jueves, 30 de septiembre de 2010

El cuidado de "nuestras" aguas


El Senado ayer aprobó la ley porteña de cuidado de los recursos naturales catamarqueños y sanjuaninos (entre otros). Este resguardo permitirá que los habitantes de las provincias ricas puedan usufructuar los recursos naturales preservados por la pobreza de las provincias pobres. Recursos de los cuales no carecen(las provincias ricas) , sino que ya se encargaron de contaminar. Además, eventualmente, visitantes de todo el mundo verán cómo el estado argentino les garantiza la satisfacción de sus necesidades turísticas básicas.

Lamento el sarcasmo. No encontré otra forma de argumentar por qué (creo) el progresismo es una ideología que sólo tiene penetración en el octavo y noveno decil de ingresos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El "nuevo Congreso" piensa en los que más lo necesitan

Leemos en el diario de De Narvaez sobre el intento opositor por modificar el impuesto a las ganancias:
El proyecto lo empujan la UCR, la Coalición Cívica y el PRO y dispone sustituir el artículo 23 de la ley 20.268 para llevar a 13.300 pesos el mínimo no imponible; a 14.700 pesos la deducción anual por cónyuge; a 7.400 la correspondiente a cada hijo; y a 5.600 la vinculada a la manutención de otros familiares.

Lo cargaban a Menem porque en el 89 promocionaba su candidatura con el famoso: "por los niños pobres que tienen hambre, por los niños ricos que tienen tristeza".
Con este proyecto podrían ensayar un slogan de campaña novedoso. Directamente: Por los niños ricos que tienen hambre.

Tanto lío con el Nuevo Congreso, y para qué? Para esto?
Estamos seguros de lo que vamos a hacer en 2011, no?

*La ley de impuesto a las ganancias es la 20628. Errata de El Cronista.

martes, 28 de septiembre de 2010

Discusiones sobre el esquema.

Hace unos días publicamos esta entrada. En ella comentábamos la nota de Clarín que señalaba a la clase media como la que más perdía con la inflación actual, debido a que algunos servicios y bienes que impactaban fuertemente en su canasta de consumo aumentaban más que el resto de los bienes, mientras los ingresos de los trabajadores fuera de convenio indexaban por debajo de los aumentos de precios promedio. (Discutible, por un lado, identificar a la clase media como trabajadores fuera de convenio, y también que los salarios de los no convencionados se hayan movido por debajo de la inflación real: no en todos los casos fue así).


Más allá de esto, nos quedamos con esta frase de Marina Dal Poggetto:
“Es lógico que el impacto en la clase media se de con más fuerza porque, los servicios se vienen apreciando al nivel de las paritarias. Es decir, más que los bienes".
Esta aseveración sencilla pasa desapercibida cuando en realidad tiene una densidad impresionante. Lo que dice Marina Dal Poggetto, en realidad, avala la hipótesis de que se estaría produciendo una apreciación cambiaria, cuyo resultado principal sería un aumento de los no transables (como el salario, por ejemplo), y una baja relativa de los transables (bienes exportables e importables).


Hoy, aparece en La Nación una nota de Scibona que toca alguno de estos puntos. Para empezar rescatamos algunas cositas:
Scibona habla de una inyección de "anabólicos para la demanda interna", que provoca una aceleración de la inflación, y da, como consecuencia, un cambio en el esquema económico "kirchnerista". Uno de esos "anabólicos" sería la "indexación rezagada de salarios". Nos llama la atención el término "rezagada". Por ahi remite a "diferida", y lo que Scibona dice es que los salarios indexan para recuperar el poder de compra perdido por aumentos de precios previos. O por ahí sugiere (Scibona) que los salarios corren "de atrás" a los precios, sin alcanzarlos.
En cualquier caso, si la indexación de salarios fuera "rezagada", y eso no incluyera una indexación adicional, digamos, "a cuenta de futuros aumentos de precio", el resultado sería un enfriamiento de la economía por contracción del consumo.
¿Tanto cuesta reconocer que esta coyuntura indica que los salarios estarían ganando en términos reales?


Ahora bien, si en realidad se asiste a un proceso de apreciación cambiaria real, ¿qué estaría pasando con la inflación? Porque según nos dijeron algunos economistas amigos, la inflación era provocada por la tosudez de negarse a convalidar una apreciación de la moneda. Con lo cual si se aprecia la moneda, los precios (de los transables, principalmente) deberían empezar a aflojar, de la mano de una mayor importación de bienes de consumo sustitutos, por ejemplo.
Entonces, ¿hay apreciación cambiaria o no la hay? ¿es "cambiaria" la causa más influyente de la inflación?
Con apreciación cambiaria el salario no tiene problemas. El problema estará en la generación de empleo. Incluyo el paso a empleo registrado de los trabajadores en negro.


Imagen de acá.

domingo, 26 de septiembre de 2010

El complejo tema de la carne

Desde sectores especializados se vuelve a alertar sobre la tirantez que se presenta en la cadena de valor de la carne vacuna. Se reduce la oferta de hacienda en pie, o se mantiene estancada, sube el peso promedio de faena, y la menor oferta hace que suban los precios. En la otra punta, con precios más altos en góndola, se contrae la demanda (hoy estimada en 57 kilos por habitante por año, contra los 70 de 2009). En algún lugar del medio, los frigoríficos ven achicarse su mercado potencial y sus márgenes.

Visto así, el consumidor argentino estaría pagando las consecuencias de malas políticas. ¿Es realmente así?
En realidad, las disputas sobre cómo organizar la cadena productiva de la carne vacuna están enmarcadas por la existencia de dos criterios originales.
El primero es el que las políticas del gobierno intentaron (con éxito dispar) durante 7 años: integrar una cadena para abastecimiento prioritario de un mercado interno sobre-exigente. Con precios demasiado bajos en relación a los internacionales, y con consumo interno extraordinario, la idea era que no faltara carne barata en la mesa de los argentinos. Después de 7 años en esta situación, a principios de este año se dieron los primeros ajustes que provocaron que la demanda interna convergiera a niveles más parecidos a los de otros países (por aumento de precios en góndola).

El otro criterio era el que promovía la integración de la cadena de valor a la demanda del mercado internacional. Para ello, los precios en el mercado interno hubiesen sido desde hace bastante tiempo más altos, la demanda interna hubiese estado durante varios años incluso más deprimida que en la actualidad, y toda la cadena de valor se hubiera organizado para abastecer la demanda de los sectores más ricos de la población mundial, que son los que están en condiciones de demandar un producto como la carne vacuna, cuyos costos de producción son elevados, cuyos costos de oportunidad son elevadísimos, y que deben reflejar en su precio final esas condiciones, lo cual los vuelve masivamente prohibitivos.

Entonces, podemos decir efectivamente que los resultados de las políticas oficiales después de 7 años parecen llegar a un inexorable momento de fracaso. Digamos, un momento de ajuste en el mercado y en la cadena, con desplazamiento de algunos jugadores (sin eufemismo: cierre de frigoríficos, problemas para establecimientos de engorde a corral por aumento de costos). Fin del "sobre-consumo" a precios "artificialmente" bajos.
Pero los condicionantes a los que se enfrenta en la actualidad la demanda interna no son demasiado distintos a los que se hubiera enfrentado si se implantaba el otro criterio en disputa. Digamos, organizar la cadena para abastecer la demanda externa exigía, hace 7 años, los mismos ajustes sobre la demanda interna que se dan hoy. Una oferta más robusta no hubiese redundado en mejores condiciones para el consumidor interno, en tanto la cadena se hubiera organizado en pos de la prioridad de satisfacer la demanda externa, convergiendo en precios prohibitivos para el consumidor local.

Una addenda final: el fantasma de la importación de carne me parece una exageración. La carne "importada" no llegaría a las góndolas a menor precio que la nacional, y en todo caso sólo podría darse este fenómeno a partir de que la industria local pudiera recomponer su relación con mercados internacionales, sin que la demanda interna de carne cayera paralelamente.

En definitiva, es necesario distinguir claramente entre los dos criterios, para no cargar en la misma cuenta los efectos sobre la demanda y los efectos sobre la oferta. 

viernes, 24 de septiembre de 2010

La inflación y la distribución del ingreso, a partir de la nota de Clarín

La nota de tapa de hoy de Clarín introduce una novedad, con un tópico que hasta ahora los detractores del modelo económico pro-inflacionario no habían abordado.

La nota se basa en un trabajo de Ernesto Kritz, y sugiere cosas tales como la que de alguna manera explica Marina Dal Poggeto en esta sentencia: “Es lógico que el impacto en la clase media se de con más fuerza porque, los servicios se vienen apreciando al nivel de las paritarias. Es decir, más que los bienes”.

Es, decididamente, una frase que sorprende. Primero porque va en sentido contrario de lo esgrimido durante todos estos años. Que la inflación la sufren más los más pobres, que la inflación es, incluso, una "máqueina de hacer pobres".
La frase, digamos, responde a la dirección general de la nota, que es básicamente que la clase media sufre una inflación mayor para su canasta de consumo que los sectores de menores ingresos. Complementado esto, con que sus ingresos no aumentan en igual medida, por haber, en general, muchos empleados fuera de convenio en este estrato social.

Voy a chicanear diciendo que este reconocimiento no hace más que confirmar lo que venimos sosteniendo desde hace bastante: un proceso que conjuga crecimiento con inflación relativamente alta, puede tener aristas progresivamente redistributivas.

En definitiva, lo cierto es que deberíamos abstenernos de sacar conclusiones demasiado taxativas. Las cosas son bastante más complejas que las ideas que de ellas nos hacemos.
Por ejemplo, cómo se explicaría que los bolsillos "golpeados" por la inflación de servicios, en las clases medias y medias altas, no le pongan un freno al aumento del consumo, justamente, de varios de los bienes y servicios que se señalan en la nota (automóviles, viajes)?

Otro punto a tener en cuenta para modalizar lo concluido en el artículo: hay que ver cuánto modifica el gasto de las familias de clase media el acceso a la bancarización, y las promociones que las entidades bancarias, de crédito y negocios ofrecen, orientadas prioritariamente a fomentar el consumo de estos sectores.

Por otra parte, el estudio de Kritz citado por Clarín sugiere una solución para las desaveniencias en torno al IPC. Por primera vez alguien enojado con la intervención del INDEC reconoce tan directamente que hay un IPC "pobres" que puede incrementarse bastante menos que el que mide el comportamiento de los precios de la canasta de consumo de los sectores medios y altos. Hay ahi un primer acercamiento para alcanzar un punto de acuerdo. Digamos que esta diferencia en los precios (y en los aumentos de precios) entre la canasta de consumo de los pobres y la de las clases medias y medias altas, no responde a la "oposición" alimentos - servicios, sino a conductas de consumo como la sustitución de bienes, la elección de lugares donde comprar, y la opción por bienes de marcas menores.

Como corolario y para subrayar nuevamente lo sostenido sobre la inconveniencia de emitir juicios tajantes: si la inflación genera pobreza, golpea con más fuerza a los más pobres, y encima destruye el bolsillo de los sectores medios y medios altos, ¿cómo se explicaria que la economía crezca motorizada por el aumento del consumo? Puede que estos elementos se presenten algunos y otros no. Puede que todos de algún modo se presenten pero modalizados o compensados por otros (contrarios). Lo que no puede ser es que suceda todo eso al mismo tiempo y exclusivamente.

jueves, 23 de septiembre de 2010

"Malinterpretar"

La imparcialidad es anti-natural. La honestidad intelectual es cultural, y como todo hecho cultural genera malestar. O esfuerzo.
Por eso me parece que a veces "el protocolo" de adoptar una posición equidistante, nos puede traicionar.
Estoy viendo Duro de Domar, y me estoy enojando bastante con algunas opiniones.
(Aclaro que no hablo de Matías ni de Julia).
No puedo terminar de tragar que por momentos el tópico de la discusión pase por si Lucas tiene derecho o no a decir "boludeces" en su blog. ¿Cuál es el standard que mide qué cosas puede publicar un tipo en un blog personal por el solo hecho de ser "influyente"?

Mientras discutimos eso, y muchas otras dudas derivadas de esa, por ahí nos perdemos, nos alejamos y dejamos de ver que en el caso en cuestión hay sencillamente una acción deliberada de mala fe, una tergiversación, una actitud cínica.
El post de Carrasco está publicado desde hace 7 días. ¿A quién de los que lo leímos se nos podría haber ocurrido que pudiera tener las derivaciones que hoy tiene? ¿A quién de los que lo leen hoy les costaría mucho hacer la abstracción suficiente como para comprobar que a priori no había ninguna posibilidad de sospechar que de eso podía nacer un escándalo?

No hay manera de "mal interpretar" el post de Carrasco. Habría que escribir de nuevo la historia de los últimos (mínimo) 200 años de historia de la humanidad para que tal cosa sea posible. Personalmente, no le doy esa entidad a la insólita denuncia. No son tontos, no mal interpretan. Son profesionales de la comunicación. Poco margen para la mala interpretación tienen.
Está todo bien. Ya pasó. Pero seamos buenos. No culpemos a Carrasco.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

No voy a matar a nadie


Atenti Kirschbaum:
si la agarro a la morochita de TN (esa que hizo el informe de los hospitales del bicentenario)... LA MATOOO.

Quiero tapa de Clarín mañana.

Y responsabilizo de lo que pueda pasar con la libertad de expresión de este blog al censurador profesional Alfredo Leuco.

La autonomía


Resumen mínimo: En 1995 se aprobó la Ley de Educación Superior (LES). Una de las novedades que la LES aportó es que las universidades públicas pueden autofinanciarse, independientemente del presupuesto oficial que les toque.

Sin entrar en detalles, en aquel entonces se estableció un debate (que hoy recrudece) en torno a la autonomía universitaria.

Decían los militantes de entonces (no sólo los troskistas, en aquel momento los centros de UBA estaban casi todos en poder de Franja Morada; en las demás universidades nacionales, con otras proporciones, se replicaba la situación: Franja manejaba la FUA con amplia mayoría, y encima tenía aliados fuertes como el MNR en Rosario): con la LES se viola la autonomía. Si empresas privadas van a tener el poder de decisión que otorga la aplicación de fondos en el desarrollo de la investigación, entonces en Argentina se terminará investigando sólo en aquellos temas que las empresas financiadoras lo consideren necesario, razonaban y razonan.

Un planteo (con todo respeto) un poco ingenuo.
Simplemente, porque eso es lo que pasa por defecto. Sea o no el estado el que ponga la plata en última instancia, las decisiones sobre investigación siempre se toman con criterio instrumental. Lo que genera discrepancias, son las distintas posiciones políticas, que no son otra cosa que representación de distintos intereses.
Ahora, traducir esto a posturas anti-económicas, anti-capitalistas ingenuas, del tipo de las que descalifican cualquier acción en tanto se toman en pos de la consecución de un beneficio económico, podrá serle útil al PO para captar militantes (pocos) en la facultad de filosofía y letras de la UBA, pero no tiene ninguna fecundidad más allá de eso. La solución a que se investiga lo que "no nos gusta" no debe ser que no se investigue más.

En definitiva, de lo que se trata es de que el Estado (y la política!!!) conserve el poder necesario como para que en su ámbito se defina qué dirección, a través de qué actividades, y en función de qué intereses se busque el desarrollo.
Digamos, en ese caso, será el Estado el que decida (antes) de qué rubro serán las empresas que estén en condiciones de "violar" la autonomía universitaria.

Recomiendo la entrada de Desparejo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Tal como se votó en asamblea, publicamos esta entrada

Recibimos mail de los camaradas de la UJS-Partido Obrero, actuales autoridades del centro de estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA:
Este Martes, realizaremos, como votó la Asamblea del Viernes 17, un FESTIVAL por el dia de estudiante, en la puerta de la Facu y como parte de las medidas de lucha que llevamos adelante desde la toma de la facultad (...) y a las 19:30hs ASAMBLEA

Rescatamos que el Festival es en el marco del plan de lucha, y que el PO es muy afecto a las asambleas: deciden hacer festivales en asamblea (?) y cierran el festival con una asamblea, en la que seguramente (entre otras muchas cosas) se definirá fecha y lugar de la próxima asamblea.

Los muchachos están tomando la Facultad enojados porque el Decano Trinchero decidió construir aulas que se utilizarán para posgrados y cursos extracurriculares. Estas actividades son emergentes de la Ley de Educación Superior (LES) "menemista" que incorporó el concepto de autofinanciación para la Universidad Pública.

Dicen (los representantes del "movimiento estudiantil") que es inaceptable la "mercantilización de la educación". Que debería volcarse recursos para mejoras edilicias en la construcción de aulas para actividades curriculares.
En la sede de CBC de Montes de Oca piden guardería y comedor estudiantil con menú subsidiado (un reclamo que también vi que hacen desde el centro de estudiantes de Sociales).

Otros plantean que la LES, con los organismos que creó (CONEAU, FOMEC) viola la autonomía de la universidad, ya que las empresas (mencionan a La Alumbrera, por ejemplo), en su rol de financiadoras de la investigación universitaria pueden dirigir el curso de las investigaciones ("manejan la investigación en el país!!!").
Recuerdo que, cuando el conflicto por la LES (1995), los dirigentes de entonces arengaban a las "masas" diciendo que empresas como Coca Cola se iban a apoderar de las facultades...

Como suele ocurrir, las típicas "aparateadas" troscas ya empiezan a provocar que algunos de los desprevenidos que participaron de entrada en los conflictos empiecen a borrarse.

Igualmente, no se puede dejar de reconocer que el "respaldo" brindado a la "lucha ejemplar" de los alumnos secundarios de la privilegiada ciudad de Buenos Aires, que pelean por mejoras edilicias en colegios que en su mayoría serían la envidia de los estudiantes del mismo nivel de muchas provincias, tuvo algo que ver en la pequeña escalada de este mini-conflicto.

sábado, 18 de septiembre de 2010

AUH 2




En un post anterior nos manifestábamos en pos de que se abriera un debate respecto del alcance de la AUH.
En ese debate se vuelve insoslayable la discusión en torno de la universalidad, y su contraposición con la focalización de políticas específicamente destinadas a revertir la situación de pobreza en la que se encuentra una parte (demasiado importante todavía) de argentinos.

Hay argumentos muy válidos en favor de la focalización y en contra de la universalidad.

De alguna manera (y como reafirmación de tal postura), si tenemos que definir sintéticamente qué es una política redistributiva diríamos que se trataría de cobrarles a los ricos para transferirles a los pobres. La universalidad no cumple (a priori) con esta premisa.

Sin embargo, nos parece que todavía estamos en una etapa previa a la de abordar esa discusión. Nos encontramos con una idea de Estado que estableció  sus postulados sobre seguridad social en un mundo distinto al actual.

Partimos entonces de una situación básica de desigualdad. Porque la seguridad social, desde el estado, estaba pensada para una sociedad en la que imperara el pleno empleo. Entonces, un trabajador registrado cobraba asignación para su hijo; el emergente social de los cambios de contexto, o sea, el trabajador informal o el desempleado, no tenía prevista la misma cobertura.
La AUH sirve para subsanar esa desigualdad de inicio. No es, ni más ni menos, que extender los postulados de seguridad social para alcanzar la cobertura de actores sociales "nuevos".

Este reconocimiento alienta el elogio: es maravillosa la AUH. Y éste elogio es un guiño en favor de la vocación de universalidad: darles a los que no lo tienen (que encima son pobres), aquello que tienen los demás. Es una especie de reparación.
Pero también exige una responsabilidad: porque no alcanza. Decir esto no es menoscabar el esfuerzo increíble por ir de a poco llevando a cabo la titánica tarea de reconstruir un Estado deconstruido y, al mismo tiempo, adaptarlo para que dé abasto en una situación distinta.

Por el contrario, nos tiene que servir para darnos cuenta de que tenemos que enfrentarnos incluso a prejuicios propios, tan arraigados que hasta se nos han naturalizado.
Después de estos últimos años de historia, nos hicimos una idea de Estado (insisto con lo de "idea", no hablo de las deficiencias) que lejos de reconocer la desigualdad intrínseca que genera el modo de acumulación capitalista, y actuar en dirección contraria, está pensado y diseñado para operar en la misma dirección. Un ejemplo: resigna recursos en exenciones de impuesto a las Ganancias, que a otros les niega en simples asignaciones familiares. La simple reparación de esta desigualdad ya nos pone en pie de debate.

La AUH como derecho, entonces, es imprescindible. No para regocijarnos en la espera de que nos lleguen los laureles por haberla concebido. Sino para propiciar la recuperación de esa igualdad de origen perdida, que nos permita ya sí empezar a ver cómo construimos una idea de Estado distinta. Una idea de Estado que contrapese parcialmenteel sesgo inevitablemente desigual de la matriz distributiva en una sociedad capitalista. En ese espacio operan (irremplazables) las políticas focalizadas.
 

viernes, 17 de septiembre de 2010

¿El fin de un paradigma?


El temor a la apreciación cambiaria se difunde entre los "países emergentes", al ritmo del incremento de las inversiones financieras. Es el temor a volverse demasiado caros. A no poder colocar sus productos de exportación con facilidad. A no poder competir (en precio) con los productos importados.

Los responsables de política económica de esos países lanzan advertencias, por ahora más duras que sus decisiones reales. Pero el alerta se expande.

El dólar, por cuestiones de confianza, sigue siendo la moneda de reserva mundial. Desestimando los pronósticos, los particulares de todo el mundo conjuran el temor a las "corridas" refugiándose en el dólar. El dueño de la máquina de imprimir la moneda fiduciaria más exitosa de la historia aprovecha la situación, y carga en la cuenta de los crédulos el precio de "ajustar" sus desequilibrios. Grandes cantidades de dólares  incentivan el no muy vivaz consumo estadounidense. Con muecas de fastidio, los países emergentes las reciben y atesoran en sus bancos centrales, más de lo que quisieran.

El diagnóstico es más o menos unánime. Con distintas palabras todos expresan lo mismo: el mundo actúa "como si" el dólar fuera más fuerte de lo que es. O, mejor dicho, como si su sustento real (del dólar) fuera más robusto de lo que es. Y nadie se anima a pagar los costos de reemplazarlo como moneda de reserva mundial.

Tímidamente algunos economistas expresan una "solución": que China (como abanderado de los "emergentes") abandone su pose de economía enfocada a la exportación, y se vuelque al mercado interno.
Sin eufemismos, podría traducirse así: asúmanse como economía desarrollada, dejen de sostenerle la competitividad artificial a su industria de boludeces de plástico, permitan que sus salarios mejoren en dólares, apréciense, produzcan menos y consuman más. La contraparte del nuevo equilibrio sería una economía estadounidense menos apalancada, más "emergente".

En el fondo del temor se esconde un recelo: nadie quiere prescindir definitivamente del sector secundario. Ni la seducción de los "salarios altos", ni el brillo fulgurante de la IED, ni la cucarda del investment grade, alcanzan para convencer a nadie de asumir el rol que otros, de a poco, van dejando de ocupar.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Ah, pero mirá qué novedad...


Agradecemos este descubrimiento digno de premio Nobel de la prestigiosa periodista Silvia Stang.

Podemos agregar algunas impresiones:

El comportamiento de variables que propiciarían una tendencia a la estabilización de precios, también golpearía con más fuerza a los más pobres (ajuste fiscal, ponele; enfriamiento de la economía).
En general, los esquemas con tasa de interés real positiva, golpean con más fuerza a los más pobres.
El ingreso y egreso de capitales "golondrina" suele golpear con más fuerza a los más pobres.
Algunos problemitas propios "del sistema" como la evasión o la elusión impositiva golpean con más fuerza a los más pobres.

Podríamos decir casi como conclusión que el mismísimo modo de acumulación capitalista y la injusta distribución de la riqueza originada en la concentración de capitales, golpea con mucha mayor fuerza a los más pobres.

Ojo, nos parece fenomenal que La Nación empiece a preocuparse por el tema éste de la injusticia social intrínseca del sistema capitalista.  Esperamos que nos propongan "soluciones" que no favorezcan con fuerza solamente a los más ricos.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ganancias

El siguiente caso es imaginario, pero bien podría ser real. Quiero decir, es totalmente verosímil.

Se trata de un directivo de una entidad financiera. Tiene su oficina en Puerto Madero. Va a trabajar todos los días con su VW Vento desde la zona norte del Conurbano (digamos, Olivos). Tiene tres hijos. Desde que se separó de su mujer se compró un Mini-Cooper, para usarlo solamente los fines de semana o eventualmente algún jueves. Lo puso a nombre de su hermana, desde que se enteró que algunos jueces consideran que tal propiedad es causal de aumento de la cuota alimentaria.
Su ingreso ronda los 25.000 pesos mensuales. Aparte cobra bonus, algunos de los cuales se convirtieron en acciones de la empresa. La distribución de utilidades, en este caso, no espanta inversores ni afecta la seguridad jurídica, por suerte.
Los chicos van a colegios privados caros, empilchan bien, juegan al hockey o al rugby (depende el género).

Cuando le toca hacer la declaración jurada de ganancias, el tipo hace cuentas: pasa como 130 lucas anuales a la mantención de los hijos. Se consiguió una tía lejana en Misiones, a la que le dona una pequeña suma. Y les pasa a sus viejos guita todos los meses (imaginate que son jubilados). La prepaga, plan familiar, arregló para que se la pague la empresa, es cierto. Aporta todos los meses a un seguro de retiro de una reconocida empresa internacional, constituido en Estados Unidos porque "en este país de mierda nunca sabés lo que puede pasar" con la jubilación.
Todos esos montos el tipo los descuenta de la base imponible del Impuesto a las Ganancias. Y resulta que nadie se calienta mucho por averiguar si esos recursos que el estado resigna financian actividades que necesitan o no financiación.
Por el rendimiento de las acciones no tributa, desde ya.

Mientras tanto, un trabajador que gana más de 4.800 pesos mensuales brutos, no cobra asignación familiar.
Revisar este tema sería un interesante próximo paso.

viernes, 10 de septiembre de 2010

AUH

Hoy el Página publica que Cristina decidió que se siga pagando la AUH hasta diciembre a todos aquellos que actualmente la cobran. Saludamos la noticia que nos pone contentos.

A partir de ahora, y hasta diciembre, la ANSeS evaluará todos los casos de chicos que van a colegio privado, para determinar cuáles deben seguir cobrando  y cuáles no. Bossio informa, por otro lado, que los alumnos en esta situación son algo más de 42.000 (y no 300.000 como dijo Clarín y yo reproduje aquí).

Me quedo con unas líneas de Bossio (negritas mías):
La Anses realizará un estudio de campo riguroso y exhaustivo en cada una de las escuelas privadas inmersas en esta situación para analizar caso por caso y determinar la necesidad de la prestación. Porque, por ejemplo, hay 11.930 alumnos de colegios privados que pagan una cuota superior a los 100 pesos. La AUH no fue concebida para subvencionar la cuota de un colegio privado, que en muchos casos encima ya tienen el apoyo del Estado.

Con todo respeto, a mí me sigue pareciendo un error de concepción.
El primer peronismo implementó las que hoy conocemos como asignaciones familiares para todos los hijos de trabajadores formales. Esas asignaciones se siguen cobrando hoy. Los asalariados de altos ingresos que pagan impuesto a las ganancias no reciben asignación, pero a cambio pueden descontar del pago del impuesto los recursos que destinan a la mantención de sus hijos. O sea, la cobran (indirectamente).

Resulta que a la Argentina le pasaron 25 años de achicamiento del aparato productivo (1976-2001), en medio de un contexto internacional (organizativo, tecnológico), que modificó fuertemente la situación original.
Muchos argentinos permanecen sin trabajo todavía, muchos viven de changas, muchos son robados por sus empleadores que les sustraen mensualmente sus aportes a la seguirdad social, muchos son monotributistas, o empleadas domésticas con familias a cargo. Mucho, también, se mejoró la situación en estos años, pero el problema sigue estando.

La AUH, entonces, es una idea extraordinaria si la concebimos como ampliación del derecho de asignación familiar, para todos aquellos que por causas ajenas a su responsabilidad lo perdieron.
Esta manera de concebir la AUH la vuelve mucho más legítima, a mí entender, que la concepción como subsidio a la pobreza, que es la que manifiesta Bossio cuando habla de "necesidades de la prestación".  La AUH no puede ser convertida en una limosna. La tarea del momento es generar las condiciones para que estos grandes avances en materia de justicia social se solidifiquen, y queden definitivamente plasmados como política de Estado, inalterable para cualquier administración futura.

Tenemos que darnos este debate. Tenemos que discutir si es justo o no que se pongan condicionalidades a su cobro.
Porque en esas discusiones se juega el futuro de la AUH. Y se juega también el sueño de la Justicia Social.

Sé que me repito mucho y repito comentarios de compañeros que creo que me sabrán disculpar. Me gustaría que ahora y hasta diciembre, aprovechemos la situación para darnos este debate.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Empezó la Campaña "40 menos 1": Restate


En la imagen se puede observar cómo distinguidas damas de la oligarquía santafesina protestan (las muy desagradecidas) porque la ANSeS les sacó a sus hijos el subsidio anticlerical a la pobreza, mal llamado Asignación Universal por Hijo. El motivo: que los chicos van a colegios privados. Se calcula que serán 300.000 en todo el país los afectados (perdón, quise decir ajusticiados). Seguramente la educación pública estará en condiciones de absorberlos en breve.

Más no sea que por el 40+1, a ver si revemos la decisión.

Salideras

En estas últimas semanas, las salideras bancarias se han convertido en tema de interés general.

Modalidad delictiva (la salidera) que se nutre de la vulnerabilidad que ofrece un tipo o tipa que saca un montón de guita de un banco y la transporta manualmente hasta aplicarla a algún pago u operación.

A nadie, parece (el oficialismo también está incluido en este reclamo) se le ocurrió pensar en cuál puede ser el motivo por el que una persona elija convertirse en blanco fácil, teniendo la posibilidad de evitarlo haciendo sus operaciones a través del banco, sin sacar la guita de ahí.

Hay indicios para despejar la incógnita: primero, operación hecha a través del banco, es operación en blanco. No se puede negrear.
Otro, los bancos cobran por las operaciones de transferencia.

Resulta, entonces, que los legisladores se ponen a aplicar su tiempo y experticia en dilucidar de qué modo se le puede brindar protección a quienes subvalúan los boletos de compra-venta en operaciones inmobiliarias, hacen pagos irregulares (un escribano da fe de la valuación de un inmueble, no?), pagan sueldos u honorarios en negro, o compran cheques en mesas de dinero.

Sería más lógico, me parece, que en las cámaras legislativas se abstuvieran de legislar sobre una modalidad delictiva específica y se pusieran a ver otras cuestiones más acordes a su función (examinar modalidades delictivas y prevenirlas es tarea de las fuerzas de seguridad).

Hay dos elementos a mirar: el principal, es el excedente que se apropian los bancos mediante comisiones.
Otro (menor) es el impuesto al cheque. Ese impuesto (dicho sea de paso) que la oposición hasta hace poco pretendía coparticipar, porque era una demanda de la "sociedad" (expresada, como sabemos, a través de la tapa de Clarín). No es cosa de ser botón y acusar a todo el mundo de negrear. No es cuestión de generalizar tampoco, y señalar como evasor a todo el que paga en efectivo. Hasta toleramos que se justifique la evasión diciendo que los costos son altos, y por ahí nos sentiríamos a gusto discutiendo sobre topes a las comisiones bancarias.
Pero no.
El camino elegido es el de la demagogia. Aunque en menor escala, parecido al de las reformas "Blumberg". Con el agravante, repito, de que, en el afán de proteger a gente que lo necesita, se le brinde también protección especial a alguna gente que (por el motivo que fuera) está haciendo las cosas mal.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Paralelismos entre el aguinaldo y la participación de los trabajadores en las utilidades empresarias.

Cuando el primer peronismo sancionó con fuerza de ley el pago del aguinaldo, en realidad no inventó nada. Algunas empresas (pocas) ya lo pagaban (arbitrariamente, solamente si querían y a quién querían).
Perón hizo lo que debía hacerse: legalizar, para generalizar.

El aguinaldo no es una concesión de "su propiedad privada" que las empresas hacen a los trabajadores.

Por cuestiones contables, la liquidación de haberes mensuales se estipula, a los fines prácticos, computando cuatro semanas por mes (o dos por quincena). Total anual: 48 semanas. Sin embargo, el año calendario (ese invento peronista) tiene 52 semanas. O sea, el equivalente a un salario más. Ese decimotercer salario es el aguinaldo.

Abel Fernández publica hoy el proyecto de ley que provocó la ira del empresario Héctor Méndez. Recordamos: el mandamás de la UIA dijo que “Argentina no es Cuba”, y usó palabras como “apriete” y “avanzada”, que de acuerdo a su óptica decimonónica deben ser compatibles con términos "modernos" como “redistribución de la riqueza” o “justicia social”.


Ahora, esto, a lo que Méndez llama "cubano", a mí me remite a las circunstancias que rodearon la legislación sobre el hoy famoso aguinaldo.
Hay empresas que pagan arbitrariamente a alguna parte de su personal lo que se llaman bonus por cumplimiento de objetivos. Estos pagos, no son otra cosa que distribución de utilidades (figura constitucional, digamos de paso). Zaiat lo explica bien en Página de hoy.

Legalizar estos pagos no sería ningún "apriete" para que nadie conceda nada, sino simplemente la garantía de que nadie se pueda quedar con lo que no le corresponde, y lo distribuya.

Aparte, Méndez, no te calentés. Tampoco te vamos a cobrar el retroactivo a 1955.
De nada.

martes, 7 de septiembre de 2010

Inseguridad y contratos

En el noticiero del 13 hiceron un resumencito de lo que sostienen los proyectos sobre "seguridad" que hay en las cámaras legislativas.
En diputados hay uno que propone como medida saliente (según la producción de noticias del trece, repito) crear un sistema nacional que integre a las autoridades nacionales, provinciales y las "ONGs especializadas".

Qué pródigo en contratos y prebendas puede ser el Estado cuando de "solucionar los problemas de la gente" se trata.
Eso, ¿no es clientelismo? ¿Aumentará el consumo de falopa (buena) y la asistencia a puteríos cuando los abogados y ex-miembros de fuerzas de seguridad que componen dichas ONGs empiecen a cobrar esos subsidios? Le dejamos nuestra incógnita al senador Sanz.

lunes, 6 de septiembre de 2010

El apasionamiento exagerado de Zaiat

En el Página de ayer, Alfredo Zaiat siguió con lo que a esta altura parece haberse convertido en una especie de "cruzada" contra lo que él llama argumentos "monetaristas". Se tomó en serio la cuestión, y defiende la decisión de Mercedes Marcó del Pont de flexibilizar el programa monetario que al frente del Central había ideado su antecesor Martín Redrado.

Más allá de que puede considerarse razonables algunas de las cosas que plantea, nos parece que sobre el final exagera innecesariamente el dramatismo (aunque no le alcanza para ser la contracara perfecta de Redrado, que después de decir que se estaba vaciando al central por pagar con reservas, pegó un portazo, y revoleó dos o tres floreros, cosa de que se enteraran los vecinos del escandalete, al mejor estilo Silvia Suller).

Dice Zaiat, de las intenciones de quienes promueven un programa distinto al de Marcó:
Este consiste en abandonar la política de acumulación sostenida de reservas, disminuir por lo tanto la emisión para sostener la actual paridad cambiaria y, de ese modo, apreciar el tipo de cambio. Esto significa la disminución del precio del dólar y el comienzo del rápido camino al déficit de balanza comercial y de cuenta corriente, para concluir en una recesión y posterior devaluación.
Acá ya discutimos varias veces sobre la cuestión de la apreciación cambiaria (tampoco está exento el actual esquema: con inflación de 20 y pico por ciento anual, y devaluación de 10%, hay apreciación real). Y notamos varias consecuencias que no nos parecerían del todo provechosas para el largo plazo: primarización, valorización financiera, ingreso de capitales especulativos y de deuda para financiar importaciones que reemplacen producción local de bienes altamente tecnológicos, etc.

Lo que consideramos innecesario del "ciclo" que describe Zaiat es el final (con negritas, mías). Ni la recesión ni la devaluación son patrimonio de ese esquema ni de ningún otro. Los déficit de cuenta corriente bien pueden cubrirse con ingreso de capitales por cuenta financiera (como en Brasil). Una devaluación sólo sería necesaria ante el fracaso de tal esquema, o ante un shock que revirtiera el flujo de capitales (como una suba brusca de tasas de la FED).

Hay elementos suficientes como para contraponer virtudes y defectos de uno y otro esquema. Acá hemos tomado partido por el esquema de tipo de cambio levemente alto, cuidando el superávit de cuenta corriente, y priorizando el empleo y el nivel de actividad, por sobre las metas de inflación y la búsqueda del "investment grade". Pero no es necesario endilgarle a nadie el patrimonio de la "devaluación". Lógicamente, algunos habrá que querrán un shock para sacar partido, también lo dijimos, y tampoco correspondería subestimar el poder de daño de esos "algunos". Pero Zaiat fue un poco desleal en la argumentación, saltando varios detalles para llegar rápido, sin escalas, a la recesión y la devaluación.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Cambio de esquema, facciones del capital y márgenes de rentabilidad

Artemio López viene celebrando, de algún modo, la preeminencia de Binner y Alfonsín en el espacio opositor radical (ligeramente ampliado). Dice que estos personajes encarnan, en mayor o menor grado, una idea de política autónoma respecto de ciertos poderes fácticos corporativos, en contraposición a otros que son directamente marionetas de algunas corporaciones.
Uno de los puntos salientes del momento actual es la batería de reclamos que desde sectores concentrados del capital se hace escuchar, y que tiene que ver directamente con la recomposición de márgenes de rentabilidad.

En la lista de reclamos (pro rentabilidad) incluimos: eliminación de retenciones, plan anti-inflacionario (que permita hacer converger las tasas de interés nominales a la baja, con tasas de interés reales positivas), fin de las actuales restricciones al ingreso de capitales especulativos, devaluación, baja del salario mínimo real (Funes de Rioja dijo que no estaba atrasado sino adelantado).
Algunas son compatibles entre sí. Otras no.

En esta entrada, Lucas Carrasco imagina prioridades de un hipotético futuro gobierno de los que hoy son oposición. Cuáles serían las cosas que propondrían “corregir” del rumbo actual (para recomponer márgenes de rentabilidad). Particularmente no me convenció la idea de que se devaluara y se quitaran las retenciones al mismo tiempo. Me parece que son decisiones incompatibles. Al menos si lo que se busca es mantener cierto tránsito ordenado. La palabra orden es clave. Lucas, en los comentarios, recurre a la hipótesis de un “shock”.

Más allá de las cuestiones puntuales que se reclaman (que mencionamos más arriba) nos encontramos ante la hipótesis de que “recomponer márgenes” pone en contradicción los intereses de distintas facciones del capital.
Concretamente, el modelo alternativo que puede plantear “la oposición” no es uno solo. Porque la recomposición de márgenes de rentabilidad que promulgan unos, no es compatible con la que plantean otros.
Y esto remite otra vez a la idea: eliminar retenciones no es compatible con devaluar.
Siempre y cuando (reiteramos) lo que se busque sea un cambio de esquema armónico, sin “shock”.

Recordar la historia puede servirnos para alumbrar. Tanto la hiperinflación del 89-90 como la crisis 2001, significaron momentos de fuerte recomposición de márgenes de rentabilidad para los dueños del capital más concentrado. No sería nada extraño que evaluaran la posibilidad de recrear condiciones similares. Necesitan el chivo expiatorio político.

Por otro lado, hay analistas que le dan centralidad a la existencia de iniciativas parlamentarias que operan sobre el fondo de estas incompatibilidades. De algún modo, la oposición proyecta leyes que de sancionarse podrían significar factores de insustentabilidad e inviabilidad para el modelo vigente. Básicamente, recortando al Ejecutivo (actual y futuro gobierno, en un eventual cambio de mandato en 2011) recursos a administrar. Y autonomía política para conseguirlos.
Hay que decir que algunos dirigentes opositores se han mostrado más cautelosos que otros al decidir darles impulso a estos proyectos. Ahí está la clave.

Binner y Alfonsín, (estos políticos autónomos de los intereses corporativos al decir de Artemio) deberán prestar especial atención a este trasfondo.
Porque promoverse como autónomos respecto de los intereses corporativos no alcanza. Básicamente, porque no los exime de convertirse (ya siendo gobierno, tal es su intención) en la herramienta que propicie el shock recomponedor de rentabilidades. Y las decisiones que tomen hoy pueden ser decisivas para signar ese destino.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Presupuesto y conspiración

Alcadio Oña se ocupa hoy del tema del Presupuesto 2011.

En principio, me parece que Alcadio tiene problemas para calcular costos. Me refiero a los costos políticos. No alcanza a entenderse por qué debería hacerse cargo del mismo el Ejecutivo, en el caso de que sea el Congreso el que no apruebe un presupuesto para el año que viene.

La idea es bastante previsible: tomar como referencia el presupuesto del año en curso, y ampliar mediante DNU las partidas con los probables excedentes de recaudación.
La Corte Suprema, calculo, no encontraría fácilmente argumentos para dictaminar que no está justificada la existencia de necesidad y urgencia.
Si el Congreso no cumple con su función, al Ejecutivo no le quedaría otra que recurrir a los DNU. El Estado, sin ley de presupuesto, no puede funcionar.
Los que se nieguen, entonces, a aprobar una ley de presupuesto tendrán que hacerse cargo del costo político que esto entraña.

Por lo demás, cualquier modificación (en agenda) de los distintos instrumentos políticos que se usarían en este caso, pondrán a la oposición en el trance de tener que ejercer una visión de un plazo un poquito más largo (tanto quejarse del “cortoplacismo”, y resulta que no ven más allá de octubre del 2011). Por ejemplo, si se dispone que los DNU tengan que ser ratificados por ambas cámaras (y no sólo por una, como es ahora), y que a los 60 días, de no ser ratificados, caducarán, supongo que estarán dispuestos a administrar esas “restricciones” al poder de decisión del Ejecutivo, en caso de que les toque quedar al frente del mismo. ¿Se resignarán a hacer pasar por trámite legislativo cualquier asignación de partidas presupuestarias que afecte excedentes de recaudación, si son gobierno? ¿son compatibles los tiempos legislativos con la asignación eficaz de recursos?.

En este punto, valdría consultarlo con los opositores con responsabilidades de gestión ejecutiva en provincias y municipios. ¿Estarán dispuestos a ceder los “superpoderes” que todas las administraciones usufructúan?

Sería una buena decisión: ligar, en el debate, los argumentos para la caducidad de los “superpoderes” nacionales, con los casos provinciales y municipales.

Legislar para la coyuntura es una forma de ser ineficaz. Las resoluciones ejecutivas, en todo caso, son herramientas más aptas para resolver cuestiones coyunturales que los trámites legislativos (rosqueros, negociables; lo estamos comprobando, y no se privan de denunciarlo con gesto de indignación los mismos que postulaban a este régimen como la panacea de la república hasta hace poco).

Me parece que se está subvaluando el conflicto interno de la oposición en este punto. No todos van a querer bartolear las posibilidades de hacer un gobierno digno en el período 2011-2015. Algunos saben que tienen chances de gobernar, y la oportunidad histórica de recuperar el prestigio dilapidado.
Pero hay algunos otros, ojo, que sí apuestan a ello. A no confundir. No quieren que caiga Cristina. Prefieren que le entregue el poder a un Gobierno débil de origen. Algunos opositores (los más “moderados”) tendrán que cuidarse de las conspiraciones que se traman en el propio patio de su casa.

Como dice el gran vende humo y autobombisto, ampliaremos.