Las bolsas del domingo tienen premio. Como el sábado no hay recolección, hay doble material para el cartoneo. ¡Y los diarios vienen con mucho papel! Este domingo, mezclado con un grueso ejemplar de La Nación, venían unas hojitas críticas. Aquí van.
El sábado 25, La Nación, en un día con pocos crímenes resonantes para batir el parche de la inseguridad, decidió amenizar la campaña con la denuncia de robos de metal en monumentos del Parque Lezama. ¿Estará en peligro el de Pedro de Mendoza, el sifilítico primer fundador de Buenos Aires? No lo dice el diario. Pero, sobre Martín García hay uno enorme, al parecer donación del Uruguay, con muchas partes metálicas. Según la Tribuna de Doctrina y sus indignados comentaristas, pandillas de cartoneros, piqueteros y otros indeseables estarían saqueando el bronce del monumento. Especialmente, los feriantes, fauna que se ha instalado en la barranca para vender lo que pueda.
La preocupación llega muy tarde. Flojitos esos reflejos, familias Mitre y Saguier. Hace ya más de diez años, el Parque Lezama muestra, frente al Bar Británico, un pedestal de piedra pelado, sin su correspondiente escultura. Alguna noche de mediados de los noventa, en los gloriosos días en que la ciudad no sufría los embates del cartonerismo, el piqueterismo y los feriantes, se llevaron la enorme cabeza en bronce de Ulrico Schmidl, obra de José Fioravanti. Schmidl era un soldado alemán que participó en la fundación de Buenos Aires y escribió su primera crónica.
¿Cómo? ¿El robo de metales no es el signo distintivo de los K?
2 comentarios:
buen blog, lo sigo!
Gracias mil, JW Cooke (¡no te buscaste seudónimo!).
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