jueves, 9 de septiembre de 2010

Salideras

En estas últimas semanas, las salideras bancarias se han convertido en tema de interés general.

Modalidad delictiva (la salidera) que se nutre de la vulnerabilidad que ofrece un tipo o tipa que saca un montón de guita de un banco y la transporta manualmente hasta aplicarla a algún pago u operación.

A nadie, parece (el oficialismo también está incluido en este reclamo) se le ocurrió pensar en cuál puede ser el motivo por el que una persona elija convertirse en blanco fácil, teniendo la posibilidad de evitarlo haciendo sus operaciones a través del banco, sin sacar la guita de ahí.

Hay indicios para despejar la incógnita: primero, operación hecha a través del banco, es operación en blanco. No se puede negrear.
Otro, los bancos cobran por las operaciones de transferencia.

Resulta, entonces, que los legisladores se ponen a aplicar su tiempo y experticia en dilucidar de qué modo se le puede brindar protección a quienes subvalúan los boletos de compra-venta en operaciones inmobiliarias, hacen pagos irregulares (un escribano da fe de la valuación de un inmueble, no?), pagan sueldos u honorarios en negro, o compran cheques en mesas de dinero.

Sería más lógico, me parece, que en las cámaras legislativas se abstuvieran de legislar sobre una modalidad delictiva específica y se pusieran a ver otras cuestiones más acordes a su función (examinar modalidades delictivas y prevenirlas es tarea de las fuerzas de seguridad).

Hay dos elementos a mirar: el principal, es el excedente que se apropian los bancos mediante comisiones.
Otro (menor) es el impuesto al cheque. Ese impuesto (dicho sea de paso) que la oposición hasta hace poco pretendía coparticipar, porque era una demanda de la "sociedad" (expresada, como sabemos, a través de la tapa de Clarín). No es cosa de ser botón y acusar a todo el mundo de negrear. No es cuestión de generalizar tampoco, y señalar como evasor a todo el que paga en efectivo. Hasta toleramos que se justifique la evasión diciendo que los costos son altos, y por ahí nos sentiríamos a gusto discutiendo sobre topes a las comisiones bancarias.
Pero no.
El camino elegido es el de la demagogia. Aunque en menor escala, parecido al de las reformas "Blumberg". Con el agravante, repito, de que, en el afán de proteger a gente que lo necesita, se le brinde también protección especial a alguna gente que (por el motivo que fuera) está haciendo las cosas mal.

7 comentarios:

Udi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
el Klamar dijo...

El único medio que encaró el tema por este lado, además de este blog, fue la revista Barcelona...

Mariano dijo...

Udi: por qué me eliminaste el comentario? ;-)
Un abrazo.

Klamar: es un elogio?
Gracias.
Abrazo.

Udi dijo...

Mariano: por no haber leido su texto completo, me agarró unaindinación que no le cuento, vea, y quise agregar algo ...que usté ya había puesto.
unabrazo, le prometo que será la última !

Mariano T. dijo...

O sea que el bebé se lo tenía merecido.

Mariano T. dijo...

O sea que el bebé se lo tenía merecido.

Mariano dijo...

No.
Con esta ley van a revivir al bebé?
Ah, si es así, estoy a favor.