prefiero abrir camino a brazo y machete
en la invicta selva de tus abrazos 
escalar tus mentiras y tus miedos
y desde la cima mirarte sin medir cuánto te deseo
encender la llama
azuzar la bestia
calentar la tarde
gotear sangre en la arena
ofrecer un vientre lacerado
sentir las lanzas adentro
clímax urgente de una ceremonia
verónica final de un amor ansiado 
prefiero todo eso, el trueno y la herida
el grito y la llama
a la patética paz de este hospital
donde amontonamos sobrevivientes 
amputados 
lúgubres 
resignados 
esos que un día supimos
que tu amor para nosotros había terminado

 
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