
Los poderes fácticos están repitiendo uno de los guiones que mejores réditos les pagaron en sus años de hegemonía. El de amenazar a un gobierno que detestan con una corrida bancaria.
Banqueros, capitales sojeros, vetustos “capitanes de la industria”, grandes multinacionales y fundamentalmente nuestros viejos y conocidos medios masivos están nuevamente operando de manera más o menos orgánica para generar el caos, el escenario que mejor les calza.
Pero que el “modelo” sea puesto bajo a prueba para dar testimonio de su verdadero vigor, de la resistencia a la fatiga tras 9 años al hilo de ordeñe, inclusión, crecimiento y desarrollo no es necesariamente una mala noticia.
Al contrario, los que estamos de este lado y miramos la realidad sin las anteojeras del discurso único, podremos tomarnos el trabajo de comparar esta nueva edición de esfuerzo destituyente protagonizada por el “dólar blue” con la última significativa, la de la 125 y el lockout agropecuario. Utilizando aquellas tensas jornadas como patrón comparativo, podremos mensurar la capacidad de movilización y fuego de la oposición “realmente existente”.
Y lo que veremos, comparado con aquello, tendrá efectos mucho menos urticantes en el humor social y mucho más lavados en la realidad de las clases trabajadoras y populares.
Será el momento de que se pregunten si valía la pena mostrar todo el arsenal del que se disponía a días del 54%.
Será el momento de preguntarnos si no es hora de ponerles límite a banqueros que muestran su charming smile en reuniones con Mercedes Marcó del Pont mientras sus "cueveros" aplican terroristmo telefónico con sus clientes más permeables.
Será hora de preguntarnos si no es el momento ideal para una respuesta contundente y una ley de entidades financieras diseñada por y para nuestras Barbaritas, el desarrollo inclusivo y la soberanía económica.
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