viernes, 21 de agosto de 2009

Petrobras



Petrobras es una empresa estatal brasilera, a la que generalmente se postula como modelo de eficiencia. Por varias razones. Primero porque se dedica a una actividad considerada estratégica (energía: petroleo y derivados, y gas). Segundo, por su posición dominante, que permite al Estado el control del mercado y la apropiación de la renta que pudiere generarse. Tercero, por su fortaleza financiera en la que se cuenta el rendimiento de sus acciones. Cuarto, por su capacidad inversora fronteras afuera de Brasil, en igualdad o superioridad de condiciones respecto de firmas privadas.


Una empresa que acompaña el proceso de desarrollo estratégico de Brasil activamente.

Uno de los últimos grandes logros que se le puede atribuir es el descubrimiento de una cuenca petrolera en la plataforma submarina del país vecino. Las acciones desplegadas en torno a la posibilidad de ejercer el control de esta fuente de recursos estratégicos en detrimento de los intereses de empresas multinacionales privadas ha despertado el interés de grandes medios internacionales, últimamente.

Pero lo que nos interesa es ver cómo ha hecho Brasil para descubrir semejante cuenca petrolera, que le brinda a futuro semejante beneficio, gracias al accionar de semejante empresa, que se pelea con sus ex-socios (ejem) por el usufructo del recurso (poniendo en riesgo -qué irresponsables- el abastecimiento de sus propios ciudadanos). La respuesta sencilla es: destinando miles de millones de dólares durante varias décadas a la inversión en exploración a través de su empresa estatal.

Miles de millones de dólares que desde hace muchos años pagan de su bolsillo todos los brasileros, y que recién ahora un poco (y seguramente dentro de unos años mucho) les está dando réditos tales que les hará recuperar con creces el esfuerzo y la inversión realizados. Petrobras fue durante un tiempo prolongado la empresa que actuó como aspiradora de la renta generada por los sectores más productivos de la economía brasilera, para invertir cifras enormes (que pagaron todos los brasileros, repito) en una actividad que tenía un potencial estratégico interesantísimo, pero que podía convertirse tranquilamente en un fiasco.

Y el país vecino tenía (y sigue teniendo, hay que decirlo) “prioridades mucho mayores”, como ser: un nivel de pobreza promediando el 40%, altísimo analfabetismo, precariedad infraestructural en los bolsones de pobreza incluso de los estados “ricos”, una violencia cotidiana atemorizante por la incapacidad estatal para ejercer el control políciaco en ciertos territorios que en la práctica se “independizaron” aún cuando la policía no escatima brutalidad a la hora de hacer las veces de “política pública de contención de la pobreza” (que fue la más eficaz de las que se implementaron).

Así y todo, el estado brasilero a través de la sociedad del estado Petrobras pudo captar renta y reconducirla al desarrollo de actividades estratégicas, con control estatal. Por eso, una vez operados los milagros, es bueno pegarle una ojeada al fino proceso de producción que los hace posibles. No hay batalla en la historia que se haya ganado sin derramar sangre.


La ilustración es de acá.


7 comentarios:

Sirinivasa dijo...

Clap, clap, clap!!!

A usté le parece, rifar así tantos miles de millones de verdolagas, mientras los brasileritos de mueren de hambre (y tiros), che! Ah, no? No era que el modelo brasilero era el que teníamos que seguir posta, posta? Puf, me equivoqué de programa.

Saludos

chacall dijo...

Creo que no entendí el post.

Lo único que puedo comentarle, es que un familiar directo mío hace 30 años está en el tema de catálisis petroquímica (incluso yo le he hecho algunos trabajos de simulación computacional), y las cosas que he visto y cuenta de como progresó la ciencia en Brasil de la mano del progreso de petrobrás en ese área de conocimiento y luego se fue desparramando en muchos otras, siendo ya superior el desarrollo al de Argentina, siendo que hace un par de décadas atrás, la ventaja que les llevavamos era sideral. Y la verdad que un poco de admiración me provoca.

Ahora bien, no se que implica esto respecto a lo que comentás. Tampoco creo que un país tenga que tener solo una prioridad. Menos un país tan grande, extenso y complejo como son Arg. Y Bra. No obstante, en la agenda de ambos países, pobreza, distribución y producción deberían ser 3 de las priorirades más importantes de la agenda.

Pero reitero, no entendí bien el sentido del post (en el aspecto de que no se si es un elogio, una crítica, si está bien lo que hace brasil, si está mal, o si hay que mirarlo con matices).

No obstante una buena oportunidad para reflexionar.

saludos!

Mariano dijo...

Chacall: el post tiene varias connotaciones, para mí.
Primero, que el "modelo" perfecto, hermoso, gratuito, no existe. El desarrollo de Brasil (hacia eso, indiscutiblemente se encamina), elogiable, no está exento sin embargo de dolor, y de elementos tal vez criticables, tal vez indeseables.
A tal punto que, seguramente, el Brasil que decidía poner toda esa guita en desarrollarse, sin tener a la vista, tangibles, los resultados del éxito que algún soñador podía exponer, no lo hacía por unanimidad. Seguramente, habrá habido críticas del estilo "la plata de los brasileros", "que el estado gaste toda esa plata que podrían poner los privados con las prioridades que hay acá", etc.
Los procesos no pueden medirse por el éxito del resultado solamente, como si este resultado no fuera producto de la asunción de costos, algunos, repito, dolorosísimos. Y promover comparaciones, resaltando los resultados exitosos y sustrayendo los costos residuales, es desleal.
Otra clave de lectura puede ser la "económica". A veces la austeridad, en nombre de priorizar la lucha contra la pobreza, puede ser el ingreso en el círculo vicioso de la pobreza. Una sociedad pobre y por ello ahorrativa puede terminar convirtiéndose en más pobre, o desperdiciando buenas oportunidades. Pero esto es un tema muy complejo, con muchos matices, y que se presta a diversísimas opiniones atendibles, como para que quede saldado en un post o un comentario. Algo de eso hubo, intuyo, en la discusión Tren Bala vs. Tren para Todos. Con la misma guita se hacían los dos. Cuál conviene? Se entiende la postura?
Un abrazo.

Mariano dijo...

Siri: por ahí apuntaba.
Crítica usual en esas situaciones: "para qué el Estado, con los problemas que tenemos, se va a poner a gastar esa plata que tranquilamente podrían invertir los privados?".
Gracias. Abrazo

Andrés el Viejo dijo...

Una pequeña observación: hace dos décadas, no le llevábamos ninguna distancia "sideral" a Brasil. Ya entonces su desarrollo industrial estaba muy por delante del nuestro. Esa evaluación podría tal vez ser correcta hace cinco décadas. Hace cuatro estaba en vías de convertirse en un error. Y hace tres ya era pura nostalgia del pasado.
En general, todas las quejas sobre que hace x décadas estábamos muy por delante de Brasil y que ahora somos un estropajo a su lado tienen dos serios problemas. Uno, que no es tan así. Dos, que unilateralmente se deja de lado el papel que tuvieronen nuestro retraso relativo los 26 años de neoliberalismo (1976-2001), con su destrucción del tejido industrial y el deterioro de una fuerza laboral que había sido (y aún parcialmente sigue siendo, pese a todo) de alta calidad. Tres, que se omite con alegría toda referencia a las políticas estatales de desarrollo y de búsqueda (a veces, muy contradictoria) de autosuficiencia en las industrias básicas.
No volvamos a la estúpida cuestión de acero o caramelos. Porque no se pueden producir caramelos sin acero.
Mariano, mientras yo ando cada vez más frívolo, usted y Contradicto mantienen los trapos cartoneros con solvencia.
Saludos

chacall dijo...

Entiendo el punto mariano, muy buen post.

Creo que en esto, más allá de las divergencias que tenemos, con matices estamos de acuerdo. Es mejor tener un plan que no tenerlo. El tema es como conciliar los costos y los plazos que estamos dispuestos a asumir y afrontar, en cada situación en cada tiempo político. Hablar hoy de un plan de desarollo a 20 años de sectores estratégicos (y hacer algo concreto al respecto) tiene mucho más sentido que hacerlo en 2001. Creo. Esa bandera la defiendo.

Andrés, yo solo me refería a un aspecto muy específico (pero que referido a PB no es menor), que es la calidad y cantidad de publicaciones científicas que Brasil realiza en revistas con referato internacional, en congresos y simposios, sobre temas relacionados a la catálisis petroquímica. No es una opinión, son números medibles y tangibles, la evolución que tuvieron en los últimos 20 años es espectacular. Y el desarrollo de Petrobrás, es la explicación de mucho de esto.

Simplemente acoté mi observación a ello, disparado por la mención que hacía mariano de petrobrás.

Y creo que comparar Argentina con Brasil, así de manera general, como para decir "le llevamos una ventaja sideral" no es del todo correcto, son países lo suficientemente distintos, como para acotar las comparaciones a ámbitos particulares y relativizar las diferencias según el caso. En eso estaremos de acuerdo.

Coincido con lo que dice, me parece que yo estaba apuntando para otro lado. No se bien para que lado.

Lo único que no entiendo es el punto (3) respecto a omitir políticas estatales de desarrollo. Precisamente ese tipo de políticas son las que desde mi lugar le reclamaría a un gobierno. Y no solo de desarrollo de la industria, sino de desarrollo integral de la producción, de desarrollo de la investigación científica que deriva y necesita
toda producción, de canales de financiamiento, de estrategias competitivas de mediano plazo. En fin, ese punto (3), reitero, es el que hoy deberíamos clamar.

El problema es el trade-off, ir en ese sentido es una apuesta a que mejoraremos las condiciones de desarrollo para minimizar la cantidad de pobres en un futuro. Y digo que es una apuesta, porque como dice mariano, nada te asegura que este tipo de inversiones sean exitosas y más complicado aún es convertir el exito en mejoras sociales. Y la contraparte es despreocuparse un poco de los pobres del futuro, y ocuparse de los de hoy.

Y en el medio están todos los matices por los que vivimos discutiendo en los blogs. Tema complicado si los hay Mariano el que está en el fondo del post.

saludos!

PD: supongo que si me fui a la banquina me avisarán...

Andrés el Viejo dijo...

Me parece que a la banquina me fui yo. Al releer lo que escribí, me doy cuenta de que omití explicitar que las políticas estatales a las que me refería eran las de Brasil.
También debí aclarar que el experimento neoliberal estuvo en Brasil mucho más acotado que aquí. Y así, el panorama de lo que quiero expresar quedaría más armadito.
En lo que respecta a la cuestión de ciencia y técnica, su mención me inspira a pensar sobre un aspecto. Cuando yo viví un tiempo en Brasil, hace ya más de veinte años, me llamó la atención la extraordinaria expansión del sistema educativo, incluso o especialmente en las zonas donde la industrialización había llevado a millones venidos de las zonas más retrasadas y con menores índices de educación.
El nivel de la enseñanza era, como ocurre siempre, variado. Pero en una gran medida, de malo a peor. Si nos limitamos a las universidades, proliferaban algunas privadas francamente deplorables, pero baratas, al alcance de cualquier trabajador. Para dar un ejemplo, no se asistía a clases y se daban periódicamente exámenes escritos para aprobar las materias. Una vez abonado el derecho de examen, el alumno se instalaba con todos los libros y apuntes que quisiera y escribía sus respuestas.
Es un poco aventurado, porque requeriría más investigación y rigor, pero sospecho que esa extensión masiva de la educación, aun si en gran parte era de baja calidad, terminó por sacar calidad de la cantidad, por así decirlo.
Saludos