martes, 9 de diciembre de 2014

Parece que Podremos



El video con el que iniciamos esta entrada es un reportaje realizado el viernes 5 pasado por la señal RTVE (canal oficial del Estado español) al líder político y Secretario General del jovencísimo partido Podemos, producto del movimiento de indignados que llenó parques y plazas durante la crisis de la burbuja inmobiliaria española que todavía hoy campea.

El reportaje tiene un trasfondo que explica la tensión e incomodidad de los participantes, y que se percibe a largo de sus 65 minutos: hasta el momento de la entrevista hacía más de un año que ningún programa de la señal oficial invitaba a algún referente de Podemos.

Esa nada inocente inercia fue quebrada por 24Horas, el programa político ubicado en el prime time de la grilla de la TV estatal española, conducido por el periodista Sergio Martín, acompañado por un grupo de panelistas que no hacen mucho esfuerzo por esconder sus simpatías oficialistas.

Pablo Iglesias y el partido Podemos representan hoy en España una línea política de total antagonismo a lo existente y vienen creciendo de manera rampante en imagen y votos, mes tras mes, elección tras elección. Sin ir más lejos fueron los ganadores de los últimos sufragios para eurodiputados.

Pero Pablo Iglesias la tiene al mismo tiempo fácil y difícil:
- fácil porque la tristísima realidad española de corrupción, desempleo y aumento de la inequidad y la pobreza es el efecto de las políticas que Podemos rechaza;
- difícil porque 30 años de neoliberalismo disfrazado de Estado de Bienestar han sido fructíferos para cargar de prejuicio y simbolismo negativo términos que deberían ser tratados con más neutralidad en el debate político. Así, palabras como Comunismo, Cuba, Castro, Marxismo, Populismo, Venezuela, Latinoamérica, Kirchner, etc., que deberían participar con mayor fluidez del ágora, todavía tienen en la opinión pública peninsular una connotación que las emparenta con el Demonio.

En ese mar de tensiones debe moverse este sosegado pero firme profesor universitario y el propósito de este post es mostrar la suficiencia y robustez discursiva con la que Iglesias lo navega y, al mismo tiempo, poner en evidencia el papel patéticamente pobre y perplejo que deben jugar quienes se embanderan en políticas de austeridad, en la defensa de la zona euro, en la seducción de empresarios e inversores y las "señales a los mercados".

Como única herramienta de erosión contra quien enfrenta con posibilidades crecientes de éxito las políticas del establishment peninsular, sólo les queda un recibo de fotocopiadora y una malaleche de último minuto cuando, sobre el final de la entrevista, el conductor le despacha a Iglesias una pregunta que sugiere conexiones o connivencia entre Podemos y la ETA.

Vale la pena esta pequeña clase de 65 minutos de comunicación política.


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