domingo, 19 de octubre de 2014

ARSAT 1: Satélite Caminodependiente


La pregunta que quienes hemos asistido por estos días al evento que enorgulleció a buena parte de la sociedad argentina (y al resto la mantuvo en respetuoso silencio), y por supuesto nos referimos a la puesta en órbita de nuestro primer satélite geoestacionario de comunicaciones, la pregunta clave ES, decíamos, y DEBE SER…

Por qué satélite sí y por qué aviones no?

Por qué satélite sí y por qué automóvil de diseño nacional no?

Por qué satélite si y por qué computadoras de diseño nacional no?

Pregunta de la que luego se desprenden otras, tan hirientes y tan contraindicadas para la autoestima como “cuál es la enorme diferencia tecnológica entre un satélite de comunicaciones y un avión, esa que nos inhibe de fabricar los últimos?”

Por qué se llega a coronar ese intrincado y sensible proceso de poner un satélite de esas características en órbita?

La respuesta es que se completa el camino y se cierra con éxito porque, aunque suene a verdad de Perogrullo, dicho camino se pudo recorrer en su totalidad.

Lo central desde el punto de vista de acumulación de conocimientos y activos científicos y tecnológicos para ubicarnos en las puertas de esta nueva etapa es que el camino que nos trajo hasta aquí se pudo realizar, con marchas y contramarchas, con velocidad para ejecutar y también con pausas para repensar, con debates y con dudas, pero siempre sabiendo que la mañana siguiente estaba ahí, disponible, para seguir mejorando lo conseguido y diseñando lo que faltaba.

La clave está en que ese proceso nunca se abortó.

Es la misma clave que conspiró contra otros proyectos que Argentina tuvo, aunque hoy parezcan irrazonables y hasta levemente paródicos: desde los años 50 nuestro país tuvo más de un proyecto de automóvil de diseño nacional (el Justicialista, Siam Di Tella, Rastrojero...) 
Y en esas mismas décadas se concretaba el diseño del prototipo del Pulqui, primer avión a reacción en Latinoamerica. 
Más tarde, en los años 70, existió por ejemplo Fate Electrónica, que inició su curva de aprendizaje con máquinas calculadoras y registradoras pero siempre tuvo como objetivo el diseño de una electrónica más compleja para concretar nuestras computadoras. 

Ninguno de estos tres esfuerzos, con los que se busca ilustrar las preguntas iniciales, vio coronar con éxito una etapa definitiva de escala piloto y mucho menos de producciones en serie.

Y el motivo es que se los abortó antes de completar etapas críticas.

La foto que ilustra este blog corresponde al primer automóvil diseñado y construido por la industria coreana en los años 50, el Sibal (Daewoo 1955). Obsérvelo, una “retro-ingeniería” del Jeep americano. No mucho que envidiarle a nuestro rastrojero de la IKA.

Hoy Corea disputa agresivamente el mercado norteamericano premium de camionetas utilitarias suburbanas (lo que aquí denominamos 4x4) con marcas locales y japonesas. Y nosotros tenemos balanza deficitaria de autopartes.

Qué pasó en el medio?

Corea incubó, defendió, protegió y finalmente, con éxito, desarrolló una industria automotriz propia, cuya tecnología le es un activo intransferible. Con muchos errores y regresiones en el camino, porque en ciencia y tecnología nadie nace sabiendo.

Argentina abortó aquellos impulsos iniciales. Y luego trasladó el poder de las decisiones en industria automotriz a multinacionales extranjeras. Que deciden qué, cuándo, dónde y cómo fabrican y qué cantidad de componente importado utilizan.

Algo similar se podría parangonar con la industria aeronáutica, esta vez no ya con Corea. Con nuestros hermanos brasileños: es difícil la historia contrafáctica, pero si se hubieran mantenido y defendido los avances en tecnología aeronáutica argentina hasta 1970, probablemente en lugar de una Embraer, 4 productora mundial de aviones, hoy estaríamos hablando de una EmARaer.

Recorriendo las oficinas y los pasillos de los edificios técnicos y de gestión de la empresa brasileña, uno escucha mucho acento argentino, che: son los viejos cuadros técnicos de nuestra fábrica de aviones en Córdoba que se vieron obligados a conseguir trabajo en el exterior; hoy peinan canas y ocupan funciones ejecutivas y de decisión estratégica en Sao José dos Campos. Allí donde el diablo nos cuenta nuestros pecados del pasado al oído.

La tecnología no es algo que se compra y se vende, como dicta la escuela neoliberal: es un complejo camino de aprendizaje sin maestros ni trayectorias seguras. 

Es el que recorrió INVAP a partir de que el accidente de Chernobyl, en 1986, pusiera en riesgo el futuro de su actividad principal, la nuclear. Hoy, 28 años más tarde y gracias a la defensa tenaz de lo logrado en tecnología aeronáutica, tenemos nuestro primer satélite geoestacionario de comunicaciones en el espacio.


Más que festejar el despegue, hay que festejar el camino que nos llevó hasta allí.

4 comentarios:

Julia dijo...

Quizás sea menor, no lo se por no ser del tema y no lo vi comentado mayormente, pero a mi me parece que INVAP también se está luciendo con este proyecto que CFK inauguró por video conferencia desde Las Heras:
http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=634504&ID_Seccion=42&fecemi=09/10/2014&Titular=formosa-se-inauguroacute-un-radar-3d-de-largo-alcance.html

ram dijo...

En principio le diría que, más que comparar épocas, en términos de tecnología conviene comparar procesos y personas involucradas.
Cuando e Pulqui, se trajo específicamente a un tipo - Kurt Tank - y a un grupo de ingenieros alemanes adecuado.
Se trajo lo que no había para tener algo que no se tenía. Tecnología de punta que, no casualmente, hacía coincidir a un paisucho del hemorroides del mundo, o sea éste, con las potencias triunfantes en la guerra. Tampoco es casualidad que ésa (y ninguna otra) sea la razón principal del carácter indeseable y "fascista· del gobierno de entonces, Suprema herejía, 3er. mundo razonando como 1ro.
Y ni entonces ni ahora, conviene separar lo que es tecnología de lo que es defensa y no se trata de gustos, es la realidad más elemental del funcionamiento mundial. Si se fija con atención, un satélite sirve para ver tele, transferir guita o la foto del sobrinito de Barcelona, pero, si no significa que puede controlar lo que se mueva o deje de mover en Malvinas, al final no le sirve de mucho y así en un un montón de cuestiones; todas ellas confluyentes en lo mismo: defensa.
A fines de los 40 era más fácil, ahora no, el nivel del Pulqui II era de lo más alto (Tank, apenas diseñó el mejor caza a pistón de la 2da. guerra mundial, el Ta-152, modelo final del excelente Fw-190, cuya mejor versión se rebautizó en homenaje a su diseñador... y el Pulqui mismo derivó de otro diseño Focke Wulf, el Fw-183, o por ahí; del que a su vez derivaron el Mig-15 ruso y el F-86 norteamericano. O sea, la idea era jugar en Primera, sin vueltas.
Claro, con el fin de la "tiranía", todo éso se hizo moco, justamente, ¿dónde se vió una "tiranía" que no quiera ser autónoma? y, claro, dónde se vió que no haya que hacerla mierda?. La "democracia en peligro", obvio.
Lo del ARSAT es, parece, se ve, demasiado civil como para ser cierto (si hasta es raro que la frondosa imaginación opo opa no diga nada de las "malas intenciones K", pero bueno, son habitués en el pecado de subestimar, ya aparecerán), porque la joda es que poner un satélite en órbita es algo estratégico y, a la larga pero más a la corta, importante militarmente; porque implica capacidades muy fáciles de "desviar" - si usted puede poner un bicho de 3 toneladas a 36 mil kilómetros en órbita, NO ES tan complicado poner un misil, o diez, de 500 kilos en pleno Mount Pleasant en Malvinas o desarrollar otros, bajo licencia o de diseño propio que le baje cualquier "Tornado" o "Typhoon" que a la rubia albión se le ocurra mandar desde ahí. ¿y dígame cuánto le sube el costo ocupar unas islas así?, les da el cuero?.
Allá lejos y hace tiempo, tenía un amigo que tenía un Bergantín IKA que se veía una porquería, lo que no se veía es que tenía un motor recontra y alevosamente pichacateado para hacer picadas por guita y ganarlas, con la tecnología de punta y la defensa pasa algo parecido, la autoestima propia y las amenazas ajenas terminan dependiendo al final de uno, no?.
Pero bueno, hay puntos de vista, a mí me pasa que sospecho que hablar de "estrategias" en este país, demasiadas veces fue hablar del "partido militar" y, entre el tiempo y las cosas que pasaron ya pasó de moda todo éso, capaz que un satélite sea una buena excusa para ampliar las miradas sobre tanta cosa importante que pasa en su órbita, desde aquel Pulqui a los Hyundai o Daewoo coreanos, o los Embraer brazucas (¿y si le digo que Kurt Tank diseñó un Mirage en 1948 en Córdoba?)...

Contradicto de San Telmo dijo...

Julia, en un país en el que los grandes empresarios privados dejan todas las mañanas su espíritu salvaje schumpeteriano bien planchadito en el ropero, antes de ir al trabajo, no es raro que un grupúsculo de tecnólogos que ha encontrado una forma sustentable de supervivencia por vía de la tecnología, nos depare con varios lucimientos.

La (feliz) particularidad de la época es un gobierno que sintoniza con esa intención e intensidad.

Ram, creo entender su complejo comentario.
Una de las mejores externalidades del desarrollo tecnológico es su capacidad de goteo de conocimiento a otros sectores e industrias, entre ellos Defensa, el más sensible en términos de la exposición y el escrutinio al que nos somete a nivel internacional.
De nuevo, como antes, está en las manos del governance (de la piloto, para decirlo claramente) bancarse las presiones que vendrán (si enfrenta a Singer, no veo por qué no enfrentaría los lobbies de Northrop, del Depto de Estado o Siemens, no?).

Pero creo fervientemente que la estrategia sobre Malvinas no tiene que incluir un sólo elemento asociado a la coerción militar. Nos basta con tener razón. Nos basta con nuestra paciencia de 181 años.

Ajenjo dijo...

Acuerdo en casi todo, hace años que estoy esperando un automóvil popular, barato de comprar y mantener, con diseño nacional y no me importaría renunciar a tecnologías innecesarias siempre y cuando sea eficiente y seguro, solo eso pido de un auto. Creo que tenemos conocimiento y creatividad, proponeselo a diez pibes de la utn o de diseño industrial de la uba y te traen un proyecto viable al otro día.
Sigo esperando, si tuviera la guita lo financiaría, creeme.
Una pequeña corrección, el siam di tella no fue un diseño nacional, es un stencil del riley 1500 diseñado y fabricado en inglaterra. Nuestro siam era exactamente igual al riley, por dentro y por fuera, solo cambiaba el logo.