El
gobierno de Syriza asumió a finales del pasado enero. Las posiciones
negociadoras que Tsipras y su ministro de finanzas Varoufakis empezaron sobre
una base muy refractaria a los términos de austeridad que venían siendo
habituales en las negociaciones de la Troika no sólo con Grecia sino con todos
los países europeos en dificultades financieras.
Con el
paso de las semanas y en pro de conseguir un acuerdo, Tsipras resignó algunas
reivindicaciones de dicha base, preservando un núcleo que considera central al
que pretende sea su programa económico de corte keynesiano y aliento al consumo
interno. Dicho núcleo se hizo conocido como líneas rojas, que no serían
atravesadas. La lógica política utilizada con su partido y la ciudadanía fue
honesta: informó en varias oportunidades esta estrategia. Las preferencias
populares la tomaron favorablemente y su imagen en las encuestas escaló varios
peldaños.
La
actitud de la Troika fue rechazar sistemáticamente cada propuesta griega, lo
que popularmente conocemos como “correr el arco”. Para quienes lo miramos de
afuera, no era muy comprensible por qué durante las últimas semanas de mayo y
las primeras de junio la discusión se centraba en la alícuota de IVA sobre
bienes de consumo en las islas turísticas.
No es
difícil percibir que, considerando lo que está en juego, ese ítem de
negociación no era otra cosa que una demora deliberada. Hacia dónde? Con el diario del lunes podemos decir que la Troika empujaba la negociación
hacia el 30 de junio, última fecha de pago de un vencimiento con el FMI que de incumplirse ponía a
Grecia en default.
El fin
de semana del 20-21 de junio fue crucial. Tsipras y Varoufakis viajaron a la
enésima reunión con el EuroGrupo (ministros de finanzas de la eurozona) llevando un acuerdo que estimaban cumplía con todo: no cruzaba sus propias líneas
rojas y cumplía con las consideraciones de superávit, impuestos y reformas que habían decantado tras 4 meses de negociaciónes. Sorpresivamente el plan no fue
aprobado.
Y el sábado 20 el Eurogrupo le presentó una propuesta que definieron
como innegociable y cuyos términos retrotraían todo lo conversado al principio, como si los 4 meses transcurridos no hubieran existido. Es lo que
en una negociación se suele denominar “ultimátum”.
En una
lectura de lo ocurrido, Tsipras se dio cuenta de la naturaleza del chantaje,
seguramente respiró hondo, contó hasta 10, tomó la propuesta, abandonó la sala y se dirigió
directamente a Atenas, donde en cuestión de horas informaba a sus aliados y
convocaba por televisión nacional al Referendum. Fue su jugada populista. Y por supuesto que la piedra del escándalo con el establishment europeo, que usa la palabra democracia sólo cuando no hay población en las ceranías.
Desde
la convocatoria al Referéndum la actitud europea cambió radicalmente y están minando el camino griego hacia el domingo 5 desde todos los ángulos posibles. El viernes 19,
por ejemplo, cuando Grecia todavía estaba en la mesa de la negociación, las
autoridades europeas trataban la delicada situación financiera griega con una cuota de consideración:
19 jun
El Banco Central Europeo (BCE) acordó hoy ceder al pedido de Grecia y
aumentar nuevamente los créditos de emergencia (ELA) al país para aliviar la
dramática situación financiera que afrontan los bancos helenos por la masiva
retirada de depósitos de sus clientes, informaron hoy fuentes cercanas.
El domingo 21, día del Referendum, el Banco Central Europeo empezó a hacer “sutiles” menciones
sobre los crecientes retiros de dinero en Grecia.
21 jun
Mientras tanto, el Ministro de
Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble dijo que Grecia debe respetar "las
reglas del juego" que son "compartidas" entre los socios del
Eurogrupo, y expresó su convicción de que Atenas sólo superará su crisis si
implementa las reformas prometidas. Otras fuentes en Frankfurt dijeron a EFE
que una reunión de la gestión del BCE había sido programada para que el lunes
por la mañana se evaluara la liquidez del sector bancario griego, teniendo en
cuenta las peticiones para retirar los depósitos que para el lunes ya ascienden
a "1 billón de euros".
El jueves 25 la Troika jugó su carta fuerte: Jens Weidmann, Presidente
del Bundesbank, expresó su queja por el mal uso de los préstamos ELA por parte
de Grecia, que todo el mundillo económico-mediático griego reconoce como la
única vía de provisión de liquidez genuina de euros para la población.
Utilizando un “inocente” argumento leguleyo, Weidmann sabía
que gatillaba una explosión de incertidumbre sobre la resistencia del sistema
bancario griego. Al día siguiente, cuando las colas en cada cajero automático se medía en varias decenas de metros, el plan desestabilizador de la Troika pasaba al modo "corrida bancaria". Observe la sutileza en cada movida.
25 jun
El Banco Central
Europeo (BCE) ha aprobado este jueves la cantidad de financiación de emergencia
(ELA, por sus siglas en inglés) que Atenas había solicitado para los bancos
griegos, según una fuente bancaria con conocimiento directo de la decisión, que
no facilitó la cifra.
"El Banco de
Grecia consiguió la aprobación del ELA que solicitó. Si es necesario, el
consejo de gobierno del BCE se reunirá de nuevo en las próximas 24 horas",
afirmó la fuente. Los bancos griegos dependen de la financiación de los bancos
centrales para mantenerse a flote tras las masivas retiradas de efectivo que se
han producido en las últimas jornadas y que a finales de la semana pasada
alcanzaron más de 1.000 millones de euros.
El ritmo de las
retiradas de efectivo se ha aminorado en los últimos días en anticipación a un
posible acuerdo con los acreedores, según informaron participantes del sector
bancario, que añadieron que el BCE ha estado celebrando reuniones diarias sobre
medidas de financiación.
La ayuda de liquidez
de emergencia del Banco Central de Grecia, que es más costosa que pedir
prestado al Banco Central Europeo, subió a 77.580 millones de euros el mes
pasado, en comparación con los 74.370 millones de abril, según datos publicados
el martes.
28 jun
En una reunión extraordinaria, los miembros del consejo del BCE han
decidido mantener las líneas de liquidez de emergencia para los bancos de
Grecia sin cambios. La medida puede no evitar el corralito, pero da algo de
tiempo a la negociación.
El BCE no cierra el grifo a Grecia. El consejo de gobierno del banco ha
mantenido una teleconferencia esta mañana en la que ha decidido no cerrar las
líneas de liquidez de emergencia para la banca griega. La decisión del banco no
es definitiva, y la entidad ha asegurado que está lista para reconsiderar su
decisión en cualquier momento.
29 jun
En caso
contrario, el martes Grecia no podrá hacer frente a su deuda con el FMI y
aunque esto, técnicamente, no conllevaría un «default», sí es factible que
precipite los acontecimientos. Si el BCE considerase que ya no cabe posibilidad
de acuerdo, y que Grecia es insolvente, cortaría las líneas de financiación de
emergencia (Emergency Liquidity Assistance o ELA), con lo que la banca helena
se quedaría sin liquidez para hacer frente a los depósitos de sus clientes y el
«corralito» sería inevitable. Ni un «default» ni un “corralito” implican la
salida del euro -en Chipre ya se impuso un “corralito”- pero probablemente,
dada la magnitud del problema, sería la única salida viable para la economía
griega
El ojo agudo puede deducir algunas sutilezas: la presión nunca está en boca de funcionarios oficiales de la Troika. Cuando llega la hora del trabajo sucio, por ejemplo chantajear a la víctima, utilizan
el trascendido, el off-the-record o la versión despersonalizada de la agencia de noticias. O, como
el caso de Weidmann, la alternativa es hacerse de un vocero "no vinculado" que lanza la bomba, recubierta de lenguaje
tecnocrático, para darle tiempo a escapar.
Uno de los pocos periódicos
oficialistas griegos, EfSyn (www.efsyn.gr), ha
mostrado un tándem de dos encuestas respecto del referéndum: las preferencias
por el NO (la posición del gobierno griego) pasaron del 57% antes al 46% después de
la instalación del corralito vigente desde el lunes pasado.
Ahora bien, si de sutilezas hablamos,
la copa de oro se la lleva el presidente del Parlamento Europeo y líder del socialismo
democrático alemán Martin Schulz, que ayer dijo que el triunfo del Si en el Plebiscito debería
servir para derrocar al gobierno de Syriza e instalar en Grecia “un gobierno de
tecnócratas con el cual se pueda seguir negociando”.
Si estos son los progres
alemanes, no imaginamos que la propuesta de la derecha alemana baje de producir jabón con el zurdaje griego.
Así las cosas, las negociaciones están en en un impasse hasta el Referendum y el mundo sabe que de ganar el Si, es el final del gobierno de Syriza, pero nadie se atreve a decir qué pasa si gana la posición del incipiente populismo griego. Lo dijimos hace años y seguimos insistiendo: el clivaje izquierda derecha ha superado su fecha de vencimiento y hoy vale la dicotomía tecnocracia-populismo. Nos avala el adorable Martincito Schulz.
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