martes, 15 de octubre de 2013

Jango


Llega a nuestras manos, tras algunas maniobras non sanctas, este documental que difícilmente ingrese al circuito formal argentino*. Cosas del marketing.

Lo cierto es que seguramente el público argentino se perderá la oportunidad de conocer con mayor detalle y profundidad los sucesos históricos que condujeron a nuestro hombre a convertirse en un grande de la política brasileña.

Nos referimos a Joao Goulart, a quien el pueblo hermano apodó, cariñosamente, Jango. Un gaúcho bonachón y corajudo, esclavo sólo de la belleza de su mujer María Tereza y del bife de chorizo con mucha grasa, al estilo riograndense.

Emergió a la política brasileña de la mano del gran Getulio Vargas, que era muy amigo de su padre, y se afilió al Partido Trabalhista Brasileiro allá por 1945.

Su ascenso fue meteórico, acorde con su capacidad política: en el 47 fue elegido diputado estadual de Río Grande do Sul, empujando un proyecto de ley para subsidiar los alimentos de las familias pobres; en el 50 fue Diputado Federal, en el 51 volvió a su RGS como Secretario de Estado, empujando un proyecto de mejora en las condiciones de vida en el sistema penitenciario estadual, en el 53 fue Ministro de Trabajo del gobierno de Getulio, y ya empezaba a ser estigmatizado desde la Embajada de Estados Unidos por sus  manipulaciones "de carácter peronista"(!!!); el Día del Trabajador del año 54 Jango decretó un aumento del salario mínimo brasileño del 100%, por lo que prontamente debió renunciar, a pesar del apoyo de Getulio, quien finalmente se suicidaría pocos meses después.

Jango pasó a jefe de la oposición y en 1955 fue electo vicepresidente, repitiendo en 1960. Ese cargo, particularmente para el sistema político brasileño de la época, se elegía separadamente del de Presidente, en el que resultó elegido Janio Quadros, de extracción demócrata cristiana y carácter conservador.

En 1961, en medio de una crisis política e inflacionaria, Janio Quadros renunciaba a la presidencia. Su vicepresidente opositor estaba en ese momento dando un discurso frente a la Asamblea del Pueblo de la República Popular China y se daba la mano con Mao Tse Tung (tengan a mano los que descubrieron el potencial de la locomotora china hace quince minutos, cuando viajar a China es fomentar el capitalismo de estado)

Desde ese momento en adelante la vida política de nuestro hombre iba a ponerse difícil, empezando por su asunción como presidente en reemplazo: aprovechando su ausencia por viaje las fuerzas conservadoras cariocas forzaron un golpe de estado encubierto mediante el que lanzaron al Palacio de Guanabara al presidente de la cámara de diputados, Mazzilli.

Estos sucesos están plagados de detalles que invitamos a investigar, pero lo cierto es que la cúpula del PTB se las arregló con paciencia y presión incansable para nombrar a Jango en el cargo que legítimamente le correspondía. Apenas nombrado, Jango se dio el lujo de tener en el gabiente como Ministro de Planeamiento a Celso Furtado (el economista latinoamericano más sobresaliente del siglo pasado, creador junto a Prebisch de las teorías económicas del subdesarrollo).

En el corazón de su política desarrollista estaba lo que presentó como Reformas de Base. Contenía una reforma agraria, una financiera, una educativa, una tributaria. Por sucesos que detallaremos más adelante, la historiografía brasileña actual pone a Jango en el lugar del presidente débil y cobarde, el que huye.

Veamos abajo algunos extractos de un discurso memorable de este “presidente cobarde”, en el que defiende Reformas, estigmatizadas por la derecha oligárquica y conservadora como “antidemocráticas”. Dado el 13 de marzo de 1964 en Central do Brasil:

(…)
 La Democracia es lo que mi gobierno viene buscando realizar, como es su deber, no sólo para interpretar los deseos populares sino también para conquistarlos por los caminos de la legalidad, del entendimiento y de la paz social. No hay amenaza más seria a la Democracia que desconocer los derechos del pueblo; no hay amenaza más seria que intentar estrangular su voz y la de sus legítimos líderes, que expresan sus más sentidas reivindicaciones
Estaríamos, sí, amenazando al régimen si nos mostrásemos sordos a los reclamos de la Nación, que de norte a sur y de este a oeste levanta su gran clamor por las Reformas Estructurales, sobre todo por la reforma agraria, que será el complemento de la abolición de la esclavitud para decenas de millones de brasileños que vegetan en el interior, en revulsivas condiciones de miseria.
(…)
No recelo de ser llamado subversivo por el hecho de reclamar, como he reclamado y continuaré reclamando en todos los rincones de la patria, la necesidad de revisar la constitución, que no atiende los deseos del pueblo y de desarrollo de esta Nación. Esa constitución es anticuada porque legaliza una estructura socio-económica ya superada, injusta e inhumana; el pueblo quiere que se amplíe la democracia y que se ponga fin a los privilegios de una minoría, que la propiedad de la tierra sea accesible a todos y que todos estén facultados para votar y ser votados.
(…)
No, trabajadores, sabemos muy bien que de nada vale ordenar la miseria, darle esa apariencia prolija con la que algunos pretenden engañar al pueblo. Brasileños, es la hora de las reformas estructurales, de métodos, de estilo de trabajo y de objetivos. Ya sabemos que no es posible progresar sin reformar y no es posible admitir que esta estructura vetusta pueda realizar el milagro de la salvación nacional para millones de brasileños que lo único que conocen de la civilización industrial es el costo de vida, los sufrimientos y las ilusiones perdidas.
(…)
En el mensaje que enviaré a consideración del Congreso Nacional, están igualmente consignadas otras dos reformas que el pueblo brasileño reclama: me refiero a la reforma electoral amplia, que permita a todos los brasileños mayores de 18 años votar y (…) también está consignada la reforma universitaria, reclamada por los estudiantes brasileños
(…)
Dentro de pocas horas, otro decreto será dado a conocimiento a la Nación. Es el que va a regular el precio extorsivo de los apartamentos y residencias desocupadas, precios que llega a afrontar el pueblo de Brasil, ofrecidos hasta mediante pago en dólares. Los inmuebles de Brasil sólo pueden ser alquilados en cruzeiros, que es el dinero del pueblo y la moneda de este país. Estén tranquilos que dentro de poco, ese decreto será realidad.
(...)

18 días después de ese discurso y 130 días después del asesinato de John Kennedy, con Johnson en la presidencia y la Cuarta Flota norteamericana navegando hacia Brasil, el 1 de abril de 1964, se producía un golpe de estado en contra del gobierno de Jango, que no sólo sería el comienzo de una larga noche para el hermano pueblo brasileño, sino que iba a convertirse en el puntapié inicial de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional a escala continental.

El primer decreto de los golpistas brasileños fue censurar los derechos políticos de Jango por 10 años. Jango se exilió primero en Uruguay y luego en Argentina, países en los que mantenía amistad con sectores progresistas y democráticos.

Luego las cosas iban a ponerse difíciles también en Uruguay (golpe en junio del 73) y en Argentina (marzo del 76). Luego del asesinato del senador uruguayo Zelmar Michelini en el hotel Liberty de Buenos Aires, trascendió que Jango recibió una llamada anónima: “el próximo sos vos”. La secuencia Prats, Letelier, Leighton, Torres, Gutiérrez Ruiz y Michelini puso en alerta a nuestro hombre y le demostró que Sudamérica ya no era un lugar seguro.

Jango enfrentó así una disyuntiva: exilio en Francia o intento de retorno con acompañamiento popular y masivo a su amada tierra gaúcha.

Una medicación especial le llegaba desde su médico parisiense y él pasaba a buscar en el hotel Liberty de Av. Corrientes y Florida. Jango pasó a retirarla y siguió camino vía Montevideo a su estancia La Villa, ubicada en la localidad de Mercedes, Corrientes, cerca de su añorado Sao Borja.

Se dice que alguien interceptó los frascos y alteró el contenido con píldoras envenenadas. Jango murió de un ataque cardíaco el 6 de diciembre de 1976, cuando su decisión era la de continuar su exilio en Francia, donde ya lo esperaban sus hijos.

Hasta hace poco tiempo su propia esposa todavía descreía la hipótesis del atentado. Fue removida del limbo hace un par de años por Dilma Rousseff, quien ordenó desclasificar documentos secretos de la policía secreta brasileña, asociados al Plan Cóndor. Allí aparecieron reportes y cables que tornan verosímil la hipótesis del envenenamiento. Hoy tanto ella como sus hijos son demandantes en varias causas que se instruyen en la justicia brasileña y está encaminada una exhumación de los restos de Jango, 35 años después, buscando improbables restos de un veneno en dosis mínimas.



Nuestra América Latina tiene la enorme fortuna de ser madre de hijos nobles y valerosos que buscan de manera franca y genuina el bienestar, la justicia y la paz de sus hermanos, especialmente aquellos que no conocen más que la miseria. Hombres que descartan que una nación en esta región tiene el deber y el derecho de avocarse a esa búsqueda de manera soberana e independiente.

En el parnaso de esos héroes, en el que conviven los del siglo XIX como Martí, Bolívar y San Martín con los más recientes Perón, Vargas, Allende, Chávez o Kirchner, no debemos olvidarnos de Joao Goulart.

Vaya este homenaje a este héroe, enorme tomador de cimarrão.
A nuestro querido hermano Jango.




* Este blog se ofrece a proveer los subtítulos en castellano del documental linkeado, a quien se ofrezca a imprimirlos sobre el stream del documental. Con sólo contactarnos.

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