sábado, 13 de diciembre de 2014

El Tornado no se detiene


El 10 de abril de 2010 publicábamos esto que, según este blog, es uno de los parámetros más eficaces para balizar nuestro camino a un desarrollo inclusivo y sustentable.

En ese momento hacía sólo 4 meses que se había instaurado la AUH, un tiempo estadísticamente pequeño para registrar su efecto en la DESEADA homogenización de ingresos de la población.

Hace pocos días la OCDE, ese club selecto de países desarrollados que también incluye algunos países modelo latinoamericanos (Chile y México), emitió un informe que tituló como "Tendencias en Desigualdad de Ingresos e Impacto en el Crecimiento Económico" y que contiene interesantes datos de lo que ha estado ocurriendo con la desigualdad en sus países en los últimos 30 años.

Inmediatamente recordamos nuestro viejo post y fuimos por una actualización, cartoneando los datos del segundo trimestre de 2014, que son los últimos publicados de la encuesta permanente de hogares, EPH.

Digámoslo claramente: el paradigma de la evolución económica para los dueños del mundo siempre ha sido el crecimieto. Ni la OCDE, ni el Banco Mundial, ni el FMI, ni ninguna orga multilateral jamás había prestado atención a lo que venimos remarcando desde este culo del mundo: condición necesaria (y remarcamos que no suficiente) para el desarrollo es la distribución progresiva del ingreso.

Las sucesivas administraciones de la letra K han tenido eso en claro y, a pesar de los insoslayables efectos de la crisis financiera de Wall Street en 2008 que el gran gendarme mundial ha sabido trasladar y reconvertir en otras crisis como la de burbuja inmobiliaria en España o de competitividad en Grecia, se mantiene con el rumbo firme y preciso que se demanda.

Para ilustrar las tempestades que venimos navegando, algunas viñetas del informe de la OCDE:

  • La brecha entre ricos y pobres es hoy la más alta de los últimos 30 años. Mientras la relación de ingresos entre el 10% de los hogares más ricos de los países de la OCDE frente al 10% más pobre era en los años 80 de 7 veces, hoy es de 9.5 veces.
  • La desigualdad no sólo se percibe cuando se la mide en los "hogares del extremo": también se mide en los hogares de los deciles intermedios, medidos por el índice Gini (100 absoluta desigualdas, 0 absoluta igualdad): en los '80 el Gini de la OCDE era de 29%, hoy es de 32%.
  • En ese período, Gini creció (aumentó desigualdad) en 16 de los 21 países de la OCDE, se mantuvo estable en 3 y mejoró en 2.
  • El estudio de la OCDE (64 páginas en inglés aquí) le pone cifras al impacto en el crecimiento que provoca esta desigualdad. Estima que a México y Nueva Zelandia le restó 10% de crecimiento en 30 años. Estima en 9% el golpe sobre Reino Unido, Finlandia y Noruega y entre 6 y 7% en EEUU, Italia y Suecia. 
  •  El efecto de los perjuicios de la desigualdad se hace patente en el 40% de los hogares más pobres, que es donde reside un motor central del crecimiento: el consumo. 
  • El estudio hace foco en las dificultades que la desigualdad impone a la promoción educativa de las clases pobre y la fuerte posibilidad de que se congele el efecto de ascenso social que dinamiza las sociedades.
Cositas con las que este humilde blog, decíamos, viene hinchando las pelotas hace tiempo. En cuanto a la evolución Argentina, los números retratados en el post de abril de 2010, comparados a los últimos disponibles, son los siguientes:
  • En 2003, por cada 1000 pesos promedio ingresados en cada hogar más pobre, el ingreso de uno más rico era de casi 28 mil pesos. El efecto post-crisis de convertibilidad nos ponía cerca de Haití.
  • Para 2010 esta proporcion había caído de 28 a casi 16 veces, apenas superior al de Estados Unidos (sí, Estados Unidos, 15,9 en 2010, la tan mentada sociedad liberal).
  • Para el segundo trimestre de este año esa proporción siguió cayendo, ahora de 16 a 13,2 (recordemos que el denostado promedio actual de OCDE es 9.5). Nuestra posición actual es levemente mejor que la de España (13.8 en 2011), que se viene desintegrando con los pasos del Gato con Botas.
Ahora bien: estamos diciendo que estamos mejor que esos países? No. No es necesario tergiversar estos datos de esa manera.

En primer lugar una mejor distribución del ingreso es condición necesaria pero NO SUFICIENTE para un desarrollo inclusivo. Y nosotros podemos decir que estamos en la senda correcta: necesitamos muchos años con los parámetros de igualdad social en este cimiento para que la dinámica interna de una sociedad se encauce. 

En este punto sólo se nos ocurre seguir colaborando con este proceso. Y ya que el kirchnerismo se ha caracterizado por la reinstauración de derechos y conquistas sociales, se nos ocurre sumar al menú una que está faltando, que ha sido muy poco mencionada y que no inocentemente fue volteada de nuestra legislación por Martínez de Hoz durante la dictadura: IMPUESTO A LA HERENCIA.

Se lo decimos con el tonito NelsonCastro: "pienseló, Señora Presidenta".



1 comentario:

Julia dijo...

ojo que algo hay, ganacias eventuales, y segun el caso hay hijos únicos o viudos que debían en aquella época, pagar tanto de impuesto por la casa recibida de sus padres que o no tramitaban la herencia quedando a lo largo del tiempo como herencia vacante, a merced de algunos vivillos que "ocupan" casas y se apropian de ellas.
Mas que impuesto a la herencia que sería imponer a algo que si está en blanco viene tributando, opino que habría que ampliar la licencia por nacimiento y hacerla incluyendo al padre. Los pibes están cada vez mas tiempo con maestra/os y abuelo/as que con los chiflados de los padres que los gestaron. Hay una ley para hacer "jardines" desde los 45 días , una aberración, creo que es mas mejor y mas barato que en lugar de construir amarraderos para bebes con cunitas superpuestas, se les de a los progenitores un buen tiempo para conocer al guricito que trajeron a este planeta La Tierra