Mis hombres pueden comerse el cinturón y los zapatos,
pero no pueden mear la gasolina que necesitan
para que sus tanques avancen.
Con esta frase el Comandante del III Cuerpo, General Patton, respaldó la posición de Dwight Eisenhower en el disenso que este mantenía con su colega inglés Montgomery respecto de qué estrategia elegir en las inminentes batallas frente a la Wehrmacht en Alsacia y Lorena.
Como vemos, el disenso se produjo y se produce en todos los lugares, en todo momento. Y uno no está obligado a solidarizarse todo el tiempo y bajo cualquier circunstancia con posiciones afines a la propia.
Frente a la audacia y el genio arrogante del inglés, “Ike” tenía excelentes razones para tomar la decisión de reagrupar y brindar a las tropas un poco de descanso después del enorme esfuerzo que habían demandado tanto Normandía como las semanas siguientes: el frente aliado ya había avanzado y la distancia a la que quedaban los principales centros de aprovisionamiento de municiones y recursos y de “la sangre rosa de la guerra”, el gasoil, era en promedio de 600 kilómetros; por otro lado las vías férreas y los puentes ubicados hacia el frente estaban mayoritariamente destruídos y encontrar un paso franco para acorazados y tropas convertía ese lugar en un polvorín.
El otro detalle que consideraban Patton y Eisenhower residía en entender que a medida que los aliados se acercaran a Rhin, la resistencia se haría más y más encarnizada. No sólo por el natural efecto de concentración de las tropas nazis sino por el enorme valor simbólico de última frontera que tenía el sacrosanto río germánico desde los años del Imperio Romano.
Mientras tanto, la vana esperanza de Hitler residía en la idea de romper la coalición de las potencias occidentales con la Unión Soviética, que él juzgaba como una alianza contra natura. Alimentaba el deseo de poder lograr una paz transitoria con franceses, británicos y norteamericanos en el frente occidental para poder volver al ataque en contra de las “hordas comunistas”, que eran su mayor preocupación. Pero los dos meses de "descanso" angloamericano, confiaron al Führer y a su Mariscal Jodl, que planearon una contraofensiva en la zona que sabían más débil de las ofensiva aliada: las Ardenas.
Se puso en marcha una vez más la maquinaria propagandística goebbeliana y se llamó a las filas a todo varón entre 16 y 60 años. 500 mil refuerzos "frescos" y los últimos recursos de una debilitada industria bélica fueron enviados al General Skorzeny para ejecutar el plan denominado Wacht am Rhein. El 26 de noviembre del 44 las fuerzas alemanas emprendieron la contraofensiva, cruzando el Mosa, entrando en las Ardenas y abriendo un corredor con destino final en Amberes. Hitler soñaba con repetir la blitzkrieg que tantas satisfacciones le había dado cuatro años antes. Pensaba que partiendo en dos el frente aliado todo acabaría en un nuevo Dunkerque. Pero la nueva realidad indicaba que ya nada era lo mismo.
El esfuerzo abrió una brecha de 60 kilómetros de ancho y 120 de profundidad en territorio aliado y ejerció un durísimo cerco sobre Bastogne, muy bien retratado en los capítulos 6 y 7 de la serie “Band of Brothers” que emitió la señal HBO.
Fue un esfuerzo enorme pero inútil que el alto mando alemán reconoció como el último con potencial de victoria: a consecuencia de su fracaso al Reich sólo le quedaba lograr una defensa extendida en el tiempo que le permitiera una rendición honrosa.
El comentarista Caíto nos dejó una pregunta provocadora en este post. Por qué no apoyar el “juicio popular” a periodistas vinculados al Proceso Militar, organizado por Madres de Plaza de Mayo?
Amigo Caíto, le agradecemos que nos clave ese puñal lleno de dudas. Sigue nuestra humilde respuesta: por estos días estamos asistiendo a los manotazos desesperados y finales de una bestia herida de muerte que, vislumbrando su destino, trata de generar el caos y la confusión necesarios para revertir una ofensiva cuyo final está escrito.
En tales circunstancias parece tácticamente disfuncional responder al fuego de sus provocaciones arrojando gasolina.
Usted y yo tenemos el privilegio de ser testigos vivientes del final de una engendro enfermo de poder. En calidad de partícipes. Algo que podremos contarle a nuestros nietos con orgullo.
En su agonía, el monstruo provoca, grita, gime y destruye lo que tiene a mano (principalmente su credibilidad). Es un espectáculo único, cinematográfico, que vale la pena disfrutar en silencio, sin provocaciones innecesarias. Más adelante vendrá el tiempo de monitorear en qué nuevo espécimen se metamorfosea cada uno de sus "periodistas independientes".
Pero el reloj que detonará las tres cargas explosivas fulminantes (ley de medios, ADN y papel prensa) avanza impasible, tic, tac. No hay cables rojos que puedan detener la cuenta regresiva en el último instante.
Y ese es el final de la Guerra?
No, amigo Caíto. Es sólo el final de esta batalla. Clarín no es el adversario final y definitivo sino un representante caracterizado (e importante, a qué negarlo) del verdadero enemigo (tome nota): la oligarquía diversificada, que adoptara otros rostros y otras armas para seguir tratando de someter al pueblo de nuestro país.
Así que la respuesta a su pregunta es sencilla, Caíto, no apoyamos por una simple cuestión táctica y porque hay que recuperar a ciertos sectores de las clases medias para repetir gobierno en 2011.
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11 comentarios:
Según el bambino Veira cuando el piloto le preguntó a Ringo bonavena ¿que hacemos? frente a una tormenta parecida al Armagedón biblico, el boxeador le bajó la siguiente directiva que aterrorizó al enternador: "metete en el medio".
Hitler hizo lo mismo que Bonavena y asi le fué.
Correción: quise decir "entrenador" y no empernador.
En términos estrictamente militares, la contraofensiva de las Ardenas estaba condenada al fracaso de antemano, dada la disparidad de fuerzas. Desde hacía mucho, los mejores recursos que la Werhmacht tenía estacionados (y ociosos) en el Oeste desde 1940, habían sido transferidos a Rusia. Las fuerzas alemanas en Europa occidental eran, básicamente, infantería y blindados de la Waffen SS, que eran de menor rango profesional que la infantería regular y que las divisiones blindadas que se perdían diariamente en el Este. Así y todo, la "contraofensiva", que buscaba la imposible misión de (si no lograr detener el avance aliado post Día-D) al menos pusiera "en tablas" la situación. Y por un momento, pareción que sería posible, en gran medida porque las líneas de aprovisionamiento aliadas se habían estirado demasiado, como bien marcás en el posteo.
Ahora bien, el reflujo alemán era evidente, a pesar de victorias relativas conseguidas en la retirada. Ardenas fue el fin del Reich en el Oeste y desde ese momento, nada hubo entre las fuerzas aliadas y Berlín. Aún si los aliados se hubieran tomado un año para repostar y acumular carburante, no hubiera habido cambios en la situación alemana. Era una fuerza exhausta y militarmente terminada.
La comparación es buena. El poder mediático está refluyendo, pero todavía puede hacer mucho daño. Apresurar el Nuremberg no nos hace ningún favor. Primero hay que ganar la batalla, y después ver qué hacemos y qué quedó en pie. Estamos lejos de eso aún.
Mientras tanto, damos la pelea y la cabeza de playa está. Hay que pelear las Ardenas y llegar a Berlín. Depués vemos si somos capaces de ocupar los poderes vacantes y realizar una revolución comunicacional, o si nos limitamos a permitir que se forme otro monopolio menos agresivo.
Como se decía en 1918, "disfruten de la guerra, porque la paz será terrible"
Saludos
Che, Omix, el contrato suyo con Aníbal F es por comentario? Nosotros cobramos un mensual fijo, pero usté nos llena el arco de preguntas.
Buena analogía, comparto. Hoy hay que ser inteligentes, quieren instalar el miedo. No debemos ponerle una cara, que tiren golpes al aire.
Epa, se nota que MP sabe... se nos acabó el curro, Mariano, ponga el cartelito de "vuelvo en 5" y salgamos por el fondo en silencio.
Gracias por pasar.
La analogía está buena, pero la aclaración del último párrafo está mejor.
Por eso no estoy de acuerdo con la interpretación extendida de Mario. El objetivo de esta batalla no es llegar a Berlín (liquidar a Clarín y ocupar su lugar) sino anular su capacidad de fuego.
La guerra (de clases) continuará, con estos o con otros protagonistas por otras posiciones (ley de entidades financieras, impuesto a la herencia, etc).
Clarín debería retornar al lugar del que nunca debió salir: representante del sentido común de las clases medias y medias-bajas, ligadas al mercado interno.
Su problema es que está tan comprometido con el movimiento transnacional de especulación (Goldman Sachs, Cressud) que está obligado a influenciar la dirección de la política económica.
Retornando a la metáfora del post: cuando los agentes periodístico-económicos sean derrotados y reducidos a ocupar el lugar que les corresponde, subordinados a la orientación del Estado Soberano, en función de un desarrollo equilibrado e integrador (parezco Frondizi, lo siento) podrán participar con nosotros de 30 años de prosperidad, como lo hizo la desarmada Alemania de posguerra.
Contradictorio, gracias por su respuesta. Me parece válido pensar en un posicionamiento "táctico" frente a sectores medios y de cara al 2011.Hoy fue electo por unanimidad NK en UNASUR y la encuesta de LN desaprueba la desición con el 85%. Ayer ví por canal 7 un buen programa de María Julia Oliván, los bombardeos a civiles indefensos en Plaza de Mayo en junio del 55. En los diarios se decía que aviones de la marina iban a arrojar flores sobre la población. Cayeron toneladas de bombas a las tres de la tarde sobre una Plaza que representa hoy todavía el espíritu Revolucionario de Mayo. Mire si a French y Berutti se les hubiera cruzado que repartir cintas celestes y blancas fuera echar gasolina al fuego? Total, la cosa ya estaba era cuestión de esperar a que asumiera el Primer Gobierno Patrio no? Las Madres no echan gasolina al fuego. Ellas lo encienden y lo cuidan como mejor les ha parecido en éstos 35 años? La gasolina la echan los de la foto.
Saludos.
Un apunte respetuoso, Bob. Para que hubiera Alemania desarmada y posguerra debió ocurrir primero la derrota de 1945. El Monopolio Clarín llegó a una posición de "todo o nada", en gran medida porque detrás de la cuestión meramente empresarial, subyace un tema infinitamente más complejo. Quiero decir: con cualquier otro gobierno, por más ley de medios que hubiese impulsado, Magnetto ya hubiera negociado para minimizar las pérdidas y lograr una paz armada de mutua conveniencia. El tema es que el nuestro es un gobierno al que le importa impulsar la justicia en las causas por violaciones a los DDHH y por detrás del Monopolio, está la necesidad de encubrir la apropiación de los hijos de Ernestina. No hay posibilidad de armisticio en estos términos. El Monopolio vence o muere.
Nosotros también.
Saludos
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