miércoles, 25 de noviembre de 2015

Del serrucho al bisturí - Derrota II


La entrada anterior, dijimos, no engloba la suma de razones de la derrota. Usamos el término “blandas” para denotar las de carácter emocional, ligadas a las emociones. Entendemos, como claramente lo expone nuestro amigo Claudio Scaletta aquí, que la performance económica fue actriz protagónica en la novela de los últimos años hasta llegar al ballotage. Le toca el turno al bolsillo…

Lo duro

Desde hace casi 100 años, cuando inicia una incipiente industrialización, Argentina sufre una enfermedad crónica, casi endémica, propia de países con estructura productiva como la nuestra, altamente competitiva en la producción de ciertas materias primas y de baja productividad en la producción de manufacturas industriales.

Estas características fueron largamente estudiadas por académicos de la ciencia económica argentinos, sudamericanos e incluso europeos. La denominada “asimetría en los términos de intercambio comercial”, la brecha monótonamente creciente en la evolución de los precios de los productos que Argentina exporta versus los que importa nos condena a un fenómeno de ciclos repetitivos que se agudizaron en los años 50 y 60 del siglo pasado y se denominaron “stop&go”, avanzar y parar.

El fenómeno es vastamente estudiado por los alumnos de todas nuestras carreras de licenciatura en economía política. Queremos decir con esto que se trata de un tema persistente y ya desideologizado: le ocurrió a los oligarcas que comandaron de la década infame (1930), le ocurrió a Perón, le ocurrió a los golpistas del 55, a las democracias proscriptivas de los 60 (el onganiato) y le volvió a ocurrir a Perón, en realidad a su viuda, durante la gestión económica de Celestino Rodrigo.

Sistemáticamente (y sin solución efectiva a la vista) las reservas de divisa de nuestro banco central entran en un embudo que conduce al ahogamiento, efecto denominado Restricción Externa (RE). La única solución a mano ha sido, repetitivamente, la de una fuerte devaluación que, penalizando salarios y precios no transables (los que no admiten comercio exterior) de la economía modificara nominalmente la competitividad, mejorando las exportaciones y conteniendo las importaciones.

No obstante, esta solución era (es) sólo un placebo transitorio que se basa en la depresión artificial del factor trabajo nacional y que durará lo que esa depresión inducida permita: si la dinámica salarial interna es alta, ese lapso de alta competitividad artificial se diluye rápidamente con cada aumento salarial de los trabajadores (aquí una mínima digresión para desmentir el argumento cínico y flagrante de que el kirchnerismo devaluó 230% desde 2003, de 3 a 9,60 pesos: queda claro que las devaluaciones son las que se aplican instantáneamente y no la suma de pequeñas variaciones en largos períodos, que no generan mejora de los costos laborales sino, tradicionalmente, acompañan variaciones de otras variables macro).

Analizado a lo largo del tiempo, el stop&go dibuja en típico diagrama de dientes de serrucho que va repitiéndose en el tiempo: una rampa ascendiente de economía en crecimiento y valuación de la moneda hasta un punto máximo en el que se alcanza una RE insuperable, que se resuelve precipitando una devaluación y caída abrupta del valor de la moneda, dejando a las variables listas para volver a repetir el ciclo nuevamente.

Hemos dicho que ese evento es reiterativo y contradictorios como somos aquí nos rectificamos: en rigos el último evento bajo este patrón fue la explosiva devaluación de 1975 conocida como el rodrigazo. No volvió a ocurrir desde entonces, pero no porque nos hayamos “sanado milagrosamente” sino porque desde la dictadura del 76 este patrón inestable de crecimiento fue reemplazado por otro… peor: desindustrializarnos, sin más. La dictadura del 76 sembró las semillas todavía imperfectas de un neoliberalismo que empezó haciendo sus ensayos operativos en Chile y Argentina.

Con la destrucción de la industria local la RE pasó a ser un problema secundario frente a otro más grave: como sostiene el empleo y la inclusión social una economía sin industrias. La respuesta puede encontrarse el 19 de diciembre de 2001: a los piedrazos.

Pero abandonado el patrón neoliberal postconvertibilidad, no podemos dejar de notar que, en rigor, no ocurrió nada significativo en nuestra estructura económica que permitiera pensar y mucho menos garantizar que cualquier nueva industrialización por sustitución de importaciones quedara vacunada y libre de nuestra enfermedad crónica, la RE.

Un par de golpes de fortuna en lo económico marcaron el ingreso del kirchnerismo al gobierno:

  1. Para cuando Néstor llegó, el trabajo social y políticamente sucio de devaluar para salir de la convertibilidad ya había sido ejecutado por el primer equipo económico de Duhalde (RemesLenicov). Y de manera salvaje: nunca Argentina había vivido una devaluación de 300%.
  2. Un jugador inesperado en el escenario económico mundial, China, modificó los escenarios del siglo pasado. El Imperio Central necesitaba hierro, soja, cobre, aluminio, algodón, arroz y cuanta commodity flotara en el océano.
  3. Sumemos las bajísimas tasas de interés en el período 2001-2008 en los países centrales, que hicieron que los dólares inundaran los mercados, cuya consecuencia, junto con el punto anterior fue una burbuja gigante de precios, por un lado demanda real de la economía china y por otro demanda como producto de posicionarse financieramente en productos básicos y timbear en el mercado mundial.


Esta combinación colocó cronológicamente al kirchnerismo en un momento único: al inicio de una ola (el diente del serrucho del stop&go) cuya duración en el tiempo era inusitadamente larga porque año tras año el precio de las oleaginosas, los cereales y nuestros vacunos sólo subía.

Esto demoró el angostamiento de brecha: pasaban los años y tardaba en ocurrir. Hasta que la crisis del 2008 explotó y, tras 6 años gratis, volvimos al ciclo habitual de angostamiento: para 2011 estábamos definitivamente en RE y lo consagramos con la imposición del Control de Cambios, lo que se conoció popularmente como “el cepo”.

Nada sustancial había ocurrido en nuestra estructura productiva para evitar el enésimo rebrote de nuestro mal.

Durante años los kirchneristas hicimos alarde de un dato casi anecdótico: allí donde los gobiernos previos instalaban sesudos gurúes de la economía cuya tradición era sentarse frente a la cámara una vez por año para contarle a la población qué formas tendría el desfalco, travestido de plan económico, NK subsumía a sus sucesivos ministros a un rol secundario y con un cuadernito Arte y una bic llevaba el control de las variables más importantes de nuestra macroeconomía.

No estaba mal como metáfora arrabalera de la verdadera significación de la ciencia económica: no se trata de diseñar e interpretar complejos gráficos econométricos; se trata de tener el coraje y la audacia de cortar la torta por el lugar más adecuado.

Pero, quizás encandilado por el rutilante (y en apariencia sostenido) éxito de este método, el kirchnerismo creyó que la conducir la economía de un país era eso: una libreta de almacenero y los números en orden.

Lamentamos desde estas notas aguar la fiesta: uses la libreta que uses, la restricción externa, implacable como la parca, está viniendo a buscarte.

Hay, eso sí, algunas formas de conjurar su llegada, de demorarla y, si los dioses te son finalmente favorables, inmunizarte. Son condiciones necesarias pero no suficientes: ponerlas en práctica no te garantizan que no vaya a ocurrir, pero en tu gobierno sos moralmente responsable de ponerlas en acción.

El kirchnerismo lo sugirió allá por el 2011 cuando la frase “sintonía fina” replicaba insistentemente, pero nunca puso manos a la obra. Y como consecuencia, hoy la RE campea dueña de la tierra. Postulamos todavía más: la RE es el único verdadero problema de nuestra economía y en la medida que no se resuelva, no volveremos a despegar.

La solución de los factores de poder concentrado es la tradicional, la fácil: devaluación, que paga el pueblo trabajador.

Si queremos superar ese patrón de cortar por lo más delgado, hay que entender el problema. 

Repetimos: los montos ingresados por las exportaciones (típicamente primarios) se ven alcanzados en el tiempo por los montos ingresados por las importaciones (típicamente industriales).

Se trata de que esto se demore en el tiempo o no llegue, con un proceso de cristalización y robustecimiento permanente del tejido industrial:
  • para exportar bienes cada vez más industriales, con mayor valor agregado, que impliquen más dólares por kilo exportado
  • para sustituir y dejar de importar cada vez más bienes industriales que pasamos a producir aquí.


Nuestro balanza comercial tiene hoy tres grandes deudas: energía, autopartes, insumos y equipos para la industria automotriz, insumos y equipos para la industria electrónica.

Tomemos un sector cualquiera a modo de ejemplo, el automotriz: las partes del león en el costo de los automóviles que fabricamos son motor y transmisión. Son partes caras y complejas. Cada auto que vendemos es un motor y/o caja que importamos. Si al vehículo lo exportamos, queda compensado. Si lo vendemos en el mercado doméstico (como los 600mil del año pasado) no hay reposición de los dólares usados para comprar motor y caja.

A este patrón productivo lo podrían modificar:
  • sus actores directos, las terminales. Pero son subsidiarias de multinacionales extranjeras que tienen planes geoestratégicos que indican que en Argentina y en el Mercosur se fabrican estos modelos y de esta forma. Ergo, forget it.
  • el de siempre, el Estado: entrando a negociar con su enorme poder de fuego e imponiendo reglas, que sólo son efectivas si impactan el bolsillo de la multinacional.

Un plan industrial consistente es eso, replicado en decenas, cientos de cadena de valor, sobre las que se trabaja coordinando e imponiendo líneas directrices serias a todos los actores basadas en (1) aumentar la exportaciones de productos con mayor valor agregado, usualmente asociado a mayor tecnología y/o mayor diseño; (2) sustituir importaciones de bienes cuya producción local sea económicamente viable y tecnológicamente alcanzable. Esta combinación es virtud de que demanda de la sociedad mayor cantidad de fuentes de trabajo y mano de obra cada vez más capacitada. Es una combinación adecuada de apoyo a las pymes proveedoras, de impulso tecnológico, de articulación para la innovación, de calificación del recurso humano, de vinculación comercial con países con potencialidad compradora. Es, en suma, mucho laburo, multidisciplinario, muy coordinado, muy poco “político”, poco mostrable. Pero es nuestro único camino a un desarrollo inclusivo, industrial, sustentable. Quien venda otra cosa, vende espejitos de colores.

El kirchnerismo basó su éxito económico en su gestión y ordenamiento de la MACRO, de manera tal que esta ofreciera condiciones para la inversión y el consumo. Y soslayó la política industrial.
Confió en el cuaderno de Néstor, y siendo imprescindible, no era suficiente.

El Ministerio de Industria fue el peor de todos, lo decimos sin tapujos. Una patética performance. El Plan Argentina Industrial fue una jodita de Tinelli. Si se requieren pruebas, lo invito. El siguiente link corresponde al discurso de la Presidente en la Cena Anual de la Industria, frente a su gabinete, a empresarios, directivos de cámaras sectoriales, funcionarios, etc. Fue el 2 de septiembre pasado en Tecnópolis. Cristina habló durante una hora y media y, rompiendo su estilo de retórica sin soporte, utilizó varias diapositivas.


En ellas se muestran muchos datos interesantes de la macroeconomía, laborales, educativos, de infraestructura, de ciencia y tecnología, de incentivación de la demanda y el consumo, de inversión, se ven comparaciones regionales e internacionales de diversos parámetros. También aparecen caripelas que causan escozor, como la deun fiscal de mesa del PRO de apellido Rattazzi (disculpen los lectores el mal trago). Se habla en ellas de la performance industrial macro, de la participación sostenida y creciente de las MOI (manufacturas de origen industrial) en las exportaciones, etc.

Todo muy lindo. Le pido al lector paciente y dedicado que identifique cuál de las muchísimas transparencias que van apareciendo en esos 90 minutos corresponde a una política de intervención industrial a nivel micro en alguna de las casi 40 cadenas de valor existente en el país. Y le anticipo... no va a encontrar. Sencillamente porque no hubo. 

Argentina tiene especialistas, académicos, técnicos con la visión heterodoxa e idónea para encarar esta enorme tarea. El kirchnerismo no los convocó. Ni siquiera los escuchó. Axel Kicillof conocía al dedillo estas debilidades: si la jefa no las tenía en su mapa, él no trabajó para transmitirlas. Solo hubo narcisismo por el modelo y poca voluntad de ampliar, profundizar, mejorar. Se acuerda el lector de la tríada expuesta en el post anterior: clausura, hermeticidad, refracción? Ups, reaparecen en escena.

Para quienes deseén buscar dónde seguir este tema, leyendo a alguien que sabe y no a advenedizos como estos servidores, un link de Héctor Valle altamente recomendable. No podemos dejar de destacar un punto: si usté leé en este texto un abordaje tecnocrático, formal, lejano del problema, lo invitamos a que lo relea. Las intervenciones en las cadenas de valor operando localmente, la mayoría de las cuales tienen jugadores concentrados y poderosos como dueño de estancia no es una de amiguismos y buen trato: requiere por los menos los mismos pijazos y patadas en los escritorios que habrá pegado Néstor en su gestión. Disciplinar a muchos de esos actores es romper muchos huevos para una gran tortilla nacional y popular. Lea a Valle, se lo sugerimos nuevamente.

Ahora volvamos. Esta es la realidad: estamos inmersos en una crisis. Debemos admitirlo como primer camino a su solución. 
  • Pero no es la crisis que diagnostica la ortodoxia, usina de los tradicionales factores de poder, que pide como un mantra permanente el ajuste y equilibrio de las cuentas fiscales. La RE no se soluciona modificando variables asociadas al tesoro y la integridad fiscal. Nada que ver.
  • Ni tampoco es esa versión filo-histérica de Kicillof: “el mundo que se nos cayó encima”.


Este "estancamiento" (no tan grave si este año creciésemos al 2.8%, pero es un ancla que nos tiene demorados y NOS HACE PERDER ELECCIONES) es producto de no haber encarado durante estos años una política industrial seria y enfocada, que sin garantizarnos el paraíso, al menos nos hubiera permitido jugar algunas fichas a chance.

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Una peor noticia para terminar de escupirle el asado: los equipos de economía e industrialización que fueron armándose alrededor de la candidatura de Scioli (y me evito hacer nombres) tenían este diagnóstico certero y robusto sobre esta realidad. Queremos decirle que el 22 de noviembre no sólo se perdió una elección. Se perdió una oportunidad inédita en nuestra historia económica reciente.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas en un error, la RE aparece por la cuenta de energia basicamente y la cuenta de energia aparece por la inutilidad de quienes estuvieron ahi.

Los subsidios, causa principal de esa cuenta, junto con la oposicion cerril a aumentar el precio interno de hidrocarburos llevo a comprar a 6 y 12 el mmde BTU afuera (Bolivia y LNG) mientras aca no lo querian subir.

Al cabo del tiempo, se termino el gas barato, la luz barata y cada vez mas huo que subsidiar, sin hacer un esfuerzo coherente y claro para segmentar el subsidio por consumo/ubicacion/poder adquisitivo, solo por barrio, los cacerolearon y retrocedieron en chancletas
Y los que cacerolearon tenian razon, era burdo, muy burdo el esquema que habia usado para segmentar

Eso si, los pobres via garrafa no tenian subsidio, la garrafa es taca taca y la social, bien gracias.

Desde 2003 se sabia que en 2008/9 dependiendo de la hidrologia y la economia iba a faltar luz, hicieron algo? no, nada, falto luz en generacion, luego, la distribucion.
Y las centrales que pusieron, a gas y liquido, con lo cual peor

Con lo cual llegaste al peor de los mundos, subsidias al AMBA, no te alcanza la plata para importar LNG y llegaste por arte de magia a la RE dado que los precios de la soja bajaron

Esta vez la RE no llego por que las impos de semiterminados aumentan mas rapidamente que las expos de terminados, llego por inutilidad

La duda que tengo es si a NK le hubiera pasado eso, pero, es contrafactico, se murio

No, no fue magia, fue inutilidad

Suma lo que se gasto de impos de energia y despues hablamos de RE

ayj

Vincent Vega dijo...

Muy interesante, tendremos unos años para pensar cómo volvemos y a hacer qué

Andrés dijo...

Buenas Contradicto,

"Un plan industrial consistente es eso, replicado en decenas, cientos de cadena de valor, sobre las que se trabaja coordinando e imponiendo líneas directrices serias a todos los actores"

"clausura, hermeticidad, refracción"

"Argentina tiene especialistas, académicos, técnicos con la visión heterodoxa e idónea para encarar esta enorme tarea. El kirchnerismo no los convocó. Ni siquiera los escuchó."

Y de un comentario anterior

"Al cabo del tiempo, se termino el gas barato, la luz barata y cada vez mas huo que subsidiar, sin hacer un esfuerzo coherente y claro para segmentar el subsidio por consumo/ubicacion/poder adquisitivo, solo por barrio"

Veo un hilo en todo eso: Para aplicar ese plan industrial, necesitás una dotación de personal bastante calificado y esclarecido que permita aplicar ese ingente "trabajo hormiga" de inversiones focalizadas y llevarlo a buen puerto. Puede el estado pagarlo? Con mucho esfuerzo, supongo que sí, pero cuánto tiempo lleva reclutar a esa gente para evitar los problemas mencionados? Y cuánto changüí nos da el electorado para que eso funcione más o menos bien? Porque si invertimos en eso, dejamos de gastar en otros temas cuya carencia dejará insatisfechos a quienes votan (retraso de ciertos consumos).

Por otro lado, sumado a ese enorme esfuerzo presupuestario, está lo que Vega señala: Los privados apenas invierten porque no tienen vocación de riesgo (el escenario no los obliga), con lo que en momentos críticos, termina siendo el estado quien suplanta ese rol de "burguesía nacional".

Sumado todo junto, si no tenés con qué, sólo queda el voluntarismo y la negación (clausura, hermeticidad, etc.)

La clave es cómo nos organizaremos en el futuro cuando nos toque volver a gobernar, cuando esa triple condición muy difícilmente se repita. Intuyo que se darán otras, acaso más promisorias (colapso bursátil anglosajón, cambio de divisa de intercambio internacional, etc.) pero uno no puede depender de lo que no controla.

Una clave puede ser echar mano a recursos que no explotamos bien, sólo los enunciamos: Un capitalismo popular, que induzca a los ahorristas a invertir en títulos locales de pymes que, contando con esa fuente de financiamiento, puedan realizar parte de la inversión que los peces gordos no quieren o no les conviene hacer y convertire en esa nueva burguesía de la que habla Vega.

Saludos,

Andrés

Lorenzo Franja dijo...

Hay un grave error en el análisis, la Restricción Externa provino de una fenomenal fuga de divisas por cien mil millones de dólares que permitió el kirchnerismo. Con la que se fueron dos tercios del saldo favorable de la balanza de pagos. El kirchnerismo recién cortó esa sangria, después de las elecciones del 2011, cuando ya la fuga se había producido, y ella y el dólar barato fue una contribuyente a la victoria electoral del 54 % de ese año.

Contradicto de San Telmo dijo...

Estimado AYJ, ilumíneme pf. Cómo llegó a la conclusión de que de todos los sectores deficitarios, el sector responsable es el energético. Me interesa saber eso.

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Cierto Vincent. Nadie dice que esta, todavía, sea una lección aprendida. Pero una de las cosas que te provee el llano es el tiempo y la tranquilidad para los análisis pertinentes. Espero se realicen.

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Andrés, su comentario da mucha tela para cortar, cosa que un post o una respuesta mía acá no van a definir. Pero déjeme algunas consideraciones: no estoy tan seguro que para diseñar, implementar y monitorear un plan de industrialización a nivel micro se requiera un gran ejército de pequeños nerds burócratas; una persona no alcanza pero muchas podrían estorbar. Si el Estado puede o no pagarlo (y tenerlo) es una buena pregunta: mi respuesta es “más vale que sí, porque desde mi perspectiva, la única (y cuando digo única digo ÚNICA) trayectoria realista al desarrollo es desencadenarnos de la RE”.

Opciones: a veces, no se necesita que todo pase imprescindiblemente por el Estado. Se pueden jugar carambolas a dos o tres bandas y a veces son muy efectivas. A veces uno puede empoderar a muchos actores menores en una cadena de valor con un jugador central concentrado para que lo “vigilen”. La experiencia de escuchar algunas ideas de núcleos de pymes proveedoras o clientes suele ser muy motivadora en algunos casos.

Otras veces alcanza con un par de regulaciones formales desde el poder que otorga el Estado para reordenar y promover una “actitud” pro-industrial. Si el rentista no quiere ser burgués, se puede probar metiéndole mano en el bolsillo hasta que lo sea. Eso a veces se refleja en una variación de alícuota de impuesto que ya se está cobrando (vea que toda esa burocracia está ya desplegada, lo único que va a ocurrir es que alguien putea más alto, y de allí viene mi consideración: lo que nos faltó requiere tanta pija como todo lo que se hizo).

Piense que todos los países “deseables” para pensar una futura Argentina tienen estados muy robustos, muy activos, muy dinámicos. No pensemos en Noruega, pensemos en Francia y su Secretaría de Comercio de 2000 y pico de técnicos, pensemos en Italia y su secretaría de PyMEs de 1600 técnicos.

La pregunta “es políticamente seductor?” también es buena: no tanto como la AUH, le garantizo. Pero cuando usté empieza a ver que su hijo labura en una pyme dinámica, que su sobrino toma clase en una escuela industrial que está ubicada en un parque industrial y en lugar de “taller” tiene prácticas vespertinas en empresas productivas reales, o que su cuñado labura en investigación y desarrollo de algo que tiene aplicación real y directa en Argentina, en suma, cuando usté ve fuentes de laburo deliberadamente creadas POR LA ACCIÓN DEL ESTADO dentro de este proyecto, esas experiencias múltiples condicionan las percepciones.

Después de esta larga perorata (que espero no lo haya dormido-a mí me sirve-) no puedo menos que acordar con su punto respecto de cómo vincular la financiación de esos proyectos con el ahorro de las familias y coincido, hay mucho por hacer ahí. Es importante y accesorio, pero lo vital es industrializar de una manera planificada.

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Lorenzo, usté habla de la fuga pasada y yo le hago tres menciones. La primera, ciertamente hoy serían muy útiles aquellos dólares, pero no están. La segunda se la defino en tres palabras: “ojo, enfermedad holandesa”.
Puedo aceptar que hubiera estado muy bien guardar un gran tanque de agua para la temporada de sequía. Pero esa temporada para nosotros se llama SIEMPRE. Lo que necesitamos es una pequeña canilla que hora a hora, día y noche, surja un chorro de agua. Lo condenso: no es un problema de stock, es un problema de flujo. En el año 2180 queremos balanza comercial positiva y eso significa reparar la causa raíz: exportar más caro de lo que importamos.

Gracias a todos por pasar.

Alcides Acevedo dijo...

Mamita, qué nivel de delirio...

Una pregunta ¿de qué trabaja el señor que escribió el post?
¿Pisó alguna vez una fábrica?.... lo dudo mucho.

Estoy cansado de escuchar a gente hablar de la industria y resulta que nunca agarraron siquiera un destornillador (y se les nota).

Dicho esto: si quieren promover las inversiones absténganse de hablar sobre los pijazos que piensan pegarle a los empresarios... ellos ya saben bien que hundir inversiones en Argentina es exponerse al saqueo, por eso antes de poner un mango se aseguran tasas de retorno astronómicas garantizadas por el Estado.

Anónimo dijo...

Muy lindo el análisis. El problema es siempre el mismo, dirigentes que se enamoran del modelo que funciona y no quieren cambiar una coma, pierden visión y se les acaban las ideas. Eso sí, quieren quedarse a vivir en el poder, y convocan a inútiles adulones y no se bancan a gente que les diga lo que no funciona: Menem en 1995, Cristina en 2011. Era mejor 6 años sin reelección que 4 con reelección, en mi opinión.

Anónimo dijo...

facil mi estimado Contradicto, sume cuanto de impos de energia hubo, la declinacion de yacimientos viene del 2000, el pago a precio interno de 1/3 del de Evo y 1/5 de impo por barco debe andar en total en las 20.000MM, si es que no me quedo corto, asi que mire todo lo que podria haber hecho

sumele que a las petroleras, a todas, todas, les pagan 80 USD el barril asi que la diferencia debe andar en bastante

agreguemos al hecho que desde 2003 se sabia, bah, entre los que sabian, no el gobierno por cierto, que en 2008 habia lio energetico por generacion, sumele las impos de energia, los precios caros de construccion de centrales a gas/liquido, sumele unos mangos mas.

le alcanza? podemos agregar que si hubieran arrancado en 2004/5 con alguna ampliacion de nuclear, hoy deberiamos tenerla, no los mil años de Atucha 2, tampoco.

si quiere agrego que el biodiesel, que podian utilizar para las centrales, tuvo un si no con las retes.

puedo seguir, son inutiles, muy

ah, cierto, este gobierno nacional y popular nunca multo en seri a las distribuidoras ni a las cadenas energeticas, prefirio arreglar un esquema de te pago el combustible y las inversiones, agrega tu costo de operacion y de ahi vamos a tarifa, ergo, son felices, cuanto y que es el costo de operacion?

saluti

ayj
si encontras un numero mal, probablemente sea por defecto