sábado, 1 de octubre de 2011

juventud


perdemos la juventud el día que dejamos de ser ácratas
el día que comenzamos a comprender y disculpar al sistema
perdemos la juventud
el día que nos olvidamos de soñar con el paraíso en la tierra
el día que llamamos utópicos a los que nos vienen con un sueño
el día que se nos despierta el sentido común,
y entramos en el juego
y aceptamos las reglas

el día que aceptamos al ganador
y no damos un mango por una causa perdida

perdemos la juventud
el día que no corremos al ladrón

perdemos la juventud el día que decimos “es lo que hay”
que siempre ha sido así
y que no se puede hacer nada para cambiarlo.

perdemos la juventud y la frescura cuando
la mentira, la injusticia o el crimen nos cortan el paso
y buscamos, resignados, una puerta lateral

perdemos la frescura cuando aceptamos las directivas
del comisario ideológico de turno

perdemos la juventud cuando los que perdieron la juventud
nos convencen de lo bien que se está.

perdemos la juventud cuando vemos venir al nos puso de rodillas
y cambiamos de vereda

o cuando lo único que nos genera la rabia son lágrimas
o cuando nos burlamos.




Y esta tierra es joven,
demasiado joven para hombres y mujeres sin juventud.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo, sin embargo, siento que a causa de tanto sufrimiento nos hemos convertido en un país maduro. Con el espíritu joven, tal vez. Pero con la valentía serena que viene después de tanto dolor. Humildemente, una lectora. Una sobreviviente.