Muy Excelentísimos Señores
VISTO
que hemos cumplimentado nuestra parte del contrato
enviando el oro y la plata solicitados, con los cuales
pudieron embellecer a sus majestades y altezas, dorar los techos barrocos de vuestras
catedrales y basílicas, coser crespones y borlas doradas en sus cortinados, acuñar monedas para dar origen al capitalismo (que más tarde nos
inculcaron),
y que hoy continuamos enviando oros, platas, cobres y cuantos minerales y metales satisfagan vuestra demanda interminable,
y que también les hemos enviado los mejores frutos
originales de nuestra tierra, como la papa, el maíz, el maní o los porotos, con
los que ustedes pudieron ampliar y favorecer las dietas de sus hijos, haciendo que crecieran más fuertes y saludables,
y que también les hemos enviado especies frutales únicas y deliciosas como el ananás, el maracuyá o el mango, que habrán disfrutado con
placer en las breves pausas que van entre una batalla y la siguiente
y que seguimos enviando hasta hoy, a un ritmo que nos
sorprende a nosotros mismos, porque no suponíamos que nuestra tierra tuviese
semejante potencia
y que también les hemos enviado café, que los reconforta y los mantiene lúcidos para diseñar la sangrienta estrategia de la
próxima conquista
y lo seguimos haciendo hasta hoy, junto con el tabaco y la celulosa
y que también hemos enviado otros productos maravillosos de
nuestra tierra como el chocolate, gracias al cual vuestras hembras abren las
piernas con soltura y docilidad,
y también además nos hemos preocupado por facilitar
vuestros viajes, enviando gas, petróleo, quebracho para durmientes o látex para
neumáticos
y proteínas de alta calidad en volúmenes ya indeterminables, en la carne de
nuestro mejor ganado
y granos y oleaginosas listos para producir los
mejores panes y los aceites más puros
y que habiendo satisfecho vuestras barrigas y vuestra codicia
también hemos pensado en el placer y el tiempo libre que emergerían de las necesidades previamente satisfechas, y a tal fin les hemos enviado nuestros
mejores deportistas, para que en vuestras horas de ocio se deleiten con trucos
de pelota que vuestros niños tardarían demasiados años en aprender
pero también les hemos enviado los mejores narcóticos y los
mejores estimulantes como el cannabis y la coca, para que puedan anestesiar las frustraciones y las
ansiedades a las que los expone tanta codicia irrefrenable
y desde un tiempo a esta parte, habiendo percibido que los
resultados que nos ofrecían en todos los ámbitos esperados eran demasiado pobres, también nos hemos preocupado en enviar a nuestros mejores
cerebros listos para nutrirse de sus enseñanzas académicas
y a nuestros
mejores artistas, nuestros mejores escritores, nuestros mejores músicos
Y CONSIDERANDO
que habiendo remitido tantas riquezas, todas útiles para
concretar lo que todas vuestras constituciones, vuestras fundaciones, vuestros tratados
y pactos y cartas de intención y organismos supranacionales y fondos monetarios
y bancos mundiales se empachan en pregonan: construir para todos un mundo mejor
y conscientes de que otras regiones hermanas han
realizado un esfuerzo igual o superior al nuestro, incluso agravado por el
envío de hombres sometidos a esclavitud
tras largos 500 años de mantener este acuerdo
sin resultados beneficiosos para el género humano a la vista
pues sólo se reiteran y persisten en sistemas globales en los que los sanos, los educados, los bien alimentados,
los poderosos, los descansados, los victoriosos, en resumen los felices, quedan
de vuestro lado
en tanto nosotros nos convertimos, sin aparente derecho a reclamo, en el repositorio interminable
de miserias y penurias
ratificamos que no hemos hecho todo este esfuerzo para cristalizar esta exclusión, profundizar esta inequidad y cristalizar esta asimetría
RESOLVEMOS
que miles de millones de nosotros no podemos seguir
esperando una solución en manos de quienes ya podemos calificar como ineptos, inútiles sin vocación de mejora,
que si ustedes, con tantos recursos, tanta educación y
cultura puesta a disposición, no han sabido o no han tenido la capacidad de convertir
al planeta en algo mejor,
entonces es el turno de que nosotros, los desprolijos, los desclasados, los
bárbaros, asumamos esa responsabilidad;
desde el Imperio Romano les consta, íntima y rigurosamente, que no hay drones, ni agencias de seguridad,
ni manipulación de información ni explotación vil que detenga
a multitudes indignadas por tanta incompetencia, tanta
ineficacia y tanta torpeza
Y nos declaramos con derecho a decidir cuándo asumiremos nuestro propio destino
QUEDAN UDS. NOTIFICADOS
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