sábado, 11 de enero de 2014

Ranas a la griega


Se dice por ahí que para cocinar una rana no sirve meterla en la olla con el agua hirviendo.  Apenas en contacto con tan altas temperaturas, la rana se escapará del suplicio con un salto.

Pero se puede probar a meter la rana en agua fresca y empezar a calentarla hasta su ebullición: la rana disfrutará, sin ánimo de rebelión, eso que empieza como un plácido baño y termina como un puchero.

Todo parece indicar que establishment financiero internacional, los dueños del mundo por decirlo de alguna manera, amargados por los inesperados resultados de la experiencia argentina, están poniendo en práctica la lección de la rana. Y lo hacen nada menos que con Grecia.

Si bien la situación económica argentina no venía para nada bien, y mucho menos a partir de la devaluación brasileña de 1999, claramente el estallido de la crisis causado por el corralito instaurado en diciembre de 2001 fue el punto cuspidal en la aplicación de la estrategia de shock en nuestro país. Y 2002 el año con las peores estadísticas sociales y económicas.

En Grecia la aplicación de recetas de ajuste neoliberal ya pasan de los 5 años. Los gráficos comparan índices socioeconómicos críticos de la Argentina de 2002 con el proceso griego actual.



Y si las comparaciones son crueles, también sirven para explicar porqué la sociedad griega todavía no voló por los aires (o por lo menos todavía no inició un proceso de segregación violenta al estilo de la primavera árabe).

Es porque los poderosos están aplicando la estrategia de la sopa de rana.

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