Dio vida a un complejo ingenio
puso su arte en los detalles
pensó delicados rodeos en su laberinto
instantes de pausa
y contemplación
seguidos de entusiasmo
y magia
miró a su alrededor con detenimiento
y midió con precisión cada artimaña
se aseguró que cada nodo del artilugio
y cada claroscuro de su magia
lograran el efecto buscado
en la
pensó situaciones,
se impuso preguntas,
sometió su diseño a pruebas terminales
y cuando todos los casilleros fueron salvados
y los controles aprobados
y su orgullo se hizo de hierro
y su autoestima de oro
o sea
cuando el proyecto se tornó
infalible
seguro
cierto
indefectuoso
perfecto
recién ahí retrocedió en sus pasos
y salió al mundo
y rehizo el camino
y, conforme a sus sesudos planes, encontró a la amada
quitó los obstáculos
entornó los ojos
desplegó el hechizo
recordó los ensayos
corrió el telón y
liberó la cábala
ella, digamos tímida
digamos pausada
ingresó al redil
tantas noches conjurado
y quedó embelesada
digamos extasiada
o cautivada
o tan solo
digamos encantada
tanto
que tenerla en su lecho desnuda húmeda radiante
fue un simple paso de danza
y fue también placer dos veces
por el perfume de ella
o por el tino de su máquina
y cuando el clímax era sólo una espera,
una demora
ella lo miró a los ojos
acercó sus labios
entre sus pestañas se filtró un diamante
que parecía una lágrima
y como una daga,
como un estaca plateada
como un estaca plateada
le hundió un “te amo”
tenue como una brisa
tenue como una brisa
y en ese instante
su ingenio, su obra maestra de la razón
y todas las horas dedicadas
implotaron es sus manos
implotaron es sus manos
su artilugio fue una máquina oxidada
un papel en desgracia
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