El Grupo Clarín es tan brutalmente obvio que con la nueva ley de medios volvió a exhibirse como lo que es, un clásico factor de poder concentrado y prebendario. Tampoco disimuló que lo que menos le preocupa es la libertad de expresión o la pluralidad de voces, lo que lo llevó a concentrar todos los esfuerzos durante el debate en el Senado en dos artículos: el 32 sobre la conformación del organismo regulador y el 161 sobre el plazo de desinversión compulsiva. Le importó más tener suficiente espacio político para ejercer su capacidad de lobby dentro de la futura autoridad de control y especular con la posibilidad de congelar los efectos económicos y jurídicos de la nueva ley que una discusión genuina sobre una ley con solidez jurídica y consenso político. Con el estilo de su Directorio logró que un partido centenario, con representantes que dieron acabada prueba de una voluntad por reescribir la oprobiosa legislación de facto (remember Brandoni), abandonara el debate en el recinto de Diputados, con muchos miembros dueños de proyectos de características similares al promulgado este domingo.
Esta ley, que terminó delimitando la cantidad de heridos que el accionar de los apóstoles del “periodismo independiente” dejó en su camino a convertirse en voz hegemónica y única propietaria de la transparencia, la investigación seria y el juicio mediático, nace sana y vital. Pero esos mismos sacerdotes de la concentración ya nos amedrentan con una batalla legal sobre su constitucionalidad, seguramente tan larga y extendida como la batalla legal que puso en tela de juicio el derecho del Congreso y del Estado Argentino a retrotraer la situación de previsional de millones de argentinos desintegrando el sistema de AFJP, y la oposición ya afina sus argumentos con un nuevo Congreso que a partir de diciembre se las verá más que oscuras para juntar el quórum necesario para ejercer una mínima rectificación: una parte no menor de los diputados y senadores no oficialistas entrantes mantienen vínculos ideológicos y políticos con quienes el martes 13 pasado y el pasado sábado votaron a favor de la ley.
El Grupo Clarín avanzó, pero no podrá torcer la historia ni los símbolos, como el de De Ángeli arengando a “cinco mil” ciudadanos estrechamente apiñados como para caber en una vereda de la Plaza de los Dos Congresos el martes pasado. Hace algunos días, un excitado Ricardo Roa, editor oligopólico adjunto, había comparado a Kirchner con Don Corleone. Un desvarío afín a la personalidad de quien hasta tuvo la insolencia histórica de definir como parte de la creatividad empresaria las redadas nocturnas organizadas para tapar los afiches en los que se hacía público el verdadero "método Magnetto", apoyado por la proliferación de zócalos en TN y columnistas de Radio Mitre, difícilmente evitables debido a la impunidad, los fondos y la hegemonía radiotelevisiva que ejerce el Grupo en el ámbito del área metropolitana y del 70% de los cables del interior del país. Cuánta similitud con la gesta genuflexa de tapas como “Nuevo Gobierno”, que estampó en letras de molde su deseo de confraternizar con el más sangriento régimen del que nuestro país tenga memoria. Eso fue obsecuencia y sumisión. Procesismo y "periodismo independiente". Videla, Ernestina, Magnetto.
Esta ley, que terminó delimitando la cantidad de heridos que el accionar de los apóstoles del “periodismo independiente” dejó en su camino a convertirse en voz hegemónica y única propietaria de la transparencia, la investigación seria y el juicio mediático, nace sana y vital. Pero esos mismos sacerdotes de la concentración ya nos amedrentan con una batalla legal sobre su constitucionalidad, seguramente tan larga y extendida como la batalla legal que puso en tela de juicio el derecho del Congreso y del Estado Argentino a retrotraer la situación de previsional de millones de argentinos desintegrando el sistema de AFJP, y la oposición ya afina sus argumentos con un nuevo Congreso que a partir de diciembre se las verá más que oscuras para juntar el quórum necesario para ejercer una mínima rectificación: una parte no menor de los diputados y senadores no oficialistas entrantes mantienen vínculos ideológicos y políticos con quienes el martes 13 pasado y el pasado sábado votaron a favor de la ley.
El Grupo Clarín avanzó, pero no podrá torcer la historia ni los símbolos, como el de De Ángeli arengando a “cinco mil” ciudadanos estrechamente apiñados como para caber en una vereda de la Plaza de los Dos Congresos el martes pasado. Hace algunos días, un excitado Ricardo Roa, editor oligopólico adjunto, había comparado a Kirchner con Don Corleone. Un desvarío afín a la personalidad de quien hasta tuvo la insolencia histórica de definir como parte de la creatividad empresaria las redadas nocturnas organizadas para tapar los afiches en los que se hacía público el verdadero "método Magnetto", apoyado por la proliferación de zócalos en TN y columnistas de Radio Mitre, difícilmente evitables debido a la impunidad, los fondos y la hegemonía radiotelevisiva que ejerce el Grupo en el ámbito del área metropolitana y del 70% de los cables del interior del país. Cuánta similitud con la gesta genuflexa de tapas como “Nuevo Gobierno”, que estampó en letras de molde su deseo de confraternizar con el más sangriento régimen del que nuestro país tenga memoria. Eso fue obsecuencia y sumisión. Procesismo y "periodismo independiente". Videla, Ernestina, Magnetto.
Nombres con las manos llenas de sangre para una conducta siempre cobarde y revanchista. Ernestina y Videla, una apropiadora a la sombra de un genocida.
No sería mejor, compañero Pepe, honrar la memoria de los compañeros caídos llamándose a silencio, por lo menos hasta no estar seguros que los hijos de Ernestina no son, en realidad descendencia verdadera de algún compañero que, desde su trinchera, peleó por los ideales peronistas de un país más justo?
No sería mejor, compañero Pepe, honrar la memoria de los compañeros caídos llamándose a silencio, por lo menos hasta no estar seguros que los hijos de Ernestina no son, en realidad descendencia verdadera de algún compañero que, desde su trinchera, peleó por los ideales peronistas de un país más justo?
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3 comentarios:
Uno lee tantos posts respecto a la sanción de la ley SCA que es dificil encontrar uno en el que quiera quedarse a modo de comment. Va un elogio (?)
La forma de disputar que eligió Clarín, (...)"un clásico factor de poder concentrado y prebendario" (...) no deja de ser interesante desde este otro lado, desde los que hicimos esta ley posible al menos como cuerpo deontológico. Así como la iglesia en su momento, concentraba el monopolio de la salvación y eso le permitió la posición dominante y le definió su estrategia (en el campo de la religión y podría seguir), los medios y en particular Clarín, hicieron y siguen haciendo en este martes 13 una cosa parecida. Ocurre que (y acá viene lo más interesante de la apuesta de Clarín) su modo de "construcción" de poder se acotó a su lógica, adoptando estrategias algo torpes recomendadas por las escuelas funcionalistas. El verdadero triunfo de esta ley, lo que a Clarín le pesa, no es haber perdido las licencias y el control quasi monopólico de la construcción de la agenda propia de la realidad ciudadana. Lo que a Clarín le pesa es que su derrota está en el campo simbólico: la ley SCA fue posible (y deberemos hacerla posible) con apuestas de construcción política. Es quizás un indicio de tiempos de cambio: ya no tan bizarro como la mediatización del discurso político y quizás, una reivindicación del espacio político que ya no es de la gente y puede ser del pueblo. Claro que eso, también depende de nosotros.
Saludos
Comparto el análisis, la derrota en el campo simbólico es lo que verdaderamente les duele, por que demuestra, entre otras cosas, el cambio en las cabezas de sus interlocutores, el corrimiento del terreno imaginario del discurso. Por eso el discurso de Pepe en el clarín es obsoleto, sigue apuntando al imaginario, a la épica, al general, etc. Eso ya fue.
Hola, soy Troy Maclure, quizás me recuerden de comments tales como: "Reutemaaaan y yo", o "Ley de Lemas: lo que funciona no se toca".
Hoy vengo a hablarles de la vaselina.
Sí esa sustancia que permite deslizar con mayor facilidad lo que parece atascado.
Por cuenta y orden de Clarin estoy en condiciones de negociar a un precio asequible a la cartera de la dama y el bolsillo del caballero unos remanentes de un stock sobrante que la empresa encargó para utilizar con algunos empleados de quines se suponía alguna resistencia ética.
Afortunadamente el cálculo fue erróneo, ya que los orificios de dichos empleados aceptaron la introducción de elementos de tamaño y consistencia superiores a lo imaginado sin prácticamente ninguna fuerza en contra.
La misma situación se produjo en otras empresas - ejem - periodísticas.
Se escuchan ofertas. Descuentos por bulto cerrado.
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Directora Ernestina Herrera de Noble
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