jueves, 12 de noviembre de 2015
Peregrinos
Después de 30 años de fiesta descontrolada
el único lugar seguro para combatir nuestras adicciones
queda al final del desierto.
Llevamos 12 años de errores y aciertos
pero 12 años de rumbo firme hacia un lugar mejor.
Nuestros propios errores nos llevaron a este desfiladero
que sólo termina en una disyuntiva de dos puertas
La puerta derecha ahora es masiva, heterogénea.
sus sacerdotes recitan un mantra ganador
"cambiemos, cambiemos"
pero las llaves las controlan unos shamanes
cuyas caras nos parecen conocidas:
aquellos no tuvieron el menor escrúpulo en entregarnos.
Ahora nos piden que olvidemos el pasado,
que nos tienen reservado un futuro sin cadenas nacionales
y que este pequeño oasis en el que estamos
es apto para inaugurar otra fiesta.
Nuestros hermanos paran la oreja
no sin cierta perplejidad
no son monjes, no somos cuáqueros, también nos gusta la marcha
pero miramos a nuestro alrededor
ni las reservas de agua ni los animales
dan, todavía, para festejo.
Por primera vez debemos resignarnos a una realidad
nuestra puerta izquierda no es un lecho de rosas
y detrás de ella no emerge el canto de sirenas,
tampoco es más de lo mismo.
pero esta vez somos nosotros los que vendemos sacrificio
Bajar la cabeza, apretar los dientes y seguir adelante
como hasta ahora, trabajando, creando, produciendo
y, luego, defendiendo cada uno de nuestros ladrillos.
También es un momento propicio
para una nueva arca de alianzas
entender que muchos de nuestros hermanos
están eligiendo desde la refracción y el rencor:
quien quiera oír, que oiga,
la realidad y las tormentas del desierto
suelen tragarse a los dogmáticos
a los soberbios, a los vanidosos
Será otra hazaña de nuestro hombre de la puerta izquierda
restañar heridas, reconstruir alianzas, amalgamar triunfos.
ninguna sociedad atravesó el desierto
sin 40 años de sacrificios.
Nuestro pueblo aprendió,
tras varias semanas de hambre
que no hay almuerzos gratis
pero está dispuesto a entregar su presente
con una condición única e inquebrantable:
que le devuelvan su futuro.
Y sabe cómo hacerlo.
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