Algunos sacan la basura fuera de horario. Secreto del oficio: eso pasa sobre todo en oficinas y locales políticos, así que casi todo el contenido es papel. Eso sí, hay que andar ligerito, antes de que empiecen a revolver las bolsas los inspectores del Gobierno de la Ciudad. Estos papeles y unos recortes de Clarín aparecieron en una bolsa, en la esquina de Humberto Primo y Tacuarí.
Si le vamos a creer al Gran Diario Argentino (¡cómo no va a ser grande con tantos clasificados!), el país vive un milagro económico que reíte del “milagro alemán” de la posguerra. Hasta la semana pasada, todo se encaminaba al peor de los desastres: el agro destruido, la industria en llamas, el comercio hundido en los pesares, las finanzas del Estado desfondadas, crisis por doquier, colapso inminente. La calamitosa administración de la Presidenta era responsable de los males presentes y de los peores futuros. Y, copyright del amigo Lucas Carrasco, “nadie hace nada, Susana”.
Hoy, jueves 30 de abril, las cosas no son tan así, la situación no es tan mala y nada hay que no pueda arreglarse con cierta dosis de los dos remedios que no deben faltar en todos los botiquines: Diálogo Plus y Consenso Forte. Uno de los principales editores y columnista económico del Gran Diario concurre ahora a tranquilizarnos. Y, simultáneamente, toda la oposición sale a coro en el mismo sentido.
Milagro similar ocurre en la política. Hasta la semana pasada, un triunfo electoral ajustado del Gobierno (y, con más razón, una derrota) significaba su derrumbe. Hoy, un diputado más o un diputado menos no es cosa tan grave (nos dicen el Gran Diario y los opositores). Después de todo, en el mundo entero los gobiernos pierden elecciones y siguen tan campantes.
¿Qué ocurrió en el medio? ¿Qué operó estos milagros? Que la Presidenta y el titular del Partido Justicialista advirtieron públicamente que una mala elección de los candidatos del Gobierno amenazaba gravemente los logros de los últimos años y ponía en riesgo a la economía y a la estabilidad.
Esta insolencia inaceptable ha sido bautizada “estrategia del miedo”. Pero, me pregunto yo: ¿No era estrategia del miedo la que nos pintaba un presente oscuro y un futuro más oscuro todavía? Pregunto yo: ¿es legítimo advertir calamidades para ganar una elección, cuando lo hacen unos y es casi fraudulento cuando lo hacen otros?
La Pitonisa de Barrio Norte, el "perseguido político" De Narváez, el solemne presidente de la UCR, el casi olvidado López Murphy, el “centroizquierda” (así clasifica el Gran Diario a Macaluse, ¡Adrián Pérez! y Lozano) y hasta CARBAP dirigen las mangueras contra el fuego encendido desde el oficialismo perverso. CARBAP indica que hablar de desestabilización es “contrario a la democracia”. Las palabras CARBAP y democracia son difíciles de juntar en una sola frase, pero la responsabilidad es de los autores del comunicado.
Es muy interesante esta incursión de los empresarios agrícolas. Deberían preguntarle a su socio Hugo Biolcatti, presidente de la Sociedad Rural, qué opina de la desestabilización. Ese dirigente agrario estuvo el domingo en el programa del golpista reincidente Mariano Grondona. Ambos se regocijaron, risitas cómplices de por medio, con la perspectiva de que la Presidenta no pueda cumplir su mandato hasta 2011. ¿Por qué? Porque en el medio “hay un 28 y un 29 de junio” y evocaron la figura del vicepresidente Cobos, como obvio reemplazante. Pregunto yo: ¿eso no es desestabilizante, por lo menos en las intenciones? Parece, por lo tanto, que los temores contenidos en la “estrategia del miedo” no son imaginarios.
¿Qué te pasa, Clarín? ¿Qué te pasa, oposición?
4 comentarios:
Lo que tienen que hacer Néstor y Cris es clamar por la vuelta a los noventas. Estos, por contradecirlos, se van a hacer nac & pop.
Saludos
Muy bien Andrés.
Creo que habremos coincidido en algún otro lugar, acerca de la inconveniencia de nombrar al 2001 en estos momentos, y en mi caso lo sostengo. No me termina de gustar (ni aunque me conviniera en el corto plazo).
Pero algunos no tienen derecho a escandalizarse por un pronóstico apocalíptico, no?
Saludos.
El miedo no es el mejor aliado... pero en ocasiones siento miedo... un profundo miedo! temo que mi País sucumba a los principios neliberales del pasado, y entonces volamos a vivir con sueldos miserables, jubilaciones recortadas, desocupación, marginalidad... Terror, se dice... eso es lo que siento!!!
Querida compañera
El miedo es un veneno que tiene un solo antídoto: no dejarnos arrancar lo que hemos conseguido, le pese a quien le pese.
Saludos
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