Un sábado cualquiera en ocasión de un evento deportivo televisado,
y como es habitual en muchos hogares argentinos, el dueño de casa decide que esa
noche se acompaña el momenot con pizza casera. Detrás de ese objetivo instruye
a la empleada doméstica a repetir una vez más su sabrosa receta para toda la familia.
Y durante la tarde se ponen en marcha todos los recursos y
dedicaciones del hogar para, a la hora señalada, tener lista esa tradicional
pizza frente al televisor. Agreguemos como dato anecdótico que esta pizza tiene
unos 20 cm de diámetro, un tamaño pequeño ya que por estos días los recursos
del hogar no están en su mejor momento.
Al momento del corte se procede tradicionalmente: dos cruces
pasando por el centro y rotadas entre sí 45 grados dan como resultado las habituales ocho
porciones iguales. Sólo falta destapar la bebida, sentarse y repartir.
Digamos que en el contexto de la distribución del poder y las
prioridades relacionales en esa familia, al dueño de casa y jefe de la
servidumbre le corresponden TRES de esas porciones, completas.
En el extremo opuesto doña Eva, la cocinera, décimo y último
integrante de la familia inmediatamente después del perro, se hace acreedora a
su parte: se le asigna una tirita algo reducida: la que corresponde a haber tomado una
porción de las ocho existentes, dividirla a su vez en diez partes iguales y cederle UNO de esos décimos.
Para quienes no estaban alerta repetimos el concepto: a la
empleada doméstica le corresponde una tajada triangular con la típica forma de
porción de pizza, pero su ancho es un décimo del ancho de una porción clásica (de las 8 que componen el total). Sí señores, una tirita que dura menos en su boca que un
chorizo en boca de un perro.
Digamos que a la semana siguiente la familia recibe un loro
con ínfulas progresistas que, desde su jaula en el living, empieza a “comerle
el coco” a todos los habitantes de la casa. Y digamos que el loro se llama
Néstor.
El loro es porfiado como botín chueco y no para de gritar y
repetir, desde su jaula, cosas que aprendió en quién sabe qué escuelita. Lo
cierto es que revoluciona la casa y 4 años después le deja lugar a una lora que
sigue por el mismo camino. La mayoría de los habitantes de la casa le ganan
cariño a la pareja de loritos, lo que impide al jefe del hogar de cumplir su
deseo de sacarlo de la jaula y retorcerle el pescuezo de una sola vez.
12 años después, con la lora todavía gritando, alertando a
los jóvenes, orientando a la empleada y compartiendo su alimento con el perro,
llega otra noche de pizza.
Esta vez gracias al esfuerzo de todos, la pizza ha crecido
en diámetro desde aquellos limitados 20 a 26 mejores centímetros. Hay más pizza
para todos puesto que su superficie total ha aumentado casi 70% y una porción
cualquiera es ahora mucho más completa y nutritiva.
En esta nueva instancia, al momento de repartirse y bajo los
gritos de la lora Cristina, el dueño de casa sólo puede agarrar DOS porciones
completas; el resto de los miembros del hogar le están enseñando buenos
modales.
Todas las fracciones restantes de los comensales han aumentado,
y entre ellas la más afortunada ha sido doña Eva, cuya porción aún dista de ser
aceptablemente digna, pero representa más del 20% de una porción.
Lo que nuestra empleada sabe sin lugar a dudas es a quién
tiene que agradecerle la panza un poco más llena: a los gritos incansables en
cadena hogareña de la lora, que mira orgullosa desde su jaula.
Siendo las cosas así, como puede alguien ofender su,
nuestra, inteligencia diciendo que ahora Eva es más pobre que hace una década?
2 comentarios:
a doña eva ahora tambien le alcanza mas porque la lora le aviso que no es una esclava es una empleada y puede ir exigiendo aguinaldo, vacaciones etc, etc, cosa que a los hijos del patrón y a sus nueras,cacerileras, tampoco le anda gustando. se fueron con otros patroncitos al llao llao y estan viendo si a la lora la acogotan directamente porque ya le cambiaron el alpite por alpiste blue y no picó, le quisieron hacer comer un perro muerto y tampoco se lo tragó, etc, etc, pero tambien le va mejor a eva porque a sus nietos les corresponden 19 vacunas y no tiene que faltar al trabajo por tomar 10 colectivos truchos para ir a un hopital acompañando a la madre, etc. etc, etc...todos tienen dni por 35 pesos o gratis , que antes no lo sacaban prque era muy caro, tardaba año o año y medio... estos loritos con cara de pingûinito, son de lo que no hay
Calmesé, Julia, calmesé.
Es más lo que falta que lo que hay.
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