A esta altura, casi no queda nadie que no conozca al programa televisivo 6-7-8.
Muchos análisis, directos e indirectos, se han hecho específicamente sobre el mismo. Se lo criticó desde ambos lados del mostrador, y desde “terceras posiciones”, y se lo defendió solamente desde la propia trinchera (aunque cada vez más grande y nutrida).
No es que mi opinión sobre el programa valga mucho, pero tengo que aclararla para despejar el terreno de lo que viene después.
A veces, lo veo, no muy apasionadamente. Desprecio absolutamente todas las críticas basadas en que son “chupamedias”, “alcahuetes”, amigos serviles del “poder”. Es gracioso que un tipo como Majul, técnicamente bastante incapacitado, que goza hoy de ingresos considerables, asiste a conferencias por cuya participación cobra y cuya imagen (y pluma, para peor) se disputan distintos medios, tenga el tupé de llamar amigo del poder a Barone. Sólo imaginar cuál es el futuro (periodístico y financiero) que se vislumbra para uno y otro después de 2011, hace que invariablemente uno se de cuenta cuál de los dos está ideológicamente en línea con su conveniencia personal, y cuál no.
Al mismo tiempo, hay cosas del programa que me parecen sencillamente deleznables. Por ejemplo, lo que hicieron en el caso Redrado. Esperar que el tipo se atrincherara en el Banco Central para sacar a la luz la carpeta sobre corruptelas menores, que se tenía bien guardada en el fondo de una estantería de alguna dependencia oficial, es replicar operaciones que cuando se hacen contra alguno de los “propios” provocan indignación. No veo motivo para verlo distinto en este caso.
Así y todo, con luces y sombras, hay algo en 6-7-8 que es innegable. Expresa una carencia. Ocupa un espacio vacante.
El éxito relativo, en términos televisivos, que significa medir en prime time, desde Canal 7, un número más cercano al del 13 que al del 2, es indicador de eso. 6-7-8 viene a difundir un discurso que concatena una serie de ideas exoneradas de los medios privados, de un tiempo a esta parte.
Y viene a desmentir la postura absoluta, tinellista, de que los medios ponen al aire “lo que el público quiere ver”. "No siempre", les dice 6-7-8, y tiene razón.
Pero hay algo más. El televidente de 6-7-8 no es un televidente políticamente pasivo. Y ahí, 6-7-8 marcó el número de teléfono de Néstor, tardíamente. Ahí está la multitud de 10 o 20 mil tipos que quieren articular un accionar. Que tal vez no tengan experiencia, y pequen de la ingenuidad que significa creer que una simple convocatoria masiva a una plaza puede convertirse en un hito histórico. Puede ser. Y?
Pero ahí están también los 100 y pico de mil tipos, que se sumaron al feisbuc de 6-7-8, con la intención de “hacer algo”, de organizarse, de difundir, de hacer rebotar por medios no-tradicionales, o tal vez por el más tradicional de todos (el “boca a boca”) ese discurso abolido, expulsado, exonerado de los medios de comunicación masivos. Es bastante más de lo que los ideólogos del populismo hubieran podido esperar de las clases medias urbanas.
Así, la conjunción fortuita de una serie de elementos hizo, hasta ahora, más que lo que parece que logrará la ley de medios. Es caprichosa la Historia para elegir los canales por los cuales transcurrir.
PD: de IBOPE nadie va a comentar nada? Otra que el INDEC.
Muchos análisis, directos e indirectos, se han hecho específicamente sobre el mismo. Se lo criticó desde ambos lados del mostrador, y desde “terceras posiciones”, y se lo defendió solamente desde la propia trinchera (aunque cada vez más grande y nutrida).
No es que mi opinión sobre el programa valga mucho, pero tengo que aclararla para despejar el terreno de lo que viene después.
A veces, lo veo, no muy apasionadamente. Desprecio absolutamente todas las críticas basadas en que son “chupamedias”, “alcahuetes”, amigos serviles del “poder”. Es gracioso que un tipo como Majul, técnicamente bastante incapacitado, que goza hoy de ingresos considerables, asiste a conferencias por cuya participación cobra y cuya imagen (y pluma, para peor) se disputan distintos medios, tenga el tupé de llamar amigo del poder a Barone. Sólo imaginar cuál es el futuro (periodístico y financiero) que se vislumbra para uno y otro después de 2011, hace que invariablemente uno se de cuenta cuál de los dos está ideológicamente en línea con su conveniencia personal, y cuál no.
Al mismo tiempo, hay cosas del programa que me parecen sencillamente deleznables. Por ejemplo, lo que hicieron en el caso Redrado. Esperar que el tipo se atrincherara en el Banco Central para sacar a la luz la carpeta sobre corruptelas menores, que se tenía bien guardada en el fondo de una estantería de alguna dependencia oficial, es replicar operaciones que cuando se hacen contra alguno de los “propios” provocan indignación. No veo motivo para verlo distinto en este caso.
Así y todo, con luces y sombras, hay algo en 6-7-8 que es innegable. Expresa una carencia. Ocupa un espacio vacante.
El éxito relativo, en términos televisivos, que significa medir en prime time, desde Canal 7, un número más cercano al del 13 que al del 2, es indicador de eso. 6-7-8 viene a difundir un discurso que concatena una serie de ideas exoneradas de los medios privados, de un tiempo a esta parte.
Y viene a desmentir la postura absoluta, tinellista, de que los medios ponen al aire “lo que el público quiere ver”. "No siempre", les dice 6-7-8, y tiene razón.
Pero hay algo más. El televidente de 6-7-8 no es un televidente políticamente pasivo. Y ahí, 6-7-8 marcó el número de teléfono de Néstor, tardíamente. Ahí está la multitud de 10 o 20 mil tipos que quieren articular un accionar. Que tal vez no tengan experiencia, y pequen de la ingenuidad que significa creer que una simple convocatoria masiva a una plaza puede convertirse en un hito histórico. Puede ser. Y?
Pero ahí están también los 100 y pico de mil tipos, que se sumaron al feisbuc de 6-7-8, con la intención de “hacer algo”, de organizarse, de difundir, de hacer rebotar por medios no-tradicionales, o tal vez por el más tradicional de todos (el “boca a boca”) ese discurso abolido, expulsado, exonerado de los medios de comunicación masivos. Es bastante más de lo que los ideólogos del populismo hubieran podido esperar de las clases medias urbanas.
Así, la conjunción fortuita de una serie de elementos hizo, hasta ahora, más que lo que parece que logrará la ley de medios. Es caprichosa la Historia para elegir los canales por los cuales transcurrir.
PD: de IBOPE nadie va a comentar nada? Otra que el INDEC.
10 comentarios:
El fenómeno 678 es importantísimo. Representa una muestra más de la importancia que tienen los medios de comunicación y sobre todo la tele en las elecciones políticas de la clase media. De buenas a primeras, se convirtió en un aglutinante de los que se sentían no representados por el discurso hegemónico, una opción para decir presente y sentir que hay alguien que "piensa como uno".
El programa es flojo ,se repite,
pero son tantas las carencias, tan horribles las posturas, tan jodidos los programas periodisticos de los medios que es en comparacion resulta maravilloso y un bálsamo al ánimo
Si se le agregara calidad, bueno,mataria
La pregunta es ¿Porqué 678 es el único programa político de la TV pública?
Dos cosas: Los informes son tan contundentes, dejan tan clara su postura política, que el análisis de los que están en el piso sobra. De hecho no analizan casi nada, Barone se saca el sombrero "ante lo que está viendo", o se queja porque el informe es medio pelotudo. Es una constante.
Por otro lado, esos mismos informes son aburridos, se repiten mucho, vuelven mucho sobre lo mismo una y otra vez. Molestan.
Pero es lo que hay. Cómo decía el general, no es que nosotros seamos muy buenos, es que los otros son muy malos.
Miren, muchachos. Mi vieja fue toda su vida una radical gorila hasta el tuétanos. No se´por qué, empezó a ver 678. El otro día escucha por la radio a Morales y larga un improperio (porque mi vieja es muy católica y no putea) Y yo le digo qué, ma, vos no eras radical? estás insultando a un senador radical. Y me dice sí, ya me tiene podrida, siempre metiendo palos en la rueda.
Diás después, estaba charlando con la almacenera, y se puesieron a hablar de política, y mi vieja le dice "yo no soy kirchnerista, pero ahora veo cómo son los demás".
Para eso sirve 678, aún cuando no tenga la calidad que esperamos
Cumpas el 9 de abril se esta convocando a un acto en el obelisco (creo que a partir de las 19 hs) para defender la ley de medios de la democracia. Por favor difundan.
Saludos,
JP
Coincido con Nado Bonato, es así.
Creo que la Historia , los canales de la historia no son tan caprichosos.
Basta recordar, primera transmisión TV de América Latina, año 1.951, pioneros en transmisión color años un poco oscuros pero ahí estaban, 678? un programa que muestra y abre cabezas. Quién quiera oir que oiga. En abril, se inaugura la TV digital, también en la TV Pública. Néstor no es Súperman ni Cristina la mujer Maravilla, pero algunas cosas han hecho bien.
Saludos.
Ah, y me parece que no estaría nada mal empezar a pensar que lo que hacemos, lo que hace el gobierno, 678, la TV Pública, etc.etc. ES EFECTIVAMENTE MEJOR Y VALE POR LO QUE ES Y NO POR COMPARACIÓN CON ESTÚPIDOS O TORPES OPOSITORES. A CAMBIAR ESA CANTINELA "ELLOS SON PEORES" NOSOTROS SOMOS MEJORES.
SALUDOS.
a mí lo que me preocupa es que duro de domar, tvr y 678 son de gvirtz y terminan pareciendo un sólo producto. un productor debería tener en cuenta esa problemática, tiene que definir un perfil para cada programa. la repetición puede cansar a muchos y me incluyo.
yo veo 678 y coincido en que la postura de barone, russo y galende es bastante jugada, ya que de ocurrir lo peor en el 2011 y que la ley quede trabada o derogada se les va a complicar la participación en medios, y eso me parece respetable como opción, porque podrían haber hecho como ex conductora.
saludos
Separemos los tantos. Una cosa es el gobierno y otra cosa es 678. El gobierno es el mejor de mi historia ya que no vivi el peronismo. Vi programas mejores que 678 en otros momentos. Ahora no, 678 es el mejor.
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