domingo, 20 de octubre de 2013

Cordero atento


Hace pocos días los trabajadores y asalariados del mundo, el músculo que no se detiene, pero tampoco se violenta, tuvimos nueva confirmación de lo que piensan las élites sobre la realidad.

La Academia Sueca otorgó el Nobel a tres economistas cuyos “descubrimientos” indican que los precios de las cosas (ellos dicen “activos financieros divisibles”), en el largo plazo, están determinados siempre que existan preferencias de los agentes (entre otros, nosotros), la tecnología y la dotación de factores.

Vamos a tratar de evitar los eufemismos y hablar con llaneza.

La Real Academia de Ciencias Sueca, la que premia a la víctima Neruda en el 71 y al victimario Kissinger en el 73 con igual displicencia, nos dice que creé que las burbujas financieras, por ejemplo las 52 que el FMI detectó entre 1952 y 2003 en el planeta de las economías de mercado, las que dejan millones de personas sin casa y sin trabajo, las que descubren que banqueros del primer mundo le venden consciente y deliberadamente activos putrefactos a sus propios clientes jubilados, las que desatan fenómenos de xenofobia y racismo abierto en países que no hace más de un siglo lloraban sobre cenizas de hornos crematorios, las que fuerzan a decenas de miles de jóvenes desconsolados a escapar por la tangente de sus propias existencias hacia horizontes desconocidos, las que provocan revoluciones fratricidas y sangrientas en países en que los muertos parecen víctimas de la explosión en el precio del arroz o los porotos, las burbujas financieras, decíamos, no son otra cosa que pequeñas discontinuidades dentro de la robusta estructura de arbitrajes y búsqueda legítima de la renta y que no hay de qué preocuparse, en el largo plazo que Keynes aborrecía, para nuestra tranquilidad todo tenderá a normalizarse.

Nos repite, por medio de sus premiados, que aún después del Tequila, de la crisis rusa, de los Tigres Asiáticos, de Argentina y en última instancia del mismísimo Estados Unidos, después de esa hilación de debacles casi sin pausa, finalmente triunfarán las expectativas racionales.

Lars Peter Hansen, uno de los tres galardonados, es fundador y primer director del Instituto Milton Friedman. Huelgan las palabras.

El premio de la Academia es otro aval, disfrazado de científico y riguroso, a mayor y más profundo ajuste: si los mercados fueran racionales y las crisis fuera “pelusas” del modelito que deben ser purgadas, cómo se justificaría la paradoja del Tea Party norteamericano de llevar a su economía a punto de congelamiento detrás de un supuesto equilibrio presupuestario que debería alcanzarse después de emitir deuda por 18.6 millones de millones de dólares para salvar al mercado “racional” que dicen defender?

Cómo decir que las burbujas especulativas de los últimos 10 años son aberraciones exógenas a las finanzas internacionales?

Qué se necesita para escuchar algún académico decir lo que ya es obvio: que las crisis económicas y financieras del sistema capitalista no son imperfecciones sino un mecanismo inherente e inevitable a través del cual el 1% ordena y categoriza el acceso del resto de los mortales a los recursos, una higienización darwiniana que sólo puede ser moderada por gobiernos dóciles que aceptan someter a sus compatriotas a los planes de ajuste permanentes que receta Wall Street, sin garantías.

Imaginemos entonces quién escribió el libreto de los poderosos locales y sus mediadores, que nos vienen a decir que después de nuestra fiesta, populista y procaz, la única reparación posible es el ajuste y sus consecuencias inevitables: el desempleo y la reducción de derechos sociales.


Atención. El lobo, con piel cordero, está aprendiendo a balar.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Kissinger ganó el Premio Nobel de la Paz que es entregado por el Parlamento Noruego. NO TIENE ninguna relación con la Real Academia de Ciencias Sueca ni con la Fundación Nobel.

Contradicto de San Telmo dijo...

??

El premio Nobel de la Paz NO TIENE ninguna vinculación con la Academia Sueca?

Y cómo es que la Fundación Nobel no los denuncia por uso de marca?

O por meterle mano todos los años a 10 millones de coronas en su cuentita bancaria?

Anónimo, gracias por la aclaración que, además de errónea, viene a aclarar el núcleo de la cuestión.

marcsomm dijo...

Impecable, cartonero. La aclaración de anónimo aclara hasta lo que no quiere aclarar.... Cartoneamos en el mismo barrio, como podemos establecer contacto?