sábado, 31 de julio de 2010

Facultades delegadas III

Independientemente de que nadie parece reparar en que las facultades delegadas afectan a una multitud de leyes y no solamente a la fijación de alícuotas de los impuestos aduaneros, se discute actualmente acerca de los alcances "hacia atrás" de la suspensión de la delegación.

No es intención meternos en cuestiones de derecho (para eso hay especialistas), pero nos cuesta encontrar una justificación desde el sentido común a la postura "Sabsay". Creeríamos que cuando la delegación cesa, sus efectos son "hacia adelante". Lo dispuesto mientras la delegación estuvo vigente debería tener vigencia hasta que el nuevo encargado pudiera disponer una modificación.

Ahora, si el criterio "Sabsay" se impusiera, estaríamos ante un caso de gravedad institucional que los actores responsables no están considerando (y hacen mal). Los impuestos aduaneros de todo tipo irían a cero (estuvieron alguna vez en cero? por qué motivo creer que "cero" es el número anterior a la delegación? qué problema éste!).
Tendríamos que ver, por ejemplo, qué pasa con el Nomenclador Común del Mercosur, en ese caso. O con las retenciones al petroleo. Etcétera, etcétera, etcétera.

Ahora, más allá de estas cuestiones que solo sirven para poner en ridículo la liviandad con que se hacen declaracioens mediáticas sin correlato institucional, podría encararse también una discusión de fondo, en relación con la facultad de fijar las dichas alícuotas, a quién debería corresponderle y en virtud de qué criterios.
Teniendo en cuenta que los impuestos aduaneros tienen que ver indirectamente con un posicionamiento estratégico, pero que el valor de las alícuotas se relaciona directamente con situaciones coyunturales de mercado (como los precios relativos, o la situación económica de países competidores de la producción nacional) pareciera no haber demasiado fundamento a que tal fijación o su modificación dependan de la sanción de una ley.
La ventaja de que tales decisiones surjan de resoluciones ministeriales la da la necesidad de que se actúe de manera expeditiva, resolutiva, y que los actores encargados de tomar la decisión no se embarquen en discusiones que, una vez saldadas terminen enfrentando una realidad totalmente distinta a la del momento en que se planteó el inicio de la discusión.
El desfasaje temporal hace que si las facultades recayeran en el Congreso, nos encontráramos casi casi ante una aberración.

La oposición vuelve a dar muestras de una irresponsabilidad suprema.

viernes, 30 de julio de 2010

Más sobre la AFA

La Nación publica una editorial hoy, comentando sobre el despido de Maradona de AFA. Tengo que reconocer que algunas de las opiniones sobre la actitud de Maradona se parecen bastante a las que vertí en un post anterior (es decir, por ahí ya soy parte de la “derecha”).

Pero otra vez me veo impulsado a salir en defensa del diablo.

No me gusta el modo imperativo que el diario usa para opinar sobre Grondona: “debe irse”. De hecho uno puede opinar que al futbol argentino le vendría bien que Grondona dejara de ser el presidente de la AFA para que lo reemplace algún otro mejor (debe haber alguno). Sin embargo, en esa opinión, a veces, puede mantenerse subyacente una idea netamente reaccionaria.

¿En virtud de qué puede el diario La Nación imponerle a Grondona una decisión de esas características? La realidad muestra que la AFA es una entidad autónoma, con reglas de funcionamiento que, nos gusten o no, están legitimadas por la decisión mayoritaria y unánime de sus miembros, y que le asiste el derecho (a la institución) de darse las autoridades que le parezcan mejores en cumplimiento de lo reglamentado. Este debería ser el primer reconocimiento. Nuestro sentido común (construido durante largos años) sin embargo, no reconoce en la primera impresión esto, y por lo tanto vale siempre volver a hacerlo explícito.

Intento clarificarlo con una pregunta: ¿A alguien se le ocurriría sugerir que el Gerente General del diario La Nación “debe irse”, porque no es ético que intente ser “el presidente a perpetuidad de la institución”?

Entocnes, ¿cuál es el derecho que asiste al diario La Nación para poder determinar de qué modo una entidad autónoma debe decidir quiénes son sus autoridades? Porque, digo, Grondona está donde está por derecho adquirido legítimamente. Los que no lo quieren tienen el mismo derecho a “tejer” para erigirse como reemplazantes (tarea para la que se han mostrado incapaces quienes la han encarado hasta aquí). Esto también hay que explicitarlo, porque un vago clima de opinión parecería sugerirnos lo contrario.

Esto es independiente, por supuesto, de la opinión que uno tenga sobre cómo maneja Grondona la AFA. No defiendo una gestión que, como todas, tiene puntos altos (pocos) y bajos (muchos), y tiene desde lo ideológico mil cosas para reprochársele.

Ahora, creo que no podemos permitirnos, tampoco, consentir la hipocresía de tipos (no sé si todos en LN, pero los hay) que se rasgan las vestiduras porque Grondona lleva 30 años como presidente de la AFA, y al mismo tiempo defienden a capa y espada la “independencia” del directorio de una empresa mal habida, cuyo gerente general lleva 35 años en el cargo (y me gustaría que alguien me explique por qué sería distinto un caso de otro).

Otra vez tenemos que hacer el ejercicio de mirar alrededor y ver qué hay. Y hoy, el debate más desafiante del poder de Grondona que se está dando dentro de la AFA, es el que encaran los clubes grandes (con la presencia de Vélez, cuyo presidente Raffaini se convirtió en vocero del reclamo) para recibir una cuota mayor de los derechos de televisión, en detrimento de los clubes chicos.

Grondona será un desastre, indefendible, etc.. Pero no por eso voy a comprar los espejitos de colores de tipos facheros, bien peinados, con discurso elegante. Porque hasta aquí, la única diferencia que encuentro entre unos y otros, es que unos se comen las eses, y los otros no.

Addenda clarificadora: Los “facheros” son los dirigentes con buena prensa: Comparada, Raffaini, el ex-presidente de Lanús Marón (éste sí me cae bien, sin embargo). Savino, Grondona, Noray Nakis son los gordos que se comen las eses. Quiero decir, la sucesión de Grondona con “buena prensa”, tienen facha, son más “presentables”. Son mejores?

miércoles, 28 de julio de 2010

Vindicación de Grondona


Voy a oficiar de “abogado del diablo”. Con objetivos no demasiado trascendentes, sino apuntando solamente a lo que tiene que ver con la decisión de AFA de no renovar su vínculo con Maradona (y algunas otras cositas, tal vez, conexas).

La Argentina quedó afuera del Mundial en cuartos de final. La campaña es aceptable, podríamos decir, pero no llega a buena. Un sorteo benéfico en primera ronda permite que el cálculo de puntajes y diferencia de gol nos ubique en un ficticio 5º puesto. Sumando más que equipos que terminaron por encima, como Uruguay. Pero bueno, el reglamento del Mundial es ese: vale más un empate en cuartos de final que ganar 4 a 1 en primera ronda.

Hasta ahí todo bien. Se perdió con Alemania, después de todo. El resultado, sin embargo, fue abultado. Y un poquito avergonzante para una selección como la Argentina (que no se comía 4 goles en un Mundial desde 1974, situación que derivó, en aquel entonces, en una revolución al interior de AFA).

En cuanto al “cómo”, coincido con los que dicen que no había argumentos futbolísticos suficientes para hacer una defensa cerrada de Maradona. Teníamos la posibilidad histórica de armar el mejor plantel (probablemente) de la historia argentina. Maradona, sin embargo, tuvo dificultades para forjar una idea propia de juego y sostenerla. Algunos de sus cambios de criterio desorientaron hasta al propio entrenador.

Maradona es Maradona, sin embargo, y a él siempre se le puede perdonar un poquito más. Lo que no se puede hacer es negar que se perdió y de una forma dolorosa.

Maradona, en cambio, optó por actuar como si se hubiera ganado. Y (peor) quiso obligar a los demás a que actuaran como si hubiera ganado.

Primero diciendo que tenía que consultar con su familia si seguía o no (debió haber puesto su renuncia a disposición, a mi modo de ver). Después, no atendiendo el teléfono de los que lo llamaban para charlar sobre su continuidad. O postergando reuniones para atender otros compromisos. Y finalmente, diciendo que si le tocaban al utilero y al masajista se iba, cosa que está perfecta, pero se lo debía comunicar primero a Grondona (que mal que nos pese es el titular de la AFA elegido casi por unanimidad), y después a sus amigos ocasionales que trabajan en los medios (y que, casualmente, son voceros de los enemigos de Grondona).

La verdad es que si alguien quiere mantener un mínimo de autoridad, en esas condiciones, no le queda otra que no darle continuidad al técnico.

Y es lo que Grondona decidió.

Se le achaca la forma. Se dice que debió haber respetado la trayectoria de Maradona, diciéndole la “verdad”. Que es una tomada de pelo que le haya cuestionado el cuerpo técnico entero (explícitamente incluidos el utilero y el masajista). Ahora, ¿por qué pedirle a Grondona que diga la verdad que nadie dice?

¿Por qué Grondona debía asumir directamente y a cara descubierta el costo político de echar a un Maradona que se echó solo? ¿Por qué darle pie a la masividad de los reclamos que se hicieron de todos modos (con poca trascendencia) frente a la AFA, con gente “autoconvocada”?

En este caso, Grondona desactivó la bomba política, haciendo política. ¿Tenía que hacerles un favor a sus detractores para dejarlos contentos ofreciendo su vulnerabilidad?

La decisión de no renovar el contrato de Maradona surgió del voto unánime del pleno del comité de AFA. Y esto da pie, lógico, a que se hable de actitudes genuflexas, del famoso y renombrado “sí julismo” que impera en AFA. Hasta donde yo sabía era un mérito del conductor forjar estructuras de poder férreas que le permitan mantener el poder. ¿Debería Grondona abstenerse de hacerlo?

Seguramente ahora va a empezar una casa de brujas periodística contra algunos dirigentes “genuflexos”. Los que hablan mal, se comen las eses, son desalineados: Noray Nakis, Savino, Meiszner, principalmente. Tal vez Luis Segura (que algo ya ligó).

Y algunos otros (como Raffaini, el de Vélez), ensayarán alguna declaración frente a los medios tomando distancia (aunque a la hora de la verdad votan igual que los otros). Tienen labia, son prolijos, son abogados exitosos, jóvenes y pintones. Les quedan 40 años por delante, no van a quedar pegados con una estructura que tiene un horizonte de, a lo sumo, 10. Son el futuro de la AFA.

Y tienen derecho a hacer política. El mismo derecho que todos. Todos. Los que nos gustan y los que no.

martes, 27 de julio de 2010

Envidia


"Los subsidios agrícolas que da Brasil son la envidia del campo argentino". En Brasil, está claro, la "mansa vaca lechera que se deja ordeñar" para pagar el precio de la ineficiencia, no son las empresas agropecuarias sino la federación industrial de San Pablo. Las empresas agropecuarias son (allá) algo bastante compatible con la ineficiencia (si nos dejamos llevar por la idea de que lo que necesita subsidios es ineficiente). Cada uno sabe de qué lado le aprieta el zapato.

Alguna vez hablamos del diferencial de retención que incentivaba la producción de harinas (contra la exportación de trigo sin procesar). Se sostiene que nuestros competidores en el ramo podrían alegar que las elevadas retenciones al trigo, el elevado diferencial de retenciones entre el trigo y la harina, significaría "dumping". Tal vez no les convendría hacer la cuenta, sin embargo, dado que a alguien se le podría ocurrir computar los subsidios al agro por 60.000 millones de dólares bianuales que se están otorgando en el vecino país (y que son la envidia de nuestro campo).


Más allá de eso, las envidias son individuales, y hay tantas y tan variadas como seres deseosos existen.
Alguien les envidiará por ejemplo (módicamente) que tengan que importar trigo (sin que eso constituya ninguna catástrofe nacional, ni traiga aparejado ningún lobby furioso) porque necesitan abastecer una robusta industria molinera. Yo los envidiaría si necesitaran importar más trigo, para que esa industria molinera creciera y brindara a su vez el insumo fundamental para la producción de alimentos panificados y nos exportaran masivamente esos productos a nosotros (argentinos) y muchos otros países.

Pero claro, aunque parezca mentira, lo que es bueno para algunos no necesariamente es bueno para todos.

lunes, 26 de julio de 2010

Precio y consumo


A principios de este año, uno de los hechos más salientes fue el aumento de precios de los cortes de carne vacuna en las góndolas.

Si bien con el correr de los meses los precios sufrieron ajustecitos a la baja, la realidad indica que hoy la carne se paga entre un 15 y un 30 % más cara que a fin del año pasado (dependiendo del corte, el tipo de animal y el lugar de venta).

Una consecuencia lógica de este hecho fue un parejamente drástico descenso en las cantidades consumidas en el mercado interno.
Seis o siete meses más tarde nos encontramos con una cadena productiva que enfrenta un proceso inverso al que experimentaba hasta ese momento.

La hacienda en pie se paga el doble que el año pasado, lo cual promueve una recomposición de márgenes al interior de la cadena, en el que (en términos relativos) ganan el productor y el consignatario, y pierde el frigorífico

Más allá de la influencia del contexto internacional (la hacienda en pie tiene características de commodity) se observa una tendencia (lógica) a la retención de hembras, lo cual permite a los analistas prever un aumento del stock ganadero en el mediano plazo (hasta que los precios en góndola vuelvan a quedar “atrasados”, o el comportamiento de la cadena disponga la necesidad de una nueva liquidación de stocks, cosa que ocurre cíclicamente en cualquier mercado).

El objetivo de este racconto sencillo es notar que la suba de precio al consumidor fue la pieza más visible de un proceso que le permitió a la cadena en su conjunto trabajar con un cálculo más cercano a su punto de equilibrio microeconómico.
La suba de precio no es decisiva en tanto aumenta los ingresos, sino porque es restrictiva para el consumidor. La cadena de producción y comercialización se come (literalmente) el excedente que antes se comía (más literalmente) el consumidor.

Algo parecido ocurriría en el mercado gasífero si se dispusiera un aumento de tarifas domiciliarias (ya hubiera ocurrido en realidad, si el aumento dispuesto el año pasado no se hubiera frenado judicial y políticamente).

La industria absorbería el excedente que actualmente disfruta el consumidor, a partir de que los precios más altos restringirían el consumo.

Esto nos pone frente a una realidad ineludible: la solución para los “problemas” de las cadenas productivas que trabajan “forzadas” sólo es posible con precios al consumidor más altos (y menos consumo).
Es realmente llamativa la madurez de ciertos sectores de la clase media argentina, que piden a los gritos (aunque sin decirlo de manera explícita) pagar más por lo mismo que hoy pagan menos.

Más vale que estoy siendo irónico.

¿O será que piensan que (como ocurrió con otros productos) la restricción no afectará su consumo sino el de otros sectores sociales, de menor poder adquisitivo?

domingo, 25 de julio de 2010

Civil War



Este lunes a las 23 comienzan a emitirse los capítulos de la miniserie documental de Ken Burns “Guerra Civil” por el cada día mejor canal Encuentro.

Con la conducción del historiador Gabriel DiMeglio y en 7 capítulos, tendremos la oportunidad de adquirir una visión inteligente y distinta sobre un profundo conflicto interno que se dirimió en el que es hoy el país más importante del planeta.

Ahora por qué Contradicto, siempre tan ombliguista y tan de corto alcance, se pone a recomendar algo tan lejano a los lectores de este blog?

Contradicto sostiene hace ya tiempo una teoría: la Guerra Civil librada en Estados Unidos tuvo su réplica exacta y sanguinaria también en nuestra tierra, de manera contemporánea y con muchísimos puntos de similitud, pero una gran diferencia: en nuestro país ganó el Sur Confederado.

Y después de ese triunfo crucial, esas huestes victoriosas, esclavistas y algodoneras han sostenido otros éxitos ulteriores que sólo encontraron límites serios pero temporarios con los gobiernos de Yrigoyen y Perón.

Mírelo.

Piénselo.

Amárguese hipotetizando cómo hubiera sido este país si en lugar del triunfo de la civilización mitrista, el éxito hubiera estado del lado de la barbarie peñalozista.

Déle.

Y después me cuenta.




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viernes, 23 de julio de 2010

CABA

Omar nos pregunta a los porteños (con clara intencionalidad) si, a la distancia, no preferimos aquellas épocas en que nuestro intendente era elegido por el presidente y nuestros concejales se llamaban así.

El problema es que es difícil volver la historia para atrás, y una vez que los porteños nos acostumbramos a votar a nuestro intendente, a que nuestros concejales adquieran un rango de visibilidad política y mediática mayor, a que nuestro gobierno municipal sea una plataforma de lanzamiento de presidenciables, borrar todo de un plumazo generaría demasiadas resistencias.

Igualmente, más allá de la viabilidad política que tendría encarar una reforma, coincido con el calificativo que Asís le pone a la ciudad: "artificio autónomo".
El mismo literato (cultor de un nuevo género: la ficción política) complementa con otro calificativo para otra jurisdicción: la provincia inviable (en referencia a la de Buenos Aires, por supuesto).

Aceptar estas calificaciones invita a que, imaginación mediante, se nos ocurran formas de organización política que neutralicen (o intenten) los desatinos que las actuales permiten y fomentan.
Una opción, me animo a plantear, sería la de crear una nueva provincia en una jurisdicción que incluyera el AMBA, y tal vez un poquito más.
Digamos, un eje La Plata - Mercedes - Zárate. De paso, lanzamos un proyecto de construcción de una mega-autopista que una estos tres hitos fundamentales del trazado limítrofe de la nueva jurisdicción. Por supuesto, Franco Macri podrá participar de la licitación.

Así, el jactancioso "Jefe de Gobierno" de la CABA, pasaría a ser desde lo nominal lo que es en los hechos: un intendente más (como el de Florencio Varela, Ezeiza o José C. Paz, por poner tres ejemplos de gente como uno, Mauricio). Y por encima de estas estructuras municipales funcionaría la estructura provincial (bajo cuya órbita podrían quedar temas que suelen provocar rispideces entre los gobiernos nacional, PBA y CABA, como educación, salud, transporte o limpieza del Riachuelo).
(Me dicen por acá que la CABA es muy grande para ser un municipio; no nos hagan calentar con boludeces, que la dividimos en Norte y Sur, y listo).

Llegar a un acuerdo sobre cómo definir el reparto de la guita sería el gran obstáculo, lo admitimos, para consensuar. Lo mismo de siempre, bah.

miércoles, 21 de julio de 2010

Boudou y la secreta brasilerización de la economía argentina


Hace unos días trascendió que Boudou estaba trabajando en una modificación de las “restricciones” vigentes al ingreso de capitales. Principalmente, se eliminaría el encaje del 30%, aunque la obligatoriedad de permanencia durante un año continuaría vigente. Esta decisión, se especula, sería un incentivo al ingreso de capital.

La flexibilización habría sido sugerida por Gabbi (Bolsa de Comercio), y tendría el visto bueno, tanto de Boudou, como de la presidenta.

La medida surge en medio de un contexto en el que se visualiza algunos hechos inéditos en la economía “kirchnerista”:

Por un lado, desde hace un tiempo se viene hablando de la pérdida de competitividad de la economía argentina, a partir de un tipo de cambio que se aprecia realmente. No hay en apariencia, como ocurrió otras veces, la intención de acompañar la apreciación real con una depreciación de igual cuantía en términos nominales (o sea, patear para adelante la apreciación). Así, la consecuencia sería una tendencia a converger en un tipo de cambio real más bajo en el corto plazo.

En esa situación es posible que se ponga menos énfasis en el superávit de cuenta corriente, inaugurando un período de cierta tolerancia a la aparición de algún esporádico déficit (es decir, no hacer depender todas las variables de la mantención del superávit).

Por otro lado, el plan Boudou explicitado, consiste en una vuelta a los mercados voluntarios de financiamiento (canje de deuda, etc.). Esto, que ha sido leído como una declaración de la “necesidad fiscal” de financiarse, tal vez no esté enfocado nada más que a “lo fiscal”, sino que esté pensado como una forma de generar opciones de financiamiento para toda la economía.

Entonces, la primera consideración sobre la decisión de flexibilizar el ingreso de capitales es que puede entenderse como parte de un intento por compensar la fuente de financiamiento para grandes empresas que significaba ese mini-mercado de capitales constituido por el flujo de caja de las AFJP (les dolió mucho a las empresas que cotizan en bolsa la estatización, justamente por ese motivo).

Otra cosa que se evalúa, tal vez, es que la economía argentina tiene un bajo nivel de exposición al crédito externo, y que sería hora de ir compensando por esta vía una parte de la actual utilización de recursos de acumulación genuina interna (ahorro en diversas formas).

De cualquier modo, todos estos elementos estarían dando la idea de una tendencia a equilibrar los comportamientos de la balanza comercial (fuertemente superavitaria hoy) y la cuenta financiera (bastante deficitaria hoy).

Punto más, punto menos, una actitud “contracíclica” que hace unos años se llamaba enfriamiento de la economía.

Como corolario, podríamos agregar que al ya citado ancla cambiario, se le suma el ancla fiscal: tres meses consecutivos en que los ingresos crecen más que el gasto, y cierre de semestre con superávit, no sólo primario, sino financiero. Lo cual opera como contención del proceso inflacionario (¿si la inflación anual baja en dos o tres puntos respecto de las expectativas diciembre-marzo en un contexto de crecimiento de la economía, estaríamos hablando de “metas de inflación” mantenidas en secreto?).

El único “elemento heterodoxo” que sobrevive en todo este desarrollo es el comportamiento del consumo, soportado por quienes se obstinan en hacer crecer salarios, asignaciones por hijo y jubilaciones por encima de las “posibilidades de crecimiento de largo plazo” de la economía argentina. Por suerte, agrego yo, que, como se sabe, de economía no entiendo un soto.

martes, 20 de julio de 2010

Estado de salud de Mauricio



Sabemos a traves de tantos mensajes que recibimos que están atentos al estado de salud de Mauricio.

Si no subimos actualizaciones, no es que los olvidemos o no los tengamos en cuenta, sino que no se han producido aún cambios significativos.

Queremos trasmitirles tranquilidad y hacerles saber que cuando haya noticias serán compartidas con todos ustedes.

Les agradecemos la calma y el acompañamiento.

Gracias por todos los mensajes de apoyo para Mauri y su familia. Leemos cada mail recibido, pero nos es imposible responder a todos.

Por favor sigan escribiendo.

Muchísimas gracias.



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Cuestión de Imagen



Cuál de los bigotes de la ilustración sería el apropiado para que Macri use durante el Juicio Oral?

Una pregunta grossa, que desvela a los panelistas de los programas en la tarde de Radio Mitre.



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lunes, 19 de julio de 2010

A favor de la objeción de conciencia

El debate por la ley que extiende el derecho a contraer matrimonio a parejas constituidas por personas del mismo sexo dejó como corolario la utilización de un concepto que resultó ser bastante controvertido: la objeción de conciencia.

Tal como afirmó la senadora Negre de Alonso en medio del debate en el senado, la objeción de conciencia es un derecho humano consagrado en el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, que adquiere para nuestra ley jerarquía constitucional. Es progresista, si se quiere, garantizar el derecho de libertad de conciencia, amparando a quienes lo requirieran y les correspondiere mediante aplicación de la figura de objeción de conciencia.

En términos doctrinarios, la objeción de conciencia tiene lugar cuando una persona se niega por convicciones de carácter personal, individual, a cumplir con una normativa de carácter obligatorio, y para cuyo cumplimiento el Estado se encuentra legitimado a ejercer coerción. La objeción de conciencia, entonces, ampara al objetor contra la coerción estatal. Para eximirse debe presentar judicialmente un recurso de amparo, y el Juez al que le toque entender decide si hace lugar o no al mismo.

Entonces, como condición de posibilidad es necesario que exista una contradicción entre el bien común expresado en la ley (legitimada por la aprobación del órgano legislador), y una convicción individual, “personalísima”.

Mi interpretación de la cuestión (y no es nada más que eso, una interpretación) es que un juez, para otorgar el amparo solicitado por el objetor de conciencia, debe garantizar previamente que la objeción no impida el cumplimiento de la ley, o lo que es lo mismo, la realización del bien común. Amparo por objeción de conciencia, si y sólo si, el cumplimiento de la ley está garantizado. El objetor, en ese caso, sería eximido de convertirse en brazo ejecutor de la ley, pero con alcance solamente individual.

No correspondería (y hasta podría llegar a ser gravísimo) sancionar a una persona por solamente querer ejercer este derecho, en tanto no se impida el cumplimiento de la ley.
Algunas situaciones aparentemente complejas pueden resolverse, sin necesidad de recurrir ni al escarnio, ni al fusilamiento, ni a la expulsión de nadie.
Salvo que las intencionalidades políticas sean otras, y en ese caso, todo lo dicho no tendría el mismo valor.

domingo, 18 de julio de 2010

Igualdades

Listo. Se aprobó la ley.
De esta forma se crea un marco legal para subsanar algunas situaciones que pudieran parecer injustas a priori:
Que dos personas que convivían no pudieran compartir una misma obra social, que uno de los dos convivientes no pudiera heredar al otro en caso de fallecimiento, que si uno de los dos era internado el otro sólo podía visitarlo si la familia lo autorizaba, que no pudieran sacar juntos un crédito hipotecario, y varios etcéteras más.
Y también se incorpora a la vida de las parejas homosexuales que decidan casarse algunas cosas no imaginadas en momentos idílicos, como la posibilidad de divorciarse, el estatuto de bienes gananciales y la división de bienes, la patria potestad sobre hijos adoptivos, etc.

Este carácter pedestre, prosaico, tendrá la aplicación de la ley aprobada el otro día.
Por eso podríamos prescindir, una vez que el debate parece saldarse, de todas las invocaciones a cuestiones como el principio de igualdad ante la ley, que le queda muy grande a una cuestión necesaria pero de alcance muy corto.
A veces da la sensación que ante cualquier modificación de un régimen socio-económico injusto (por naturaleza diría), algunos exaltados quisieran convencernos a todos de que se hizo, nuevamente, la revolución francesa. Sin desmerecer la importancia de algunos cambios, por supuesto, podríamos al menos dudar a la hora de hacer pronunciamientos tan definitivos.

A mí me cuesta creer (y en algún punto me preocupa que así se lo vea) que los posicionamientos políticos en relación al clivaje a favor/en contra del matrimonio igualitario puedan convertirse en definitivos, trascendiendo el evidente carácter coyuntural que tienen.
Me preocupa que se le de una trascendencia que no tiene esta discusión. Hemos visto estos días a gente embarcada en intentar demostrar que los homosexuales eran perversos y que por eso no deberían poder adoptar (cosa que hacen desde antes de la sanción de la ley) y que a eso se le respondiera con ejemplos de chicos criados por homosexuales que eran “mejores” que los criados por heterosexuales. O sea, la repetición del prejuicio, con rasgo valorativo inverso.

Por eso me parece temerario encarar sanciones morales (tanto que nos disgusta eso cuando lo hacen otros a partir de otros valores, y terminamos repitiéndolo) sobre quienes manifestaron alguna reserva en este tema. Me resisto a creer que la lectura de la biblia, la devoción por la virgen del rosario, la admiración de Jesucristo o el persignarse ante una iglesia, puedan ser elementos que definan dónde quedan los amigos y los enemigos (y aunque se mantengan los prejuicios, hasta sería un avance que, en nombre de la honestidad intelectual, se incluyeran otras religiones en la lista de enemigos de esta guerra santa al revés)

No puedo dejar de pensar en que cada vez que se habla de derechos, de igualdad, de garantías legales, se obvie lo que es más evidente que ninguna otra cosa: vivimos en sociedades cuyo principal elemento discriminatorio es la posesión de bienes, donde nada se distribuye tan injustamente como el ingreso, donde ninguna figura jurídica es tan perversamente discriminatoria como la propiedad, a la que todos tenemos derecho, siempre y cuando tengamos con qué pagarla.
Y que frente a ese clivaje probablemente no se repetirían los mismos alineamientos que se dieron en relación a la aprobación del matrimonio igualitario.

Es un avance el matrimonio igualitario. Me gustaría que no lo tomáramos como el elemento que nos sirva para identificar y perseguir "nazis".

viernes, 16 de julio de 2010

Con reservas

Según lo trascendido ayer, las reservas del BCRA se valúan en más de 50.000 millones de dólares.
En el momento en que se creó por DNU el "Fondo del Bicentenario", que habilitaba al Tesoro a tomar prestadas reservas para pagar deuda, estaban en alrededor de 46.000 millones de dólares.
Digamos de paso que el decreto que creaba el Fobic no fue avalado por las Cámaras legislativas por tanto perdió vigencia, una vez que ya había sido derogado por otro decreto, en lo que es un hecho inédito en la historia de la humanidad, probablemente),

El argumento que intentaba instalar la idea de que el Ejecutivo estaba decidiendo arbitrariamente comerse un stock (las reservas del BCRA) por no querer moderar el crecimiento del gasto por un lado, y por querer seguir evitando, por otro, tomar decisiones que le permitieran tomar deuda en el mercado financiero, queda más nulo que el "Fobic".

Mientras tanto los decretos que autorizan la creación de sendas cuentas con reservas para pagar vencimientos de deuda durante 2010 esperan tratamiento en el Congreso. Se pone arduo el debate para quienes planeen voltearlos, teniendo en cuenta que no podrán alegar que por esta vía se autoriza que el BCRA se queda sin reservas.
Por ahí sale el rechazo una vez que estén autorizados todos los pagos, e incluso canceladas las Letras del Tesoro.
En 2009, Argentina decidió constituir un Congreso testimonial. No está tan mal el experimento, a juzgar por los resultados.

martes, 13 de julio de 2010

Facultades delegadas II

Decíamos que las facultades delegadas que vencen este año (que vuelven a vencer) son de una cantidad indescifrable a simple examen.


Nos estamos refiriendo a delegaciones que específicamente el órgano legislador incluyó en el articulado de distintas leyes desde 1853 hasta 1994. Esas delegaciones de facultades que el poder legislativo fue haciendo en favor del ejecutivo, con fines prácticos, se supone que comprenden cerca de 1900 leyes (muchísimas de las cuales, tal vez, ya no están vigentes). Con la reforma de la Constitución del 94 se extendió un plazo de 5 años (hasta 1999) para que el poder legislativo formara una comisión que se encargar de revisar esa legislación para definir qué hacer en cada caso.

Por supuesto, la faraónica faena nunca fue realizada (digamos que hubo otras prioridades de qué ocuparse), y la delegación de facultades se fue prolongando periódicamente hasta llegar a la actualidad. El año pasado se prorrogó la delegación, solamente por un año.

No accedí a noticias que indiquen que se haya estado trabajando en la dilucidación del alcance de las facultades (y por ley transitiva en el significado y consecuencias de rescindir la delegación). Por lo cual, hacerlo “en seco” sería cuanto menos irresponsable.

La otra posibilidad sería que se excluyera del paquete la delegación de fijar las alícuotas de impuestos aduaneros, que es la más conflictiva políticamente en la coyuntura actual. Esta sola decisión exigiría un trámite sumarísimo en el Congreso para fijar nuevas alícuotas, tanto para la exportación de todos los productos, como para la importación (lo cual exigiría una revisión acorde al Nomenclador común del Mercosur).

Suponemos también que nadie estará demasiado interesado en tal titánica tarea, siendo que el casi único punto de conflicto (por ahora) son las retenciones a la soja, el trigo, el maíz y el girasol (aunque digamos que cualquier cambio que se quisiera disponer a futuro, debería pasar por el Congreso -ambas cámaras-, con lo anti expeditivo que ello resultaría, y con lo sensible a las demoras que es la eficiencia en estos casos).

Ya hablamos muchas veces de la inverosímil idea de que paguen 0. En términos aduaneros, el 0 no existe.

Pero el punto principal está dado en el efecto que tendría la eliminación o baja abrupta de retenciones a la exportación de estos productos en términos “reales”.

Siempre sostuvimos desde acá que, más allá de la infinidad de volteretas verbales que se le dio al tema, las retenciones son un gravamen que pesa sobre toda la cadena, que incluye producción y comercialización del sector primario (y algunas manufacturas de procesamiento mínimo).

Lo paga el exportador. Y se lo traslada, como es de suponer, al eslabón inmediatamente más débil de la cadena, el productor, que recibe un precio bastante más bajo al precio que cobra el exportador.

Sin embargo, al actuar el gravamen como un desincentivo a la producción (porque los precios de venta son más bajos) los exportadores obtienen menos producto para comercializar, lo cual hace que merme su fuente de plusvalía (es posible que cuenten con la posibilidad de ampliar sus márgenes en detrimento del productor, pero con límites y no sin riesgo de profundizar la situación en contra de sus propios intereses).

Los productores, si bien se ven perjudicados porque el gravamen pesa sobre ellos, ya que obtienen menor precio por el producto que venden, se ven resarcidos en parte por un menor valor en la renta de la tierra.

Por ello, es que son, casi en su totalidad, los propietarios de tierras los que realmente absorben el gravamen conocido como retenciones.

Si este razonamiento no falla, la conclusión sería evidente: la eliminación de las retenciones se trasladaría casi totalmente al precio del arrendamiento.

Por lo cual, los márgenes de los productores no verían mejoras sustanciales (salvo aquellos que siendo productores son también propietarios).


Y quedarían un par de cosas por ver. Como se sabe, los productos primarios son insumos de los cuales se obtiene manufacturas. La suba de su precio en el mercado interno, derivaría instantáneamente en la modificación de la estructura de costos de esas industrias que hoy trabajan con diferencial de retención. Traducción: incentivo para la exportación de la materia prima sin procesar (y para importar el producto manufacturado que se consuma en el mercado interno).

Por otro lado, si el objetivo de mejorar el margen al productor se lograra, probablemente se profundizaría la de por sí fuerte tendencia a la concentración de la producción. Los pooles de siembra estarían, como siempre, en condiciones de pagar más quintales por hectárea de arrendamiento que los que pagan los productores más chicos. A mayor margen (si lo hubiera) menos posibilidades de supervivencia para el menos eficiente.

Todo esto sin contar las incapacidades (tal vez congénitas) de alcanzar acuerdos amplios en términos positivos (para rechazar “lo que está mal”, es mucho más fácil ponerse de acuerdo).

Así que ya lo dijo el pulpo Paul: “las facultades delegadas en general quedan como están; y las retenciones de los cuatro productos, muy probablemente también”.

lunes, 12 de julio de 2010

Facultades delegadas I


La oposición legislativa (que en algún momento se autodenominó Grupo A y que consiguió proezas patrióticas tales como poner a Liliana Negre de Alonso como presidenta de la Comisión de Legislación General del Senado), continúa con un derrotero que a esta altura ya parece ser una estrategia.

Actúa en tándem con diarios como Clarín y La Nación. Estos medios instalan ante la opinión pública un tema, y los diputados y/o senadores opositores, automáticamente tratan de darle estatuto legislativo.

La cuestión que más llama la atención de este accionar totalmente legítimo hasta aquí, es que no se ha podido hasta ahora establecer un correlato entre lo que pasa en el Senado y lo que pasa en Diputados.

Así, ninguna de las extraordinarias leyes republicanas que iban a curar a la Argentina de los males que le propinó el abuso de populismo que el Gobierno había efectuado hasta aquí (con mayoría parlamentaria), consiguió superar el umbral de la media sanción.

La lista incluye: coparticipación del impuesto al cheque, modificaciones a la facultad del poder ejecutivo de vetar y sancionar DNUs, reforma del Consejo de la Magistratura, cambios en el régimen de ATN y de PAF. Se sumaría en calidad de “estrella” el mamarracho de haber “volteado” el DNU que conformaba el FOBIC, cuando éste ya estaba desautorizado por otros dos decretos que, aún vigentes, esperan que se los trate en el Congreso.

Probablemente corra la misma suerte el 82% móvil para jubilaciones.

La estrategia, parece, consistiría en “hacer jueguito para la tribuna”: poder hacer grandes declamaciones acerca de derrotas terribles que se le inflingirían al oficialismo, sin poner en riesgo la gobernabilidad.

Un teorema de Baglini adaptado, para fuerzas que todavía no saben si no les va a tocar gobernar en un futuro cercano.

En este contexto, se presenta en el horizonte próximo la necesidad de que el Congreso ratifique la delegación de facultades que viene delegando en el Poder Ejecutivo desde 1995. Y como nudo del conflicto, principalmente, la facultad de fijar alícuotas de retenciones, que de no seguir delegándose en el Ejecutivo, reasumiría el Poder Legislativo.

Un tema para tratar, antes de creer en las declamaciones exageradas, es cuáles son estas facultades delegadas. Son muchísimas; sin embargo, el énfasis se pone exclusivamente en las alícuotas de retenciones a productos agrarios. Es difícil suponer, por otra parte, que el heterogeneo grupo de legisladores que se oponen a que el Ejecutivo siga usufructuando la delegación, pueda ponerse de acuerdo en cuestiones de carácter positivo (es decir, qué hacer con las facultades cuya delegación se le niega al Ejecutivo). El riesgo de parálisis, visto desde este ángulo, es altísimo.

(continuará…)

jueves, 8 de julio de 2010

Volvió a la droga


Hacía tiempo que no se lo veía así. Aquel triunfo frente a Alemania pareció ser el punto de inflexión. Supongo que porque era el último partido amistoso previo a ese circo moderno que desde hace años le da sentido a su vida.

Desde chiquito, en Fiorito, yo creo que Diego sabía que esas batallas coliseas entre eventuales germánicos de lenguas ininteligibles y africanos libertos, entre saetas de ojos rasgados y traicioneros guaraníes de contragolpe, eran el Parnaso sobre el que el reinaría 30 días cada 4 años. En el que cada uno de sus juicios, cada declaración suya en una conferencia de prensa, descendería como un rayo fatal sobre un titán malicioso o se convertiría en aliento sagrado para el volante honesto y trabajador.

Diego volvió a su droga. A la que mejor le hace. Como en una tragedia griega rió, habló, predicó, amenazó, jugueteó, sobró, dio cátedra, simplificó, avaló, discrepó, ofendió y subió al Olimpo del éxtasis con goles más delicados que la Venus de Milo para, finalmente, enterrarse en el peor infierno del llanto cuando un guerrero albiceleste olvidó la marca de un rival troyano, oportunista y taimado.

Si no fuésemos tan afortunados de ser testigos coexistenciales de Maradona, quizás nos conformaríamos con Aquiles. O con Zeus.

Si no lo tuviésemos a Víctor Hugo para contar sus hazañas, podríamos envidiar a los testigos de Homero.

La pelota deja de rodar este domingo y nos obliga a esperar otra olimpíada. La profundidad de nuestra tristeza se mide en la misma balanza en la que supimos engordar excitación y felicidad con cada ofrenda triunfal de nuestros 23 guerreros, hace tan sólo días.

Gracias, Diego. Gracias, muchachos.



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lunes, 5 de julio de 2010

Algunas consideraciones tácticas: apuntes de fútbol.

La selección argentina quedó afuera del Mundial, y ahora todos nos sentimos con derecho a criticar lo que se hizo y lo que no.
Me siento un poco incómodo formando parte de esa caterva de críticos (impiadosos algunos, oportunistas otros).
La principal verdad, la que se come a todas las demás, es que nos callamos antes. Y hablar después, con el resultado puesto nos facilita mucho las cosas.
Asumo lo que me corresponde por hacer uso de cierto facilismo.

Pero más allá de esa consideración ética, creo que la autocrítica se nutre de análisis ex-post. Si queda vedada cualquier consideración por no haberla hecho antes, entonces no podemos decir nada de lo que ya no haya sido dicho.
En medio de ese ámbito contradictorio, entonces, marcamos un par de puntos que nos interesan.

El problema de la idea futbolística de Maradona, a mi modo de ver, no estuvo ni en la debilidad defensiva ni en el sostenimiento de un esquema con muchos delanteros (3 más Di María), tal como quieren ver algunos.


En cuanto a la defensa, ya habíamos señalado acá hace bastante, que no acordábamos mucho con la idea de jugar con cuatro centrales atrás, y que nos hubiera gustado ver marcadores de punta (sigo más adelante). Pero en lo que hace estrictamente a defender, salvo por algunos errores individuales, no hubo problemas en esa línea.

Por otro lado, la superpoblación de delanteros, o jugadores con características ofensivas, no siempre es motivo de descompensación defensiva. En este Mundial, casi todos juegan con 4 jugadores cuya tarea principal es atacar. Es la táctica “holandesa”: un enganche (o 9 retrasado, según las características del jugador que se elija para el puesto), dos wines (que también según las características de los jugadores, pueden jugar más abiertos y desbordando, o pueden hacer más diagonales, o arrancar desde un poco más atrás), y un 9 clásico.

En Holanda juegan Van Persie, Sneijder, Robben y Kuyt; en Alemania, Müller, Ozil, Podolsky y Klose.

En Argentina, los teníamos a Tevez, Messi, Di María e Higuaín.

La diferencia entre el esquema argentino y el de estas dos selecciones está un poquito más atrás. Holanda tiene a De Jong en la contención; Alemania a Khedira y Argentina a Mascherano. Pero en el caso de los equipos europeos, en las adyacencias de este 5 clásico, juega un volante con manejo de pelota de aceptable a bueno, que no se recuesta sobre ningún costado, sino que se mueve por todo el frente, que se hace dueño de la potestad de hacer la pausa, y de lateralizar, y elegir cuándo ser profundo, al tiempo que se convierte en el que primero interrumpe la generación de juego del rival, sobre todo en la salida rápida de contra. Es Schweinsteiger en Alemania y Van Bommel en Holanda (relativamente, porque la característica de enganche clásico de Sneijder hace que retroceda a jugar desde un poco más atrás, y Van Bommel se ve más liberado de ejecutar tareas de armador).

Esos 30 metros en las adyacencias de Mascherano no fueron ocupados naturalmente por nadie, ni para interrumpir el armado del contragolpe cuando se perdía la pelota en ataque, ni para tomar decisiones en el manejo de la pelota.

Una causa de esto, creo, se relaciona con la idea de Maradona de jugar sin laterales, con 4 centrales atrás. Veamos un poco: Alemania tiene a Lahm sobre la derecha, que es un lateral clásico, que pasa al ataque al vacío y por sorpresa, y que también sale a cortar juego más cerca de la línea de volantes cuando la pelota la tiene el rival y el volante por su lado no retrocede. Argentina no tuvo un jugador en ese lugar con esas caracterísicas en los últimos partidos (ni de la derecha, ni de la izquierda). Así, el volante que tenía que jugar en las adyacencias de Mascherano, se convirtió en un jugador de recorrido vertical y que jugó más abierto sobre el lateral: Maxi Rodríguez.

Pero aparte hay una causa remota en esta concepción: una idea que recorre los comentarios futbolísticos por distintas áreas. Maradona la tomó por momentos y por otros no, pero se abrazó a ella en los dos últimos partidos del Mundial. Es la idea que generó la sanción de que Riquelme es lento, frena el equipo, el tránsito en mitad de cancha tiene que ser más veloz, y por tanto ese tipo de jugadores no pueden jugar. También la sufrió Verón.

Esa idea, que desestima la pausa, que desprecia la lateralización, y que pide velocidad y profundidad continuamente es la que tiene que pagar los platos rotos de la derrota. Siga Maradona o no. Porque no hay fórmulas para ganar, y evidentemente los "lentos" no eran la causa (al menos la exclusiva) de nuestras derrotas.

domingo, 4 de julio de 2010

El final


Perder en cuartos de final con Alemania después de haber ganado los primeros cuatro partidos indicaría, en una primera mirada, que se hizo una campaña aceptable. El 0-4 del último partido, sin embargo, ya cambia un poco la situación.
No es que se crea que hay que conformarse con llegar a cuartos, pero nuestra historia reciente marca que es una instancia que se nos hace difícil superar, y que incluso algunas veces nuestra participación terminó antes que eso, aún cuando las expectativas eran las de siempre: ser campeones.
Pero el tema, insisto, es el resultado. Argentina se comió 4 goles por cuarta vez en su historia mundialista. Y salvo la final del Mundial del 30 (2-4), las otras fueron asumidas como tragedia por la prensa y el público.
Es, tal vez, polémico lo que voy a decir, pero creo que ésta no debería ser la excepción.

Maradona (aparte de contagiar "mística") formó parte del proyecto de incorporación de la "generación gloriosa" del 86 a las selecciones nacionales. Un reclamo que se hacía fuerte desde cierta camarilla y desde cierta prensa. Con él llegó Bilardo, y más tarde el Negro Enrique (le bajaron a Ruggeri, es cierto). En selecciones juveniles, antes, se había incorporado a Batista, Brown y Olarticoechea. Era la oportunidad de la generación de ex-jugadores que nos habían dado nuestro primer  segundo título mundial.

La llegada del proyecto, vale recordar, no fue sin derramamiento de sangre. Se fueron Basile y antes Pekerman, con el estigma de fracaso de un estilo futbolístico en el que el mediocampo es la línea fundamental de un equipo, y la pausa en ese sector una marca distintiva. Era lento. Y se lo cambió por un estilo sin transición en el medio, más veloz: el "que usan los alemanes", casualmente.

No es cuestión de "matar" a nadie. Después de todo es fútbol, y a veces se gana y otras se pierde. Pero justamente cuando se trata de un juego, en el que se hace una apuesta, hay que aceptar las reglas del mismo. Pusiste las fichas a ganador. Todas. Perdiste. No se muere nadie, ojo. Pero perdiste. Las fichas, se las lleva la banca, y el apostador se vuelve a casa, mirando el suelo.

Este proyecto, el proyecto de la "Generación gloriosa" no tenía otro sustento ideológico que el exitismo. Su razón de ser era "recuperar la mística ganadora" que la selección había perdido, por culpa de entrenadores "desactualizados" que defendían un fútbol "lento y antiguo". No se logró.
Hay que aceptar las derrotas con dignidad, y velar por que se cumplan las reglas del juego.
Como diría una gran ídola popular "el que a hierro mata, a hierro tiene que morir".

viernes, 2 de julio de 2010

Salud y honestidad


Levanta Clarín declaraciones de Graciela Ocaña:

"El ex presidente Kirchner me convoca para solucionar los problemas del PAMI. Luego la Presidenta me convocó para hacer lo mismo en el sistema de salud”, explicó Ocaña.


Y sentenció que “cuando empiezo a tocar intereses de los socios políticos del Gobierno me convertí en una indeseable para el kirchnerismo. Yo no cambié, evidentemente".

No es cuestión de hacerle el juego a nadie con este tema. Pero como los argentinos tenemos memoria frágil y cualquiera puede decir cualquier cosa sin que nadie se acuerde de lo que pasaba apenas hace un año, traemos a colación de estas declaraciones algunos datos:

-Entre enero y febrero del año 2009, mientras Ocaña era Ministra de Salud de la Nación, los infectados con dengue se multiplicaban en el norte del país. Datos periodísticos de todo el mundo hablaban de la peor epidemia de dengue de la historia argentina, con cifras que iban entre los 7.000 y los 30.000 infectados.
- Meses más tarde, Argentina sufría el embate de la Gripe A. La Ministra renunciaba sin dar señales de tener al menos una pálida idea de cómo se debía proceder.

Estos hechos, indudablemente, fueron el motivo principal de su salida del Gobierno. Que, encima, comparados con los resultados obtenidos por la gestión que reemplazó la suya, magnifican más todavía la ya extrema magnitud de su ineficacia como Ministra.

Hasta Rossetti le cobraría off-side a Ocaña y sus desafortunadas declaraciones. Nadie niega la honestidad de la cual la Ministra hace gala, y que justamente se le reconoce en cualquier ámbito, ni tampoco su buena labor al frente del PAMI, que más allá de los detalles (que se los dejamos a los expertos, ya que nos limitamos a evaluar solo resultados) funciona hoy mucho mejor que antes de su paso por allí.

Pero el tema es que la honestidad también se sostiene a la hora de hacer declaraciones, y honrando, como se debe, a la verdad. Verdad que Ocaña (por lo menos) disfraza.