viernes, 7 de agosto de 2009

Economía norteamericana: se detiene la caiiiiiiiiiiiii

Venimos asistiendo a un fenómeno notable. Uno sabe, desde luego, que la percepción de los hechos sociales está siempre teñida por los intereses, los prejuicios y las ilusiones del sujeto, pero pocas veces esto se observa de una manera tan grosera como ahora.


Hoy, todos los diarios argentinos anunciaron con bombos y platillos que por fin bajaba la desocupación en los Estados Unidos. Ayer, las informaciones oficiales norteamericanas indicaban que en julio los despidos otra vez habían superado a las nuevas contrataciones. Aunque en números inferiores a los meses previos, los pedidos de seguro de desempleo habían vuelto a crecer. ¿Cómo se entiende?



Conocedor veterano de las empresas periodísticas locales, me pareció prudente recurrir a las propias fuentes norteamericanas. Sorpresa: desde Nueva York, informa Associated Press:

"Los empleadores redujeron abruptamente los despidos en julio y la tasa de desempleo disminuyó por primera vez en quince meses, enviando una fuerte señal de que la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial finalmente está llegando a su fin. El último mes se perdieron un total neto de 247.000 puestos de trabajo, la menor cifra en un año. Contrasta con los 443.000 puestos de trabajo que desaparecieron en junio. Y la tasa de desempleo para julio bajó a 9,4% desde 9,5% en junio."

Hice mil cuentas con los dedos, borronée sumas y restas en papelitos varios y nada. Sigue sin dar nada con nada. Hubo 200.000 despidos menos, pero así y todo, fueron a parar a la calle un cuarto de millón de trabajadores más que los que consiguieron trabajo. ¿Si son más los despedidos que los contratados, si son más los que piden el subsidio de desempleo, cómo puede reducirse la desocupación?

Por un momento, pensé en lo peor: ¡Polémico Moreno ha intervenido las estadísticas del Departamento de Trabajo de los EE.UU.! ¡Estos son los frutos venenosos del populismo de Obama! ¡San Biolcatti, ora por nosotros!

Sentir la paternal protección de San Biolcatti, patrono de los pobres, me tranquilizó lo suficiente como para leer algunas líneas más.


"Esto ha sido claramente un viraje hacia la mejoría. En materia de despidos, lo peor ha quedado atrás", dijo el economista Ken Mayland, presidente de ClearView Economics. Da la impresión de que el señor Mayland no teme por su puesto. De lo contrario, no vería con tanta tranquilidad una destrucción de 247.000 puestos de trabajo. Un cómodo sillón tras un enorme escritorio siempre es un buen sedante.

Pero me quedo con las ganas de saber cómo se hace para que haya más desocupados y, al mismo tiempo, se reduzca la desocupación. Tal vez, opere ese fenómeno que caracteriza a los períodos de desempleo estructural: como las estadísticas cuentan como desocupados a los que buscan trabajo, cuando muchos se desalientan y dejan de buscar un puesto imposible de conseguir, dejan de contar en las estadísticas y puede haber, simultáneamente, más desocupados en la calle y menos en las planillas oficiales.


Tarea para el hogar para economistas liberales: entren a las estadísticas laborales de los EE.UU. y el lunes a la mañana quiero ver aquí cinco comentarios explicándome que soy un ignorante y que el prodigio de debe a tales y cuales y recuales cuestiones técnicas.


En todo caso, la baja de los despidos en julio está lejos de anunciar el fin de la recesión. Para que la desocupación norteamericana se mantenga en su ya alto nivel, deberían crearse 125.000 puestos de trabajo por mes. Para que vuelva a un nivel habitual del 5%, deberían crearse 200.000 por mes y harían falta dieciséis meses para alcanzar ese resultado. La información de AP aclara que "Los economistas dicen que puede tardarse hasta 2013 para reducir la tasa de desempleo al 5%".


Amable lectora, amable lector: cuando los medios y los economistas argentinos le anuncien que la crisis mundial ya es sólo un mal sueño, recuerde estos duros números y no les crea una sola palabra.



Foto: Un desocupado revisa el tablero de anuncios en la oficina del subsidio. Perdón, don Bloomberg, no sea así, usted tiene montones de fotos y nosotros no. Le juro que no va a volver a pasar.

7 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Andrés

Se debe, efectivamente, a cuestiones técnicas. De hecho, es lo mismo que (mucho más sospechosamente) pasa acá hace más de un año.

La tasa de empleo se mide en base a la población total de un país. Es decir, si hay un millón de personas en el país y 400.000 trabajan, entonces la tasa de empleo es del 40%. Por ejemplo, y según el INDEC, es del 42,3%. Siguiendo el análisis del post, esto implicaría un desempleo del 57,7%.

Sucede que el desempleo se calcula en base a la Población Económicamente Activa (PEA, según el INDEC en 46,1%). Básicamente, es la cantidad de personas que trabaja o busca trabajo. Es decir, si hay 500.000 personas en la PEA y 50.000 están desocupadas, entonces la tasa de desempleo es del 10%.

Por lo tanto, puede haber una caída en la tasa de desempleo y en la cantidad de trabajadores al mismo tiempo.

Saludos

Jay-Z dijo...

Algo así como dice natalio, hay que ver que sucede con la PEA, con la Población total. Con los ocupados, desocupados, sub ocupados, trabajador desalentado.
Pero por mas que traten de mirarlo como sea, la caída del empleo en USA es brutal.
Y ni me quiero imaginar la baja de salarios que debe haber.
No veo que la administración Obama tome las medidas necesarias, o por ahí no ven la dimensión de la crisis y sus secuelas.

guille dijo...

Andres ,hoy el dispositivo mediatico empezo a hablar de la perdida de popularidad del cro.obama ,no le tienen paciencia al peronismo en eeuu.

Andrés el Viejo dijo...

Natalio:
Gracias. Usted me confirma lo que ya sospechaba. Pero su amable explicación me deja una duda: parecería que, por método, la misma disparidad entre los hechos y los números a usted le parece sospechosa aquí y no en los EE.UU.
Saludos

Udi dijo...

Como casi siempre, todo es cuestión de en qué lugar de la producción usted se encuentre, estimado Andrés.
Para utilizar un ejemplo clásico: si, digamos, está usted entrando en las procelosas aguas del Atlántico sur y se detiene cuando el nivel del agua le llega a las canillas, cuando venga la ola, y le moje hasta las rodillas, usted sentirá - es un decir - un espasmo de frío. Ahora bien, si decide usted penetrar algunos metros más en nuestra plataforma continental, pongamosle hasta que el agua pase sus rodillas, cuando llegue la ola y le moje el termómetro (izquierdo y derecho) sus alaridos llegarán hasta la cordillera.
¿Qué pasó? Si medimos en centímetros (o pulgadas, tanto da) la distancia entre pantorrillas y rodillas, o rodillas y pelotas, el resultado será muy parecido. Es decir, el señor que se quedó unos metros atrás se estremecerá, pero usted, que se atrevió a ingresar en nuestro patriótico mar argentino, sentirá que mil agujas laceran su trémula carne.
Bueno, como usted dice, mi estimado Andrés, desde la comodidad de un sillón se puede decir que "lo peor de la crisis ya pasó". En cambio, si está usted desocupado y - es sólo una suposición - se dedica a revolver tachos de basura desde que perdió su último empleo, muy probablemente sienta que el vía crucis todavía tiene varias estaciones por delante.
de nada, un abrazo y ya me comunicaré para hecer efectivos esos vinos.
Salud y Resistencia !

Andrés el Viejo dijo...

Udi:
Se me arrugaron de sólo pensar en las frías aguas de nuestro mar territorial
Es cierto: no es lo mismo mirar la crisis desde un loft que desde abajo de la autopista. El loft predispone al optimismo (salvo en los casos en que gobiernan sucios populistas).
Ahora, Udi, a vos no se te puede hacer un chiste que ya empezás a reclamar el vino. Fijate la entrada científica, mirá la ilustración y pensá en lo que te espera.
Un abrazo y avisá cuando venís por aquí

Natalio Ruiz dijo...

Andrés

A priori, tiene razón. Parece haber algo ya con saña de mi parte por descreer de unos y no de otros ante un fenómeno semejante.

El punto es que el de EEUU es un dato puntual, de un mes. En Argentina, durante el último año y medio el desempleo ha estado cayendo principalmente no por la creación de empleo, sino porque de repente la gente dejó de querer trabajar. Un año y medio.

Relevar datos del mercado laboral es difícil. Debe tenerse una escala como la del INDEC (o al menos, de sus pares provinciales) para hacer alguna estimación seria. Por ello, son pocas las consultoras privadas que hacen un análisis exhaustivo.

Sin embargo, mucho más fácil es saber si se miente en las estadísticas de precios, actividad o industria. La evidencia indica que se está haciendo eso. Entonces, cuando uno ve algo raro en algún otro indicador, desconfía.

Saludos