lunes, 29 de junio de 2009

¿Y ahora?


Con el diario del lunes en la mano, ha llegado el momento de reflexionar sobre los hechos y no sobre muestreos, suposiciones, esperanzas o temores.

El gobierno nacional ha sufrido una derrota electoral. Ni es tan “poquito” como dijo Kirchner a la madrugada ni es tan absoluta como la presentan los mayores medios de comunicación y la oposición. Pero es una derrota. Hay dos distritos que representan esa realidad de manera categórica: Buenos Aires, donde el propio Kirchner se presentó como cabeza de lista y se puso la campaña al hombro; y Santa Cruz, donde el kirchnerismo tuvo su primer fracaso electoral. Las diferencias numéricas (escasas en ambos lugares) no pueden disfrazar que no es lo mismo salir primero que salir segundo.

Mucho se ha escrito ya sobre la cadena de errores que condujo a este resultado del 28 de junio. Menos se ha reflexionado sobre cuestiones más de fondo.

El gobierno de Kirchner, primero, y de Cristina Fernández, después, fueron un resultado de la mayor y peor recesión de la historia argentina (1998-2002) y del colapso económico y social que fue su punto culminante a fines de 2001. Esa crisis demolió al neoliberalismo que había dominado (y casi destruido) al país durante más de un cuarto de siglo. En diciembre de 2001, ese sistema perverso se hizo inviable y las políticas económicas se revirtieron drásticamente. La llegada de Kirchner a la presidencia profundizó ese cambio y añadió otros, en cambios tan significativos como el fin de la política de impunidad para los criminales de la dictadura, la expresa renuncia a la represión de las movilizaciones sociales, la oxigenación (parcial) de la Justicia y una acción constante de mejora del salario y las condiciones laborales, drástica reducción del desempleo y ampliación de las prestaciones previsionales. Súmese una gradual reestatización y renacionalización de empresas entregadas en los años 90.

Aunque el poder económico se resignó a esos avances, nunca los digirió de buena gana. Menos aún aceptó una política exterior que anudó lazos con las naciones hermanas de América Latina y se alejó de todo alineamiento automático con las potencias imperialistas. Más abierta o más solapadamente, acumuló desde un comienzo objeciones y, lo que a la larga resultó más nocivo, presiones a menudo efectivas para paralizar o al menos hacer más lentos los cambios. Así el Gobierno quedó en muchos campos, y especialmente, el de la redistribución del ingreso, demasiado a mitad de camino y no pudo generar una movilización social que consolidara el terreno conquistado.

Fue en esas condiciones, de fuerte movilización de los dueños del poder económico y escasa movilización de los trabajadores y los pobres, que los errores cometidos desde el Gobierno pudieron ser plenamente utilizados en su contra. Faltó una voluntad clara y efectiva para convocar, organizar y movilizar a las clases subordinadas contra sus enemigos agrupados en las centrales patronales. Haber quedado a mitad de camino en materia social alejó a sectores que pudieron haber continuado junto al Gobierno (allí hay que buscar la clave de los éxitos electorales de los sectores de Solanas y Sabatella, más que en la mejor o peor actitud de algunos de sus dirigentes). La equivocada manera en que se actuó en el INDEC afectó innecesariamente a la credibilidad gubernamental y dio a la oposición munición en abundancia. El mal manejo del conflicto con la patronal agraria (desde la 125 en adelante) puso en pie de guerra a un sector relativamente numeroso y le permitió obrar como aglutinador de todos los descontentos.

Si los diseños de las listas o de las campañas fueron mejores o peores es asunto secundario. Las circunstancias eran difíciles y las lealtades se veían sometidas a presiones demasiado fuertes. Que tal candidato, tal gobernador o tal intendente obraran de una o de otra manera es cuestión que excede a las cualidades personales. Sin duda, todo pudo haberse hecho mejor y valía la pena echar el resto para torcer una perspectiva incierta, pero no totalmente negativa. Aun así, la cornisa era estrecha y el riesgo de caída grande.

¿Cómo queda el panorama político después del domingo electoral? Puede aplicarse cualquier adjetivo menos “claro”.

Miremos al PJ y sus aledaños. Reutemann ganó en su provincia y aparece como un presidenciable para 2011. Pero su triunfo fue por el canto de una uña, lo que no le brinda un pasaje de ida. Tampoco es el único que puede mostrar pergaminos de triunfador. Y no se puede descartar que sus condiciones personales vuelvan, como otras veces, a inducirlo a abandonar la carrera. Macri cuenta con el aval del victorioso de Narváez, pero su deslucida administración en la Capital ya le ha costado la pérdida de un cuarto de los votos que tuvo en la primera vuelta de 2007 y puede costarle muchos más en los dos años largos que restan hasta las presidenciales. No olvidemos que la Capital es el único distrito en que tiene fuerza y que los votos de su aliado en la provincia de Buenos Aires son más prestados (por el peronismo antikirchnerista) que propios. El presidenciable porteño y su avalista bonaerense todavía pueden tropezar con muchas piedras en el camino que falta recorrer. Otros aspirantes aguardan su oportunidad dentro del PJ y no dejarán de aprovechar las ocasiones que se les presenten. Y sería un error creer que, con su renuncia a la presidencia del PJ, Kirchner queda completamente fuera de juego. A la inversa, esa renuncia notifica su intención de continuar activo. Y, aunque herido, no está muerto. Quedan por delante más de dos años de gobierno de Cristina Fernández y la posibilidad de jugar cartas que, por ahora, continúan guardadas en la manga.

El heterogéneo frente de los radicales, ex radicales y socialistas tiene la solidez de un flan. Antes de terminar de contarse los votos ya aparecieron los reproches mutuos, los desdenes deliberados y, en suma, la ausencia de un pegamento confiable. La derrota de Binner fue por margen demasiado escaso para descartarlo definitivamente como aspirante para 2011. Carrió ha quedado fuera de carrera pero su infinita capacidad para hacer daño a propios y ajenos sigue intacta. Cobos puede especular con su triunfo en Mendoza para meterse en la lista de aspirantes. En el territorio cívivo también hay más pretendientes que cargos. La lucha va a ser ardua y sus consecuencias imprevisibles.

Las patronales agrarias han logrado un interesante número de legisladores que les brindan un poder político no desdeñable. ¿Cómo jugarán de aquí en más? Las fuerzas de oposición que les dieron lugar en sus listas harían mal en contar con ellos como tropa propia. El “vandorismo agrario” del que hablan el Ingeniero y Manolo va a jugar sus cartas corporativamente y no por lealtades partidarias. Son un factor que, al mismo tiempo que aportan votos y consensos, acercan también elementos de incertidumbre.

Por último, es necesario señalar que la oposición o, por decirlo mejor, las oposiciones tienen una formidable dificultad. Casi todas ellas (el macrinarvaísmo, otros sectores del PJ o los cívicos; Reutemann, como siempre, non parla ma se fica) aspiran al retorno a los tiempos del neoliberalismo, en todo caso adornado con un maquillaje de ayuda social. Pero el contexto nacional e internacional hace inviable un retorno a los tiempos que inauguraron Videla y Martínez de Hoz y que cerraron De la Rúa y Cavallo. Pueden intentarlo y causar un daño enorme al pueblo y a la estructura productiva. Pero no pueden ofrecer nada más que una versión empeorada de las políticas económicas en curso. Y cada no tiene su propia versión del empeoramiento. Aquí, más que en las naturales pendencias internas, está la clave de su dispersión y de su falta de cohesión.

Pero todas estas consideraciones importantes, que ocupan tanto espacio en diarios, radios y canales, se mantienen en la corteza de la realidad económica, social y política, donde se juega en definitiva el campeonato. Conviene hurgar en las profundidades.

Ensayemos algunas preguntas. ¿Qué evolución tendrá y qué plazos la crisis mundial? ¿Cómo incidirá en la Argentina? ¿El golpe en Honduras preanuncia una nueva ofensiva de la reacción en el continente o es una golondrina pasajera? ¿Se fortalecerán o se debilitarán los procesos de cambio en América Latina? ¿Qué conflictos sociales vivirá nuestro país y qué papel jugarán los sindicatos? ¿Se acentuará la dispersión sindical o primará un reflejo defensivo?

Es allí de donde saldrán las energías que empujen a la coyuntura en un sentido o en otro. Así como son los movimientos del magma en el interior de la tierra los que provocan los terremotos y los volcanes en la corteza, será de las profundidades socioeconómicas que aparecerán las fuerzas que consoliden o modifiquen las circunstancias vigentes este lunes 29. Y, de más está decirlo, las respuestas a las preguntas no vendrán solas. Como ya se ha dicho, la historia no hace nada, es la acción de los seres humanos la que hace la historia, a partir de las condiciones dadas. Cada uno de nosotros tiene en sus manos un pedacito de las respuestas.

6 comentarios:

Anyuletta dijo...

No entiendo por qué, vos y Manolo, le dan manija a eso de que "el neoliberalismo no puede tener lugar ahora que está en decadencia." Para mi, esto es mas expresión de deseo que otra cosa. No importa si Macri y La Larva hacen o no el neoliberalismo pleno de Méndez. Lo que estoy segura es que, ninguno de los dos, va a nacionalizar. Tal vez no consigan plata del FMI y le saquen mas a los del campo (ahí los quiero ver)para mantener todo. Los dos van a privatizar, a hacer sus negocios y llevarse afuera lo poco que haya, bajar salarios y cagar a palos a la gente. Es muy dificil de hacer esto para los Macri o De Narvaez? Pues no. ¿Qué diferencia hay entre esto y el neoliberalismo de Carloncho? Las patillas y la picadura de abeja. Saludos

Contradicto de San Telmo dijo...

Compañera Anyuletta, los dos blogueros que interpelás en tu comentario se inscriben dentro del "peronismo voluntarista neo-líbero-refractario canoso-les-dieron-el-peine-y-no-estaban-pelados" que le hace tan mal a nuestro Movimiento.

Asumo que si lo dicen, lo que dicen (que la experiencia neoliberal washington consensuista es irreplicable) debe ser, justamente, por esas canas.

Viste como es la sangre joven, que te hierve en las venas, no?

Andrés el Viejo dijo...

Anyu:
No voy a hablar por Manolo, pero yo no le doy manija a nada. Simplemente hago un análisis de la realidad.
Si leés con atención lo que escribí, verás que digo claramente que "Pueden intentarlo y causar un daño enorme al pueblo y a la estructura productiva". Entonces, no entiendo por qué me retrucás con el daño que pueden hacer, si es lo mismo que yo digo.
La diferencia entre lo que llamás "neoliberalismo pleno" y un intento fallido de imponer el neoliberalismo no es despreciable. Se mide en porcentajes de desocupación, en actividad industrial, en porcentajes de pobreza, en partidas presupuestarias mayores o menores para la acción social. Y, lo que es más importante, actividad de los sindicatos y los movimientos sociales.
¿Cuántas veces oíste o leíste que sigue vigente el neoliberalismo? Supongo que habrás discutido fuerte con los que decían esas pavadas. Entonces, ¿para qué imitarlos ahora?
El capitalismo explota y reprime. Según las relaciones de fuerzas en cada momento, lo hace más o menos y de diferentes maneras. Esas diferencias son importantes, tanto para la vida cotidiana del pueblo trabajador como para las condiciones en que se desarrollan sus luchas por vivir y trabajar mejor.
El neoliberalismo es una fase precisa del capitalismo mundial. Darle el nombre a cualquier cosa que no nos guste nos impide comprender con precisión. Y comprendeer con precisión cómo es y cómo actúa el enemigo no es un lujo intelectual, es un arma de combate.
Un beso

Mariano T. dijo...

Lo dijo Verbistzky(de alguna manera). La debacle arranca en un solo error, y en persistir en ese error hasta el paroxismo. Eso arrastró a todo lo demás.

Mariano T. dijo...

Fue como crear el frente Oriental, la invasión a Rusia.

Anyuletta dijo...

Andrés: te contesto por acá porque no tuvimos tiempo por el chat. Como dice Marcelo, es cierto que habla la voz de la experiencia, lo se. La cosa es que ya leí comentarios de la contra decir que "no están dadas las condiciones para el neoliberalismo". Me sonó a que si sube el Colo o Macri no bajarían salarios, ajuste, ni cagarían a palos a la gente, etc. por el solo hecho de que "no están dadas las condiciones", usando este argumento para darles empuje a los mequetrefes. Sería bueno, para yo poder entenderlo mejor, un post con mayor profundidad sobre cuáles son esas condiciones que no están dadas o las relaciones de fuerza que imperan hoy. Me disculpo Andrés con "lo de dar manija". No quise decir que estuvieran tapando algo evidente: salté por la cuestión de lo que leí decir a la contra que comenté anteriormente. Beso