domingo, 9 de mayo de 2010

νεοφιλελευθερισμό και το αίμα

Título: neofilelef̱therismó kai to aím (neoliberalismo y sangre)

El cuadro de volencia social que nos llega desde Grecia en los últimos días ha llevado a algunos referentes locales, en especial del lado oficialista (la oposición y en particular el radicalismo preferiría, por estos días, que a Grecia le ocurra lo que le ocurrió a su alma mater, la Atlántida), a hacer un parangón con la Argentina de diciembre de 2001.

Perdón, Néstor. Perdón, Cristina, disentimos.

Lo único que se parece realmente es la violencia social y la existencia de muertos producto de la represión.

La mejor analogía al presente griego también está en Argentina, pero unos meses antes: la semana del 12 al 18 de marzo de 2001, en la que López Murphy se hacía cargo del Ministerio de Economía, nombraba sus colaboradores y presentaba su plan económico.

Y la valla psicosocial que representa el abandono del euro por parte de este satélite europeo hoy remite de una manera notable con el fenómeno creado por la ley de convertibilidad en el inconsciente colectivo argentino, aquella que nadie quería violar.

Con tristeza, subidos a las heridas y el sufrimiento de centenares de miles de griegos de carne y hueso, los voceros oficialistas locales tendrán a mano en los próximos meses (si pasamos las semanas) un excelente modelo que servirá para mostrar la esencia del permanente reclamo de ajuste del gasto público y devaluación que se percute con insistencia desde la oposición y los voceros del establishment.

Lo único que queda claro hasta el momento es que, después de transitada la crisis mundial más profunda desde 1930, nadie puede decir que se le haya puesto el cascabel al gato. Y para muestra traducimos tramos de esta nota de un keynesiano inglés que nos infla la autoestima, George Irving, en The Guardian el pasado 2 de mayo:

“…una lección central sobre el asunto es que, a menos que se tomen medidas tempranas, un país puede ser sobre-gobernado por los mercados financieros. Una vez que los agentes empiezan a pulsear contra los bonos soberanos de un país o su moneda, el que gana es el instinto de manada (…) incluso si la crisis griega fuera contenida exitosamente por un lapso con el paquete FMI/UE, los mercados financieros abrigarían la esperanza de exprimir otras economías europeas…”

A nosotros, contramodelo orgulloso y posible , nos corre un frío por la espalda.




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2 comentarios:

Ana C. dijo...

¿Realmente pensás que el problema griego son los especuladores financieros?

Contradicto de San Telmo dijo...

Dónde dice eso?

Los especuladores financieros en este caso son las hienas, que te pueden apresar si estás débil o herido.

No son el problema pero son el agente que se encarga de agravarlo.