Un comentario de César en AP, fue el disparador de lo que sigue.
Empecemos con una pregunta polémica: ¿Cuán revolucionario es el kirchnerismo?
Podría pensarse que el proceso abierto en 2003 (y el ideal de una consolidación futura -la famosa “profundización del modelo”-) ha disparado cambios estructurales más al interior de las clases dominantes que en otros ámbitos.
Hay (a lo mejor más en potencia que en acto todavía, pero hay) una lucha feroz entre distintas facciones del capital. Algunos retroceden a empujones. Y ven que van a tener que pararse de manos para cuidar la quinta.
Esto no tiene ningún carácter revolucionario en términos de “izquierda”. En última instancia podría llegar a ser un hecho clave en la modificación de la estructura productiva de la Argentina (podría, si sale bien y la suerte acompaña durante 20 o 30 años).
Pero el fin de todo esto no es la “dictadura del proletariado”, no tiene la épica de una “revolución socialista”; el objetivo es desarrollo en el marco del capitalismo.
Así y todo existen marcadas diferencias entre las posiciones que asumen distintos actores políticos en este juego. Cada uno tiene para sí quiénes deberían ser los ganadores y los perdedores en el capitalismo argentino, digamos. Y eso tiene implicancias también en la suerte que corran los sectores populares (insertemos la historia de la obra pública en este contexto y veamos si el kirchnerismo no significó un cambio importante, por ejemplo en agua de red y cloacas, o en la capacidad de consumo de sectores anteriormente privados de tal "privilegio").
Sobre esa base, este es el escenario que veo, post-Cristina, en el 2011.
En el ámbito de las facciones de la clase dominante, y con correlato dispar en los sectores populares y sus organizaciones de base (Sindicatos principalmente, movimientos sociales, etc.), visualizo dos espacios cuya representación política alguien deberá asumir.
Habrá un espacio que será el de la continuidad. Es el espacio natural del oficialismo, o algún sucedáneo. Cuenta con el agregado de la garantía del “orden” que significa en Argentina no visualizar grandes shocks. Este agregado sumaría al kirchnerismo no porque el "orden" vaya a ser su patrimonio inalienable, sino porque la opinión pública se lo va a atribuir a priori.
Y habrá otro espacio disponible que encarnará la idea de tender puentes de acercamiento con aquellos sectores de la clase dominante que se ven amenazados de desplazamiento por otros actores. Que querrán establecer barreras de contención al avance de los recién llegados, que buscarán una Argentina más "pacífica" (y con eso tal vez le puedan quitar las banderas del "orden" al kirchnerismo, sobre todo si ven realizados ciertos amagues de "caos" - inflación, inseguridad-). En este espacio podrían moverse indistintamente el radicalismo con Cobos, el Pro, el "peronismo disidente", alguna injustamente desestimada conjunción entre ellos.
Pensando la coyuntura de esa forma, surge otra pregunta: ¿Alfonsín qué es? No se sabe. En cuanto al enfrentamiento central, aunque no tan ruidoso, entre las distintas facciones del capital, no es confiable ni para unos ni para otros. Cierto sector de la UIA, AEA, y parte de la SRA, por nombrar a algunos, no lo ven como un recambio que los satisfaga. Los que ganan espacio bajo el "paraguas kirchnerista", no lo necesitan.
Pero tiene la facilidad de construir y aglutinar sobre los pedidos de "institucionalidad", de recomposición de la república (usados por los sectores dominantes en retroceso como caballito de batalla público, pero despreciados en privado, y sólo sostenidos por la clase media de buena voluntad); además, garantiza "progreso" en materia de legislación general. Es un social demócrata.
Y como todo social-demócrata, no expresa opinión respecto de los conflictos subyacentes en el ámbito de lo material. Pone el ojo en otro aspecto. Encuentra campo fértil para la construcción en el malestar congénito de una clase media que aspira a ser más de lo que puede en el corto plazo.
Este carácter lo pone en rol ultra-conservador desde mi punto de vista, pero como es inconsciente, los que necesitan un conservador en serio lo desestiman. Digamos, no le ven uñas de guitarrero. No es que no lo imaginan "ensangrentándose las manos". Suponen que lo haría, pero con culpa.
Sospecho, además, que el nombre Alfonsín es intercambiable con el de Binner, por ejemplo. Lo que se dice de uno, bien podría decirse de cualquiera de los que ocupen ese espacio. Un espacio, por lo demás, que si el radicalismo elige dejar vacante, alguien ocupará.
Este análisis no intenta desentrañar qué son "realmente" las fuerzas políticas en pugna, sino más vale, discutir sobre cuál es la materia prima con que se van a encontrar y sobre la cual deberán construir.
Digamos, además, que estos tres proto-espacios políticos tienen vínculos asimétricos entre sí. Lo cual abre canales de negociación y conspiración.
Para mí, ya se acabó la tregua, Omix.
2 comentarios:
Uh que bueno, un poco de polémica !
Me parece que plantear la pregunta acerca de si es revolucionario el kirchnerismo no es lógica ya que claramente no lo es el peronismo. La intención de cambiar las relaciones sociales de producción para modificar los términos de apropiación e intercambio no fué parte de las ideas del General. Si lo fué intervenir como árbitro para mejorar y hacer menos asimétrica esa cuestión. Que es lo mismo que ha intentado el Kirchnerismo, como respuesta a décadas de neoliberalismo post Consenso de Washington. Creo que un apoyo a esa posición, que recupera algo para el sector de la subalternidad no debe hacer olvidar que hacer la "patria socialista" no formó parte nunca del programa.Así que esperar negociaciones y conspìraciones es lo mas lógico, como decís. No olvidar que el Carloncho decía algo así como que el socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) aprendió delos economistas burgueses (los que sostienen el modo de producción capitalista)a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución.
Gracias por comentar Canilla.
Estoy de acuerdo con lo que decís.
La pregunta de apertura del post venía a cuenta de que el aludido Cesar cuestionó en un comentario a ciertos defensores del kirchnerismo porque lo consideran más "afectador de intereses" si se puede decir así, de lo que realmente es.
Un abrazo.
Publicar un comentario