viernes, 21 de septiembre de 2012

Moreno no es Polémico, es Patriota


Ya que los economistas del establishment están ocupadísimos operando a full por una devaluación y los economistas del gobierno tienen las manos ardientes de tanto aplaudir a Cristina, nosotros desde este humilde blog le tiramos algunos datos de lo que está pasando en el mundo.

Y lo que pasa es que el jefe del banco central norteamericano, Ben Bernanke, ha decidido ir por una tercera edición de lo que denominan Quantitative Easing (QE, traducible como facilitación o flexibilización cuantitativa), que no es otra cosa que salir a inundar el planeta con 40 mil millones de dólares que inicialmente van a la compra de bonos hipotecarios inútiles en poder de bancos norteamericanos y que es “vendido” a los votantes de ese país como el remedio que les sirvió para reactivar su economía.

Extraño keynesianismo inverso* este, en el que le sirven montañas de guita a los ricos en bandeja de plata, pero que tiene un objetivo inconfundible: el de desplegar toda la artillería en la guerra de monedas que se encuentran disputando, principalmente con su último gran desafiante, Chi-Na, el Imperio Central.

Emitir esta montaña de dólares es el mecanismo natural que tiene un país con poder de señoriaje como Estados Unidos para dotar de competitividad a su economía, puesto que el efecto del crecimiento explosivo de la masa monetaria es naturalmente su depreciación (valen menos porque sobran), o sea la revalorización del resto de las monedas, en especial las de economías más débiles como la nuestra y la brasileña. Y el efecto está a la vista: a cuatro años del estallido de Lehmann Brothers, Estados Unidos muestra tasas de crecimiento cercanas a su nivel histórico (la contracara es una desocupación e inequidad social rampante, pero todos sabemos que eso a los ricos les importa un corno) mientras que Europa, Asia y algunos países de Latinoamérica se debaten en la malaria (pregunte en México, manote).

Nuestro hermano Brasil es uno de esos países que, por su actual arquitectura macro-económica, está en problemas. Y su canciller Antonio Patriota salió de manera frontal y abierta a defender la instalación de los mecanismos de protección que impuso su gobierno (que están basados en la misma estrategia en la que se viene basando nuestro Polémico): subir de 12 a 25% los derechos arancelarios en 100 productos seleccionados.

Es que el tsunami de guita que provoca Bernanke es un oleaje poderoso que afecta las defensas costeras brasileñas: desde el primer QE en 2008, las exportaciones norteamericanas a Brasil pasaron de casi 19 mil a más de 38 mil millones de dólares.

Frente a las hipócritas pero seguras críticas norteamericanas, Patriota ha dejado clara su verdad: “Brasil ha sido OBLIGADO a enfrentar la valorización artificial de su moneda y de una inundación de mercaderías importadas a precios bajos. Estados Unidos ha sido uno de los principales beneficiarios de esta situación” para luego concluir con un contundente “El gobierno brasileño no abdicará en su derecho a hacer uso de todos los instrumentos legítimos permitidos por la OMC”.

Mientras tanto, en nuestro país, la gente seria se preocupada por la grosería y los malos modos de nuestro Polémico.



*Recordemos que Keynes, en su diagnóstico de la crisis del 30, proponía jocosamente tomarse el trabajo de llenar miles de botellas con billetes verdes, enterrarlas en viejas minas subterráneas abandonadas y llenar luego las galerías de dichas minas con la basura de las ciudades, para luego ir a contarles su hazaña a los ricos, antes que entregarles el dinero en mano.

1 comentario:

Mariano T. dijo...

El Moreno de Brasil será un patriota.
pero el que tenemos acá es un burro.