Breve historia que tuvo lugar en un Brasil antiguo y, quizás, lejano.
Todos los viernes el gran cronista Ruben Braga firmaba una columna en el diario en el que trabajaba, irrespetuosa con la figura de Nuestra Señora de Lourdes, patrona de Belo Horizonte. Hereje por sí a los ojos de la conservadora sociedad minera, el artículo adquirió tonos aún más explosivos al ser publicado un Viernes Santo.
Indignado, el arzobispo metropolitano de Belo Horizonte, Don Antonio dos Santos Cabral dirigió una dura homilía recomendando a los mineiros que dejasen de comprar, de suscribirse y de leer el “Estado de Minas”. Dos días después el documento fue leído en la misa de domingo de las quinientas y tantas parroquias que pueblan Minas.
El misil disparado por el religioso hizo caer la careta de aquel que era, hasta ese momento, el más prestigioso diario estatal. Y pronto repercutió en Rio de Janeiro. Más precisamente en el escritorio de Assis Chateaubriand, dueño de Diarios Asociados, un imperio con radios y periódicos esparcidos por cada rincón de Brasil.
Célebre por su fama de nunca tragarse una insolencia, un colérico Chateaubriand telefoneó a Geraldo Teixeira da Costa, director del “Estado de Minas” con una orden expresa, repleta de reclamos:
- Gegê! Quiero un reportaje a página entera contando cómo era que Don Cabral, cuando joven, abusaba de su propia hermana! Y tiene una semana para publicarlo!
Semejante barbaridad jamás pasaría por la cabeza de quien conociera al austero Don Cabral, cuyas virtudes habían llegado hasta los oídos del Papa Pío XI, quien lo agració con el título de Conde. Pero órdenes eran órdenes.
Los días pasaban y el reportaje no aparecía en el diario. Dos semanas después del ultimátum, un Chateaubriand poseído por el demonio llamó de nuevo a Belo Horizonte:
- Gegê! Escúcheme Gegê! Usted se olvidó quién manda en ese diario de mierda?! Usted se olvidó quién es el que le paga su salario, Gegé? Donde carajo está el reportaje sobre estupro incestuoso cometido por Don Cabral?
Del otro lado de la línea, un pálido y tembloroso Gegê balbuceó: -Doctor Assis, tenemos un problema. Descubrimos que Cabral es hijo único, no tiene y nunca tuvo hermanas…
Zapateando sobre el escritorio, Chateaubriand parecía víctima de un ataque de caspa:
-TENEMOS un problema??? TENEMOS un problema??? Gegê, nosotros no tenemos ningún tipo de problema!! Ese es un problema de Don Cabral!
"Publique el reportaje! Le corresponde A EL probar que no tiene hermanas, entendió Gegê? Se lo repito, Gegê: le corresponde A EL probar que no tiene hermanas!!"
Algo similar ocurre en el hermano del sur 80 años después. Hombres que hace demasiado tiempo dejaron de ser periodistas y se convirtieron en piratas encarnizados y coléricos frente a lo que perciben como una enorme e inevitable pérdida de privilegios y prebendas. Resta preguntarnos cuántas víctimas más arrastrarán en su caída?
Cuántos Don Cabral faltan todavía? Será cierto que Milagro Sala, Sabbatella, Boudou, Echegaray, Moreno, Aníbal, el Chivo y tantos otros abusaban de sus hermanas?
3 comentarios:
Realmente genial el recuerdo.
Nunca menos y abrazos
muy buen ejemplo
Así que la hermana de Boudou es la real dueña de Ciccone?
Que lo muestren entonces. Mientras ese dato sea secreto de estado podemos sospechar que el dueño es Boudou mismo, un acto póstumo de Nestor, o tal vez hasta Obama.
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