El Fondo del Bicentenario sale. Esa es la hipótesis dada por hecho para escribir este post. Habrá, entonces, que redireccionar algo así como 6 mil palos verdes del presupuesto que estaban destinados a pago de vencimientos de deuda. Perfecto.
Este post propone que una buena parte de ese stock vaya a parar al capital de formación de nuestro propio BNDES. Tomar prestada inicialmente la estructura crediticia para pymes del Nación (por ejemplo laburando in-site primero y luego como un spin off). Obsérvese que dije la del Nación y no la del BICE, que está más preparado para exportaciones (después se va a dar cuenta por qué).
Y elaborar el conjunto de reglas para préstamos, entre las que deberían incluirse:
A mi modo de ver, el último punto es el más importante: desmitificar la percepción de que la UIA contiene a la burguesía industrial y apoyar a la incipiente, genuina pero todavía débil burguesía industrial nacional.
Eso sí; todo esto antes del blackout energético, de que el dólar se dispare a 6, de que estos montoneros estaticen todo y fundamentalmente antes de que caigan presos.
Después de tanta palabrita en gringo, los cartoneros cobramos los honorarios por asesoramiento en dólares, naturalmente.
- Un número de empleados no superior a X (donde X define una PyME; a mí me gusta 200).
- Una facturación anual no superior a Y (donde Y define un buen negocio pero evita subvencionar esos nichos hiperrentables donde una empresa con 200 tipos factura más que la Standard Oil... ... ...Standard Oil? epa, me quedé en el tiempo, no?)
- Un negocio donde la exportación no represente más del 20% de la facturación y en el que el proyecto no esté pensado para ampliar esa rama particular del negocio. I.e: ampliar capacidad instalada.
- Un proyecto, puede ser greenfield o brownfield, que no tenga relación sobre actividades agropecuarias, extractivas o primarias. Hablamos de agregado de valor en los eslabones downstream de la cadena.
- Que el proyecto esté avalado por la CGE. Por ejemplo, preferencia a las empresas asociadas a esa patronal.
A mi modo de ver, el último punto es el más importante: desmitificar la percepción de que la UIA contiene a la burguesía industrial y apoyar a la incipiente, genuina pero todavía débil burguesía industrial nacional.
Eso sí; todo esto antes del blackout energético, de que el dólar se dispare a 6, de que estos montoneros estaticen todo y fundamentalmente antes de que caigan presos.
Después de tanta palabrita en gringo, los cartoneros cobramos los honorarios por asesoramiento en dólares, naturalmente.
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3 comentarios:
Y dígame, Contradicto: en qué oficina se tramita el préstamo ese ?
Tengo un proyectito interesante. El retorno asegurado, vea...
Las pizzerias calzamos a medida ,ehhh.
Saludos.
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