jueves, 13 de marzo de 2014

Tercera Ola



Los sucesos de Ucrania de las últimas semanas, que se coronaron en el golpe blanco que removió a Yanukovich, dan por inaugurada la tercera etapa del proceso de expansión y masificación del control económico por parte del poder financiero centralizado, astutamente denominado globalización (quien podría estar en contra de un concepto tan inocuo,  no?).

No sabemos cómo sigue y qué nivel de éxito podrá contabilizar en esta nueva arremetida, pero sí podemos asegurar que estabilizadas y robustecidas todas las conquistas anteriores, el poder financiero nos está mostrando cuáles son sus próximos objetivos.

Resumiendo y estilizando hechos ocurridos en las últimas décadas, recordaremos que el primer frente de este lento pero aparentemente inexorable avance (con pruebas piloto en geografías y contextos tan diversos como el Chile de Pinochet, la Argentina dictatorial o el Reino Unido thatcherista) tuvo lugar a lo largo de la década del 90 en el patio trasero de la potencia hegemónica, cuando se logró que los países de nuestro hemisferio adoptaran una Constitución Económica que se denominó Consenso de Washington.

Tarea fácil una vez finalizado el delicado trabajo de alinear los factores de poder locales de nuestras naciones para que se identificaran y subsumieran en los objetivos prioritarios e impostergables de Wall y Main Street, conformado por bancos y calificadoras de riesgo, que les facilitaba la vida a los gobernantes que rezaban el mantra de las “reformas estructurales” proveyéndoles los grandes operadores de servicios públicos y tecnologías del primer mundo: telefónicas, petroleras, construcción civil e infraestructura.

Cuando las piezas de este ajedrez continental estuvieron dispuestas adecuadamente, todos nuestros países tuvieron, en mayor o menor medida, su dosis de neo-liberalismo. Y ningún país del continente (con la recurrente excepción de Cuba, cuándo no) se quedó sin probar la dulce combinación de tarifas suizas más indexación norteamericana más calidad de servicio nigeriana.

El de la primera etapa fue un trabajo sencillo en cuanto a lo estratégico, pero esencial para observar, analizar y estimar las potencialidades de programa en ejecución. Si el experimento no funcionaba en Argentina o Chile, mucho menos podría hacerlo en contextos geeopolíticos más delicados (Israel, Turquía, España?).

Los resultados fueron asombrosamente funcionales y aptos para el tablero de control de Wall Street y en todos los países objetivo la distribución del ingreso se distorsionó regresivamente en tanto que la desocupación subió. Todos los tests estaban aprobados para ingresar en la segunda etapa, en la que las dificultades serían mayores pero el premio también más jugoso.

Nos referimos a los efectos de la crisis financiera mundial del 2008, que se nos ha informado y educado como inevitable falla de un mercado caracterizado por la “exuberancia irracional” de los rindes. Descarado relato que no hace mención a la irresponsable política de tasas de la Reserva Federal Norteamericana desde el 11 de septiembre de 2001, el día que cayeron las Torres Gemelas, hasta agosto de 2008, el día que cayó Lehmann Brothers. Lo dijimos en este blog y lo volvemos a repetir: la crisis financiera que hoy acecha Europa fue DELIBERADA y no accidental. 

Caído el muro de Berlín, no quedaban razones para sostener costosísimos estados de bienestar en un lote de países que, alejada la amenaza marxista, no agregaban mayores beneficios a la implacable balanza de Wall Street. Y, respetando el corolario de Einstein, consiguieron los mismos efectos aplicando las mismas recetas en Portugal, Grecia, España, Irlanda e Italia. Desde hace semanas sus gobiernos creen hallar buenas noticias detrás de índices poco generalizables como el turismo o el aumento del consumo en supermercados, pero la desocupación creció (en algunos casos de manera irracional como en Grecia y España) y la distribución de la riqueza es record en su asimetría. Bingo.

Como decíamos al comienzo de esta entrada, van ahora por las figuritas difíciles: desarticular el collar de naciones que alguna vez fueron parte del bloque enemigo y cuyas características geopolíticas son cruciales, sea por la presencia de recursos naturales y energéticos importantes, sea por su ubicación geográfica o bien por la necesidad política de contar con gobiernos amigos que puedan hacerle la vida difícil a adversarios de fuste.

La primera pieza de esta nueva fase es Ucrania, que reúne en mayor o menor medida cada uno de estos criterios y que además es uno de los bastiones más importantes del bloque con el que Putin pretende amurallar la Federación Rusa. Claramente para Occidente capturar la pieza  ucraniana es una provocación y un golpe dado en el plexo del bloque ruso. Y aunque Putín va a defenderse, sabe que el poder de su adversario lo supera, además de que su aliado Yanukovich no dejó error sin cometer (encarcelar al líder de tu oposición política no puede ser calificado de otra manera) y lo convirtió en un indefendible.

La pieza será probablemente irrecuperable en el mediano plazo, pero no hay que levantar la mano del vencedor antes de tiempo y tampoco es correcto subestimar las capacidades políticas del premier ruso, que con la operación Crimea responde de manera sagaz al embate del que es objeto. 

Como en el psicoanálisis, las expresiones verbales ponen en evidencia al inconsciente del poder. Los líderes occidentales, permanentes campeones de la democracia, la defensa del propio estilo de vida, la libertad y su hija dilecta, la autodeterminación: sus lapsus se dicen como "un plebiscito por independencia en Crimea es inaceptable”

Europa puede subirse a los hombros del gigante Tío Sam para tratar de amedrentar al oso ruso, pero nunca debería olvidar que la llave de paso que dosifica el gas, central en la matriz energética europea actual, está debajo del asiento del Sr. Putin.  

Respecto del desarrollo posterior de esta tercera ola de hegemonía, por supuesto que es difícil preverlo, podemos decir que continuará y que seguramente incluirá regiones subnacionales o países que por su capacidad energética (Tajikistán?) o por su ubicación geográfica (Mongolia?) sean funcionales a la estrategia de debilitar a China y a Rusia, los dos desafiantes más importantes de la época. Conocen la receta. Saben cómo aplicarla. Y les viene dando pingües resultados.

Están los que dicen que el Capitalismo está debilitado y en retirada. Nada peor para un análisis que se promocione como racional y riguroso que impregnarlo de los deseos íntimos.

Nosotros creemos que el Capitalismo está en su mejor momento.


Y desde nuestro humilde rincón, con nuestros modos populistas, estamos dando nuestra humilde batalla. La 
desocupación baja y la equidad mejora. Parece que la estamos ganando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La cuestión energética puede hacer circunstancialmente rico a un país, pero nunca poderoso.
O acaso los árabes doblegaron a EEUU en los 70 cuando aumentaron el petróleo? Por supuesto que no.
Si Rusia no le vendé gas a Europa, ese gas se lo va a tener que meter en el culo, porque otro mercado de ese volumen no va a encontrar.

Udi dijo...

Anónimo: El "General Invierno" es ruso.
Contradicto, estimado: ¿Entonces usted no adhiere a la teoría que postula que esta sí es la crisis terminal del capitalismo?
Salute !

Contradicto de San Telmo dijo...

Anónimo, hagamos conjeturas: qué revienta antes?

los repositorios de gas en el culo de Rusia, donde están hace miles de años y con ellos un porción de los recursos externos de las finanzas de Putin...

o una sociedad europea que está podrida de una crisis que no termina nunca, que de una noche a una mañana se queda sin energía y sin calefacción? usté estuvo 5 minutos sin energía y calefacción?

pienseló un minuto.

Udi, amigo, si usted se refiere a la crisis terminal del capitalismo que empezó en la comuna de Paris en 1848 puede que entonces yo esté equivocado.

Y ahora fuera de ironías le respondo: ni en pedo.
El capitalismo está en su mejor momento.
Que nosotros vivamos día a día un escenario nacional y regional distinto a lo que pasa en el 85% del planeta es una alegría que no estamos disfrutando en su verdadera dimensión. Por eso hago énfasis en mi post anterior: estamos solos.

Pero le garantizo que no hay en el planeta, salvo contadísimas excepciones (Syriza en Grecia?), estructuras ideológicas que analicen la actualidad por fuera de una Matrix tecnocrática.

Lo que pone en relevancia el coraje y la pelea que están dando CFK y otros líderes latinoamericanos.

ram dijo...

Una vez, tiempos del imperio menemista o de la impotencia aliancista, Carlos Heller (en el programa de Aliverti) dijo algo así como que "las políticas de ajuste llegan hasta los extremos a que las dejan llegar los ajustados". Si la joda es "poner en su lugar" y ajustar a Rusia y sus ex-satélites, es muy probable que les resulte un fiasco; la capacidad de resistencia rusa no es poca y mucho menos escasa es la voluntad rusa de dejarse llevar por delante y, ojo, la presunta espada de Damocles que sería el militarismo yanqui, puede servir para asustar a cualquiera, menos a los rusos, históricamente expertos en bajarle los humos a conquistadores e imperialistas de postín.... ¿acaso el marimacho alemán o el tío tom yanqui y el club de titiriteros de wall street tienen más entidad que el adolfo o napoleón?. Sospecho que no.
Y si le sumamos al despiole a un pueblo/nación/raza con, ¿cuántos?, 5, 10 mil, años de historia, como son los chinos.
Puede ser que el capitalismo, salvaje y financiero, esté viviendo su mejor momento; lo que no quita que también puede ser el ültimo.