido de
poder. Desde allí su premisa principal es volver a convertirse en esa
herramienta afilada que además de potencialidad lo dota de eficacia.
Eso se traduce en una ecuación sencilla de una sola variable:
el peronismo busca al líder que lo ordenará y lo verticalizará a la victoria.
Encontrar a ese líder se convierte en el eje de su debate interno. Algunas
premisas de esta búsqueda, hijas de una tradición partidaria de larga data, son
las siguientes:
- El único peronista infalible, el único que no perdió ninguna elección, fue Perón;
- Perón está muerto;
- No olvidemos al otro infalible peronista: se llama Francisco. Pero su infalibilidad no se la da su carácter peronista, sino su carácter de Papa, vía el Concilio Vaticano de 1870. Ahora nada menos que laderecha argentina quiere ponerla en tela de juicio. O tempora, o mores.
El líder peronista de la reorganización es elegido por un
cierto consenso democrático (aunque democrático en el peronismo no siempre
signifique electoral). La mayoría de las veces es tan obvio que no las
necesita. Pero cuando existen dudas, especialmente después de una derrota, se
apela a elecciones, que en el peronismo siempre son arduas, complejas y
delicadas. Por qué? Porque como el peronismo es una máquina aceitada de poder,
los peronistas saben que actores saben que SU elegido será, con altísimas
probabilidades, EL elegido.
Estos postulados son, por supuesto, conjeturas. Pero pueden
percibirse contrastarse con la realidad: ni a Massa ni a Urtubey les interesa
cooptar al radicalismo (para tal fin al macrismo le bastó con un auto con el
tanque lleno y un par de maletines en viaje a Gualeguaychú). El verdadero
interés, el premio mayor, está en adueñarse del peronismo. Lo quieren Massa,
Urtubey y Macri con igual intensidad. Reconocen, tácitamente, que el dueño del
peronismo es el dueño de la política.
El líder puede ser cualquier peronista, incluso uno que haya
perdido las elecciones recientemente. Esa premisa que anida en mentes
holgazanas: “cuando perdés, en el peronismo vas a la cola” es falsa. Hay lugar
para todos en la horizontalidad del bosque. Incluso para los perdedores. Eso
sí, el que se postule debe atravesar el rito impostergable del debate, la
crítica y, si lo acompaña la fortuna, la posterior unción. Una vez entronado
será feliz. Y serán felices los peronistas, porque suena música de victoria.
Algo no debe escapar al ojo de nuestros agudos lectores: en
la circunstancia que estamos describiendo, el peronismo está buscando al líder
que lo llevará al poder, al que en Argentina se accede por el voto universal y
secreto. Los peronistas no eligen el que más les gusta a ellos. Eligen el que
más le gusta al conjunto. En este sentido son tributarios del Keynes que
timbeaba en la Bolsa de Londres: “no se elige la ficha que más le gusta a uno,
se elige la ficha que se estima, más le gustará al CONJUNTO”. Podría ser una
acción, podría ser la reina de belleza… en este caso es el presidente del país.
...
No se pierda las próximas entregas de esta serie. Por supuesto que no decepcionaremos a nuestros lectores: habrá piñas, tiros y tetas. Por este mismo canal.
7 comentarios:
CFK nunca perdio una eleccion siendo candidata ( es más, nunca bajó del 40 % de los votos...).
Lo unico importante es sacarse de encima a Scioli y todos sus acólitos.
Mas Capitanich y menos Urtubey...
Siempre tirandole mierda al fpv. Anda con urtubey y el amargo de scioli.
El PJ esta buscando un lider. El pueblo ya lo tiene: CRISTINA, y en democracia decide el pueblo y no 4 d copas electorales (menemistas residuales) PJotistas.
y Gioja no nos gusta porque...?
es cierto que el pueblo tiene un líder, y es Cristina, pero Cristina no conduce, y con toda mi admiración hacia ella, tuvo muchas falencias para conducir, el 54% en el 2011 se ganó no solamente por Cristina, sino porque tambien los índices económicos eran favorables teníamos a todos adentro, léase Massa, Urtubey, Moyano, etc, antes eran buenos y ahora son traidores, más allá de la poca simpatía que pueda tenerles, con Kiciloff y Sabatella hablando en las plazas no alcanza. tampoco se puede hablar livianamente como se escucha y lee a menudo de "traición o traidores", sobretodo cuando la agrupación más importante kirchnerista está seriamente sospechada de dejar solo y no militar a nuestro candidato, tampoco puso toda la carne al asador Cristina, y así perdimos las elecciones, ahora estamos pagando las consecuencias.
"... ningún ejército en la historia de la guerra, al retirarse vencido del campo de batalla, lo hace en una columna única, articulada y organizada." -> «Todos nos hemos reído, cuando éramos pibes, del nombre Cucha Cucha; pero su significado se “olvido”.
En marzo de 1813 los independentistas chilenos piden ayuda al Gobierno de Buenos Aires, a los que no les sobraban recursos militares.
Pero, tenían un problema grave con las “Castas”; desde las invasiones Inglesas un grupo se estaba destacando en su combatividad y eficiencia, y no estaba integrado a la Elite Social, los Patricios.
Originarios de “Naturales, Pardos y Morenos” subvertían las “Jerarquías Naturales”, peones mestizos o mulatos que en combate se “hacían cargo” de la situación.
Era un riesgo político, como lo demostró mas tarde San Martin con sus Granaderos.
Entonces los mandaron a Chile, unos 250 con el nombre pomposo de "Compañías sueltas de Línea de las Provincias Unidas del Río de la Plata"
El segundo al mando era Gregorio de Las Heras.
Cucha Cucha y Membrillar son escaramuzas mas que batallas, pero en el Desastre de Rancagua son los UNICOS que mantienen el Orden de Batalla.
Por eso; mientras el resto cruza en desbanda la Cordillera, ellos protegen la retaguardia en perfecto repliegue.
Un momento gravísimo, entre Santiago de Chile y Buenos Aires solo estaban ellos como Fuerza Organizada y con capacidad de Operar.
San Martin convierte a los 200 supervivientes en el “esqueleto” del Ejercito de Los Andes.
Cuando se dice que una unidad militar esta en Cuadros, se quiere explicitar la falta de carne, o tropa.
Es el “embrión” listo para crecer y pasar a Operar, por convención se lo considera el “Núcleo” o “Eje” del “Dispositivo”, a partir del cual se articulan el resto de las fuerzas.
En el Cruce del Ejercito de los Andes van por Uspallata y combaten en Potrerillos, Guardia Vieja, Chacabuco, Curapaligue, Gavilán y Talcahuano.
Llega la Derrota de Cancha Rayada y el Desbande; como siempre los únicos que se Repliegan en Orden es la “División Las Heras”.
Que vuelven a convertirse en el schwerpunkt de San Martin para combatir en Maipú.
El resto ya se convierte en una Guía Turística de la CABA; Nazca, Acari, Janja, Pasco, Toroté, Moquegua y la sublevación de Callao.
Mitre condensa toda esta historia “creando” el relato del negro Falucho, 10 años de lucha y más de 5.000 Km. de marcha reducidas a un icono secundario.» (Mas y mejor en http://deshonestidadintelectual.blogspot.com.ar/2009/06/division-las-heras-repitiendo-un-viejo.html)
Copio y pego para uso militante.
Gracias
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