sábado, 9 de mayo de 2009

Y dale con el Fondo

Amables blogueros de Quienlopaga han honrado nuestros carritos depositando en ellos resmas de papel con sanas críticas a Mariano por su entrada sobre el Fondo Monetario Internacional. No es necesario defender a Mariano, que bien se arregla solo. Pero a uno le dan ganas de meterse en la pelea, como si estuviera disputando una bolsa especialmente prometedora.

Los amables colegas cuestionan el pago íntegro de la deuda con el FMI, al que ven como una suerte de capricho de Kirchner y que, irónicamente, bautizan como “pagar para gritar”.

Veamos si es posible aclarar algunas cuestiones.

1) El préstamo del FMI ascendía a 9.500 millones de dólares, a diciembre de 2005, cuando se tomó la decisión de la cancelación íntegra e inmediata. Ese préstamo debía vencer en tres cuotas, en 2006, 2007 y 2008. Es decir, al día de hoy, de todas maneras se hubiera pagado todo. Con una diferencia apreciable: cada año sumaba intereses, que también debían pagarse en cada vencimiento. Algunos calculan que esos intereses totalizaban 600 millones, otros dicen que 900. Poco importa: a estas alturas hubiéramos pagado de más. Parece que “pagar para gritar” no es tan mal negocio, si permite ahorrarse algunos cientos de millones de dólares.

2) Rusia, Brasil y Uruguay también recurrieron al pago íntegro y anticipado al FMI. ¿Lo hicieron para cumplir el capricho de Kirchner? No parece, porque Rusia y Brasil tomaron la decisión antes que la Argentina. Entonces, ¿Uruguay actuó por órdenes del Tirano de Río Gallegos? Tampoco parece, porque ya entonces, estaba en auge el conflicto por Botnia y el gobierno uruguayo estaba furioso con Kirchner. Parece que la idea de cancelar íntegra y anticipadamente los créditos del FMI tuvo un carácter más general y respondió a consideraciones menos vinculadas a un supuesto capricho.

3) A partir del pago íntegro, se terminaron las misiones trimestrales que venían a meter las narices en las cuentas del Estado argentino y a romper las guindas con sus exigencias de condiciones, obligando a los funcionarios del Ministerio de Economía a perder tiempo diciéndoles que no cuatro veces al año. Con el agravante de que ya esas misiones no contaban con las bellas piernas de Teresa Ter Minassian, que de por sí hubieran justificado tener más paciencia y, en lugar de gritar, emitir dulces susurros.

Los amables blogueros también nos han ilustrado con la novedad de que sería conveniente volver a pedir plata al Fondo, porque éste cambió, “entendió” sus errores pasados y hoy no impone condicionamientos. Sobre esto último, convendría consultar a Letonia, reciente “beneficiaria” de un crédito del FMI y sometida por ello a duros condicionamientos. “Caramba, no me diga usted que el Fondo no ha entendido ni cambiado”. Permítame que se lo diga.

Porque el Fondo, mis queridos colegas y amables visitantes, puede cambiar de lenguaje y de modales, pero lo que no puede cambiar es su esencia (lectura recomendada: G.W.F. Hegel, Ciencia de la Lógica, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1968, págs. 345ss). El Fondo no es un niño ingenuo que aprende de la experiencia; es un curtido organismo que responde, en primer lugar, a los intereses de sus principales accionistas, en especial los EE.UU., y a los del capital financiero internacional. Los funcionarios del Fondo provienen de los grandes bancos y fondos de inversión y allí es adonde vuelven a trabajar cuando dejan de hacerlo en el FMI. No se les cruza por las cabecitas enfrentarse a los intereses de sus pasados y futuros patrones. Las experiencias del Fondo pasan, los intereses que defiende permanecen.

Ahora, es posible que los amables blogueros visitantes digan que no había que pagarle al Fondo ni antes ni cuando se vencían los plazos. Que no habría que haberle pagado nunca, así como a los acreedores privados y que, ahora, a los holdouts hay que señalarles higiénicamente la conveniencia de ir a lavarse su parte posterior. Si eso es lo que quieren decir, en mí encontrarán un oyente receptivo. Para conversar de eso, espero ansiosamente que fijen día, hora y lugar de encuentro.

16 comentarios:

chubutense dijo...

No sabia que tenias blog, voy a andar por acá...

Ester Lina dijo...

Muy bueno tu post... puede ser que los argentinos sigamos siendo independientes del FMI.
Te saludo!

Bernard L. Madoff dijo...

Andrés,
No me queda claro en qué post nuestro criticamos el pago anticipado de la deuda. Sin embargo, no te voy a negar que me opongo por el simple hecho de que permitió manejos poco claros como las giladas en el INDEC y sobre todo porque implicó cambiar una deuda por otra: en vez de pedir prestado al FMI a tasas bajas, pedirle a Chavez a tasas de 15% en dólares.

Gracias por tenernos en cuenta y visitarnos.

Un abrazo.

Mariano dijo...

Madoff:
Andrés se refiere al intercambio que tuvimos en este joven blog, en un post mío llamado "El Fondo", con Sam Rothstein y, en menor medida, con Frank Pentangeli.

El tema del INDEC no tiene relación directa con el pago anticipado al Fondo. Me parece que son cosas distintas. No me imagino que cuando Néstor decidió cancelar esa deuda haya pensado lo que iba a pasar con el INDEC un año y pico más tarde. Lo del INDEC fue algo lamentable, pero que obedeció, me parece, a otra cosa (el canje de Lavagna del 2005). Y fue un manotazo a las apuradas, creo. No tan premeditado. Con error de cálculo incluido.

No confundamos una cosa. La deuda que Argentina tomó con Venezuela al momento de pagar al fondo tuvo una tasa del 11% aprox. La del 15% fue la emitida en 2008, y no recuerdo si alguna más en 2007.
Ahora, si el FMI le prestaba a su mejor alumno, al que las calificadoras de riesgo como (ejem) Lehman Brothers consideraban que podía asumir deuda a la misma tasa prácticamente que el Tesoro de EEUU, al 4%, es de esperar que al momento del que estamos hablando (fin de 2005) con un riesgo país mucho mayor, con parte de la deuda en default, y con antecedentes cercanos complicados, aparte de una situación financiera mundial distinta, en la que una tasa del 4% era negativa, podía esperarse que no corroborara una tasa demasiado lejana al 8 o 9%.
Si a esto le sumamos la exigencia de dejar de intervenir en el mercado cambiario dejando apreciar el peso y evitando la recomposición de reservas del BCRA que se dio después, podemos inferir que la deuda con Venezuela (no con Chavez, con Venezuela) resultó más barata que la que se iba a contraer con el FMI.
Porque es una realidad que para afrontar los pagos sin usar reservas ni endeudamiento bolivariano iba a haber que recurrir a una refinanciación de parte del Fondo.
Gracias por pasar por acá. Espero que nos sigamos cruzando.
Un abrazo.

Andrés el Viejo dijo...

Chubutense: siempre serás bienvenido. ¿Vos tenés blog?
Mona: muchas gracias. Es un gusto tenerte por aquí. Un beso.
Madoff: Ya respondió Mariano.
Gracias a todos por pasar.

Frank Pentangeli dijo...

Perdon, acabo de llegar recien al post.
Nadie defiende a Mariano, cada uno se defiende solo. Si se interpreto algo contrario, disculpenme. Yo hablo por mi.

Estoy de acuerdo con el pago al fondo. Estoy en desacuerdo con la DEUDA CON VENEZUELA AL 15% o inclusive al 11% tambien, ningun gobierno se endeuda a esa tasa. Estoy en desacuerdo que se le pida al fondo de vuelta. No estoy de acuerdo en que el fondo sea una porqueria, bajo ciertas circunstancias puede ser una instancia util para determinados paises con determinadas condiciones macro.

Saludos muchachos

Laura dijo...

si el argumento es pagar o no pagar (hubiese preferido éste,sin dudas), independientemente de revisar la generación de la deuda, su legitimidad y todas esas cosas molestas, nos encontramos ante una falacia ad baculum. El tema es darse cuenta dónde está el poder, quién tiene el bastón más duro ...

LauraGalletita dijo...

Hola! Recién descubro el blog! Quizá haya sido un tema de permitir el acceso desde tu nick.
Excelente post: claro y conciso.
Yo creo que fue un fantástico negocio sacarnos de encima al FMI con sus lindas recetitas, y si bien soy de cuarta en economía, la deuda con Venezuela, así tenga un 15% mas en intereses, bien vale que no nos metan el hocico en el plato.

Un abrazo!

Sam Rothstein dijo...

Mirá, la cosa es muy sencilla. En diciembre del 2005 tenías deuda que era mucho más cara. Si querías desendeudarte anticipadamente para ahorrarte los intereses hubieras cancelado la deuda cara. Me parece que en este punto no hay muchos margentes de discusión y espero que me concedas que desde el punto de vista estrictamente financiero es un despilfarro de recursos que podrían haberse utilizado para otras cosas.

Después si querés podemos hablar largo y tendido sobre cuanto cambio o no el FMI, pero esa es otra historia.

Lo de "gritar para pagar" se lo escuché decir una vez a Daniel Heymann. El gobierno de Kirchner hizo la mayor cantidad de pagos netos a los acreedores, y sin embargo el riesgo politico sigue siendo alto: los inversores lo creen capaz de defaultear. En vez de un "pagador fiel" lo tienen como un "defaulteador potencial", y en eso hay mucho riesgo politico. Si pagás, lo mejor que podés hacer es decir "y te vamos a pagar más". Pagar y después putear no es astuto. Obviamente que tiene eco en los pasillos de humanidades, pero los que pagan los platos rotos cuando no hay crédito son los que no pueden dolarizar cartera: los pobres.

pd: hay un post mío en nuestro blog, titulado "Default, renegociación y después", por ahí te guste.

Mariano dijo...

Disculpe Sam Rothstein, que le contesto yo y no Andres.
No veo que exista una deuda más cara que la que, para ser refinanciada, comprendía la exigencia por parte del acreedor de que se reabriera el canje para los hold-outs y se suspendiera la intervención en el mercado cambiario. Y encima, en el terreno informal, se preparaba otro tipo de operaciones de presión como la motorización de los juicios que las privatizadas y otras ante el CIADI, o los que iban a impulsar los abogados de los hold-outs, entre otros.
Saludos

Sam Rothstein dijo...

Lee bien, dije pagar anticipadamente. El fondo no te exigía nada para que le sigas pagando lo que ya le debías.
Es sencillo: ANTICIPASTE el pago total de una deuda barata en lugar de ANTICIPAR el pago de una deuda cara. Si la idea era desendeudarse rápido, lo hiciste mal, había que cancelar primero la otra. Nada más, no tiene mucho sentido seguir discutiendo otras cosas si ni siquiera en esto hay acuerdo.

Abrazo,
Sam

El Canilla dijo...

Buen post Andrés. En el barrio a eso le decíamos desmarcarse, no ? Obviamente eso no garantiza ganar, pero mejora las condiciones del juego .

Mariano dijo...

Sam Rothstein: no te enojes.
Fijate que por los vencimientos, que eran en 2006, 2007 y 2008, era bastante probable (por no decir seguro) que se tuviera que refinanciar en alguno de esos momentos. Es más, el FMI como acreedor preferencial suele ejercer la representación de otros acreedores cuando se negocia refinanciación.
Saludos

Andrés el Viejo dijo...

Hoy temprano metí un comentario aquí, pero como no lo veo, tendré que escribirlo de nuevo. En algo debo haber metido la pata.
Primero pensé en responder comentario por comentario, pero era complicado porque los temas se cruzan, de modo que hago una respuesta general y me disculpo por ello.
Los préstamos del FMI son caros a cualquier tasa de interés, aunque fuera 0%. El Fondo no es un prestamista cualquiera, sino un representante de los países más ricos (que tienen la mayoría del poder de decisión) y del capital financiero internacional. Los condicionamientos no responden a convicciones técnicas de los funcionarios o a criterios científicos, sino a intereses concretos y precisos. Por eso, cualquier postura sobre las relaciones con ese organismo no pueden reducirse al balance contable de las operaciones, dado que los costos en materia de decisión propia en política económica pueden superar ampliamente las ventajas de dólar más o dólar menos.
Es cierto que el Fondo no puede presentar exigencias más que cuando se le pide dinero, pero también usa de ese privilegio mientras se le debe dinero pedido con anterioridad. Todo país que tiene un crédito en vigencia está sometido a las inspecciones trimestrales y a las "recomendaciones". Cancelar es librarse de esos incordios. ¿Por qué, si no, lo hicieron los otros países?
Naturalmente, puede haber diferencias y cuestionamientos en cuanto a la forma en que se trató la deuda pública argetina, la renegociación de marzo de 2005 y la cancelación con el Fondo en diciembre del mismo año. Estas discusiones, sin embargo, no deben dejar de lado una cuestión de hecho que trae a colación Laura: la relación de fuerzas.
La Argentina hizo una renegociación que, de varias décadas a esta parte por lo menos, ha sido la más favorable para un caso de deuda soberana. La mayor quita, los plazos más largos y las mayores rebajas en las tasas de interés. Y se sacó de encima las presiones sobre su política económica al pagarle al FMI. ¿Se podía haber ido más lejos? Tal vez, pero no es seguro. En todo, caso no es un resultado despreciable, salvo que consideremos que era viable (en términos políticos internos y externos) el desconocimiento liso y llano de toda la deuda.
Resta una cuestión, que recuerda bien Laura: la legitimidad de la deuda. Yo he consultado y hablado durante horas con gente con mucho conocimiento de la historia de la deuda argentina y de ingeniería financiera. Todos coinciden en que, a partir del Plan Brady (1992), la dilución de las viejas deudas nominales en una maraña de bonos ha vuelto imposible la identificación de los créditos que podrían haberse calificado de ilegítimos. Y no olvidemos que, desde 1992, hubo otras reconversiones de deuda que borraron completamente las huellas. Uno puede, por ejemplo, determinar que tal o cual préstamo fue ilegítimo. Pero encontrarlo en la masa de la deuda en 2003 era como buscar el contenido de un vaso de agua en un balde donde se volcaron ese y muchos otros vasos.
La investigación que era factible en la época de Olmos padre ya no lo es en el tiempo de Olmos hijo. La deuda, si es cuestionada en su legitimidad, sólo puede serlo en bloque.
Me alegra haber dado lugar a esta discusión. Siempre las entradas (por lo menos, las mías) quedan chicas frente a los debates que se producen. Agradezco mucho la participación y el enriquecimiento.

Sirinivasa dijo...

Otrosí: la deuda con Venezuela, por cierto, no era de 9 lucapalos

Andrés el Viejo dijo...

¿Sabe qué pasa, Sirinivasa? Así como para algunos de nosotros un préstamo del FMI es caro a cualquier tasa, para otros un préstamo de Venezuela siempre parece más gravoso de lo que es.
Saludos