A más de las cuatrocientas frazadas remitidas de Córdoba, van ahora quinientos ponchos, únicos que he podido encontrar; están con repetición libradas órdenes a Córdoba para que se compren las que faltan al completo, librando su costo contra estas Cajas.
Está dada la orden más terminante al gobernador intendente para que haga regresar todos los arreos de mulas de esa ciudad y de la de San Juan; cuidaré su cumplimiento. Está dada la orden para que se remitan a Vd. mil arrobas de charqui que me pide para mediados de diciembre: se hará.
Van oficios de reconocimiento a los cabildos de esa y demás ciudades de Cuyo.
Van los despachos de los oficiales.
Van todos los vestuarios pedidos y muchas más camisas. Si por casualidad faltasen de Córdoba en remitir las frazadas toque Vd. el arbitrio de un donativo de frazadas, ponchos o mantas viejas de ese vecindario y el de San Juan; no hay casa que no pueda desprenderse sin perjuicio de una manta vieja; es menester pordiosear cuando no hay otro remedio.
Van cuatrocientos recados.
Van hoy por el correo en un cajoncito los dos únicos clarines que se han encontrado. En enero de este año se remitieron a Vd. 1.389 arrobas de charqui.
Van los doscientos sables de repuesto que me pidió.
Van doscientas tiendas de campaña o pabellones, y no hay más.
Va el mundo. Va el demonio. Va la carne.
Y no sé yo cómo me irá con las trampas en que quedo para pagarlo todo, a bien que en quebrando, cancelo cuentas con todos y me voy yo también para que Vd. me dé algo del charqui que le mando..! y no me vuelva a pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un tirante de la fortaleza.
Pueyrredón a San Martín, septiembre de 1816
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2 comentarios:
seamos libres, lo demas no importa nada.....
con eso basta y sobra
Convicciones...y huevos para pelear por ellas, aunque vengan degollando.
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