El kiosquero de Estados Unidos y Bolívar le pega el grito. -Eh! Claudio!!-. El segundo es más fuerte, resuena en toda la cuadra, -Eh! Scaletta!!, te olvidás el vuelto!!-. El tipo se da vuelta y rumbea para el kiosco. -Gracias- le dice a Rubén. Yo lo conozco a Rubén, de vez en cuando me tira bolsas de diarios barriales, de esos que no tienen devolución. Pero más lo conozco a Scaletta. Mejor dicho lo leo. Las tardes de domingo, aburrido, agarro los diarios que están a punto de ser “viejos” y lo busco. Como audacia no me falta, le mangueo fasos, pero es una excusa para conversar. Me cuenta que es economista y periodista. Que dejó su carrera de sociología cuando descubrió, tardíamente, que lo suyo era la economía. Casi sin querer comenzó a publicar en Página/12, y el periodismo, me dice, es como la medicina, una profesión que cuando se asume ya nunca se abandona.
Dice que como periodista se siente demasiado economista y como economista demasiado periodista, pero está contento con el mix. Un hijo lo regresó hace cuatro años a su tierra natal, en el Alto Valle del Río Negro. Renunció entonces a Página/12, donde se desempeño entre el 99 y el 2006 como redactor de la sección Economía. Cuando llegó al Sur, miró a los cuatro vientos y se encontró rodeado de frutales. Luego de algunos trabajos académicos de investigación sobre el circuito regional fundó el portal especializado Fruticultura Sur. Al poco tiempo fue convocado por medios regionales. En 2008 se ocupó de la sección económica del diario La Mañana de Neuquén. –En Página me extrañaban, parece- me dice y me guiña el ojo –por eso nunca dejé de colaborar, aunque desde entonces me orienté principalmente a los temas agropecuarios.
Los muchachos no me van a creer cuando les diga que hablé con uno que escribe en el diario. Y entonces empiezo a preguntarle cosas...
-No todos los cartoneros tenemos idea del cambio tecnológico que vivió la actividad agropecuaria de la pampa húmeda en los últimos 15 años. No me contás como eran el antes y el después de la actividad?
-El cambio tecnológico en el agro local tiene una parte de mito y otra de realidad muy palpable. Por un lado existe efectivamente un cambio de fondo en el paquete tecnológico, que es el de la utilización de transgénicos y la siembra directa a partir de 1996, paquete que trajo aparejado cambios estructurales muy importantes. Entre ellos, la mayor escala de las explotaciones y la expansión de la frontera agrícola, muchas veces desplazando cultivos regionales, como es el caso de la caña de azúcar en Tucumán o el algodón en el Chaco. Esto trajo necesariamente talas y desmontes. Obviamente el aumento de la superficie sembrada significó un importante aumento de la producción de cereales y oleaginosas, que en 2008 estuvieron a punto de pasar las 100 millones de toneladas, barrera que no se superará en la presente campaña por las desfavorables condiciones climáticas. Esto no quiere decir que de no existir la nueva tecnología esta expansión no se hubiese producido. El paquete “transgénico-directa” no entraña en sí mayores rindes y expansión, sino que facilita el proceso. Desde el punto de vista microeconómico las nuevas tecnologías también significaron un aumento de las necesidades de escala. Se utilizan maquinarias más caras y sofisticadas, como puede serlo una sembradora de directa o tractores con comando satelital, lo que significa que son necesarias mayores superficies para amortizarlas. En buena medida esto explica el fenómeno de la tercerización de servicios de tareas culturales, como siembra y cosecha, lo que se entrelaza también con la aparición de nuevos sujetos agrarios y el fenómeno de los arrendamientos. Más del 60 por ciento de la producción se realiza en campos alquilados. También la consolidación de un sujeto más: los proveedores de insumos; las firmas biotecnológicas. No se trata de actores que antes no existían, sino que ahora se vuelven más importantes en el entramado. Como ven, el tema es difícil de resumir porque es una transformación estructural. La parte de mito es poner a la tecnología transgénica en el centro de la explicación de la expansión. El paquete transgénico comenzó a aplicarse cuando el proceso de sojización ya se había iniciado y estaba en marcha. A principios de los ’90 la soja ya era el principal cultivo de la Argentina y los transgénicos se introducen masivamente a partir de 1996. La sojización está más vinculada a la demanda mundial y a los precios internacionales que al cambio técnico, lo que no quiere decir que este no acompañe.
-Para vos como fue posible que una organización que históricamente contuvo al sector “arrendador” de la actividad agropecuaria, haya virado hacia esta Federación Agraria que no encuentra contradicción en aliarse con sus antagonistas históricos, CRA y la SRA?
Dice que como periodista se siente demasiado economista y como economista demasiado periodista, pero está contento con el mix. Un hijo lo regresó hace cuatro años a su tierra natal, en el Alto Valle del Río Negro. Renunció entonces a Página/12, donde se desempeño entre el 99 y el 2006 como redactor de la sección Economía. Cuando llegó al Sur, miró a los cuatro vientos y se encontró rodeado de frutales. Luego de algunos trabajos académicos de investigación sobre el circuito regional fundó el portal especializado Fruticultura Sur. Al poco tiempo fue convocado por medios regionales. En 2008 se ocupó de la sección económica del diario La Mañana de Neuquén. –En Página me extrañaban, parece- me dice y me guiña el ojo –por eso nunca dejé de colaborar, aunque desde entonces me orienté principalmente a los temas agropecuarios.
Los muchachos no me van a creer cuando les diga que hablé con uno que escribe en el diario. Y entonces empiezo a preguntarle cosas...
-No todos los cartoneros tenemos idea del cambio tecnológico que vivió la actividad agropecuaria de la pampa húmeda en los últimos 15 años. No me contás como eran el antes y el después de la actividad?
-El cambio tecnológico en el agro local tiene una parte de mito y otra de realidad muy palpable. Por un lado existe efectivamente un cambio de fondo en el paquete tecnológico, que es el de la utilización de transgénicos y la siembra directa a partir de 1996, paquete que trajo aparejado cambios estructurales muy importantes. Entre ellos, la mayor escala de las explotaciones y la expansión de la frontera agrícola, muchas veces desplazando cultivos regionales, como es el caso de la caña de azúcar en Tucumán o el algodón en el Chaco. Esto trajo necesariamente talas y desmontes. Obviamente el aumento de la superficie sembrada significó un importante aumento de la producción de cereales y oleaginosas, que en 2008 estuvieron a punto de pasar las 100 millones de toneladas, barrera que no se superará en la presente campaña por las desfavorables condiciones climáticas. Esto no quiere decir que de no existir la nueva tecnología esta expansión no se hubiese producido. El paquete “transgénico-directa” no entraña en sí mayores rindes y expansión, sino que facilita el proceso. Desde el punto de vista microeconómico las nuevas tecnologías también significaron un aumento de las necesidades de escala. Se utilizan maquinarias más caras y sofisticadas, como puede serlo una sembradora de directa o tractores con comando satelital, lo que significa que son necesarias mayores superficies para amortizarlas. En buena medida esto explica el fenómeno de la tercerización de servicios de tareas culturales, como siembra y cosecha, lo que se entrelaza también con la aparición de nuevos sujetos agrarios y el fenómeno de los arrendamientos. Más del 60 por ciento de la producción se realiza en campos alquilados. También la consolidación de un sujeto más: los proveedores de insumos; las firmas biotecnológicas. No se trata de actores que antes no existían, sino que ahora se vuelven más importantes en el entramado. Como ven, el tema es difícil de resumir porque es una transformación estructural. La parte de mito es poner a la tecnología transgénica en el centro de la explicación de la expansión. El paquete transgénico comenzó a aplicarse cuando el proceso de sojización ya se había iniciado y estaba en marcha. A principios de los ’90 la soja ya era el principal cultivo de la Argentina y los transgénicos se introducen masivamente a partir de 1996. La sojización está más vinculada a la demanda mundial y a los precios internacionales que al cambio técnico, lo que no quiere decir que este no acompañe.
-Para vos como fue posible que una organización que históricamente contuvo al sector “arrendador” de la actividad agropecuaria, haya virado hacia esta Federación Agraria que no encuentra contradicción en aliarse con sus antagonistas históricos, CRA y la SRA?
-Creo que a muchos de los que desaprobamos la movida esmerilante de las corporaciones agropecuarias iniciada en 2008 nos resultan más desagradables personajes como Buzzi que como Llambías o Biolcatti. Esto tiene raíz antropológica; la traición es una de esas actitudes que provocan rechazo en todas las culturas y estamentos. Es muy feo, además verlo a Buzzi hablando por ahí de la defensa de los pequeños productores cuando uno sabe que defiende otra cosa. Uno suponía que Buzzi, mejor dicho la Federación Agraria, representaba a los sectores más “progresistas” del campo. Incluso la FAA aportó a la campaña de Pino Solanas. Llambías o Biolcatti, en cambio, son lo que son, “agrogarcas” consumados, dirían los compañeros, de los que nadie esperaba otra cosa. Pero si se mira desapasionadamente la lógica de los actores y el proceso económico que hay detrás puede comprenderse que la alianza de las 4 entidades no fue contra natura. Aunque la FAA tiene una historia de defensa de los intereses de los pequeños y medianos productores, los cambios estructurales ocurridos en el campo alteraron su base social. Por un lado el sujeto al que representaba FAA en otros tiempos está en vías de extinción por el proceso de aumento de escala del capital en el agro. Por otro, los sobrevivientes del proceso de concentración ya no son esos míticos productores independientes o arrendatarios de antaño, sino nuevos actores que han crecido y se han enriquecido. Fueron además tributarios del modelo de crecimiento de la post convertibilidad, por eso votaron mayoritariamente por Cristina. Cuando en 2008 se intenta llevar adelante el esquema de retenciones móviles, en un momento en el que sólo unos pocos economistas vislumbraban afuera las señales de la crisis internacional, pero en el que la mayoría creía que la soja podría llegar a los 1000 dólares la tonelada, FAA consideró que tenían más para perder que para ganar, por eso cerraron filas. La actual administración tiene una manera bastante cerrada de ejercer el poder, este es a mi juicio su principal defecto. Entre otras cosas este estilo cerrado la priva de cuadros que puedan salir a los medios a pelear por el modelo y explicarlo. Muchos análisis sostienen que el gobierno cometió un error político en dejar que las corporaciones agropecuarias se unifiquen. Si bien padezco el sesgo de mirar la política desde la economía, no estoy muy seguro si era posible tener a la Federación Agraria del propio lado, al menos no con un esquema como el de la 125 cuando apenas se lanzó.
La charla continuó, pero como esta Remington se me traba, la seguimos mañana...
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