- Pronunciar un discurso por Cadena Nacional en el que se promete ayudar a países amenazados por la ideología opositora.
- Enviar al Congreso y lograr la aprobación de un Programa de Lealtad de Empleados Estatales, un mecanismo de delación política encubierta para identificar y castigar empleados del Estado con ideología opositora.
- Condenar a 5 años de prisión a un diplomático de carrera, denunciándolo por espionaje ideológico a favor de algún organismo opositor.
- Condenar a muerte en la silla eléctrica a un matrimonio, acusándolo de espionaje en temas sensibles de seguridad, cuando fue el mismo gobierno quién los promovió en el cargo.
- Aprobar una ley contra movilizaciones y piquetes de facciones o sectores opositores al gobierno.
- Aprobar una Ley de Seguridad Interior que crea un registro donde inscribir los nombres de cualquier sospechoso de actividad o ideología opositora para luego recluirlo en campos de confinamiento o expatriarlo, si no contara con la nacionalidad del país.
- Desatar una “caza de brujas” entre los trabajadores y artistas dedicados a la industria cinematográfica, conociendo la importancia que el cine tiene como creador de opinión e ideología.
- Emitir 41 citaciones a profesionales de los medios para comparecer ante el Comité de Actividades Antinacionales.
- Crear una lista negra, conteniendo 324 nombres de personas a los que no se les permitirá trabajar en cine, radio o televisión.
Esta lista de acciones bien podría confundirse con los lineamientos básicos de un plan de acción implementado por algún régimen ultra-totalitario, de los varios que sufrió la humanidad a lo largo de la historia: por ejemplo un programa de gobierno del partido nazi en el poder, o un listado de actividades del soviet supremo durante el gobierno stalinista, o un lineamiento de actividades del pinochetismo chileno o la dictadura procesista argentina.
Sin embargo, el listado enunciado ocurrió de manera efectiva en la democracia más importante de la Tierra entre 1947 y 1954, durante el mandato senatorial de Joseph McCarthy al frente del Comité de Actividades Antiamericanas.
El comunicado de ADEPA del pasado 17 de abril es un nuevo paso en la instalación y profundización de un clima de persecución e intimidación del gobierno hacia la prensa “independiente”, clima promovido por los sectores oligopólicos mediáticos que ven afectados sus intereses con la puesta en vigencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Y a partir de una exitosa reunión bloguera (exitosa por las empanadas, digo) se adiciona a ese clima la insurrección foquista de una horda de blogueros ultrakirchneristas que, a imagen y semejanza de la fuerza mediática chavista, colaboran activando un terrorismo mediático insoportable.
ADEPA, un brazo corporativo y orgánico de los propietarios de la prensa concentrada, hace expresa referencia durante el comunicado a tres hechos que sindica como autoritarios y reprobables. Me detengo en uno de ellos: Fernando Bravo es víctima de una agresión callejera cuando salía de una conferencia de prensa. Le toca en suerte pisar avenida Corrientes en el mismo momento que las columnas de gente en apoyo de la ley de SCA se concentraban frente al palacio de justicia.
Un grupo de transeúntes lo identifica y lo agrede verbalmente. Le gritan los clásicos calificativos que usamos los peronchos cuando alguien no sabe la marchita, durante un par de cuadras, mientras Fernando esquiva la multitud fungiendo el uso de su celular y apurando el paso. Ni una sola agresión física. Fernando estaba en el lugar incorrecto en el momento incorrecto.
Fernando Bravo.
En qué cartel aparece la cara de Fernando Bravo con la boca tapada por un billete de dólar?
En qué pegatina aparece la cara de Fernando Bravo entremezclada con la de otros “notorios” periodistas del grupo Clarín?
Fernando Bravo era el que conducía “Sabados Gigantes”?
O es el que promovió a Tinelli hace 20 años?
Cómo es posible que la gente identificara a este “infame traidor a la patria” y la emprendiera contra él?
Responder a estas preguntas lleva a la superficie una nueva perspectiva sobre el asunto. Veamos.
Fernando Bravo conduce un magazine radial vespertino en Radio Soja (590 kHz) después del programa de Víctor Hugo Morales. Ayer, durante “la pasada” (esos minutos en los que ambos charlan al aire amablemente) pude conocer con mayor detalle los hechos que Fernando denunció en su propio programa, previamente (ninguna denuncia judicial ni policial a calificativos como "vendido" o "gorila", naturalmente).
La profundidad y acidez del discurso opositor de Fernando Bravo en ese programa, básicamente de entretenimientos, es floja. Cercana al discurso de Nicole Neumann. Su clímax antikirchnerista lo encuentra en las columnas de Alfredo Leuco. Debe ser un programa con poca audiencia (el horario, los protagonistas, la temática, en fin).
Y sin embargo algunos "activistas" lo identificaron. E hicieron su catarsis (hubiéramos preferido la lisa y llana indiferencia, le hubiera dolido mucho más. Pero vio? Quien controla a las hordas desatadas?).
Quienes marchan por la ley, quienes se reúnen en Plaza de la República saben bien lo que quieren.
Y tienen la lucidez de identificar un opositor mínimo y echarle un par de puteadas. Quienes preparan un afiche con la caripela de Tenembaum y un billete de dólar tapándole la boca, tienen un mínimo sentido del sarcasmo y lo ponen en práctica. Quienes imprimen un coloradito satisfaciéndose con un clarinetín son gente lúcida y atenta que pelea por lo que creé justo.
Gente incapaz de inhibir el paso de una ambulancia en emergencia mientras se corta una ruta y permitir una muerte. Gente incapaz de atribuirse el papel de policía y requisar el contenido de la carga de camiones al costado de una ruta.
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Fernando Bravo.
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Maccarthismo con Fernando Bravo.
No jodamos.
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No jodamos.
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4 comentarios:
En otros tiempos (parezco el abuelo de los Simpsons) nos dirigiamos a el y le recordabamos alguna frase hiriente que el tipo lanzó, cualquiera, la que venía en mente y le discutíamos sus argumentos anti-, lo invitabamos a debatir en el bar más cercano y terminabamos todos tomando una cerveza y brindando por el pais. Asi a veces se atenúa a aquellos que creen que somos extraterrestres invasores que van a devastar el planeta y hacer esclavos a los humanos como el.
Salvo que el tipo saque un arma, claro, ahi 1) se la terminabamos metiendo en el orto o 2) huyendo cobardemente.
Y por qué no pedirle autógrafos ?
Llamarlo constantemente a su programa con consignas del tipo:
"Fernando, muy acertado su comentario, me recuerda a Toni Negri", o "Fernando, siguiendo su línea editorial encontré grandes similitudes con el pensamiento de Gilles Deleuze", o - tal vez - "Fernando, sus dichos dan por tierra con las tesis de Habermas", o - la máxima - "Sr. Bravo, su lectura de la discusión Aron-Sartre arroja nueva luz sobre este capítulo tan importante para la filosofía de la modernidad"
Udi, lo suyo es superlativo.
Pero el problema es que el pobre no es más que un producto de la industria cultural.
"Maccarthismo con Fernando "Bravo" "
ADEPA, portate bien, ya te dije un millon de veces que no exageres!
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