Puede parecer un blog. Pero es una bolsa de consorcio de la que sacan y sacan tres cirujas: Andrés el Viejo, que culpa de todo a la crisis del 2001 pero esconde su pasión por los burros y la timba; Mariano, rara mezcla de futbolista malogrado y pibe delivery con aspiraciones de innovador y Contradicto, que perdió la chaveta cuando una mina lo largó.
Se cansaron de opinar en lugares donde nunca los habían convocado y aprovechando los techos altos y la amplitud de los cuartos que ofrece la autopista, decidieron improvisar este ranchito que, si los empleados de inmobiliarias tuviesen que vender no dudarían en llamar “loft informal urbano”.
Tachito de lata alimentado a trapo y querosén, guantes que alguna vieja se olvidó, cobijas afanadas mientras se aireaban en alguna ventana, papel de diario en el pecho, mate cocido y recocido y mucha conversación para aguantar la fresca que se viene.
En lugares como este, así, en la mala, se tejen las amistades más duraderas... o las traiciones más viles.
Pase, revuelva y colabore con los muchachos. Sifones, muebles viejos, triciclos sin ruedas, todos rejuntes módicos a los que nunca les encontramos utilidad pero siempre les ponemos precio.
1 comentario:
Vo, cualquier cosa los diarios se los dejo, pero no me los afanen..
Abrazos
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