martes, 15 de junio de 2010

La AUH y los subsidios (Montenegro en La Nación)

Maximiliano Montenegro, en esta nota para el diario La Nación (se consigue rápido trabajo en la Argentina K ;-)) hace una comparación que en principio puede resultar lapidaria para con el argumento de la redistribución de la riqueza que intenta sostener el Gobierno.

Toma el trabajo de Lozano y Raffo (levantado ayer por Ismael Bermúdez, otro gran amigo nuestro) sobre el alcance de la Asignación por hijo, poniendo énfasis en los supuestos 2,8 millones de excluidos de cualquier cobertura social (recordemos que se trata de un trabajo cuyos resultados podemos poner en duda hasta tanto no nos aseguren que los sesgos políticos quedan conjurados por la “objetividad científica”). De allí, replica el cálculo que Lozano hace para determinar cuánta plata ahorra el fisco por esta “exclusión”, y le resta el monto obtenido a lo presupuestado para la asignación este año. Llega entonces al resultado de que el “plan” (malintencionadamente llamado así, ya lo hemos dicho) insume al Estado 4 mil y pico de millones de pesos anuales.
Este numerito (medio esotérico, la verdad) es puntualmente comparado con los montos que destacados economistas calculan también (con el margen de error y la sospecha de sesgo correspondiente) para otros rubros.

Quiero centrarme solamente en lo que se refiere a subsidios. Dejo de lado la anulación de la tablita de Machinea, consideración que comparto con el beneficiario de la medida Maximiliano Montenegro.

Montenegro parte de dos concepciones que son discutibles.
La primera, sencilla, es la de suponer que la asignación por hijo es un plan para combatir la pobreza, que lo reciben los pobres que viven en villas y que se calefaccionan con garrafas. La asignación por hijo es una ampliación de las asignaciones familiares, de manera tal que una buena parte de los que son beneficiarios de asignación, se benefician también con subsidios al transporte, la luz eléctrica o el gas. El aumento del boleto del colectivo (cuyo bajo precio hoy beneficia mucho más a los habitantes del AMBA que a los del resto del país), de producirse, no repercutiría de igual forma en los habitantes de Catán y en los de los countries de Pilar. Y esto hay que tenerlo muy en cuenta, sobre todo porque ante la amenaza de “tarifazo”, los mismos que suelen quejarse de los subsidios que benefician a las clases medias y altas, encuentran enseguida un pobre para mostrar al que le aumenta la luz un 300%.

Pero el punto central, es que los subsidios cruzados aparecen descontextualizados, despojados de su verdadera significación en el esquema económico. Si el problema del esquema fuera que transfiere de manera tan directa y descarada como plantea Montenegro, a través del Estado, recursos de “abajo” hacia “arriba”, la nota de Montenegro no hubiese nunca sido publicada en La Nación. Será una chicana… que me demustren que no es así, y la retiro.

Cerca del final, Montenegro menciona la palabra “derrame”. El asunto es más complejo. Un esquema económico que bajó el desempleo desde 27% a 7% en 6 años no se reduce solamente a la tarea de derramar. Sino a la reconfiguración un poco más abarcativa del entramado productivo. Y los subsidios cruzados in toto, cumplen un rol activo en dicha configuración.

Por supuesto que después, se puede afinar y ver caso por caso. Lo que nunca sería recomendable, por supuesto, es borrar transferencias por 12.000 millones de pesos de un plumazo.
Después sí, una vez garantizada la rentabilidad de sectores ahogados por el esquema anterior (el de la convertibilidad), podemos decir que la política redistributiva fue limitada. Limitada al ciclo de acumulación capitalista (Montenegro, no quisiera que te quedaras de nuevo sin trabajo, así que si no estás de acuerdo con que sea así, ni se te ocurra publicarlo en La Nación), pero con algunos empujoncitos intencionales y compulsivos que se le da a la copa para que vuelque un poco más (la figura de derrame moviendo la copa la leí en AP; lamentablemente no recuerdo a quién, así que no lo puedo citar, perdón).
El tema es que comparar monto con monto, aporta menos que nada. Y ese menos, se llama confusión.

6 comentarios:

Ana C. dijo...

Lo que dice Montenegro es que según estimaciones de Lousteau 12 mil millones de los subsidios van a la clase media y alta. Los subsidios en total son el triple de esa plata, así que algo debe ir para los pobres. Pero los 12 mil millones podrían gastarse mejor.

El gasto tributario (exenciones impositivas) suma más o menos lo mismo y también es distribución para arriba.

68 y contando (y van 75) dijo...

No leí lo de Montenegro (no leo La Nazión por prescripción médica), pero me alegra que el muchacho haya conseguido una changa ahí y otra con Lanata. Su ex cómplice Sietecases ha debido disfrazarse de nuevo de progresista y va a tener que pedir el subsidio por desempleo, Montenegro fué mas hábil (léase mas HDP)

Norberto dijo...

Quiere decir que con menos de 2 (dos) puntos del PBI se logra semejante movilización de la economía?
Y despues dicen que no son genios, esto es exactamente para la frase del D10S.
Abrazos

Mariano dijo...

Es válida la aclaración de los subsidios al transporte y la energía, Ana.
No quita que Montenegro tomó lo que le gustó y desechó lo que no le gustó.

Me olvidé de mencionar lo que Montenegro dice de los préstamos con el fondo de garantía de ANSES. Es más tendencioso todavía comparar ese crédito con lo que se aplica al pago de jubilaciones.
Las inversiones de las AFJP no se estimaban de la misma forma. Los efectos de las inversiones del fondo de ANSES, entonces, hay que compararlos con los efectos de estas últimas, no con el gasto corriente de ANSES en jubilaciones.

Gracias a todos por los comentarios.

Abrazos.

Sergio De Piero dijo...

Dividir los subsidios de manera directa es simplificar, como usted dice. Una empresa con subsidio implica un empresario que puede hacerse el boludo, pero también impedir despido, como efectivamente sucedió en varios rubros. Cuando dicen "se subsidia a los ricos con Aerolíneas" bueno si queres nos quedamos sin compañía aérea...decícelo a los ricos del interior.
El domingo Agustín Salvía de la UCA, publicó una nota en La Nación, criticando la AUH con entre otros argumentos, que no modificaba el esquema tributario argentino. Es cierto y tampoco resuelve la falta de cloacas...

El Canilla dijo...

Lamentablemente, Agustín Salvia no es sólo de la UCA. La crítica por lo que falta, o lo que quizá nunca puede hacerse sin romper el paradigma, hecha en las tribunas y centros de pensamiento del núcleo duro del neoliberalismo hablan de quienes las formulan, antes que del valor de la crítica. Supongo que un Lozano nunca escribiría desde ahí.