Paso y me acuerdo de algo que pasó hace un tiempo y que tengo bien presente en la memoria. Y, como no tengo mucho apuro, empiezo a contar los días que pasaron desde ese día. Ando aburrido y sin changas, así que no tengo apuro.
Uno, dos, tres, el 9 de octubre de 2007 el Tribunal Federal de La Plata decidió, de manera unánime, condenar al cura católico Christian von Wernich por delitos de lesa humanidad, cuatro, cinco, seis. Recuerdo que el juicio fue largo, siete, ocho, nueve, ajustado a derecho, diez, once, doce, y recuerdo que no podría haberse llevado adelante si no se hubieran respetado todas las garantías para el acusado, trece, catorce, me acuerdo que ahí nadie habló de híper-garantismo, de las puertas giratorias de las cárceles, de una derecha retrógrada pidiendo bala para los delincuentes de lesa humanidad.
Quince, dieciséis, diecisiete, recuerdo que a los pocos días la Conferencia Episcopal dio a conocer un comunicado: “actuó bajo su responsabilidad personal” decían, dieciocho, diecinueve, veinte, y que el obispo de Nueve de Julio, donde revistaba Von Wernich, dijo que la situación de este violador de derechos humanos “se habrá de resolver oportunamente, conforme al Derecho Canónico”. Veintiuno, veintidós, veintitrés y de la sanción canónica, la sanción ajustada al derecho eclesiástico, aquella que no tuvo ni un milímetro de piedad para mandar a la hoguera a cuanto sospechoso de herejía tuvo la desgracia de vivir en el siglo XVI... ni noticias. O bien no le llegó o bien le llegó en secreto. Veinticuatro, veinticinco, veintiséis, veintisiete, pues en ese caso no debe haber sido una sanción muy dura porque Von Wernich sigue ejerciendo sus funciones religiosas ahora dentro de la cárcel y le da misa a Etchecolatz, a Astiz y a otros cuántos hijos de puta que encontraron un hostel tranquilo en Marcos Paz.
Veintiocho, veintinueve, treinta, y no puedo dejar de preguntarme cómo será que del otro lado de la hostia esté la mano de un cura que agarraba las listas de los campos de concentración y buscaba los nombres de los prisioneros que conocía, que le resultaban familiares para ir al calabozo a quebrarlos, a sicopatearlos y ofrecerles una salida “digna”?
Treinta y uno, y dos, y tres y parece claro que para las autoridades eclesiásticas las pruebas juntadas por la justicia secular no son suficientes; o que piensa que en realidad el cura es inocente. Y cuatro, y cinco, y seis y en ese caso deja de ser victimario para ser víctima de alguna conspiración de la que tampoco la iglesia se ha hecho eco. Y siete, y ocho, y nueve y hasta cuándo la institución eclesiástica seguirá actuando de una manera que sólo puede entenderse como complicidad con uno de los suyos que es claramente un violador de los derechos humanos?
Cuarenta, y uno, y dos, y tres y siete homicidios, 42 privaciones ilegítimas de libertad y 32 casos de torturas, y cuatro, y cinco, y seis, y siete, y la Sala I de la Cámara rechazó el recurso de casación que la defensa interpuso tiempo más tarde para enviarlo a prisión domiciliaria basado en "la gravedad de los delitos cometidos y los medios empleados al valerse de su condición de sacerdote de la Iglesia Católica"…
Y Cien…Doscientos…Trescientos…Cuatrocientos...
Quinientos…
Quinientos sesenta y cuatro pasos. Quinientos sesenta y cuatro días.
Por ahí esperan decir algo el día del juicio final.
Y por ahí sea algo en su defensa.
3 comentarios:
Lo más extraordinario es que la presencia de Von Wernichgoglio en las càmaras de tortura no fue a título personal sino como agente de la Iglesia. El Von ese no era otra cosa que el encargado de la Iglesia en ese lugar. Es como si un bombero fuera incendiario y el cuerpo de bomberos no lo echara de sus filas, no se hiciera una autocrítica, no pidiera perdón al incendiado.
No sé cuánto daño puede haberle hecho ésto a la Iglesia Católica, creo que ninguno. Creo que la Iglesia fue abandonando a los pobres y se quedó solamente con el sector más reaccionario. En realidad creo que los pobre fueron abandonando a la Iglesia, yéndose masivamente hacia las iglesias evangélicas y a cualquier culto que les ofreciera algo más próximo que el rito de la Iglesia Católica. Por eso está llena de fieles la Iglesia Universal del Reino de Dios, denunciada en su momento por Telenoche investiga como una estafa.
Muy buen post, lo disfruté.
No cuentes mas ,que al cielo de los desheredados ese hijo de puta no entra .
Te anoto en mi lista de blogs ,me pongo como seguidor si no te molesta prestigiame haciendo lo mismo
Un abrazo
Eva, encuentro más cartones y más papeles a la salida de una "misa" de la iglesia del Reino de Dios que a la salida de San Pedro Telmo. Un dato.
Walter, su excelente blog no requiere que unos cartoneros como nosotros lo andemos prestigiando, pero ya me tiene como su seguidor. Puede que usté y yo no nos encontremos la semana que viene a tomar unos mantes, pero seguro que nos econtramos allá, en el cielo de los desheredados, lejos de "pecadores privilegiados" como estos.
Gracias por comentar.
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