miércoles, 10 de febrero de 2010

Carne y energía: el problema es la demanda


La disparada de los precios de la carne en este principio de año volvió a propiciar el debate sobre la regulación de los mercados por parte del Estado y la sustentabilidad de modelos ideados con base en esa premisa.

Es muy difícil condensar en un mismo texto ideas que atañen a mercados disímiles, con características propias, sin caer en el riesgo de la simplificación, y tal vez la falacia. Sin embargo, el intento se relaciona con la necesidad de enmarcar la discusión en el modo en que funcionan los mercados, al menos en sus leyes generales, y la capacidad operativa que las instituciones estatales tienen para intervenirlos.

Ocurre que en los mercados señalados se da una situación más o menos aproximada: los productos (descontados impuestos internos) tienen precio de mercado interno inferior al internacional. Esto significa que los agentes dedicados a la producción reciben precio neto de cargas impositivas menor al que recibirían con una simple desregulación del comercio exterior (sin retenciones, sin permisos de exportación). Esta situación es reconocida generalmente, independientemente de lo que el consumidor pague (en el precio que paga el consumidor intervienen otros factores: en la carne, por ejemplo, el accionar de las cadenas de distribución y comercialización y sus márgenes; en los combustibles los impuestos específicos; en todos los casos, los impuestos indirectos).

En el caso de la carne se da una situación desde hace unos años que se puede esquematizar así: demanda externa fuerte, con buenos precios; demanda interna más fuerte todavía, pero con precios menores (lo cual hace que la demanda tienda a crecer más); intervención estatal para corregir el incentivo a la exportación que genera esta situación (intervención sobre los precios netos cobrados, más restricción de las exportaciones a través del otorgamiento de permisos y obligatoriedad de encajes para los frigoríficos). Es decir, prácticamente se obliga a la cadena de producción a atender priomordialmente el mercado interno.

Ante la demanda que crece, incentivada por los bajos precios relativos, del lado de la oferta se presenta un problema. Reinvertir las utilidades necesarias para hacer crecer la oferta a tono con el aumento de la demanda, implica utilizar por debajo del óptimo los recursos productivos. El costo de oportunidad es alto.

Con la energía la situación es más evidente. Las empresas del sector (o de los varios sectores comprendidos), de capitales internacionales, tienen en general tomada la decisión de cuál será su centro de ganancias. Es decir, aquel lugar del mundo donde, previo ajuste de su contabilidad, las ganancias deberán derivarse, con el fin de maximizarlas. Es, por supuesto, un lugar donde los impuestos sobre las mismas sean menores, las tasas de interés más atractivas, la moneda convertible, el mercado de capitales más atractivo, etc.

Operar, entonces, en un mercado que obliga a la maximización de la reinversión de utilidades para atender una demanda firme, con precios que están por debajo del umbral de restricción del consumo, obliga a las empresas a sustraer recursos que, mediante transferencias, compras intra-empresa, y otros conceptos podrían ser derivados a su centro de ganancias. Trabajan por debajo del óptimo. Alto costo de oportunidad.

Pagar millones en subsidios no corrige definitivamente la situación. El "problema" se genera, no porque los ingresos de las empresas sean inferiores a sus costos (efectuado el pago de subsidios no lo son), sino porque la situación las obliga a reinvertir utilidades, a no poder maximizar ganancias de acuerdo a su política global.

Hecho el diagnóstico sobre el cual podríamos llegar a un acuerdo más o menos general, queda evaluar alternativas para la "solución" de estos problemas. ¿Y cuál es la alternativa más "racional"? Precios al consumidor que restrinjan el consumo. Ajuste sobre la demanda.

Cualquier enfoque que se haga de estos problemas terminan por conducir a una misma conclusión: los argentinos consumimos cantidades que están por encima de la capacidad de optimización de recursos de la cadena de producción. Es decir, el nivel de consumo en el mercado interno no les permite a las empresas del ramo maximizar ganancias.

¿Alguien puede, después de arribar a esta conclusión, sostener que las supuestas soluciones serán beneficiosas para los consumidores (sobre todo los más pobres)?

Aún cuando el esquema actual se vuelva insustentable, la alternativa con la cual compararlo es la de haber hecho esto que aparentemente está ocurriendo ahora, hace 6 años. ¿Con qué beneficio? ¿Que no falte carne, o electricidad? Restringir el consumo es convalidar la escasez, hacer que falte.

O sea, la opción era: ser populista o ser "racional". Como siempre, la decisión es ideológica.






7 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

Disiento,el problema principal no es la expansion de la demanda sino
la expansion del cultivo de la soja desplanzando a potreros destinados al pastoreo.
Tambien se suma el tema de la exportacion de carne sin destinar cupos al mercado interno

guille dijo...

Buen post ,mariano ,ahora veamos como salimos de la encerrona ,la decision es ideologica.

Anónimo dijo...

La carne de exportación no compite con la de consumo interno.Los cortes de exportación son pulpa sin hueso (cortes traseros) el resto se debe consumir acá porque afuera nadie lo compra.
Es decir media vaca ( o menos para exportar) y la otra media queda acá. Eso es lo que tengo entendido.No se explica entonces que los productores o los frigoríficos pretendan la misma rentabilidad por esos cortes de menor calidad y rendimiento.

Lo que dice Fernando Bonatto es real.De ahí la importancia de las retenciones móviles a la soja,que se frenaron con la caída de la 125 que iba en esa dirección.
A la rentabilidad de la soja no hay con que darle,nadie va a privilegiar las vacas a pastoreo por costos,tiempos de producción,riezgos y precio neto final.La soja gana siempre.
El Gobierno viene subsidiando los engordes a corral por eso, y por eso el Stock se mantiene.
Ahora se juntraron varios factores a mi entender:

-Especulación: Como merced a las lluvias hay abundantes y excelentes pasturas, los ganaderos están reteniendo la hacienda,eso hace que en los remates falte oferta y el precio sube.Mientras sigan las condiciones favorables para la cría lo van a seguir reteniendo para especular con que suba aún mas.

-Rapiña: la asignación de los 180 por hijo mas subas de jubilaciones,etc. desató la angurría de los formadores de precios que se quieren apropiar de ese dinero circulante.

-Especulación: El compromiso de pagar los vencimientos de este año de bonos que se ajustan por INFLACION hace que los tenedores de esos bonos (en muchos casos partes de la cadena de formadores de precios) estén interesados en que haya una suba de la inflación.

Bronca: Los que abastecen de animales para engorde a los feetlot hace rato que amenazaban con no venderles mas por estar subsidiados y ayudar a mantener el precio bajo.Hasta ahora con la sequía no lo pudieron hacer.Con la lluvia se están desquitando.

Sumarse al desgaste del gobierno: No me caben dudas que muchos están propiciando estas conductas para agregar un porotito mas al operativo destituyente que está en marcha y a la espera de la oportunidad de concretarse.

Esos son los factores que están jugando en este caso según mi opinión.Puedo estar equivocado.

Anónimo dijo...

la demanda... para que baje la carne en el mostrador la demanda debe bajar.
no compremos carne algunos dias determinados , eso es ideologia de los consumidores, del pueblo al fin

Mariano dijo...

Fernando: la expansión de la soja es costo de oportunidad. Está dicho en el post.
Si producir soja es más barato y da más rédito, producir carne para satisfacer uan demanda creciente tiene alto costo de oportunidad.
Saludos

Guille: gracias. Saludos

Gringoviejo: el tema de los distintos cortes se complica a partir de que todos los cortes salen del mismo animal. El stock de carne disponible se relaciona con la prioridad que se asigne (mercado interno o externo). Si priorizás mercado externo, te va a quedar relativamente poca carne con hueso para vender en el mercado interno. Precios arriba.
Si priorizás mercado interno, necesitás que el lomo esté barato para que se absorban los excedentes. Y entrás en el círculo vicioso que lleva a la situación actual. Demanda creciendo por encima de la oferta.
Saludos.

Gracias por los comentarios a los 4.
Saludos

gem dijo...

del 15 al 21 de febrero se esta publicitando que no se compre carne, hagamos cadena para que se demuestre en esos días que los consumidores tenemos voz.
Hay 2 blogs que lo pusieron ayer, yo me uno a esa medida.

Wal dijo...

Sin desconocer lo acertado del diagnostico economico de Mariano creo que Gringoviejo acierta en lo politico. Es la venganza agrogarca. Ahora que llovio y tienen pasto gratis y abundante estan engordando terneros y novillitos para sacarle mas peso. Son unos caraduras; cuando la seca pedian subsidios y desgravacion impositiva; ahora especulan con la carne. Son una manga de hijos de puta. Lo peor que muchos gobernadores lamebotas de agrogarcas no les actualizan el inmobiliario rural y otros (como el manco Sciloi) se hace cargo de 2000 palitos que deben estos garcas.
Parte de la solucio: Hay que cerrales la exportacion de carne y aumentar el subsidio el maiz a los productores de chanchos y pollos para que sirvan como sustituto de la carne vacuna a precios populares hasta que tengan que reventar la hacienda que estan engordando.